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Cómo dejar de ser mediocre. Cómo dejar de ser mediocre. Ser el punto central de las miradas al extremo que basta con decir algo, para que los demás le sigan el paso, eso quiere decir que se ha ubicado en el sitial poco apreciado de los populares (mediocre) aunque para ellos-as sea lo mejor.
En este punto lo que importa es la popularidad antes que ser desconocido aunque para que esto sea así, ni importa hacer lo que sea. Un mediocre puede ser cualquier persona ya que aquí en este galardón, no hay filtros ni requerimientos especiales, porque lo mismo da ser un arrogante o un pelafustán.
Esto es lo bueno porque no discriminan a nadie. Ahora por tal razón viene la pregunta, ¿Cómo dejar de ser mediocre? Lo malo del gremio de los mediocres es que si por alguna razón, empiezas a educarte, leer, analizar tu entorno, conocerte y de ahí querer conocer a los demás y lo peor, culturizarte, tu posición de mediocre está en serio peligro.
Esto quiere decir que puedes caer en su lista negra y por tal ser un blanco fácil para ellos, por tal razón lo mejor es buscar cómo no ser mediocre.
Toma en cuenta que el crecer como persona no es el camino para ser popular, pero sí para ser alguien diferente de los demás. Si por alguna razón te has hecho la pregunta, ¿Cómo dejar de ser mediocre? Es porque ya has sentido la sombra de ser uno más del montón, que en realidad cuando uno busca el cambio en su vida que es lo que hace que busques cómo dejar la mediocridad.
¿Cómo dejar de mediocre?
Al menos para algunas personas se les hace fácil el cambio, por el hecho que siempre hay personas en su entorno que sirven de ejemplo que sin preguntar, solo copian su actitud y la toman como propia, pero con el tiempo ellos por si mismo crean su propia actitud con lo que aprendió de la otra persona.
En cambio hay personas que se les hace difícil porque para ellos que no tienen mayor información en su cabeza, ni tienen a quien emular, lo que les llama la atención es lo que está en su frente que por lo general es la chacoteada, la burla, la diversión a la manera del mediocre y que incluso muchos terminan mal.
He conocido personas que en su juventud fueron de todo menos lo que debían ser, que para ellos no existía el respeto a los demás ni siquiera querían escuchar sobre lo mal que llevaban su vida, pero el tiempo pasó y ahora, los he visto como cualquiera de barrio, ¿Qué pasó con el liderazgo que tenían frente a los demás?
Se quedó en nada y ahora su mediocridad les cobra factura. Ser mediocre es ser media persona porque todo lo hace a medias, no le importa si queda bien o mal, no le interesa si para avanzar hay que hacer algo, lo que le interesa es que le salga aunque sea un poco, esto que suele pasar que lo deja para «ya mismo» pero eso no tiene fecha y lo hará cuando no tenga que hacer. No comprende que hay desarrollo.
El mediocre que hace honor a los denominados seguidores de lo insulso, sin sentido y rayado de la estupidez, mas conocidos como borregos (ovis orientalis aries) que no piensan simplemente obedecen a las tendencias de los demás.
Efectos de la mediocridad
Llegan al colmo de pensar que el estar en la mira de los demás (sin tener méritos valederos dignos de elogios) es lo mejor que les puede pasar. Hay casos de personas que por 15 minutos de fama, han dañado no solo su poca vida que tienen, sino la de su familia.
La mediocridad llega a extremos increíbles que se confunde con notoriedad, esto se complementa, por la poca preparación cultural que tienen la gran mayoría de las personas y por eso, es que existen las redes sociales que es el lugar donde aterrizan los que más pueden.
El 98% acuden a las redes sociales por pensar que ahí están como algo especial, ¿Han escuchado la frase «tienes facebook o mi facebook»? Lo toman como algo exclusivo sin pensar que cualquiera puede acceder, de paso en cualquier momento te pueden botar.
Por querer ser popular publican tonterías en las redes sociales a tal punto, que suele estallar en sus caras con comentarios troll, que al comienzo no pasa nada pero cuando aumentan ya se convierte en acoso, hay muchos casos así.
Todo tiene un comienzo y en el momento en que te des cuenta, que no haces nada, te has fijado que tu vida sigue igual como al año anterior, incluso que no hay sentido para lo que haces aparte de reírte, es claro síntoma que ya eres un mediocre.
Si esto te ha llamado la atención y crees que puedes dejar de ser un mediocre, o por lo menos sospechas que lo eres, quiere decir que has dado un paso gigante y lo más simple que puedes hacer, es prepararte de la forma más simple, que es buscando como no ser mediocre.
¿Cómo dejar de perder el tiempo?
En la preparación está la lectura en especial de cultura general, incluso hay un libro que leí hace algunos años que se llama «El hombre mediocre» De José Ingenieros. Es el primer paso que puedes dar porque comprenderás por qué el ser mediocre no sirve.
Los dichosos amigos son parte de ese gremio y por esto debes cambiar, para que lo puedas hacer, observa, ¿Qué hacen? ¿Qué dicen? ¿En qué se basan? Cuando llegues a un juicio personal hacia ellos, sabrás que no puedes ser parte de esa amistad.
Algo más simple sobre ¿Cómo dejar de ser mediocre? Lo más práctico, deja de hacer lo que hacías, para hacer todo lo contrario, ¿Por qué? Porque no te ha funcionado ya que lo único que has conseguido, es problemas.
Ahora, ¿Cómo dejar de ser mediocre? Esto es fácil si es que ha hecho lo más práctico, las preguntas hechas en el párrafo anterior que es un paso gigante hacia el camino para saber cómo no ser mediocre, que el tiempo y su misma vida se lo agradecerá.
En la filosofía estoica, tal como la enseñaron figuras como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio, promueve un enfoque de vida que es incompatible con la mediocridad. Los estoicos defendían la excelencia moral y personal, lo que se conoce como «areté» (virtud o excelencia), como el objetivo principal de la vida.
Los estoicos creían que la virtud es el único bien verdadero y que todo lo demás (riquezas, fama, salud) es indiferente. Esta virtud implica vivir de acuerdo con la razón y en armonía con la naturaleza, esforzándose constantemente por mejorar y actuar con sabiduría, justicia, coraje y autocontrol.
Superación Personal
La filosofía estoica enfatiza la importancia de la autodisciplina y el esfuerzo continuo para mejorar como persona. La mediocridad, entendida como conformarse con menos de lo que uno puede lograr, sería vista como un fracaso en este esfuerzo.
Aunque los estoicos reconocen que algunos eventos externos están fuera de nuestro control, abogaban por enfocarse en aquello que sí podemos controlar: nuestras respuestas, nuestras decisiones y nuestro carácter. De este modo, la mediocridad no se justificaría por factores externos, ya que la responsabilidad última recae en la propia conducta.
Marco Aurelio, en sus *Meditaciones*, reflexiona sobre la importancia de vivir cada día como si fuera el último, haciendo el mejor uso posible de nuestras habilidades y tiempo. Este enfoque no deja espacio para la mediocridad.
Los estoicos buscaban vivir de manera ejemplar, siendo modelos de virtud para los demás. La mediocridad sería vista como una traición a este ideal, ya que no se estaría alcanzando el máximo potencial de virtud y excelencia que el estoicismo propone.
En resumen, la mediocridad no tenía cabida en el estoicismo porque los estoicos se enfocaban en alcanzar la excelencia moral y personal en todo momento. Para los estoicos, vivir de manera mediocre significaba no cumplir con el potencial humano de vivir una vida virtuosa y racional.
La filosofía estoica impulsaba a las personas a superarse constantemente, a ser responsables de sus acciones y a vivir de acuerdo con altos estándares éticos, lo cual es lo opuesto a la mediocridad.
Se puede dejar de ser mediocre?
Sí, es posible dejar de ser mediocre, y el proceso implica un esfuerzo consciente y sostenido para mejorar en diversas áreas de la vida. El primer paso para superar la mediocridad es reconocer en qué aspectos de tu vida no estás alcanzando tu máximo potencial. Esto requiere una autoevaluación honesta.
Determina las áreas específicas donde sientes que puedes mejorar, ya sea en tu trabajo, relaciones, hábitos, o desarrollo personal. Establecer metas claras y específicas te dará una dirección. Comienza con objetivos pequeños que te lleven hacia una meta mayor.
Comprométete a hacer todo lo que haces lo mejor posible, buscando la excelencia en lugar de conformarte con lo suficiente. La autodisciplina es clave para superar la mediocridad.
Desarrolla hábitos que te acerquen a tus metas, como la planificación diaria, el estudio continuo, o el ejercicio regular. Practica la mejora continua, buscando siempre aprender y crecer, ya sea a través de la educación, nuevas experiencias, o la reflexión sobre tus acciones.
Adopta una mentalidad de crecimiento, donde ves los desafíos como oportunidades para aprender y mejorar, en lugar de obstáculos insuperables. Desarrolla la resiliencia para superar los fracasos o retrocesos, utilizándolos como lecciones en lugar de motivos para rendirte.
Rodearse de Influencias Positivas
Rodearte de personas que te inspiran y que buscan la excelencia puede motivarte a dejar atrás la mediocridad. Aléjate de entornos o personas que fomenten la complacencia o la mediocridad.
La mediocridad a menudo está vinculada con la comodidad. Para superarla, es necesario tomar riesgos y enfrentarse a lo desconocido. Realiza acciones que estén alineadas con tus valores y objetivos, tomando decisiones que te acerquen a la vida que deseas vivir.
Evalúa regularmente tu progreso hacia tus metas y ajusta tu enfoque según sea necesario. Esto te ayudará a mantenerte en el camino hacia la mejora continua. Superar la mediocridad es un viaje personal que requiere paciencia, determinación y la voluntad de cambiar. Al enfocarte en la mejora constante y en la búsqueda de la excelencia, es posible trascender la mediocridad y vivir una vida más plena y significativa.