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El asesino silencioso de Steve Jobs es alguien que nadie ve venir ni nadie lo ve cuando se va, pero lo que si digo es que cada persona en el mundo, tiene que estar predispuesto para abrirle las puertas de su ser para que él entre.
El asesino silencioso no avisa cuando ya está dentro porque usted se lo ha permitido, ¿A qué me refiero? Pues al cáncer. He conocido personas que han padecido cáncer, al menos de lo que he investigado en sus casos, es que todos tienen un mismo patrón de comportamiento.
Todos ellos han sido personas de mal genio originado por el miedo, al menos no existe un paciente en el que diga que «Este paciente era centradamente bueno». Cuando una persona está predispuesta para contraer cáncer, necesita un detonante para dar inicio al desarrollo descontrolado de células.
Lo único que activa el sistema destructivo del cáncer es su estado emocional, por lo tanto su estado alterado es el resultado de todo lo que aprendió en su vida, que por lo general siempre ha sido por angustia, depresión y todo lo que le origine desequilibrio emocional.
El asesino silencioso
En otros artículos expliqué, que su mente no sabe lo que usted siente sea malo o bueno, simplemente sabe que le sirve para algo, por lo tanto, lo va guardando en su banco de memoria del cerebro. Lamentablemente lo que hace su mente es inconsciente que al pasar el tiempo, es que le causa más problemas que bien.
Es muy diferente cuando una persona no está predispuesto al cáncer, de que se va a enfermar no hay duda, pero no con cáncer. Hay casos de personas que por el miedo que sienten no dicen nada, simplemente callan todo lo que ven sin protestar y alegan, que lo hacen para evitar problemas, pero justamente eso le hace daño.
Siendo ese el caso, ¿Cómo se puede explicar, que una persona que tenga cáncer terminal en el estómago, con apenas 48 años de edad y siendo un pan de dulce? Bueno, «Pan de dulce» fue la frase que dijo su hijo.
Esto está claro, él era una persona que nunca se opuso a los acontecimientos que sucedían en la casa y quién sabe si así fue toda su vida. Posiblemente él nunca estuvo de acuerdo con nada pero siempre callaba, eso origina que no deje sacar esa energía llena de rabia que lo carcome por dentro, es decir, sufría solo y lo que hacía es sonreír aunque por dentro lloraba.
El resultado de ese sufrimiento fue el cáncer que nunca avisó su llegada, simplemente se hizo presente cuando ya fue tarde. Ahora en el caso de Steve Jobs es muy sabido su mal genio y arrogancia, por el cual se lo conocía, tengo entendido que maltrató a mucha gente sin importarle lo más mínimo.
El cáncer es un estado emocional
No dejo de lado su capacidad y que por el cual el mundo tuvo un giro tremendo en lo que es hoy, al menos me sirvo mucho de las computadoras que si no fuera por personas como él, en dónde estuviéramos.
Su forma de ser dio paso a que su mente guarde todo lo que sentía cada vez que él actuaba de la forma que lo hacía, sin pena ni gloria. Gente que lo conoció dice que Steve Jobs quería combatir el cáncer con medicina alternativa, supuestamente ignorando que existe incluso con dietas especiales. Para mí la intención estaba más que bien.
Lo que no estaba bien es el camino que tomó. Por su terquedad y falta de conocimientos en este tipo de casos, hizo que se oponga a una operación de cáncer por considerar profano hacia su ser, el cual lo veo muy bien pero vuelvo y repito, él tomó el camino equivocado.
Ahora, ¿Quién garantiza que la operación que tenía que hacerse la cual sólo el 5% es operable y por ende curados? Con el cáncer nada está dicho y muchos profesionales lo saben. Es de imaginarse cuánto dinero gastó tratando de evitar que su asesino haga su trabajo, por el cual tenía todas las ventajas para hacerlo.
Según lo que está en el libro que muy pronto saldrá a la venta sobre la vida de Steve Jobs, dice que hizo todo lo posible por convencerse de lo que le decían que haga. El problema es que no sabían cómo debía hacerlo.
Para que surja efecto, primero tenía que limpiar su mente de tantos recuerdos malos, junto con lo que le ocasionaba incertidumbre en su vida, después debía aprender cómo convencerse de lo que él decía, porque uno puede decir muchas cosas.
¿Qué hace que aparezca con tanta fuerza?
El cáncer es un tema complejo que ha generado diversas teorías y enfoques sobre sus causas y factores de riesgo. Aunque la ciencia médica tradicional se centra en aspectos biológicos, como mutaciones genéticas, factores ambientales y estilos de vida, cada vez más estudios y observaciones sugieren que las emociones y el estado mental de una persona pueden influir en la aparición y progresión del cáncer.
Desde esta perspectiva, es posible que las emociones tengan un papel más relevante del que inicialmente se creía. Una de las ideas centrales es que las emociones negativas, reprimidas o no resueltas, pueden afectar al sistema inmunológico, debilitando las defensas del cuerpo contra enfermedades graves como el cáncer.
Las emociones intensas como el miedo, la tristeza, el resentimiento, y la ira, especialmente si son persistentes, pueden crear un ambiente interno propicio para el desarrollo de enfermedades. Estas emociones crónicas pueden alterar el equilibrio del cuerpo.
Por ejemplo, el estrés crónico y la ansiedad constante elevan los niveles de cortisol, una hormona que, en exceso, puede suprimir la función inmunitaria y crear un estado inflamatorio en el cuerpo. Esta inflamación sostenida puede contribuir a la aparición de enfermedades crónicas, incluido el cáncer.
El cuerpo y la mente están íntimamente conectados, y esta relación se manifiesta en cómo nuestras emociones afectan nuestro estado físico. Cuando experimentamos emociones negativas intensas, nuestro cuerpo entra en un estado de alerta, conocido como «respuesta de lucha o huida».
Si bien esta respuesta es útil en situaciones de peligro inmediato, cuando se activa constantemente debido a emociones no resueltas, puede tener un efecto perjudicial en nuestra salud. El estado de alerta constante afecta al sistema nervioso autónomo, lo que a su vez influye en la regulación de funciones esenciales del cuerpo, como la digestión, la presión arterial y el sistema inmunológico.
El estado emocional alterado
Además, hay un factor que podría explicar por qué algunas personas desarrollan cáncer tras recibir un diagnóstico de enfermedad o incluso al enterarse de que alguien cercano lo tiene. La propia noticia puede desencadenar un shock emocional tan grande que el cuerpo responde como si estuviera bajo un ataque.
El miedo intenso que puede provocar un diagnóstico de cáncer puede activar aún más el sistema de estrés del cuerpo, empeorando la condición de salud del paciente. Este efecto, conocido como el «efecto nocebo», es el opuesto al efecto placebo, donde las creencias negativas pueden deteriorar la salud.
Así, el miedo y la desesperanza generados por la palabra «cáncer» pueden hacer que el cuerpo reaccione de manera negativa, debilitando aún más su capacidad para combatir la enfermedad. Los conflictos emocionales no resueltos también pueden tener un impacto profundo.
Se ha observado que ciertos tipos de cáncer pueden estar relacionados con conflictos emocionales específicos. Por ejemplo, algunas teorías sugieren que el cáncer de mama podría estar asociado con conflictos relacionados con la pérdida, el cuidado o la protección, mientras que el cáncer de pulmón podría estar vinculado a sentimientos de angustia o desesperación.
Aunque estas asociaciones no son absolutas y no hay pruebas concluyentes que las respalden en todos los casos, sí abren la puerta a una comprensión más holística de cómo nuestras emociones pueden influir en nuestra salud física.
La mente tiene un poder notable sobre el cuerpo, y el efecto que las emociones tienen en nuestra biología no debe subestimarse. En muchos casos, cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, puede entrar en un estado de pánico que agrava su condición.
Las emociones negativas
Este estado emocional negativo no solo afecta la calidad de vida del paciente, sino que también puede influir en el pronóstico de la enfermedad. Las emociones negativas intensas pueden llevar a la persona a un ciclo de pensamientos autodestructivos, donde se enfoca en lo peor que podría suceder, afectando aún más su sistema inmunológico.
Es importante considerar que no todas las personas con emociones negativas desarrollan cáncer, y no todas las personas con cáncer tienen emociones negativas persistentes. Sin embargo, la conexión entre la mente y el cuerpo sugiere que el bienestar emocional puede desempeñar un papel crucial en la prevención y recuperación de enfermedades.
En este sentido, las prácticas que fomentan un estado emocional positivo, como la meditación, el yoga, la terapia emocional, e incluso la risa, pueden tener un efecto beneficioso en la salud general.
Estas prácticas ayudan a reducir el estrés, mejorar la función inmunológica y promover un estado mental más positivo, lo que podría influir en la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.
Por otro lado, también es posible que el miedo al cáncer, reforzado por la sociedad y los medios de comunicación, tenga un papel en la forma en que las personas responden a la enfermedad. El cáncer es visto como una sentencia de muerte por muchos, lo que puede llevar a una respuesta emocional de desesperanza y derrota desde el momento en que se recibe el diagnóstico.
Este tipo de reacción puede desencadenar una serie de respuestas fisiológicas que afectan negativamente el proceso de curación del cuerpo. En muchos casos, las personas se enferman más debido al miedo y la ansiedad que acompañan al diagnóstico, lo que complica aún más el tratamiento y la recuperación.
En conclusión
El cáncer puede ser visto desde un enfoque que incluye tanto factores biológicos como emocionales. Si bien la ciencia médica tradicional se centra en los tratamientos físicos, cada vez hay más evidencia de que el bienestar emocional tiene un impacto significativo en la salud general y en la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades como el cáncer. Al final, entender y abordar las emociones puede ser una parte importante del proceso de curación, proporcionando una perspectiva más holística en el tratamiento de esta enfermedad compleja.