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Cuando se habla con las paredes. Que mal se siente cuando se habla con las paredes. La verdad no tengo idea desde cuando las personas perdieron el interés por aprender, pero si sé que ya es mucho tiempo. Es frustrante cuando alguien tiene el afán por pasar conocimientos y es detenido por seres que no tienen ni el más mínimo deseo por aprender.
Muchos de esos seres que por casualidad son humanos que en medio de su torpeza creen que lo que han aprendido es todo, sin darse cuenta que hay mucho por delante. Estoy bien seguro que nadie tiene todo el conocimiento ya que es inmenso y ni toda la vida le alcanza para aprender un poco más pero, si es verdad que se hace todo lo posible por aprender algo más de lo común.
Para alguien que de pronto se da cuenta que hay una interesante emoción cuando se entera de algo que puede ser verdad y no me refiero a los chismes, me refiero a lo desconocido, a lo que se nos ha ocultado por intereses mezquinos de ciertas instituciones mundiales, que no les interesa que la gente común sepan cómo funciona todo a nuestro alrededor.

El conocimiento tiene valor
Está claro que mientras más ignorancia en la humanidad siempre será gobernado con sencillez y simpleza. Una persona nunca deja de aprender porque los conocimientos son inmensos e inmortales por lo tanto, es deber de todos el desear aprender y si usted lo desea pues su deseo se cumple, ya que siempre habrá alguien o manera de que la información le llegue a sus manos.
El conocimiento es energía y mientras más sepa más fuerte se sentirá en su interior. Cuando se habla con las paredes se pierde algo de esa energía por el mismo hecho de hablar, el tiempo que se emplea y el deseo generoso del que se dispone para hacerlo es energía pura, ¿Creen que no cansa hablar? Pero no sería tanto cuando se lo hace frente a alguien que está dispuesto a escuchar.
Para muchos es chocante que alguien le converse de algo que aprende y peor si es algo que se sale de sus parámetros, parámetros que se han formado a medias y diría a cuartos ya que fuimos educados a conveniencias de las llamadas instituciones, que por sus intereses sólo lo hicieron de acuerdo a su propia historia.
Hay momentos que me he puesto a pensar y me refiero a este tema, ¿Por qué las personas que consideran ridícula la información que alguien se las ofrece, no se toman el tiempo de investigar si hay algo de cierto en lo que ha escuchado? La gran mayoría no lo hace y creo saber por qué no lo hace.
Razones de no aprender
Una de las razones pienso que no consideran de valía a la persona que se la ha comunicado, otra de las razones pienso que es porque fueron tan bien educados y no me refiero a aprendizajes, sino a programas que fueron instalados ya sea por el temor que le fueron creados si no lo hacen cómo les enseñaron.
Por lo tanto simplemente lo hacen como robot que cuando escuchan algo que se va en contra de lo que supuestamente aprendieron, salta el sistema de defensa rechazando a raya sin dar el tiempo a su mente, que razone si hay o no una probabilidad de verdad en lo que han escuchado y eso, es debido al miedo que le han infundado.
Las paredes están o se diseñaron para separar un lado del otro y lo más triste, es que también están para retener cualquier cosa que deba estar en el lugar que está, o detener cualquier cosa que no deba entrar al lugar que muy posiblemente deba entrar, ahora cuando se habla con las paredes es eso mismo es decir, hablamos con personas que les enseñaron a ser herméticas e irracionales.
El miedo que sienten está basado en un estado de inconsciencia que sólo al escuchar algo que le enseñaron que no debe ser, sienten el miedo a ser castigados, es decir, el miedo se lo infundaron por intermedio de lo que aprendieron como puede ser por padres muy severos o por la religión que es típico en estos casos.
Todos tienen el derecho de aprender
Toda persona tiene el derecho de aprender y ya es hora de que empiecen y no se rijan por lo ya establecido, ¿Acaso no hay una pequeña duda sobre lo que nos enseñaron como algo verdadero?
Recuerden que el conocimiento no sólo es matemáticas ya que hay mucho por aprender y en especial de dónde venimos. No permita que alguien piense que cuando se habla con las paredes es algo que está establecido y, que no hay nada en el mundo que lo pueda romper.
El aprendizaje es un proceso fundamental en la vida humana. Desde la infancia, nos enseñan a adquirir habilidades y conocimientos que nos permitirán desarrollarnos en el mundo.
Sin embargo, no todas las personas están dispuestas a aprender, y a menudo se resisten a recibir sugerencias o guías que podrían mejorar su desempeño. Este fenómeno puede ser frustrante tanto para quienes intentan ayudar como para quienes se ven afectados por su falta de apertura. ¿Qué factores impulsan esta resistencia al aprendizaje?
Uno de los principales motivos por los que las personas se resisten a aprender es el miedo al cambio. Cambiar implica salir de la zona de confort, donde la persona se siente segura y familiarizada con su entorno.
La idea de adoptar nuevos métodos o ideas puede generar ansiedad, ya que no se sabe cómo se desarrollarán las cosas. Muchas personas temen perder el control sobre sus rutinas y procesos si se ven obligadas a aprender algo nuevo.
El cambio puede llevar a una alteración en las dinámicas sociales, lo que genera miedo a la pérdida de estatus o aceptación entre pares. Este miedo al cambio puede ser un obstáculo importante que impide a las personas abrirse al aprendizaje y a las nuevas ideas.
Falta de confianza en sí mismos
La baja autoestima y la falta de confianza en las propias habilidades también pueden ser factores que influyan en la resistencia al aprendizaje. Las personas que no creen en su capacidad para aprender algo nuevo pueden.
Creer que no son lo suficientemente inteligentes para entender un nuevo concepto o habilidad puede llevar a la inacción. La posibilidad de fracasar al intentar aprender algo nuevo puede ser tan abrumadora que prefieren no intentarlo en absoluto.
Las experiencias pasadas de fracaso pueden generar un sentimiento de culpa y vergüenza que desincentiva el aprendizaje. Este ciclo de baja confianza y temor al fracaso puede crear una barrera psicológica que dificulta el aprendizaje, incluso cuando se ofrecen las mejores sugerencias o guías.
La resistencia a aprender también puede estar ligada a la forma en que se presentan las sugerencias o la autoridad de quienes las ofrecen. Algunas personas tienden a resistirse a la dirección externa, especialmente si sienten que no se les está dando el debido respeto o consideración.
La necesidad de sentir que tienen control sobre su propio aprendizaje puede hacer que rechacen las recomendaciones, incluso si son válidas. Si una persona no confía en la experiencia o el conocimiento de quien ofrece la sugerencia, es probable que no preste atención a su guía.
Para algunas personas, especialmente en entornos más jóvenes o de trabajo, la resistencia a la autoridad puede manifestarse como un rechazo a las sugerencias simplemente por el deseo de desafiar. Este tipo de resistencia puede dificultar el aprendizaje, incluso cuando la información ofrecida es relevante y beneficiosa.
Falta de motivación intrínseca
La motivación juega un papel crucial en el aprendizaje. Si una persona no está interesada o motivada para aprender, es poco probable que preste atención a las sugerencias que se le ofrecen.
Si el tema en cuestión no resuena con los intereses o metas personales del individuo, es probable que no sienta la necesidad de aprender. Las personas a menudo se enfocan en lo que consideran más importante en sus vidas, y si el aprendizaje no se encuentra en esa lista, se ignoran las sugerencias.
Aprender sin un propósito claro puede parecer una tarea inútil, lo que lleva a la desmotivación. Cuando la motivación intrínseca no está presente, incluso las sugerencias más bien intencionadas pueden caer en oídos sordos.
Las experiencias de aprendizaje pasadas también pueden influir en la resistencia a aprender. Si una persona ha tenido malas experiencias en el pasado, puede desarrollar una aversión a aprender.
Un mal maestro o una experiencia dolorosa puede hacer que una persona asocie el aprendizaje con el sufrimiento, llevándola a rechazar cualquier sugerencia que involucre un proceso de aprendizaje.
La repetida experiencia de fracaso en el aprendizaje puede llevar a la desilusión y al deseo de evitar futuras experiencias que puedan resultar igualmente frustrantes. Algunas personas pueden sentirse estigmatizadas por sus fracasos, lo que les lleva a evitar situaciones donde puedan ser juzgadas o evaluadas.
Las experiencias pasadas crean un marco de referencia que puede dificultar la apertura a nuevas oportunidades de aprendizaje.
La cultura en la que una persona se encuentra inmersa también puede jugar un papel importante en su disposición para aprender. Las normas culturales y sociales pueden influir en cómo se percibe el aprendizaje y la educación.
En algunas culturas, se valora más la experiencia práctica que la teoría, lo que puede hacer que algunas personas rechacen el aprendizaje formal. Las expectativas de grupo pueden desalentar el aprendizaje si se considera que no es parte de la cultura del grupo.
La presión de compañeros o de la familia puede influir en la decisión de aprender o no, especialmente si hay un estigma asociado a la búsqueda de conocimientos adicionales. La influencia de la cultura y la sociedad puede ser un factor determinante en la resistencia a aprender y en la atención a las sugerencias.
Una barrera que a menudo se pasa por alto es la forma en que se presentan las sugerencias. Una comunicación ineficaz puede llevar a la resistencia al aprendizaje. Si las sugerencias no están bien formuladas o son difíciles de entender, la persona puede desconectarse y no prestar atención.
La manera en que se comunica la sugerencia puede influir en la receptividad. Un tono condescendiente o un lenguaje corporal negativo puede generar resistencia. Establecer una conexión emocional con la persona puede facilitar la apertura al aprendizaje.
Una comunicación clara y efectiva puede ser clave para ayudar a las personas a sentirse cómodas y dispuestas a aprender.
Conclusión
La resistencia a aprender es un fenómeno complejo que puede deberse a una combinación de factores, desde el miedo al cambio hasta la falta de motivación intrínseca. Comprender las razones detrás de esta resistencia puede ayudar a crear un entorno más propicio para el aprendizaje y facilitar la receptividad a las sugerencias.
Al abordar la resistencia con empatía y estrategias efectivas, es posible ayudar a las personas a abrirse a nuevas experiencias de aprendizaje y, en última instancia, a crecer tanto personal como profesionalmente.
«Enseñar a quien no está dispuesto a aprender es malgastar las palabras« Confucio