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Después del odio viene el amor. Parece increíble pero muchas veces sucede que después del odio viene el amor, hay momentos en que me hice la pregunta, ¿Cómo se puede identificar lo que es amor de verdad?
Posiblemente haya muchas opiniones pero pienso que debería haber un concepto claro sobre lo que es el amor. Decir odio no creo que sea así del todo, más bien lo que pienso que hay es una diferencia de opinión entre dos personas, por la cual discrepan en tono acalorado.
Para entender con mayor precisión lo que es odio, voy a citar a Wikipedia y dice: El odio es un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir a su objetivo.
Pienso que está por demás bien claro, entonces ¿Cómo es posible que una persona que tiene esos sentimientos hacia otra, pueda cambiar de pronto de opinión sentimental? Pienso que si sucede puede ser cualquier cosa, menos amor.
Después del odio viene el amor
Ahora si se preguntan ¿Cómo puede afirmar lo que dice? En realidad no lo afirmo pero si doy una prueba de que puede suceder. Lleva el caso que una persona puede sentir alguna rencilla hacia otra, por que en algún momento, le dio a entender que él o ella está muy por encima de la otra persona.
Esta actitud hace que la persona que se siente opacada y que por dentro sabe que no es así, empieza su yo interno o súper yo a crear la forma cómo demostrarle que no es así. Pero cómo sabe que no puede convencerlo a la fuerza, cambia de estrategia.
Ya que más se ve en el caso de mujer a hombre y muy raro de hombre a mujer, empieza con un plan muy especial y busca el lado más suave del hombre para poder entrar por ahí, ¿Cuál es ese?
El lado suave es pues por sus sentimientos y para que el plan funcione, ella tiene que ceder no un brazo sino los dos. El plan es conquistar al agresor y cuando lo logra zas, el pato está en la olla listo para ser cocinado.
Claro que en sentido figurado pero es así, ¿Por qué lo digo? La verdad esto me pasó una vez cuando tuve 17 años y estaba a cargo, de un local de venta de ropa deportiva, ahí conocí a una chica cliente que de entrada nos caímos mal pero más, era porque ella se creía la reina.
Esa actitud a mí me cayó mal, con decir que hasta discutimos por precios y calidades y por último hasta la boté del local, ahora como por arte de magia, 30 minutos después ya estábamos conversando muy amenamente para después tener una relación.
El amor herramientas para algunos
El tiempo pasó y no mucho porque en dos meses, terminó todo y yo sin un centavo en mis arcas. Ahora si piensan que no es dato suficiente como para dar mi punto, pues cuando tuve 32 años caí de nuevo en el mismo juego y fue peor.
Uno cree que es amor pero no es así, al menos eso fue lo que yo vi en mi lugar, recuerden que no soy dueño de la verdad, simplemente doy mi punto por mi experiencia y cómo ya saben que la experiencia es una equivocación, pues eso fue lo que pasó, me equivoqué.
El plan inconsciente de la persona es dejar por sentado, de que ella es mucho mejor de lo que el otro podría llegar a pensar, al mismo tiempo «Venganza» pero lo que no sabe dicha persona, es que para que todo le salga como se planea, ella o él tiene que poner en juego su sentir, por lo tanto también sale afectado.
Ahora, ¿Creen que vale la pena llegar a extremos, sólo para quedar supuestamente en lugar que en apariencias le corresponde? Al menos no lo creo así. Pienso que primero hay que limpiarse de los malos sentimientos, para poder con amor ceder al amor y no pensar que después del odio viene el amor.
¿Por qué es fácil autoengañarse cuando se trata del amor?
El autoengaño en el amor es un fenómeno tan común como complejo. Cuando alguien se siente atraído o interesado en otra persona, es fácil que la mente construya escenarios ideales, imágenes que reflejan más lo que uno desea que lo que realmente es.
Esto ocurre porque el amor activa en el cerebro una mezcla de emociones y deseos que pueden nublar el juicio. En el momento en que surge la atracción, muchas personas comienzan a interpretar señales, incluso las más insignificantes, como evidencia de un interés mutuo, aunque estas señales no necesariamente lo confirmen.
Este proceso no es deliberado, sino una respuesta natural a la necesidad humana de conexión y aceptación. El hombre, como cualquier ser humano, puede ilusionarse rápidamente porque el amor está estrechamente ligado a las expectativas y los deseos profundos.
En el caso de los hombres, esto puede verse potenciado por un impulso social y biológico de demostrar interés, actuar con iniciativa y visualizar posibles resultados antes de que la otra persona dé indicios claros.
La ilusión rápida puede originarse en parte por la forma en que el cerebro humano busca llenar los vacíos con historias que nos reconforten o nos den esperanza. Cuando se percibe una oportunidad de amor, el cerebro tiende a idealizar a la persona y la situación, incluso cuando no hay suficientes pruebas para justificar esas conclusiones.
Uno de los motivos principales por los que el autoengaño se da en el amor es el temor al rechazo. Aceptar que alguien no corresponde a nuestros sentimientos puede ser emocionalmente doloroso, por lo que la mente tiende a aferrarse a cualquier señal que pueda interpretarse como positiva.
Los pensamientos románticos
Esto crea una narrativa interna que justifica las acciones y pensamientos románticos, aunque estén basados en malentendidos o percepciones incorrectas. Por ejemplo, una sonrisa o un comentario amable pueden ser vistos como señales de interés amoroso, aunque en realidad solo reflejen cortesía o amabilidad.
El hombre puede estar influenciado por factores culturales que lo llevan a buscar señales de reciprocidad en el amor con más intensidad. Desde una perspectiva social, se espera que los hombres actúen con confianza y que tomen la iniciativa en cuestiones románticas.
Esta presión, a veces inconsciente, puede hacer que algunos hombres interpreten más de lo que realmente ocurre, ya que su deseo de actuar supera la necesidad de analizar la situación con calma. Esto no significa que los hombres sean menos racionales, sino que las emociones pueden ser abrumadoras cuando están involucradas en asuntos del corazón.
Otro factor importante es la falta de comunicación clara entre las personas. En muchas interacciones románticas, las intenciones de ambas partes no siempre se expresan de manera directa. Esto deja espacio para que cada persona interprete la situación a su manera.
En el caso de alguien que ya se siente atraído, este vacío de información puede llenarse con suposiciones que alimentan la ilusión. La mente tiende a centrarse en lo que quiere escuchar y descarta las señales que podrían sugerir que la otra persona no siente lo mismo.
Esto es especialmente cierto cuando el deseo de amor y conexión es muy fuerte. El idealismo es otra razón que contribuye al autoengaño. Muchas personas tienen una idea preconcebida de lo que debería ser el amor, influenciada por historias, películas o experiencias pasadas.
Las señales de alerta
Este idealismo puede hacer que se pasen por alto las señales de alerta o las incompatibilidades evidentes, porque la mente se enfoca en crear una versión perfecta de la relación. En el caso de los hombres, el deseo de encontrar a alguien con quien puedan compartir su vida o experimentar un amor significativo puede intensificar esta tendencia.
El amor idealizado no siempre refleja a la persona real que tienen enfrente, pero el deseo de creer en esa imagen supera la realidad. La ilusión en el amor también está profundamente conectada con el instinto humano de buscar pertenencia y conexión emocional.
El amor, desde una perspectiva evolutiva, es esencial para formar vínculos y crear un sentido de seguridad. Cuando alguien siente que ha encontrado a la persona adecuada, la idea de que ese amor no sea correspondido puede parecer inaceptable.
La mente se protege a sí misma creando una narrativa en la que el amor es mutuo, incluso si hay poca evidencia para respaldar esa creencia. Cuando un hombre se ilusiona rápidamente, no necesariamente significa que sea ingenuo o inexperto.
A menudo, esta ilusión rápida es una manifestación de un deseo genuino de encontrar algo significativo. Sin embargo, este deseo puede ser tan fuerte que ahoga las señales de advertencia o las señales más realistas que podrían equilibrar las expectativas.
Esto no solo ocurre con los hombres; es un fenómeno universal. Sin embargo, algunos hombres pueden experimentar esta ilusión de manera más intensa debido a expectativas internas y externas que los llevan a actuar con rapidez en lugar de tomarse el tiempo para observar y evaluar la situación.
El autoengaño un problema
El autoengaño en el amor no es necesariamente algo negativo, pero sí puede ser problemático si lleva a una persona a ignorar la realidad y tomar decisiones basadas en ilusiones. Por ejemplo, alguien que se ilusiona demasiado rápido puede invertir tiempo y energía emocional en una relación que nunca tuvo potencial real.
Esto puede generar frustración, desilusión y una sensación de pérdida cuando la realidad finalmente se enfrenta. A pesar de esto, es importante entender que la capacidad de ilusionarse también tiene un lado positivo.
La ilusión puede ser un motor para tomar riesgos y abrirse emocionalmente, algo necesario para formar relaciones. Sin ilusión, las personas podrían volverse demasiado cautelosas, evitando conexiones profundas por miedo al rechazo o al fracaso.
El desafío radica en equilibrar la ilusión con la realidad, permitiendo que la esperanza y el entusiasmo coexistan con una evaluación objetiva de la situación. Cuando las expectativas no se cumplen, el impacto emocional puede ser significativo.
Para algunos, esto puede llevar a cuestionar su propio juicio o valor personal. Sin embargo, estas experiencias también pueden ser oportunidades para aprender y crecer. Entender por qué se generó una ilusión, qué señales se malinterpretaron y cómo manejar mejor las emociones en el futuro son pasos importantes hacia el desarrollo emocional.
En resumen
Por último, es esencial recordar que el amor y las emociones que lo rodean son intrínsecamente humanas. Ilusionarse rápidamente o experimentar autoengaño no es un defecto, sino una manifestación de la complejidad del corazón humano.
Lo importante es aprender a manejar estas emociones con sabiduría y paciencia, permitiéndonos experimentar el amor de una manera que sea tanto esperanzadora como realista. La ilusión puede ser un puente hacia nuevas oportunidades, pero solo si se cruza con los ojos abiertos y el corazón dispuesto a aceptar tanto los triunfos como las lecciones.