Cómo entrar en el mundo de un adicto

Cómo entrar en el mundo de un adicto es un problema que para muchos no es fácil resolver, esto sucede porque el mundo de un adicto es hermético y nadie puede entrar a menos que él se lo permita, pero está a la distancia de años luz que esta persona le de el permiso.

Todos tenemos un mundo personal y por lo general está abierto para todos porque inconscientemente, sabemos que nadie conoce la ruta de entrada y por esa razón es que estamos para cualquier persona, ahora ¿Qué pasa cuando alguien quiere acercarse? Cuando esto sucede, por lo general es porque algo está pasando.

Cómo entrar en el mundo de un adicto
Cómo entrar en el mundo de un adicto

La persona que antes tenía abierta la entrada a su mundo y que estaba seguro que nadie conocía la ruta de entrada, pues ahora, se da cuenta de que alguien quiere entrar y para eso está buscando la forma de cómo hacerlo, que generalmente es cuando los padres recién se acuerdan de dar atención a sus hijos.

Esto hace que la persona cierre a toda costa las posibles entradas porque piensa que ya no es cuestión de ellos sí no de él o ella pero, en esa es la parte en la que caen en la equivocación. Ahora, ¿Cómo entrar en el mundo de un adicto? En este caso, solo la madre si es la que ha estado más tiempo con su hijo-a lo puede conocer.

¿Cómo entrar en el mundo de un adicto?

Por esto, la información que tiene guardada en su memoria es la que puede servir como entrada. Antes de continuar, pienso que muchos posiblemente se hagan la pregunta, ¿De qué sirve entrar en el mundo de un adicto? Sirve de mucho porque es la única forma en que los padres pueden saber qué es lo que le pasa.

Por lo tanto, cuando alguien sabe que camino tomar todos pueden saber que hacer. Un trauma emocional es un punto fuerte como para que alguien llegara a pensar que nadie lo ama y ese amor que espera, se lo va a dar un extraño que en muchos casos solo es para corromper y nada más.

La información que la madre que más conoce a un hijo con adicciones, puede ser la forma en que piensa, lo que le gusta, lo que hacía antes de cambiar de actitud. En esto debe tomar mucha atención en lo que sabe porque puede ser que algo que hacía es lo que le hizo cambiar de pensamiento.

Una vez que ya tenga todo los recuerdos sobre la persona, vea qué es lo que está haciendo ahora y que antes no lo hacía, observe y tenga paciencia porque esto no es de la noche a la mañana, porque el punto prioritario es saber que es lo que le está haciendo daño, de ser posible si su hijo de un momento a otro se le dio por escuchar música Metálica.

Bueno pues aunque a usted no le guste empiece por decir «Tomándole atención, el heavy metal es muy interesante» y lo deja pasar, ¿Por qué debe hacer eso? Las razones es porque nadie cambia así porque sí y su hijo o pariente lo sabe.

Tenga cuidado en lo que hace delante de la persona afectada

Ahora si usted comete el error de un momento a otro querer participar de la música que nunca la ha gustado, ¿Piensa que no va a sospechar que algo se está tramando? Cómo entrar en el mundo de un adicto es un arte, por esto debe primero aprender a mantener la calma porque esto es de paciencia.

Una vez que usted recibe un comentario sobre lo que ha dicho por la música y que es como que acepta lo que ha dicho, algo como «¿En serio te parece interesante?» solo responda con un sí.

Después de esto retírese de la forma más sencilla y natural, ¿Por qué? Bueno es una forma de atrapar a alguien con la curiosidad porque no demora que le va a decir algo de lo que él está haciendo y usted, deberá con toda la paciencia, atenderlo.

Esto debe hacerlo con una sonrisa y de ser posible dígale ¿Cuál es la mejor música que te gusta? Así y de esa forma usted entra poco a poco hasta que cae. Caer no es que sea malo, pero si es bueno para todos, puesto que así usted puede entrar en confianza y preguntar, ¿Qué le pasa?

Ahora si lo ve que está medio desconfiado, usted en el momento preciso, cuéntele una pequeña historia, pero esto solo cuando ya estén a gusto con la música. La historia sería de algo que tenga relación con lo que usted sospeche que él hace.

Es una forma de entrar en empatía porque su hijo/a verá que su historia se parece a la suya y dirá todo hasta cuantas galletas se comió escondido. Esto es muy eficaz si lo hace bien.

Cómo entrar en confianza es la base

Una vez que ya esté seguro que su madre, amigo-a o la persona que lo atienda es de confiar, el paso final es que le cuenten una historia de cuando eran muy jóvenes y les pasó algo que se parece a lo que él está pasando pero sin que el la pueda relacionar conscientemente aunque inconscientemente si se dé cuenta.

De esta forma es que le podrán hacer las preguntas pertinentes porque usted pasa a ser uno como él o ella y no habrá recelo ni barreras, una vez que ya saben lo que le pasa pueden hacer lo necesario para corregir, no digo que sea fácil porque lo debe hacer un Programador Neuro-Lingüista pero si está en sus capacidades, adelante.

¿La adicción se crea o nace?

La cuestión de si una adicción se «crea» o «nace» en una persona es compleja y ha sido debatida por expertos durante años. La respuesta suele ser una combinación de factores genéticos, ambientales y emocionales que influyen en la susceptibilidad de una persona a desarrollar una adicción.

Algunas personas tienen una predisposición genética que las hace más vulnerables a desarrollar una adicción. Se estima que entre el 40% y el 60% del riesgo de desarrollar una adicción puede estar relacionado con la genética.

Estudios han identificado ciertos genes que pueden influir en la respuesta del cerebro a sustancias adictivas o comportamientos adictivos. Por ejemplo, algunas personas pueden tener una mayor respuesta de dopamina (la «hormona del placer»), lo que puede hacer que ciertas experiencias sean más gratificantes y, por lo tanto, más adictivas.

Las personas con un historial familiar de adicción, como el alcoholismo o la drogadicción, tienen un mayor riesgo de desarrollar adicciones. Aunque la predisposición genética no garantiza que una persona se vuelva adicta, sí aumenta la vulnerabilidad.

Aunque la genética juega un papel importante, los factores ambientales también son cruciales para el desarrollo de una adicción. El ambiente en el que una persona crece, vive y se relaciona puede influir significativamente en su riesgo de desarrollar comportamientos adictivos.

Las personas que crecen en hogares donde el consumo de sustancias o comportamientos adictivos son comunes, o donde hay abuso o negligencia, tienen más probabilidades de desarrollar una adicción en la vida adulta. El entorno puede moldear la percepción del individuo sobre el consumo de sustancias y la forma en que manejan el estrés o las emociones.

Presión social estrés y traumas

En adolescentes y adultos jóvenes, la presión de los compañeros o el entorno social puede jugar un papel importante en el inicio de la adicción. El acceso fácil a sustancias o la normalización de comportamientos adictivos puede empujar a una persona hacia el uso excesivo.

Las personas que han experimentado traumas o situaciones de estrés crónico pueden recurrir a sustancias o comportamientos adictivos como una forma de escape o de lidiar con sus emociones. El estrés no gestionado correctamente puede aumentar el riesgo de desarrollar una adicción.

El estado emocional y la salud mental de una persona también juegan un papel importante en el desarrollo de una adicción. Algunas personas recurren a las adicciones para lidiar con problemas emocionales no resueltos.

Muchas personas que sufren de adicciones también padecen trastornos mentales como depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), o trastorno de estrés postraumático (TEPT). Esto se conoce como «comorbilidad», y estos trastornos pueden aumentar la vulnerabilidad a la adicción, ya que el consumo de sustancias o los comportamientos adictivos se utilizan para lidiar con los síntomas emocionales.

Aunque el concepto de una «personalidad adictiva» no está completamente validado, algunos estudios sugieren que ciertas características de personalidad, como la impulsividad, la búsqueda de sensaciones o la incapacidad para controlar impulsos, pueden aumentar el riesgo de adicción.

Independientemente de si una adicción nace o se crea, una vez que una persona comienza a desarrollar una adicción, los cambios neuroquímicos en el cerebro juegan un papel crucial.

Las sustancias adictivas y ciertos comportamientos desencadenan la liberación de dopamina en áreas del cerebro relacionadas con la recompensa y el placer. Con el tiempo, el cerebro se adapta, disminuyendo su capacidad para experimentar placer de manera natural y requiriendo más de la sustancia o comportamiento para sentirse bien.

¿Nace o se crea?

A medida que el cerebro se adapta, las personas necesitan consumir más de la sustancia o realizar más del comportamiento para obtener el mismo efecto. Esto lleva a la tolerancia y, finalmente, a la dependencia física o emocional.

La adicción no es una cuestión de «nacer» o «crearse», sino de una interacción entre predisposiciones genéticas y factores ambientales y psicológicos. Aunque algunas personas pueden tener una mayor predisposición genética a las adicciones, el ambiente y las experiencias de vida juegan un papel crucial en desencadenar o prevenir una adicción.

Esto significa que aunque alguien tenga una predisposición genética, si crece en un entorno saludable y tiene mecanismos efectivos para lidiar con el estrés, puede no desarrollar una adicción. Las adicciones son el resultado de una combinación de predisposición genética, influencias ambientales y factores psicológicos.

No se puede decir que una persona «nazca» con una adicción, pero sí puede tener una mayor vulnerabilidad hacia ella. A su vez, el entorno y las experiencias de vida tienen un impacto significativo en si esa predisposición se traduce en una adicción real.

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