Bromas que entorpecen el éxito. En el mundo hay personas que tienen buen corazón, pero también hay aquellas que les encanta tener buen humor, claro que estoy viendo del buen lado de las cosas. Ahora me voy por el lado un poco chueco de la vida, ¿A qué me refiero? Pues señalo a las personas carentes de sentido de ser gracioso y terminan siendo horrendamente estúpidos.
He conocido a individuos-as que tienen por costumbre, hacer bromas a las personas que no lo hacen y los toman por tontos, es decir, cada uno busca a su víctima por decirlo de una forma directa.
De esta forma pasan a ser lo que son porque eso es lo que son, por lo general ellos saben a quién le hacen las bromas pesadas, porque saben que ellos no son capaces de reclamar.
Hay muchas razones por la que no reclaman aquellos que son víctimas de las bromas, entre las cuales pueden ser por evitar el escándalo, o no pasar vergüenza de que las personas se enteren de que los toman por tontos.
Pueden llegar a tener miedo de ser agredidos por los graciosos, o se sienten muy indefensos aunque no tengan miedo, es decir ellos saben que no están en condiciones de enfrentarlos.
El punto es que las personas que se dedican a martirizar a los más indefensos, no se dan cuenta que están obstaculizando el desarrollo personal de los demás, creándoles resentimientos hacia el mundo que les rodea.
Por lo tanto, interfieren en el éxito de ellos aunque digan que son simples bromas y que pronto les pasará. He sido testigo de alumnos que se retiraban de clase, solo por no estar en un aula en la cual eran víctimas de sus compañeros, incluso en la universidad.
Tuve una compañera a la cual le pusieron un apodo claro que cuando uno es muchacho, lo que hace es reírse de las bromas que les hacen a los demás, e inconscientemente uno pasa a ser cómplice del fracaso de otro.
Esta chica no aguantó ni 6 meses que terminó retirándose, y nunca más volvió a estudiar por el temor que se vuelva a topar, con tipos como los ya descritos.
Cuando pasó un tiempo nos hacíamos la pregunta ¿Qué pasó con…? La respuesta no se hacía esperar, por lo tanto nos dábamos cuenta que fuimos causante del quiebre emocional, de alguien que no estuvo preparada como para soportar dichas bromas.
Como dije, uno se convertía en cómplice por el mismo hecho de quedarse callado y reírse, por lo que hacían otros. En la red de Internet hay muchos vídeos que están dedicados a bromas, que les hacen a menores con resultados muy tristes.
Todos saben que la tecnología sigue adelante y los ordenadores estarán siempre frente a nosotros. Hay bromas que le hacen a personas menores de edad, aunque a mayores también con la diferencia que los mayores reaccionan, con más calma.
Esto aunque si se asustan. La reacción que da en los niños es tremenda, salen corriendo cuando en la pantalla les sale la imagen de la película el exorcista, me refiero a Linda Blair cuando se ha transformado en demonio.
No voy a negar que a mí me han hecho la broma pero con la diferencia, que uno mismo busca para saber de qué se trata, un poco más y llego al techo del susto. No fue una vez sino cuatro veces y eso que me preparaba porque ya me imaginaba que algo iba aparecer en esa bendita pantalla, pero igual asusta.
Ahora que se puede esperar de un niño, que se asusta al extremo de salir corriendo gritando desesperado por ayuda, ¿Y los familiares que es justamente dónde pasa el momento? Pues que más que riéndose a carcajadas.
No se dan cuenta que de ahí puede salir un asesino en serie por el trauma que le ocasionaron. Ustedes pueden pensar que ese niño-a puede desarrollarse normalmente, con semejante susto y peor con las risas de los adultos que mientras más grita la víctima más festejo hay.
Ahora, ¿Creen que pueda tener éxito en su vida si crece con miedo? Y claro que tiene solución pero ¿Cuándo se darán cuenta del daño que hicieron? En esto es verdad que hay que hacer bromas de vez en cuando, bromas que te sacan una sonrisa y usted participa de ella, pero no bromas que entorpecen el éxito.