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Cómo relacionarse con los demás. En el proceso de vida que tenemos todos, siempre habrá personas a nuestro alrededor por lo tanto, es muy importante saber cómo relacionarse con los demás. Habrá personas que no le den mayor importancia a esto pero sin embargo viven rodeados y donde quiera que vayan siempre estarán presentes las personas que incluso tratarán de ser amigos.
Hay personas que sufren de apatía ya sea por que aprendieron o porque crecieron así por falta de atención, es decir no saben lo que se siente ser atendidos y tomados en cuenta, es más, cuando alguien que se acerca demasiado sienten cierto rechazo que aunque no se sienten mal pero les parece muy raro, por lo tanto, ante lo desconocido mejor se alejan.
Si de pronto usted piensa que no necesita de los demás para poder vivir, ya que cree que es totalmente auto suficiente, eso es totalmente una mentira pero no porque usted la genera conscientemente sino por inconsciencia, si se pregunta ¿Cómo puede ser por inconsciencia? Bueno esto es porque la persona no admite que la actitud que tiene es por el miedo a ser aceptado.
Sin capacidad no hay confianza
Otra de las razones de por qué ser apático creyendo inconscientemente que es lo mejor que hace, es porque no tienen la suficiente confianza en su capacidad y es algo raro, porque saben lo bueno que son en lo que hacen pero cuando quieren salir a la luz, tienen ese temor interno que les dice que no están listos.
Los temores llegan a extremos que hacen que la persona evite situaciones que le pueden hacer sentir mal, que incluso ni siquiera tienen experiencia en alguna de ellas pero internamente piensan que si les puede hacer pasar un mal rato. Cuando han vivido así por mucho tiempo se llegan a especializar en las escusas para no dar ese primer paso que es el inicio de una nueva vida.
Ahora, ¿Sabían que el miedo al ridículo es algo fulminante? Es algo que cuando empieza usted no sabe para dónde correr claro que eso es en casos extremos pero, cuando no es así de igual se siente mal y un claro síntoma es el color de su piel que se pone en un tono rojo, llegando a pensar que sería mejor que se abriera la tierra para meterse ahí.
Por lo tanto, ¿Cómo relacionarse con los demás? Pues para empezar lo que usted debe hacer es ver a las personas igual como se ve usted o sea de su mismo tipo, es decir, si usted se considera una persona amable porque eso es lo que ve en el espejo, vea de la misma forma a su vecino, ¿Por qué razón debería funcionar así? La verdad es que si usted irradia energía de rabia eso es lo que va a recibir.
Sus gestos dicen mucho
Es elevado el porcentaje de que la persona que sea amable a la cual usted se acerque pero con aspecto de rabia, la otra persona se va a sentir incómoda y posiblemente se aleje. En cambio si usted se acerca con una sonrisa eso es lo que va a recibir aunque la otra persona no le devuelva el mismo gesto pero lo atenderá con cortesía. Es 100% seguro.
Nunca critique frente a alguien que no conozca, es más, no debe hacerlo porque será criticado por lo tanto será igual que cualquier persona común y corriente. Para entablar una amistad, sea observador y desarrolle su tino para que se de cuenta de lo que le gusta a la persona que ha conocido, de esa forma usted le hablara o dará un motivo para que esa persona tenga una oportunidad de hablar de lo que más le gusta, y usted será una persona importante para él porque fue el que le tomo atención.
De confianza
Cuando esté frente a una persona que ha empezado a hablar, nunca se retire abruptamente porque si lo hace usted le está diciendo que él no es alguien de importancia, aparte que que ha sido grosero con su actitud lo ha menospreciado sin dejar de lado, que ha demostrado ser una persona sin educación.
Lo mejor que puede hacer mientras alguien esté hablando es mirarlo de frente pero con atención y nunca con distracción, es decir, no mire a los lados ni a algo que pase por su lado y peor que empiece a bostezar.
Una forma de sorprender a su interlocutor, es que le haga preguntas justo cuando el alce un poco la voz, cuando le diga algo dando clara muestra que es importante. Si usted aplica esto que es bien sencillo y que además es un buen comienzo, sabrá cómo relacionarse con los demás.
La cortesía: ¿Natural o aprendida?
La cortesía es una de las bases fundamentales de las interacciones sociales. Desde las más sencillas hasta las más complejas, los actos de cortesía permiten que las relaciones humanas fluyan de manera más armoniosa.
Sin embargo, surge la pregunta: ¿La cortesía es un comportamiento natural o se ejerce por necesidad? ¿Es posible aprenderla o es un rasgo innato en algunas personas? Este ensayo explorará estas cuestiones, analizando la naturaleza de la cortesía, su importancia en las relaciones interpersonales y la posibilidad de su aprendizaje.
La cortesía puede ser vista como un rasgo innato en algunos individuos, influenciado por factores culturales y sociales. Desde una edad temprana, los niños observan y emulan comportamientos de los adultos que los rodean.
Algunos estudios sugieren que la inclinación a ser cortés puede estar relacionada con la empatía y la capacidad de comprender las emociones de los demás. Aquellos que son más empáticos tienden a mostrar comportamientos más corteses, ya que son más conscientes del impacto que sus acciones pueden tener en los demás.
Por otro lado, la cortesía también puede ser vista como una necesidad social. En muchas culturas, ser cortés es fundamental para mantener la armonía en las relaciones interpersonales.
El uso de palabras amables, el respeto por el espacio personal y la consideración por las emociones de los demás son elementos esenciales para crear un ambiente positivo. En este sentido, la cortesía se convierte en una herramienta necesaria para facilitar la comunicación y construir relaciones.
La cortesía en diferentes culturas
Las normas de cortesía varían significativamente entre diferentes culturas. Lo que se considera cortés en una cultura puede ser visto como poco apropiado en otra. Por ejemplo, en algunas sociedades, mantener contacto visual se interpreta como un signo de sinceridad, mientras que en otras puede ser percibido como un desafío.
Estas diferencias destacan cómo la cortesía está profundamente arraigada en contextos culturales específicos. A lo largo de la historia, las normas de cortesía también han evolucionado.
En tiempos pasados, las reglas de etiqueta eran más estrictas y formalizadas, dictando incluso el comportamiento en la corte. En la actualidad, la cortesía tiende a ser más flexible, permitiendo una gama más amplia de comportamientos.
Sin embargo, independientemente de la cultura o el tiempo, la cortesía sigue siendo un elemento vital para las interacciones humanas. La cortesía puede ser, en gran medida, aprendida y desarrollada.
Desde la infancia, se puede enseñar a los niños la importancia de ser amables y respetuosos. Las enseñanzas sobre cómo saludar, agradecer y disculparse son fundamentales para ayudar a los individuos a navegar las complejidades de las relaciones interpersonales.
Los entornos familiares, escolares y comunitarios juegan un papel crucial en la formación de estos comportamientos. La educación formal e informal también puede influir en la cortesía.
Las escuelas a menudo incorporan programas que enseñan habilidades sociales y emocionales, incluyendo la cortesía. Estos programas ayudan a los estudiantes a desarrollar la empatía, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos, habilidades que son esenciales para el comportamiento cortés. A medida que las personas crecen y se enfrentan a diversas situaciones sociales, la práctica de la cortesía se convierte en una habilidad que pueden mejorar con el tiempo.
Cortesía y relaciones interpersonales
La cortesía tiene un impacto significativo en la calidad de las relaciones interpersonales. Las personas que son corteses tienden a ser percibidas como más agradables y accesibles. Esto puede llevar a relaciones más profundas y satisfactorias.
La cortesía también puede servir como un puente en situaciones difíciles, suavizando tensiones y promoviendo el entendimiento mutuo. Por el contrario, la falta de cortesía puede tener efectos perjudiciales en las relaciones.
Comportamientos descorteses, como interrumpir a otros o mostrar desinterés, pueden generar conflictos y resentimientos. Las personas pueden sentirse menospreciadas o no valoradas, lo que puede resultar en un deterioro de las relaciones.
En un entorno laboral, por ejemplo, la falta de cortesía puede afectar la colaboración y el trabajo en equipo, creando un ambiente hostil. En la era digital, la cortesía enfrenta nuevos desafíos.
Las interacciones en línea a menudo carecen del contexto emocional que se encuentra en la comunicación cara a cara. Esto puede llevar a malentendidos y a comportamientos descorteses, como el acoso en línea.
Sin embargo, también se ha observado que la cortesía digital, como el uso de saludos y agradecimientos en correos electrónicos o mensajes, puede fortalecer las relaciones virtuales.
La cortesía en el futuro
A medida que el mundo se vuelve más interconectado, la cortesía seguirá siendo relevante. Las habilidades interpersonales, incluyendo la cortesía, son esenciales para la colaboración en un mundo diverso. Fomentar la cortesía en todas sus formas no solo beneficia a las relaciones individuales, sino que también contribuye a la cohesión social.
La cortesía es un componente vital de las relaciones humanas, actuando tanto como un comportamiento natural como una necesidad social. Aunque algunas personas pueden mostrar inclinaciones naturales hacia la cortesía, es esencial reconocer que también se puede aprender y desarrollar a lo largo del tiempo.
La cortesía es fundamental para crear interacciones positivas y satisfactorias, y su práctica puede transformar la calidad de nuestras relaciones. Al aprender a ser cortés y apreciar su importancia, podemos contribuir a un mundo más amable y respetuoso.
La cortesía no solo enriquece nuestras vidas, sino que también tiene el poder de cambiar el entorno social en el que vivimos, fomentando conexiones más profundas y significativas entre las personas.