El éxito empieza con la voluntad

El éxito empieza con la voluntad. Pues claro que sí, el éxito empieza con la voluntad. Antes que nada todos saben que lo obligado no es bienvenido y si lo aceptan será porque lo necesitan a gritos, en todo es preferible estar preparado para no tener que pasar por la experiencia de recibir algo que no es para nosotros. ¿Acaso alguien no ha sentido eso?

La voluntad es algo que sale de nuestro interior basado en nuestro deseo de dar, en esto no quiere decir ni interviene algo específico, simplemente es dar. Mucha gente confunde que la voluntad debe ser siempre pero no es así porque tiene que nacer para que sea natural o propio del ser.

Hay personas que no les importa si lo que reciben es voluntario simplemente ven que les sirve y nada más, pienso que esas personas no tienen el sentido del agradecimiento porque para que sea agradecido primero lo tienen que sentir, pero en el caso de que reciben algo que no es voluntario y no les importa entonces, ¿Cómo pueden sentir el agradecimiento si no sienten la voluntad que les es negada?

Ahora, en los negocios así como también en el hogar se tiene que tener voluntad para que todo salga bien, sólo con voluntad se mueve todo. Cuando usted va a realizar un trabajo que no es de su agrado, ¿Piensa que lo va hacer muy bien cuando no tiene voluntad de hacerlo? Y no porque no sepa ni porque le da la gana de hacerlo mal.

El éxito empieza con la voluntad

Lo que pasa es que cuando tiene voluntad usted hace todo incluso su mente se abre como enciclopedia, para encontrar todo lo necesario para poder hacer lo que se dispone hacer, lo que no sucede cuando está obligado ya que ahí usted hace un esfuerzo y cada vez que le digan que tiene que hacer tal cosa, usted automáticamente ya está estresado.

Por esa razón, cuando usted quiera trabajar o se disponga hacer algo primero debe hacerse una pregunta, ¿En verdad es lo que quiero hacer? Entonces para que nunca se tenga que hacer esa pregunta, usted debe hacer un examen de consciencia y ver muy bien en qué va a trabajar, si le gusta, si le es cómodo en todo aunque creo que nada es tan perfecto pero se debe intentar que se le aproxime.

Hay un porcentaje elevado de personas que no han conseguido llega al éxito, por lo que se lamentan pero no saben en dónde está la falla, aunque buscan al menos al que si le importa salir del montón pero buscan en todos lados menos en dónde deberían buscar, lamentablemente muchos no entienden que el problema está dentro de nosotros mismos.

Hay una historia, fabula o leyenda la verdad es que no sé pero si sé que es muy lógica en lo que dice. Dicen que en la antigüedad los sabios se dieron cuenta de que el hombre no sabía utilizar sus dones, entonces como vieron que no estaban preparados les negaron la clave del éxito pero, para ello tenían que esconder dicha clave.

La clave del éxito

El caso es que buscaron en todos los lugares posible para esconder la clave del éxito (lo relato a mi manera por si acaso) y siempre llegaban a la conclusión de que el hombre algún día lo encontraría, entonces vino el más sabio de todos y dijo «Hay un lugar en el cual el hombre nunca se imaginará en dónde buscar y que nunca llegará a encontrar»

Todos los sabios intrigados se miraban y hasta que uno preguntó ¿Noble sabio, dónde crees tú que sería el mejor lugar para esconder la clave del éxito? Entonces el más sabio de todos respondió «Pues el único lugar en el cual el hombre jamás buscará es en su mente, lo esconderemos en lo más profundo de su mente, porque ahí jamás buscará por lo tanto nunca encontrará»

Dicho esto y a mí modo porque la historia es un poco larga pero igual sirve de mucho para el que quiera entender. Entonces primero debemos buscar en nuestra mente que es lo que queremos hacer en nuestra vida, ya sea trabajo, negocios, amigos o lo que sea para saber si nos gusta antes de meter nuestras manos en ello. El día que lo hagamos así haremos todo lo que queramos con voluntad y desde luego que tendremos éxito, porque el éxito empieza con la voluntad.

¿La voluntad es nato en la persona o se aprende?

La voluntad es uno de esos conceptos humanos que ha fascinado a filósofos, psicólogos y científicos durante siglos. Es la fuerza interna que nos impulsa a actuar, a seguir adelante a pesar de las dificultades y a alcanzar nuestras metas, incluso cuando todo parece estar en contra.

Pero surge una pregunta interesante: ¿la voluntad es algo que ya viene con nosotros al nacer o es una habilidad que se desarrolla con el tiempo? Esta cuestión no tiene una respuesta sencilla, ya que la voluntad es un fenómeno complejo que parece tener tanto componentes innatos como adquiridos.

Por un lado, algunos estudios sugieren que ciertos aspectos de la voluntad pueden estar influenciados por la genética y las características con las que nacemos. Hay personas que parecen tener una predisposición natural a ser más resilientes y decididas.

Desde una edad temprana, algunos niños muestran una fuerte capacidad para concentrarse, resistir la tentación y persistir en una tarea a pesar de los obstáculos. Esto sugiere que hay un componente innato en la voluntad, una especie de “musculatura mental” que algunas personas poseen de manera más desarrollada que otras desde el principio.

Sin embargo, reducir la voluntad a una cuestión puramente genética sería simplificar en exceso su naturaleza. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que, aunque algunas personas puedan nacer con una predisposición a ser más determinadas, la voluntad es en gran medida una habilidad que se puede cultivar.

Esto se debe a que la voluntad está influenciada por una serie de factores externos, como la educación, las experiencias de vida, el entorno social y la forma en que se cría a un niño. La voluntad se puede fortalecer con el tiempo, de la misma manera que se fortalecen los músculos del cuerpo a través del ejercicio regular.

La voluntad y la disciplina

Un componente clave en el desarrollo de la voluntad es la disciplina. La disciplina implica la capacidad de posponer gratificaciones inmediatas para alcanzar un objetivo a largo plazo. Esta habilidad no es innata, sino que se aprende a través de la práctica y la repetición.

Por ejemplo, un niño que aprende a hacer sus tareas antes de jugar está desarrollando su capacidad de autocontrol y, por ende, su voluntad. A medida que crece y se enfrenta a desafíos más complejos, esa misma capacidad de autocontrol le ayudará a superar las dificultades y alcanzar sus metas.

Otro factor que influye en el desarrollo de la voluntad es el entorno en el que una persona se desenvuelve. Si alguien crece en un entorno que fomenta la perseverancia, la responsabilidad y el esfuerzo, es más probable que desarrolle una fuerte voluntad.

Por ejemplo, los padres que enseñan a sus hijos la importancia de no rendirse ante las dificultades están, en efecto, cultivando en ellos una mentalidad de crecimiento. En contraste, si una persona crece en un entorno donde se evita la incomodidad y se priorizan las gratificaciones instantáneas, puede tener más dificultades para desarrollar la voluntad y la resiliencia.

La voluntad también está estrechamente relacionada con la motivación. Una persona puede tener una fuerte voluntad en un área específica de su vida, como el trabajo o el deporte, pero no en otras áreas.

Esto suele depender del nivel de interés y compromiso que la persona tiene con el objetivo en cuestión. Cuando alguien está apasionado por algo, es más probable que encuentre la fuerza de voluntad necesaria para superar obstáculos.

La voluntad y la motivación

Por lo tanto, más que ser una cualidad fija, la voluntad puede fluctuar dependiendo de la situación y la motivación subyacente. Además, hay un aspecto importante que muchas veces se pasa por alto: la voluntad se fortalece mediante el desarrollo de la autoestima y la confianza en uno mismo.

Si una persona cree en su capacidad para superar los desafíos, es más probable que persevere. Esta autoconfianza no siempre es innata, sino que se desarrolla con el tiempo a través de experiencias de éxito y superación.

Por ejemplo, alguien que se enfrenta a un desafío difícil y logra superarlo fortalece su sentido de capacidad, lo que a su vez aumenta su voluntad para enfrentar desafíos futuros. También es fundamental entender que la voluntad no es una fuente inagotable.

Al igual que un músculo, la fuerza de voluntad se puede agotar si se usa en exceso. Esta idea está respaldada por investigaciones en psicología que sugieren que la fuerza de voluntad es un recurso limitado que puede agotarse, un fenómeno conocido como «agotamiento del ego».

Esto significa que después de haber resistido la tentación o haber trabajado arduamente en una tarea, una persona puede sentirse mentalmente agotada y menos capaz de ejercer autocontrol en situaciones posteriores. Sin embargo, al igual que los músculos, la fuerza de voluntad puede ser entrenada y fortalecida con el tiempo mediante la práctica constante.

Por último, es importante destacar que la voluntad no se desarrolla en un vacío. Las conexiones sociales y el apoyo de los demás pueden ser cruciales para fortalecerla. Las personas que están rodeadas de amigos, familiares o mentores que las apoyan y creen en ellas suelen tener mayor fuerza de voluntad para enfrentar los desafíos.

En conclusión

La voluntad es una combinación de factores innatos y adquiridos. Aunque algunas personas pueden nacer con una mayor predisposición a ser determinadas, la voluntad es, en gran medida, una habilidad que se puede desarrollar y fortalecer con el tiempo.

La clave está en la disciplina, la motivación, la confianza en uno mismo y el entorno de apoyo. Nadie nace con una voluntad perfecta, pero con el tiempo y la práctica, todos podemos aprender a ser más perseverantes y determinados.

La voluntad, al final, es un reflejo de nuestra capacidad para superar desafíos y perseguir nuestras metas, incluso cuando el camino se vuelve difícil. Es una habilidad que, al igual que cualquier otra, mejora con el entrenamiento y la práctica constante.

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