Bendición los beneficios de saber decir bien las palabras

Bendición era algo que era atribuido solo a Dios, y los únicos que podían ejercer ese derecho aquí en la tierra, son sus representantes, aunque repartidos en más de 3.000 distintas representaciones, que para poderlos distinguir se auto nombran de diferentes maneras.

Como yo lo entiendo y espero que esté bien. Si Dios es el padre supremo, sus representantes son sus hijos que para nosotros son nuestros padres, entonces son ellos los que bendicen a los hombres aquí en la tierra. Por lo tanto, cuando ellos no están, son los representantes que en este caso son nuestros padres biológicos, los que pueden bendecirnos a nosotros los hijos y…ya pueden imaginarse hasta donde llegaría con este enredo.

En resumidas cuentas, la bendición era un privilegio sólo para los escogidos. Claro que siempre en representación del supremo creador como ya sabemos es Dios. Alguna vez se hicieron la pregunta ¿Qué es bendecir o que significa, como para que sea algo muy especial?Bendición los beneficios de saber decir bien las palabras

Bendición los beneficios de saber decir bien las palabras

La respuesta va dependiendo de quién te la da, si es alguien apegado a alguna religión o filosofía, ya se imaginan la respuesta. Consultando lo que dice en la red: «Una bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o grupo de ellas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, logra que ese deseo se cumpla» sacado de Wilkipedia.

Ahora, según yo y que creo que más de uno va a estar de acuerdo. «La bendición es bien decir» o «La bendición es desear al bien mediante las palabras». Ya explicado esto, me veo en la necesidad de hacer un comentario sobre la forma como se despiden, al menos en Facebook y en cada día de todos los días, con la consabida frase «Cuídate» como también «Chao…nos vemos y cuídate mucho» la pregunta es ¿Cuidarse de qué?

Acaso no se han dado cuenta que así como se bendice también se maldice, y en el momento que usted o yo decimos «Cuídate» lo estamos sentenciando a algo, sólo por nuestras palabras. En todas partes han cogido esa forma de hablar, bueno no quiero ser alarmista pero siempre escucho esa frase.

Ahora, cual es el problema en vez de decir «cuídate» decimos mejor «Que tengas una excelente tarde» aparte de sentirse muy bien usted, la otra persona se va a sentir mucho mejor, sólo por la bendición que usted le ha dado. Tengan en cuenta que es muy fácil maldecir a cualquiera, y en cualquier forma, entonces si eso es muy fácil, mucho más fácil es dar una bendición.

¿Por qué está mal entendido lo que es la bendición?

La bendición es un acto profundo que trasciende las palabras y se conecta directamente con el corazón. Es un gesto que busca transmitir buenos deseos, protección y paz hacia otra persona, pero a menudo su verdadero significado se malinterpreta o se simplifica.

En muchas ocasiones, se reduce a un conjunto de palabras bonitas dichas por compromiso o hábito, perdiendo la esencia genuina de lo que significa bendecir. Comprender por qué ocurre esta distorsión requiere explorar tanto las intenciones detrás de las bendiciones como los contextos en los que se expresan.

Bendecir no es solo un acto verbal; es una intención que nace desde el corazón. Cuando alguien bendice de manera auténtica, está enviando una energía positiva hacia la otra persona, deseándole bienestar en todos los aspectos de su vida.

No se trata únicamente de decir palabras agradables, sino de proyectar sinceridad y una intención pura. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces las bendiciones se han convertido en una formalidad social. Frases como «Dios te bendiga» o «Que tengas un buen día» se pronuncian con frecuencia sin detenerse a reflexionar en su significado real, y esto contribuye a que la bendición se perciba como algo superficial o rutinario.

Esta desconexión entre el acto de bendecir y su intención auténtica puede deberse a varios factores. Uno de ellos es la falta de conciencia sobre el poder de las palabras. En un mundo acelerado, las personas suelen repetir frases por costumbre, sin pensar en el impacto emocional o espiritual que pueden tener.

Al hacerlo, pierden la oportunidad de establecer una conexión significativa con los demás a través de sus palabras. Esto no significa que quienes bendicen de esta manera lo hagan con mala intención; simplemente puede ser una consecuencia de no haber reflexionado profundamente sobre lo que significa realmente bendecir.

La bendición verdadera

Por otro lado, hay quienes creen que bendecir se limita a decir cosas positivas, sin importar si estas están acompañadas de una intención genuina. Pero una bendición verdadera no es solo un acto externo; debe reflejar un deseo sincero de bien para la otra persona.

No basta con las palabras bonitas si no están respaldadas por una conexión emocional o espiritual. Esto explica por qué algunas bendiciones pueden sentirse vacías o carentes de impacto: no provienen de un lugar auténtico en el corazón.

Cuando una persona se limita a decir palabras que no van con el bien de los demás, esto puede tener diversas causas. En algunos casos, puede ser el resultado de una falta de empatía o sensibilidad hacia las necesidades y emociones de los demás.

Si alguien no está en sintonía con lo que otros necesitan o sienten, es probable que sus palabras no reflejen un deseo genuino de bienestar. Además, las experiencias personales, como el dolor o el resentimiento, pueden influir en la forma en que una persona se comunica.

Alguien que lleva consigo cargas emocionales no resueltas puede encontrar difícil transmitir bendiciones auténticas, porque su atención está centrada en sus propios conflictos internos. Otro factor que influye en la calidad de las palabras que una persona pronuncia es su nivel de autoconocimiento.

Bendecir requiere un estado de conciencia en el que uno esté en paz consigo mismo y con el mundo que lo rodea. Si alguien no ha alcanzado este nivel de introspección, es posible que sus palabras carezcan de la profundidad y sinceridad necesarias para ser percibidas como una verdadera bendición.

El bumerang de la bendición

En este sentido, bendecir no solo beneficia a quien recibe las palabras, sino también a quien las pronuncia, porque le permite conectar con un nivel más elevado de intención y propósito. La falta de coherencia entre las palabras y las intenciones también puede surgir de la presión social.

En ciertos contextos, se espera que las personas pronuncien bendiciones o buenos deseos, incluso si no se sienten conectadas emocionalmente con lo que están diciendo. Esta presión puede llevar a que las palabras se digan por compromiso, en lugar de surgir de un lugar auténtico.

Como resultado, las bendiciones pierden su verdadero poder y se convierten en un acto vacío de significado. Sin embargo, la capacidad de bendecir de manera auténtica no está limitada a unos pocos; es algo que todos pueden aprender y cultivar.

El primer paso para hacerlo es reconocer la importancia de las palabras y el impacto que pueden tener en la vida de los demás. Cuando una persona comprende que sus palabras pueden transmitir energía positiva o negativa, se vuelve más consciente de lo que dice y de cómo lo dice.

Esta conciencia es fundamental para convertir el acto de bendecir en algo significativo y transformador. Además, bendecir requiere un cambio de perspectiva. En lugar de centrarse en las formalidades o en cumplir con las expectativas sociales, una bendición auténtica surge cuando uno se conecta con el deseo genuino de que el otro sea feliz, esté protegido y encuentre paz.

Para lograr esto, es esencial practicar la empatía y tratar de comprender las necesidades y emociones de los demás. Cuanto más profundamente una persona se conecte con quienes la rodean, más poderosas y significativas serán sus palabras.

La bendición independiente de la religión

El acto de bendecir también tiene un componente espiritual que no debe pasarse por alto. Independientemente de las creencias religiosas de cada persona, bendecir implica reconocer que existe una energía o fuerza mayor que puede influir en la vida de los demás.

Al pronunciar una bendición, uno actúa como un canal para esta energía, transmitiendo luz, amor y protección hacia quienes lo necesitan. Este aspecto espiritual de la bendición le otorga una dimensión mucho más profunda que va más allá de las palabras.

Para quienes desean mejorar su capacidad de bendecir, es importante cultivar una práctica de gratitud y atención plena. Estas prácticas ayudan a desarrollar una conexión más profunda con el momento presente y con las personas que nos rodean.

Al estar plenamente presente en una conversación o en una interacción, se hace más fácil identificar las oportunidades para bendecir de manera auténtica y significativa. Además, practicar la gratitud permite a las personas reconocer las bendiciones en sus propias vidas, lo que a su vez les facilita compartir esas bendiciones con los demás.

También es crucial recordar que las bendiciones no siempre tienen que expresarse con palabras. A veces, los actos de bondad, las miradas de comprensión o los gestos de apoyo pueden ser formas igualmente poderosas de bendecir a alguien.

En estos casos, el mensaje no se comunica a través del lenguaje, sino a través de la intención y las acciones. Esto demuestra que bendecir es un acto que puede adaptarse a diferentes contextos y circunstancias, siempre que se mantenga la intención de transmitir bien. En última instancia, el acto de bendecir es una expresión de amor y compasión hacia los demás. Es una forma de reconocer la humanidad compartida y de desear lo mejor para quienes nos rodean.

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3 comentarios en «Bendición los beneficios de saber decir bien las palabras»

  1. Hola,
    Todo bien con el bendecir según el artículo y ya lo he entendido.
    Qué hay que hacer cuando te dicen cuídate … por más que un «pseuda amigo» tanto en facebook, por teléfono o cara a cara me ha dicho «cuídate», en ciertos tiempos andaban como moscas … y yo internamente sabía que eso no estaba bien diciéndome ( y este quién se cree ) o igualmente me decía a mi mismo: mira , no tengo que cuidarme de nadie.
    En realidad sabía que en vez de desearme bien me estaban maldiciendo …
    ¡ Qué hacer en estos casos ?
    Gracias.

    1. Hola, el decir «cuídate» en cierto modo te está dando una maldición, ¿Por qué? Por el hecho que te está previniendo a un posible ataqué el cual con sus palabras te lo está dando, por esto una bendición es solo buenas palabras que en este caso sería en ves de «cuídate» «que tengas un buen camino» «que tengas una buena tarde». Cuando me lo han dicho, sin perder el tiempo, le hago la pregunta ¿De qué debo cuidarme? Al menos no estamos en guerra y que tal vez por ahí haya alguien esperando que salga o un franco tirador esté por ahí, pero como no es así, ¿Para qué el «cuídate»? Una bendición solo es una buena palabra ya que la palabra «bendecir» significa «decir bien» nada más, con esto ¿Crees que el «cuídate» sea una buena palabra?

      Gracias por el comentario
      Roberto Sanahuano
      Máster en P.N.L.

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