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El arte de bendecir. El hombre el cual aprendió a tener miedo necesitaba de algo o alguien como para poder seguir adelante, o sea una especie de protección que en sí no es más que simples palabras, el cual llegan a tener poder sólo si usted se los da.
El arte de bendecir es algo que se aprende y cuando ya está en nuestro interior, nos nace del corazón el aplicar dicho arte. El arte de bendecir no es otra cosa que hablar bien o decir bien las palabras.
Muchos están bien creídos que bendecir es algo divino y que solo alguien, con autoridad sobre los hombres aquí en la tierra, lo puede hacer. Bueno esa es la versión de los que inventaron las religiones que en este caso es la Santa Iglesia.
El arte de bendecir
Ahora, según la versión autorizada Dios es el que bendice y como no lo puede hacer él directamente, porque su poder no llega a tanto, entonces le da al hombre la autoridad para hacerlo por intermedio de su Iglesia, siendo así la única autorizada por la cual tiene que ser respetada.
Entonces se entiende que los únicos que bendicen aquí son los representantes de Dios, ahora si eso es así, entonces por qué hay otros representantes que también dicen tener esos derechos, de los cuales son como más de 4ooo sectas, religiones, iglesias o filosofías o por último, camino.
Por cualquier lado que se lo mire es la misma cosa. La pregunta es ¿Si bendecir es decir bien o hablar bien las palabras, entonces por qué no puede decir bien las palabras una persona común y corriente? Por lo que sé, en las palabras está la intención y el poder.
Claro que me dirán «Porque es Dios el que decide» bueno está bien pero si decide eso ¿Por qué mejor decide que se acabe el hambre en África? En vez de estarse fijando en cosas que prácticamente son unas minucias para él ¿O no?
El caso señores-as es que si yo pude engendrar un hijo y mi esposa tuvo la bendición de tenerlo en su vientre por 9 meses para después parirlo, entonces ¿Por qué no puedo bendecir a mi hijo? Si sólo es cuestión de desearle lo mejor en su camino, casa, trabajo, vida mejor dicho en todo.
Una Bendición que se la da con amor, jamás se pierde en el olvido. Me parece que es absurdo el que no pueda, hace muchos años deje de pedir bendiciones a los sacerdotes, porque me di cuenta que yo lo puedo hacer y muy bien.
¿Es fácil maldecir y bendecir?
Ahora si lo hago cualquier persona lo puede hacer, en este caso no necesita estar presente ante alguien para hacerlo, porque lo puede hacer mentalmente y a distancia. Un dato muy importante, las personas han tenido la facultad de maldecir.
Esto es a cualquier persona, animal o cosa desde la misma supuesta creación del hombre, ¿Por qué si puede maldecir y por qué no puede bendecir? Me parece que ese dato se les pasó por alto a los que escribieron sobre la bendición y peor, si están en los supuestos libros sagrados, ¿Si le parece absurdo verdad?
La bendición es tan natural como yo camino por lo tanto es poder personal el hacerlo. Si yo deseo bendigo esta página porque lo que escribo aquí no son palabras de maldad, sino de información con muy buena intención, ahora no es mi facultad el maldecir porque no es mi naturaleza. Así de sencillo.
Dicho esto pienso que las personas deben acostumbrarse a bendecir todo y a todos, aunque no los conozcan, porque mientras más bendicen más bendecidos serán, ya que es una bendición tener el arte de bendecir.
¿De dónde nace la bendición?
La bendición es un acto profundamente arraigado en las tradiciones espirituales, religiosas y culturales de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales, las personas han buscado la bendición como una forma de protección, bienestar y prosperidad.
Pero, ¿De dónde nace realmente la bendición y qué poder tiene en nuestras vidas? Para entenderlo, es necesario explorar su origen, significado y el impacto que puede tener en el ámbito emocional, espiritual y social.
El concepto de bendición tiene sus raíces en diversas tradiciones religiosas y culturales. En su sentido más amplio, una bendición es una expresión de buenos deseos, protección y guía divina hacia alguien o algo.
Ahora, en muchas culturas, la bendición se considera un acto sagrado que involucra invocar el poder de lo divino para otorgar bienestar, éxito o protección. En el contexto cristiano, por ejemplo, la bendición se remonta a las escrituras bíblicas, donde Dios bendice a Adán y Eva, Abraham y sus descendientes, entre otros.
Estas bendiciones divinas eran vistas como promesas de prosperidad, protección y multiplicación. Del mismo modo, en el hinduismo y el budismo, la bendición es un acto que invoca el favor de los dioses o de los seres iluminados para proporcionar paz, sabiduría y buena fortuna.
¿Qué significa la palabra «Bendición»?
A nivel lingüístico, la palabra «bendición» proviene del latín «benedicere», que significa «decir bien» o «hablar bien de algo o de alguien». Esto implica que, en su esencia, una bendición es una forma de expresar buenas intenciones y de elevar el espíritu del destinatario.
Cuando bendecimos a alguien, estamos utilizando el poder de nuestras palabras para traer bienestar, lo cual nos lleva a explorar el poder que las palabras tienen en nuestra vida diaria. Muchas tradiciones creen que las palabras tienen un poder creador; así como pueden herir y destruir, también pueden sanar y construir.
Por eso, una bendición es mucho más que un simple deseo de buena suerte; es un acto de afirmación positiva que puede tener un impacto profundo en la persona que la recibe. El poder de la bendición radica en su capacidad para transformar tanto al que bendice como al que recibe la bendición.
Desde el punto de vista espiritual, cuando una persona da una bendición, está transmitiendo una energía positiva que puede influir en el bienestar de otra persona. Esto se basa en la creencia de que los seres humanos somos más que solo cuerpos físicos; también somos seres energéticos.
Así, una bendición puede verse como una transferencia de energía positiva que nutre y protege el espíritu de la persona bendecida. En muchas culturas, los ancianos o líderes espirituales son vistos como figuras con el poder especial de bendecir debido a su conexión más profunda con lo divino o con la sabiduría ancestral.
Además, el acto de bendecir está estrechamente relacionado con la intención y el poder de la fe. Cuando alguien bendice a otra persona con un corazón sincero y una intención pura, esa bendición se considera aún más poderosa.
El poder detrás de la bendición
Esto se debe a que la intención detrás de la bendición es lo que realmente le da su fuerza. Por ejemplo, en las tradiciones de sanación, los curanderos y sanadores no solo utilizan hierbas o rituales, sino que también transmiten bendiciones a sus pacientes con la intención de sanar y restaurar el equilibrio.
De manera similar, los padres que bendicen a sus hijos antes de un viaje o un examen importante están enviando un mensaje de amor y protección que puede fortalecer la confianza y la tranquilidad del hijo.
Por otro lado, la bendición no es exclusiva de los contextos religiosos. Incluso en un contexto secular, el acto de bendecir puede tener un impacto positivo. Por ejemplo, las personas que practican la gratitud y la apreciación hacia los demás están, en cierto sentido, dando una bendición.
Al expresar gratitud y reconocer lo positivo en los demás, estamos difundiendo energía positiva que puede mejorar las relaciones y fomentar un ambiente de armonía y apoyo mutuo. Este tipo de bendición puede tener efectos transformadores tanto en el entorno familiar como en el ámbito laboral y social.
El poder de la bendición también se manifiesta a través de rituales y ceremonias. En muchas culturas, los rituales de bendición son eventos importantes que marcan hitos significativos en la vida de las personas, como nacimientos, matrimonios y cosechas.
Estos rituales no solo celebran la ocasión, sino que también buscan invocar la protección y la prosperidad divina para el futuro. Por ejemplo, en el judaísmo, la bendición sacerdotal, también conocida como Birkat Kohanim, es una oración que invoca la protección y el favor de Dios sobre la congregación.
El arte de bendecir y la intención
En la cultura nativa americana, los rituales de bendición a menudo implican el uso de elementos naturales como el humo de salvia para purificar y proteger a las personas o los lugares. La ciencia también ha comenzado a explorar el impacto de la bendición y la intención positiva en la vida de las personas.
Algunos estudios en el campo de la psicología y la medicina han encontrado que las personas que reciben apoyo emocional y palabras de aliento tienden a experimentar una mejor salud mental y física.
Las bendiciones, en forma de afirmaciones positivas y buenos deseos, pueden reducir el estrés, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la capacidad de afrontamiento. Además, el acto de bendecir puede tener un efecto de retroalimentación positiva en la persona que bendice, ya que la práctica de enviar pensamientos positivos y amorosos puede mejorar su propio bienestar emocional y espiritual.
Sin embargo, es importante recordar que el poder de la bendición no reside solo en las palabras pronunciadas, sino en la intención y el corazón que se pone en ellas. Las palabras vacías o los gestos mecánicos carecen de poder transformador.
Por el contrario, una bendición sincera, llena de amor y buenas intenciones, puede tener un efecto duradero y significativo en la vida de quien la recibe. Este principio se aplica tanto en contextos espirituales como en las interacciones diarias. Por ejemplo, desearle sinceramente a alguien un buen día o expresar gratitud de corazón puede mejorar no solo el estado de ánimo de la otra persona, sino también el nuestro.
En conclusión
La bendición es un acto profundo que va más allá de una simple expresión de buenos deseos. Es una transferencia de energía positiva, una manifestación de la intención y una expresión de amor y bondad hacia los demás.
Nace de la conexión espiritual y cultural de la humanidad con lo divino y con el deseo universal de bienestar y protección para los seres queridos. Aunque su origen se encuentra en tradiciones religiosas, su poder trasciende cualquier creencia específica y puede tener un impacto tangible en nuestras vidas cotidianas.
Ya sea a través de rituales formales o pequeños gestos diarios, la bendición tiene el potencial de transformar nuestras relaciones, fortalecer nuestra conexión con los demás y aportar un sentido de paz y bienestar tanto a quien bendice como a quien es bendecido. Así, el poder de la bendición reside en su capacidad para inspirar, proteger y elevar el espíritu humano, recordándonos la importancia de la bondad y la compasión en nuestro mundo.