Cuando el beber no es su mejor compañero de vida

Cuando el beber no es su mejor compañero. Muchos deben saber cuándo el beber no es su mejor compañero ya que los resultados junto a los efectos colaterales son alarmantes. ¿Si alguna vez a usted le ha pasado que en el momento que bebe, de pronto le da por hacer problemas o le da por llorar?

Es terrible porque en esos momentos uno piensa que tiene todo el derecho y las razones aunque no claras de hacerlo. Hubo un tiempo en que me pasó este tipo de actitudes pero un día dije ¡Basta! Aunque no resultó por lo menos me dio una razón como para pensar ¿Por qué lo hacía?

Al menos en esos tiempos no encontré la explicación, pero si me dio el por qué no debía hacerlo. En esos tiempos mis hijos estaban casi entrando a ser adolescentes y por lo tanto, no quise que ellos tengan una razón como para beber. Cuando el beber

Cuando el beber no es lo tuyo

De ese tiempo acá ya han pasado 25 años y si he bebido en todo ese tiempo será unas 20 veces. Creo que exagero y últimamente en más de un año no lo hago. La verdad no he perdido nada por no beber, pienso que he ganado al menos tranquilidad y mucho ahorro de dinero.

Ahora que el tiempo ha pasado y he tenido suficientes razones como para aprender, algo que muy pocas personas pueden y por esto me di cuenta, por la experiencia y con la valiosa ayuda de ser un Programador Neuro-lingüista, que una persona toma esas clases de actitudes siempre es por recuerdos pasados.

y que le ocasionaron una mala experiencia, pero el problema es que cuando está actuando él no está consciente de lo que hace y peor porque reacciona así, simplemente lo hace y punto. Una prueba es que al día siguiente la mayoría no se acuerda de lo que ha hecho, ni siquiera siente remordimiento por su actitud. Hay algo que aclarar, está comprobado que un borracho no come mierda (caca) o como lo quiera llamar.

Esto es porque aunque estén borracho, en su mente tiene activado su sistema de defensa que lo hace estar alerta. Pero al mismo tiempo también está activo su lado inconsciente que es lo que hace salir a flote su lado triste, el cual lo tiene escondido mientras está consciente.

La mente es prodigiosa que al mismo momento que lo cuida, le da la oportunidad de hacer lo que quiere en realidad, pero no lo hace por el miedo al qué dirán. Hace muchos años conocí a un empleado de mi papá que cuando estaba tranquilo y trabajando era el más noble de los hombres.

Las actitudes que causa la bebida

Pero cuando se tomaba unas cervezas, armaba problema y medio pero nada que ver con sus compañeros de trabajo y peor, con su jefe inmediato como era mi papá (los dos ya fallecidos) el caso es que los escándalos que hacía era porque quería que le tomaran en cuenta.

La forma que encontró fue que buscaba que los vehículos lo arrollaran y cómo nadie lo hacía, les reclamaba. La actitud de él era porque siempre vivió sólo y lo que quería es que le tomaran atención como familia.

Cómo nadie lo hacía a más de ser amigos, él se sentía sólo, pero se le quitó el día que se llevó a la señorita cocinera que trabajaba en la casa, ¿Qué se le quitó el relajo? Claro que sí, pero le duró muy poco porque a los 5 años se quedó sólo de nuevo.

Con esto, ¿Volvió a beber? Claro que sí pero lo hacía en solitario dónde nadie lo vea porque lloraba. Después de 7 años regresó la ingrata con sus hijos ya crecidos al extremo de que al padre no lo conocían pero ¡Oh sorpresa, tampoco le duró mucho tiempo!

Esto porque murió de un problema en el estómago, producto del estrés que fue originado por los celos que según algunas personas, eran ciertas. El caso es, ¿Cómo una persona puede entrar en esa actitud por unos recuerdos?

Porque en apariencias estaba tranquilo pero por dentro sufría en silencio. Hasta los últimos días conversé con él y en honor a la verdad se lo veía joven,  tranquilo y sano, claro que él nunca dio muestras de dolor.

¿Por qué la persona busca la bebida como medio de compañía?

Cuando cayó fulminado con su último suspiro fue cuando trabajaba en la casa, nadie le creyó su lamento de dolor, hasta que lo fueron a mover, ahí se dieron cuenta esposa e hijos que el jefe de la casa ya no lo es más. Con todo eso ya saben cuándo el beber no es su mejor compañero.

La soledad y el abandono son realidades humanas que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas. Estas experiencias pueden sentirse desoladoras, como un vacío profundo que parece no tener fin.

Sin embargo, una de las respuestas más comunes que algunas personas buscan cuando enfrentan estas sensaciones de soledad o abandono es recurrir al consumo de alcohol. La bebida se convierte en una especie de compañía temporal, una forma de suavizar el dolor y llenar ese vacío emocional, aunque solo sea momentáneamente.

Esta actitud puede parecer un comportamiento aprendido, pero en realidad hay factores internos y externos más profundos que guían esta elección. Cuando una persona se siente sola, la necesidad de conexión humana y de compañía puede volverse abrumadora.

El deseo de sentirse comprendido y apoyado es un instinto básico, un anhelo de comunidad y pertenencia. Sin embargo, a veces las circunstancias, ya sea por aislamiento social, falta de relaciones significativas o simplemente la sensación de no ser visto o valorado, hacen que esa conexión real y genuina sea difícil de encontrar.

En este contexto, el alcohol ofrece una solución rápida y aparentemente efectiva. La euforia temporal que proporciona puede hacer que la persona sienta que está acompañada, aunque sea solo por un momento. Esta sensación puede llevar a la persona a buscar el alcohol repetidamente, como si fuera una especie de consuelo o alivio a la soledad.

El alcohol un patrón aprendido

El consumo de alcohol en estas situaciones puede parecer un comportamiento aprendido, como si la persona estuviera siguiendo un patrón aprendido de respuesta emocional. A menudo, las redes sociales y culturales pueden reforzar esta asociación entre el alcohol y la evasión del dolor emocional.

Por ejemplo, en muchas películas, series y anuncios, el consumo de alcohol se presenta como una solución social a las dificultades emocionales o como una fuente de alegría temporal. Este tipo de representación puede contribuir a que las personas asocien inconscientemente el alcohol con el alivio de la soledad.

Sin embargo, el impulso hacia el alcohol como solución a la soledad o al abandono también puede ser una respuesta más instintiva y menos consciente. Cuando alguien experimenta emociones intensas como el dolor, la tristeza o la desesperación, el cerebro puede buscar alivio a través de lo que le resulta familiar o inmediato.

El alcohol, al alterar las percepciones y emociones momentáneamente, ofrece un alivio temporal del sufrimiento. Esta respuesta puede parecer un comportamiento automático, una especie de mecanismo de supervivencia emocional, aunque a largo plazo solo refuerza un ciclo destructivo.

El impulso hacia el alcohol como medio de compañía puede también estar vinculado a un vacío emocional más profundo. A veces, las personas que recurren al alcohol sienten que no tienen otros medios disponibles para lidiar con sus emociones o para encontrar un sentido de conexión.

La vida moderna, con sus exigencias y ritmo acelerado, puede llevar a una desconexión emocional, y el alcohol se convierte en una forma rápida y aparentemente fácil de llenar ese vacío. Esta conexión temporal y efímera con la bebida puede ser una respuesta aprendida, ya que en muchos casos las personas han aprendido desde temprana edad a asociar ciertos rituales o momentos sociales con el consumo de alcohol.

La reuniones sin alcohol no existe

Esta conexión puede ser reforzada por eventos familiares, reuniones de amigos o celebraciones en las que el alcohol juega un papel central. Sin embargo, es importante destacar que este comportamiento no siempre es un acto consciente o deliberado.

Muchas veces, la persona que busca el alcohol como compañía está simplemente intentando aliviar el sufrimiento emocional sin estar completamente consciente de cómo lo está haciendo. El cerebro puede asociar el consumo de alcohol con la evasión del dolor, la desconexión temporal de las emociones difíciles y el alivio del estrés.

En ese sentido, el impulso hacia el alcohol puede ser una respuesta automática a una necesidad emocional, incluso si la persona no está completamente consciente de ello. A menudo, este comportamiento puede estar influenciado por la incapacidad para enfrentarse directamente al dolor o al vacío interior.

En lugar de procesar y lidiar con las emociones difíciles, la persona elige escapar momentáneamente del sufrimiento a través del alcohol. Esta reacción puede estar reforzada por un sentimiento de impotencia o desesperanza, especialmente si la persona ha intentado otras vías para encontrar apoyo emocional sin éxito.

El alcohol ofrece un alivio inmediato, aunque temporal, que puede parecer más accesible y menos doloroso que enfrentar el sufrimiento directamente. El aprendizaje también juega un papel importante en esta tendencia.

Si una persona ha crecido en un entorno donde el consumo de alcohol se asocia con la evasión emocional o con la búsqueda de consuelo en tiempos difíciles, es probable que ese comportamiento se repita en su vida adulta.

Lidiar con el dolor emocional

Las familias, las redes sociales y las influencias culturales pueden reforzar la idea de que el alcohol es una solución aceptable y válida para lidiar con el dolor emocional. Este aprendizaje puede ocurrir de manera implícita, a través de la observación y la experiencia, sin que la persona esté necesariamente consciente de ello.

La repetición del comportamiento puede llevar a una mayor dependencia emocional del alcohol y a un ciclo de evasión y sufrimiento. Es fundamental también considerar el papel de la soledad y el abandono en este contexto.

Cuando alguien se siente abandonado o sin apoyo, puede volverse más susceptible a las influencias externas y menos capaz de mantener la coherencia emocional. El aislamiento puede llevar a un sentimiento de desesperanza, y el alcohol aparece como una forma rápida de aliviar esa sensación de vacío.

La repetición de este comportamiento puede crear un vínculo emocional con la bebida, donde el alcohol se convierte en una especie de «compañero» en momentos difíciles, aunque solo proporcione consuelo temporal.

La capacidad para afrontar y superar las emociones difíciles, para lidiar con la soledad y el abandono sin recurrir al alcohol, requiere de un aprendizaje emocional y una consciencia que muchas personas no han adquirido.

Esto puede llevar tiempo, esfuerzo y apoyo. La terapia, la conversación abierta y sincera con amigos o familiares, y el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludable son herramientas valiosas para enfrentar el dolor y la soledad de una manera más constructiva.

Sin embargo, en ausencia de estas alternativas, el alcohol puede seguir siendo una elección automática y aparentemente necesaria para muchas personas. El ciclo del consumo de alcohol como respuesta a la soledad y el abandono puede resultar en un deterioro emocional y físico a largo plazo.

La desconexión emocional

Si bien el alivio temporal puede parecer suficiente al principio, la repetición de este comportamiento solo lleva a una mayor desconexión emocional, al aumento del sufrimiento y al fortalecimiento de una dependencia que puede ser difícil de superar.

La soledad y el vacío no se pueden llenar con una solución momentánea; requieren tiempo, esfuerzo y el trabajo interno necesario para procesar y sanar las emociones difíciles. En última instancia, el deseo de conexión y apoyo emocional sigue siendo un aspecto fundamental del ser humano, y es una necesidad que no puede ser reemplazada por el consumo de alcohol o cualquier otro sustituto temporal.

La búsqueda de vínculos auténticos, de apoyo emocional genuino y de un sentido de comunidad y pertenencia son las respuestas más saludables y sostenibles para enfrentar la soledad y el abandono.

Aprender a pedir ayuda, a hablar abiertamente sobre las emociones y a cultivar relaciones de apoyo y amor puede ser un camino hacia la sanación y el crecimiento personal, incluso cuando la tentación de escapar a través del alcohol sea fuerte. En última instancia, la soledad y el abandono nos invitan a enfrentarnos a nosotros mismos, a buscar ayuda y a recordar que, aunque parezca difícil, no estamos realmente solos.

Datos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.