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El instinto primitivo. Todos en cierta forma llegan a tener miedo y más cuando el instinto primitivo actúa con fuerza. Si se preguntan, ¿Qué es el instinto primitivo? La verdad que para responder hay que retroceder muchísimo tiempo y para ser precisos a la era de los cavernícolas. En aquellos tiempos el hombre dependía mucho de sus instintos de preservar la vida.
Para tal función, con la poca información que tenía su mente y que era lo que en verdad necesitaba para poder vivir en ese medio, hacía que su cerebro siempre esté alerta para responder que en este caso lo hacía por medio de las amígdalas del cerebro. Esta parte incluso hasta hoy en la actualidad actúa como un centinela de ataque.
Se podría decir que es el que «Pega primero y pregunta después» pero para tal situación y de cómo responde antes y ahora lo hace por medio de que en fracciones de segundos, prepara a su cuerpo en todo sentido, empezando por acelerar los latidos del corazón para que de esa forma, mande sangre y al mismo tiempo el oxígeno que sus músculos y órganos necesitan para moverse con rapidez y fuerza.
Reacción física ante el peligro
Todos sus órganos funcionan más, sus pulmones se dilatan por más oxígeno, su estómago segrega mucho más ácido gástrico, páncreas, hígado y aunque parezca raro pero hay una parte del cuerpo que no se acelera, al contrario mejor se pone lento y creo que demasiado claro que si la persona se asusta mucho y con vergüenza, es un caos.
Por si no se imaginan me refiero al intestino del comienzo hasta el final, este órgano es el único que se pone lento, ¿Qué creen que pasaría si se acelera como los demás órganos del cuerpo? La verdad que aparte de salir lastimado saldría embarrado de desechos, es decir, se le aflojaría el estómago.
Tengo un amigo que hace muchos años soñaba con ser guardaespaldas, bien pero el sabía que así cómo así no lo podía ser, por lo tanto entro en la milicia y después de un tiempo y con el supuesto entrenamiento salió, claro que mucho más fuerte y con aspecto asesino. El destino de él le sonrió y encontró un lugar en dónde podía trabajar de lo que más le gustaba como es de guardaespaldas.
Era como ver en las películas, un alto jefe de una empresa de cadena de almacenes del país tenía como diez guardaespaldas y uno más malo que el otro. Cierto día una banda de roba autos se quiso llevar uno de los autos que tenía el jefe en una ciudadela, para sorpresa ninguno de los dos bandos se había dado cuenta de la presencia de cada uno.
Reacciones emocionales ante el peligro
En el preciso momento que se quisieron llevar el vehículo saltó la alarma, todos incluidos los asaltantes y guardaespaldas sacaron sus armas, y no pasaba nada hasta que a alguien se le ocurrió hacer un amague, fue suficiente para que empiece la balacera de lado y lado, el resultado de esto fue que el grupo respondió de maravilla.
El dueño y jefe de todos salieron también blandiendo sus armas para ayudar pero no encontraron a nadie porque todos estaban dentro de la casa, ¿Qué pasaba? La verdad y dicha por mi mismo amigo, claro que a risotadas que todos estaban con diarrea y uno más que el otro, ¿Cuál era la razón para tal vergonzosa reacción si se supone que son malos?
La verdad es que ninguno de ellos estaba preparado para matar a alguien, y si eran guardaespaldas, era porque pensaron que nunca iba a pasar algo así. Lo que pasa es que se asustaron y la vergüenza que pasaron era porque todos descargaron sus alimentadoras, sin lograr tocar a nadie además como lo iban hacer si estaban bien escondidos y disparaban al aire del miedo que tenían de morir.
El instinto primitivo en la actualidad
El caso es que en esto y en la actualidad el instinto primitivo siempre nos tiene a la defensiva, que por lo general es un causante de que no se pueda llegar al éxito por el miedo que da de equivocarse. Lo primitivo que llevamos por dentro hace que siempre se esté con estrés porque resulta que en tiempos antiguos.
El cuerpo funcionaba así porque siempre había el riesgo de morir y por tal era necesario reaccionar, bien para defenderse o para salir corriendo pero, en estos tiempo no vivimos en zozobra pero genéticamente nuestro cerebro a guardado estos datos de archivos mentales y nos hace reaccionar como si estuviéramos en peligro, lo raro es que no diferencia porque siempre se estresan con rapidez y sin motivo de un verdadero peligro.
El instinto primitivo en la actualidad se refiere a las respuestas y comportamientos que emergen de nuestra herencia evolutiva y que aún influyen en nuestras acciones y decisiones en el mundo moderno.
Aunque vivimos en una sociedad compleja y tecnológicamente avanzada, muchos de estos instintos ancestrales siguen presentes, guiando nuestras reacciones emocionales y comportamientos cotidianos.
Uno de los instintos primitivos más evidentes es el de supervivencia. A pesar de que la mayoría de nosotros no enfrentamos peligros inminentes de la misma manera que nuestros antepasados, la respuesta de «lucha o huida» sigue activa.
En situaciones de estrés, este instinto puede provocar reacciones impulsivas o excesivas, como la ansiedad o la ira. Por ejemplo, en un ambiente laboral competitivo, es posible que algunos individuos reaccionen de manera defensiva ante críticas, interpretando estas situaciones como amenazas a su posición.
El instinto de pertenencias
El instinto de pertenencia es otro aspecto primordial que se manifiesta en la actualidad. Los seres humanos son criaturas sociales, y la necesidad de aceptación y conexión con otros sigue siendo fundamental.
En la era de las redes sociales, esto se ve exacerbado; buscamos constantemente la validación y el reconocimiento de nuestros pares, lo que puede llevar a comportamientos impulsivos, como la búsqueda de «me gusta» y la participación en dinámicas de grupo que a veces son perjudiciales.
El instinto reproductivo también juega un papel crucial. Las decisiones relacionadas con las relaciones y la atracción a menudo están influenciadas por factores biológicos, como la búsqueda de parejas que aseguren la continuidad genética y la protección de la prole.
Esto se puede observar en la manera en que muchas personas se sienten atraídas por características que indican salud y vitalidad, aunque en la actualidad estas dinámicas pueden verse complicadas por factores culturales y sociales.
Además, el instinto de jerarquía y dominio también se manifiesta en la vida moderna. La competencia por recursos, reconocimiento y poder en diversas áreas, desde el ámbito profesional hasta el social, puede resultar en comportamientos agresivos o manipulativos. Este instinto se manifiesta en cómo las personas establecen relaciones de poder y cómo responden a las amenazas a su estatus.
En conclusión
Aunque vivimos en un mundo contemporáneo, los instintos primitivos siguen influenciando nuestras decisiones y comportamientos. Reconocer su presencia puede ayudarnos a comprender mejor nuestras reacciones y las dinámicas sociales que nos rodean, permitiéndonos desarrollar estrategias más efectivas para manejar nuestras emociones y relaciones en un entorno complejo y cambiante. Al final, la clave está en equilibrar estos instintos ancestrales con la razón y la empatía, lo que puede conducir a una vida más consciente y plena.
¿Entonces qué hacer?
Lo que se puede hacer es algo simple aunque se requiere de tiempo pero a mí me ha funcionado, por lo tanto tome atención. Primeramente tiene que meditar sobre su vida, ¿En que posición se encuentra? ¿Acaso está pasando por problemas y por eso se siente mal? El truco de esto es entender las causas y cómo fue su reacción o como se lo conoce como «Causa y efecto».
La relación de causa y efecto es fundamental para comprender el funcionamiento del mundo que nos rodea. Este principio establece que cada acción o evento (causa) provoca una reacción o resultado (efecto).
En nuestra vida cotidiana, esta relación se manifiesta en múltiples niveles, desde las decisiones personales hasta fenómenos más complejos en la sociedad. Por ejemplo, en el ámbito personal, si una persona decide adoptar hábitos de vida más saludables, como hacer ejercicio regularmente y llevar una dieta equilibrada, la causa de estos cambios puede resultar en efectos positivos, como una mejor salud física y emocional.
Por otro lado, si alguien elige eludir responsabilidades o ignorar problemas emocionales, las consecuencias pueden incluir el deterioro de relaciones interpersonales y un aumento del estrés.
A nivel social, las decisiones políticas, económicas y ambientales también ilustran esta dinámica. Las políticas públicas que promueven la educación y el bienestar social pueden reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida en una comunidad. En cambio, decisiones perjudiciales pueden desencadenar crisis y conflictos.
Entender esta relación nos ayuda a tomar decisiones más informadas y responsables, al considerar cómo nuestras acciones pueden afectar tanto a nuestro entorno como a nosotros mismos.
En resumen
Cuando entienda de cómo es su reacción usted sabrá que ha perdido mucho el tiempo, molestándose por tonterías que solo su gigante ego ha protestado. Todo aun sea muy grande tiene una explicación lógica y cuando entienda esto el resto del camino le será mucho más fácil, ya que su mente mismo le dirá dónde buscar lo que le falta para eliminar de su interior el instinto primitivo.