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Cuando la improvisación funciona. En algunos casos nos hemos dado cuenta, que aunque queramos aplicar un método o forma para realizar algún proyecto o trabajo, no funciona o queda a medias los resultados. También nos ha pasado que de pronto algo pasa y no sabemos cómo reaccionar ante el intempestivo, muchos simplemente se encojen de hombros y tiran la responsabilidad a otros.
En este caso si no están preparados tendrán que pedir ayuda a cualquier persona o entidad, que a la larga les resulta caro. Hay momentos en que la solución está en nuestras narices y no la vemos.
Eso pasa cuando no hemos despertado nuestra mente para que funcione en eventos de ésta naturaleza. No puedo hablar por todos pero si por mí, por lo tanto en lo que me he dado cuenta es que la mejor forma de hacer despertar la mente para estos casos, es con la observación.
En este caso si voy a utilizar el término «Tiene» que por costumbre dedicarle un tiempo a la observación, tanto física como mental. Métodos para aprender a observar está en un E-book que escribí que se llama «Como crear mi empresa» ahí detallo la forma más práctica sobre lo uno y lo otro.
Claro que sin dejar de lado la lectura con visualización, que también lo describo en dicho E-book. Poco a poco usted se dará cuenta que su punto de vista se acrecentó al grado que se le hace fácil improvisar.
Cuando la improvisación funciona
Ahora, cuando usted ve un problema enfrente suyo no sólo ve el problema en sí, sino que también ve la solución que ya está preparada para ese problema, pero cuando le sale algo diferente usted mismo empieza a ver una posible solución basado en la improvisación.
Hay casos en que lo improvisado funciona mejor que el original. Improvisar es como que le da un toque diferente a las cosas pero el resultado difiere muy poco del esperado, ahora si el resultado es diferente pero mejor entonces que sea bienvenido.
Los mejores resultados cuando la improvisación funciona es en lo que se relaciona con el convivir diario de cada persona, en la oficina, en el trabajo de planta. Ahora si piensa improvisar en algo mecánico interno ahí sí que no se va a poder.
Esto porque todo funciona milimétricamente y no puede poner una pieza que no es o improvisar con otra, simplemente no funciona pero, si puede improvisar que esa máquina tenga una función adicional de la que ya se ha programado, sólo tiene que observar.
Yo trabajé con emulsiones fotosensibles por muchos años, siempre me dijeron que la sensibilidad se conseguía con bicromato de amonio y no con el potasio, bueno el caso es que tiene una reacción diferente.
El punto es que la sensibilidad tiene un color amarillo yema y mientras más amarillo encendido es, resulta mejor. Un día no tenía el componente químico y tenía que entregar un trabajo de matricería al día siguiente, no había dónde comprar por ser domingo.
Esto es prueba error
Entonces se me ocurrió que si la emulsión es amarillo yema, ¿Por qué no se puede poner una yema de huevo y darle el color que se quería? Yo no sé el componente de cada uno pero me fijaba más en el color que en mi ignorancia.
El resultado de esto fue que se consiguió un resultado excelente de sensibilidad pero, con la diferencia que en vez de trabajar con una luz especial preferí trabajar con la original, eso era con el Dios sol, fue perfecto porque el corte que dio a la imagen fue de 100% vuelta que con el químico rara vez se llega a 95%. Con eso aprendí que no siempre se puede regir a algo establecido cuando la improvisación funciona.
¿La improvisación es natural de las personas?
La improvisación es una habilidad que muchas personas desarrollan a lo largo de sus vidas, aunque su presencia y grado de desarrollo varían según el individuo y las circunstancias. Es, en muchos casos, una respuesta natural ante situaciones inesperadas, pero también está vinculada a la creatividad.
Algunas personas tienen una tendencia más marcada a improvisar de manera espontánea, mientras que otras requieren de más estructura o planificación. La improvisación, por lo tanto, no es algo que se dé por igual en todas las personas, pero sí es una capacidad que se puede entrenar y mejorar con el tiempo.
Cuando se habla de improvisación, se hace referencia a la capacidad de actuar, crear o reaccionar sin una preparación previa. Esta habilidad es especialmente importante en áreas como las artes, la música, el teatro, y las situaciones cotidianas en las que las personas deben encontrar soluciones rápidas o responder a desafíos sin tener una guía clara.
De hecho, la improvisación es una de las formas más puras de creatividad. Cuando una persona improvisa, está utilizando su creatividad de una manera muy directa, ya que requiere de pensamiento rápido y de la capacidad de conectar ideas, emociones y habilidades de una manera fluida y sin obstáculos.
La creatividad, como proceso mental, es la base de la improvisación. Ambas están estrechamente relacionadas porque la improvisación depende de la capacidad de generar algo nuevo y original en el momento.
La persona que improvisa no sigue un guion predeterminado ni un plan específico; en lugar de eso, está constantemente creando y adaptándose a lo que sucede en el entorno en tiempo real. Este proceso de creación continua es lo que conecta la improvisación con la creatividad: la habilidad de generar ideas nuevas y útiles en circunstancias donde no existe una preparación clara.
La habilidad creativa
Así, la improvisación se convierte en un campo donde se pone a prueba la habilidad creativa de una persona. Por ejemplo, en el caso de un músico que improvisa durante una interpretación, la creatividad juega un papel fundamental.
Este músico no sigue una partitura escrita, sino que deja que la música fluya de manera espontánea, ajustándose a la energía de la audiencia, a la interacción con otros músicos y a las emociones del momento.
En este sentido, la improvisación es una manifestación pura de la creatividad, que permite al músico hacer algo único e irrepetible. Este tipo de improvisación no depende de conocimientos técnicos únicamente, sino de la disposición a arriesgarse a probar algo nuevo y a confiar en las habilidades desarrolladas a lo largo del tiempo.
La improvisación también puede ser un reflejo de la capacidad de adaptación. En la vida cotidiana, las personas a menudo se enfrentan a situaciones inesperadas que requieren respuestas rápidas. Un ejemplo de esto es cuando alguien tiene que dar una respuesta en una reunión de trabajo sin haber preparado previamente una intervención.
La persona puede recurrir a su conocimiento previo, su sentido común y su capacidad para pensar con rapidez, lo que permite que pueda improvisar una respuesta adecuada. En este sentido, la improvisación no siempre requiere de un alto grado de creatividad artística, sino más bien de agilidad mental y capacidad para reaccionar ante lo inesperado.
Sin embargo, la improvisación no siempre es vista como algo positivo. En algunas culturas y en ciertas situaciones, puede considerarse que improvisar es sinónimo de falta de preparación o de ser poco confiable.
La previsión y la planificación
Por ejemplo, en contextos empresariales o educativos, a veces se valora más la planificación meticulosa y la previsión en lugar de la capacidad de improvisar. No obstante, esto no significa que la improvisación sea algo negativo o que no sea valiosa.
De hecho, en muchos casos, la improvisación puede ser una habilidad muy útil, especialmente en situaciones de crisis o cuando se necesita una respuesta rápida a un problema. Algunas personas pueden sentir que no son capaces de improvisar de manera efectiva.
Esto puede deberse a que, en su vida cotidiana, están acostumbradas a depender de planes estrictos y horarios detallados. La falta de flexibilidad para improvisar puede estar relacionada con la necesidad de tener el control sobre las situaciones, lo cual les hace sentirse incómodas cuando se presentan eventos inesperados.
Sin embargo, la habilidad para improvisar se puede entrenar, y de hecho, muchas veces las personas que inicialmente parecen ser más rígidas en su enfoque logran ser más flexibles con la práctica.
Es posible que algunas personas lleguen a improvisar simplemente observando a otras. De hecho, la capacidad para improvisar puede desarrollarse en parte al ver cómo otros manejan situaciones inesperadas.
Observar a personas que tienen una alta habilidad para improvisar puede servir de inspiración y enseñanza, incluso sin necesidad de que se les pida un consejo directo. Esto sucede cuando se aprende a través del ejemplo, un proceso en el que se interiorizan ciertos comportamientos o estrategias sin ser conscientes de ello.
Cuando alguien ve a una persona improvisar con éxito, puede empezar a asimilar cómo lo hace esa persona y, en algún momento, aplicar esa misma capacidad de improvisación en su propia vida. Este tipo de aprendizaje, basado en la observación, es fundamental en el desarrollo de habilidades en diversas áreas.
Cuando la improvisación es un arte
En la música, por ejemplo, un joven pianista puede aprender a improvisar viendo a otros músicos de jazz que tocan de manera improvisada. La capacidad de escuchar y observar cómo se desarrollan las ideas en el contexto de la improvisación le permite a esa persona experimentar con sus propios improvisaciones.
De forma similar, en el teatro, los actores aprenden a improvisar mediante la observación de otros actores y la práctica constante de juegos y ejercicios improvisados. Cuando una persona ve a otras improvisar, no solo aprende el «cómo», sino también el «por qué».
La improvisación, especialmente cuando es exitosa, no es solo un producto de la espontaneidad, sino que también involucra una cierta intuición, una comprensión del contexto y una habilidad para anticipar cómo van a reaccionar los demás.
Esto es algo que, al principio, puede parecer inalcanzable, pero con el tiempo y la observación constante, puede volverse una parte integral del propio repertorio personal. Algunas personas pueden incluso convertirse en improvisadores espontáneos sin que se les haya enseñado formalmente cómo hacerlo.
Este tipo de creatividad viene de una confianza profunda en sus propias habilidades y en la capacidad de encontrar soluciones en el momento adecuado. Para estas personas, la improvisación es una extensión natural de su pensamiento creativo y de su deseo de explorar nuevas ideas o formas de expresión. No obstante, este tipo de improvisación espontánea también se ve influido por la experiencia y el conocimiento acumulado a lo largo de los años.
En conclusión
La improvisación es una habilidad que está profundamente conectada con la creatividad. Aunque no todas las personas improvisan de la misma manera, todos tienen la capacidad de desarrollar esta habilidad.
La improvisación no siempre es un acto espontáneo, sino que puede ser el resultado de la observación, la práctica y el aprendizaje. El hecho de que algunas personas puedan improvisar observando a los demás demuestra que la capacidad de improvisar no se limita solo a un talento innato, sino que también es algo que se puede cultivar y mejorar. Así, la improvisación puede ser una herramienta poderosa para la resolución de problemas, la expresión artística y la adaptación a nuevas circunstancias.