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El mundo de la nada. Este artículo sale auténticamente del mundo de la nada. No sé cuántas veces te ha pasado en que no tienes nada en tu mente como para que saques una idea de algo que quieres escribir, desde luego que tiene que ser algo que esté basado en una realidad y que sea original, sin dejar de lado que en algo debe servir a alguna persona.
El mundo de la nada es dónde entras sin pedir permiso pero para salir de ahí si lo debes hacer, ¿De qué forma? Pues analizando lo primero que entra en tu mente como información, después de observar los detalles sacas una idea producto de algo que hayas hecho y cuando ya lo tengas, simplemente formas algo nuevo de lo que ya tienes.
Hay programas en los que hacen algo parecido, es decir, que de un artículo sacan muchos pero con la diferencia que solo los primeros tienen algo de relación y de ahí para el resto solo es basura, la pregunta es ¿Por qué un programa que ya está establecida su función ejecuta bien una parte y el resto no? En este caso la respuesta es simple, nada se compara al poder de organización del cerebro ordenado por la mente y con más razón si está educada.
Es fácil entrar en el mundo de la nada
Desde luego que es fácil entrar en el mundo de la nada porque con poco y nada se puede pero, esto es a nivel mental. En el universo mental no hay tiempo ni espacio porque lo que te pasó 50 años atrás y fue algo fuerte o emocionante, se puede activar.
Basta que la actives con un simple detonante que puede ser una palabra, imagen o sonido de cualquier cosa, sin dar tiempo a nada, lo que sentiste en esos momentos lo vuelves a sentir aunque no sea la misma experiencia.
Esto en relación al tiempo, ahora al espacio, pues en el cerebro se puede guardar tanta información que ni en toda tu vida mortal, tendrás la información para llenar el espacio que tiene tu cerebro, incluso pienso que ni siquiera al 20% de toda su capacidad. Suponiendo que tienes un proyecto en el cual lo estás desarrollando.
De pronto viene un acontecimiento ya sea imagen, acción o posiblemente un comentario en el cual tu mente se distrajo, pasa las horas y si todo lo que sucedió fue simple y que con un poco de razonamiento entendiste que no es de importancia, pues regresas a lo que estabas haciendo y no ha pasado nada.
¿Qué incita la nada?
Desde luego que continuas sin problemas pero, ¿Qué pasaría si lo que te sucedió fue algo que te puso inquieto? Por lo general cuando sucede así y en especial con algo que tenga que ver con los sentimientos y peor con el amor, te pone a pensar y te preocupas y más cuando no sabes lo que está pasando, en especial cuando tú eres el único que sufres y la otra persona ni siquiera se ha dado por enterado.
Claro que son tonterías de la vida porque en realidad tú no figuras en la mente de alguien, que tú por la posible timidez no te atreves a decir algo, más que sea para no seguir pensando en lo mismo. Esto ha ocasionado que entre en el mundo de la nada, ya que está en juego una tercera persona que con su inocencia es testigo mudo de su entorno.
Es real el mundo de la nada
En cierto modo sí pero esto toma forma cuando tú no ubicas en sus puestos los pensamientos por el mismo motivo de que no te atreves a hablar con la persona indicada, ahora me preguntarán ¿Por qué no se llega a ese punto de comunicación? En si no es tan fácil en especial para alguien que no ha tenido la costumbre de andar de galán de aquí para allá.
Ahora muchos pensarán «Qué tonto para más de acercarse y decirle y punto» vuelvo y repito, no es fácil para alguien que no tiene costumbre en especial para mentir y cualquier cosa que diga va anteponer su personalidad que de por sí ya está tambaleante, por lo tanto, hay mucha posibilidad de que la otra persona brinque hasta el techo cuando alguien que no está en sus vanidades le diga algo sincero.
Este tipo de casos es fácil de solucionar pero solo cuando es entre dos personas, es decir, entre el tonto y la linda princesa pero se torna difícil cuando hay más personas que podrían intervenir, muy posiblemente más en contra que en favor por las consabidas vanidades, «¿Qué dirán?».
La verdad y el complejo
Me acuerdo que hace unas semanas una amiga y no tanto que se diga pero si sincera, me dijo «La verdad es que me gustas mucho incluso con tu edad puedo aprender mucho pero, lamentablemente soy muy insegura y de paso acomplejada y no me da vergüenza decirlo» El caso es que ni siquiera le dije algo para que me hable así, fue de pronto por una simple pregunta que le hice.
El complejo de ella es que por ser alta y con tacos mucho más no le gustaría andar conmigo ya que tengo una estatura esplendorosa y justa, esto me causó gracia y más con la sinceridad que me lo dijo. Con esto es una prueba de que cuando hay algo que no ha causado malestar, impresión o incertidumbre no da tiempo para que alguien entre en el mundo de la nada.
En buena hora que puedo mantener un control y de esa forma sacar un artículo de algo que no existe en mi mente, al menos no como tema. La verdad de todo esto es que ni siquiera estoy seguro de cómo sucedieron las cosas, porque la vida es muy extraña y a una persona la ubica en puntos estratégicos, para que algo suceda y en buena hora que ha sucedido aunque yo no sea el beneficiado. Hay una forma mucho más rápido para arreglar esta situación y eso es irse lejos y mientras más rápido sea mejor y solo así salir del mundo de la nada.
¿Qué se entiende por complejo?
Un complejo, en términos psicológicos, se refiere a un conjunto de pensamientos, emociones y recuerdos interrelacionados que afectan el comportamiento y la percepción de una persona.
Esta noción se ha explorado ampliamente en la psicología, especialmente en el trabajo de Carl Jung, quien introdujo el concepto de complejos como parte de su teoría sobre la psique humana. Aquí hay algunos aspectos clave sobre los complejos:
Definición General
Un complejo puede describirse como un grupo de asociaciones que se agrupan alrededor de un tema o experiencia central. Estos pueden estar relacionados con experiencias pasadas, traumas, inseguridades o deseos no resueltos.
Complejos en Psicología
Complejo inferior: Se refiere a un sentimiento de inferioridad que puede surgir de experiencias negativas o comparaciones sociales. Esto puede llevar a comportamientos defensivos o a la compensación de alguna manera.
Complejo de edipo: Propuesto por Sigmund Freud, se refiere a la relación emocional intensa que un niño puede desarrollar hacia el padre del sexo opuesto y la rivalidad hacia el padre del mismo sexo.
Complejo materno/paterno: Se refiere a las relaciones emocionales y psicológicas que una persona puede tener con la figura materna o paterna, influyendo en sus relaciones y comportamientos en la vida adulta.
Manifestaciones de complejos
Los complejos pueden manifestarse a través de comportamientos compulsivos, miedos, fobias, o patrones de relación. Por ejemplo, una persona con un complejo de inferioridad puede evitar situaciones en las que se siente evaluada o comparada con otros.
Los complejos pueden afectar la autoestima, la capacidad para establecer relaciones saludables, y la manera en que una persona responde a situaciones sociales o profesionales. Por ejemplo, alguien que ha experimentado un complejo de rechazo puede ser muy sensible a las críticas o a la evaluación social.
Muchas veces, las personas utilizan mecanismos de defensa para protegerse de los complejos. Esto puede incluir la negación, la proyección o la racionalización, que pueden impedir el reconocimiento y la resolución de estos conflictos internos.
Abordar los complejos a menudo implica terapia psicológica, donde los pacientes pueden explorar sus experiencias pasadas, comprender cómo estas afectan su presente y trabajar hacia la resolución.
Las terapias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia analítica pueden ser efectivas en ayudar a las personas a identificar y trabajar con sus complejos. Los complejos también pueden ser entendidos en un contexto social, donde ciertas ideas o creencias colectivas pueden influir en el comportamiento de un grupo. Por ejemplo, un «complejo de superioridad» puede surgir en grupos que se consideran por encima de otros.
Ejemplos de complejos
Complejo de Salvador: Donde una persona siente la necesidad de ayudar o rescatar a otros, a menudo en detrimento de sus propias necesidades.
Complejo de Don Juan: Un patrón de comportamiento donde una persona busca constantemente la validación y el reconocimiento a través de conquistas románticas.
En resumen, un complejo es un aspecto intrincado de la psique humana que puede influir en el comportamiento, las relaciones y la percepción de uno mismo. Entender los complejos puede ayudar a las personas a trabajar hacia un mayor autoconocimiento y sanación. Si deseas que exploremos un aspecto específico de los complejos o que profundicemos en un tipo particular, házmelo saber.