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El Pecado De La Codicia. Para muchos posiblemente el pecado de la codicia no exista, pero eso no quiere decir que no sepan que está presente, lo que pasa es que esas personas ven el entorno, de una manera muy diferente a como vemos los demás. Para alguien que quiere aprovechar toda clase de formas de poder enriquecerse, solo es eso.
Según estas personas la codicia es un pecado y por tal se queda en donde debe estar, esto es que solo sirven para sancionar a los pecadores, por esta razón es un tema que solo debe ser tocado en las iglesias. Esto quiere decir que el querer ser más rico no tiene nada que ver con pecado.
Hay que notar algo muy interesante, ¿Desde cuando el querer tener más dinero, oro, tierras y todo lo que signifique poder, es malo hasta que la iglesia lo cataloga como pecado? La respuesta es sencilla, esto es que desde que la iglesia temía de aquellos que podían tener las posibilidades de ser poderosos.
Era indudable que el poder solo debía ser de Dios y por tal «Su iglesia» era la única que podía tener toda la capacidad de generar riquezas, reflejado como un poder absoluto y hasta divino. Ahora como todos los seres de esta tierra (al menos en esos tiempos) no podía igualarse a Dios.
Esto se entendía que en nada que se entienda como poder, porque en ese momento en que alguien empezaba a ser poderosos económicamente, ya pasaba a la lista de enemigos de Dios, desde luego que el todopoderoso nunca se enteró de las andanzas de sus mas fieles servidores.
El pecado de la codicia
Eso era como firmar su propia sentencia de muerte, recuerden que el poder fue su peor enemigo para los caballeros templarios, por tal fue que un rey confabulados con el papado, persiguieron a todos hasta dar muerte so pretexto de herejía. Esto le podía pasar a cualquier ciudadano.
Ventajosamente ahora ya no hay ese peligro, ¿Por qué? Simplemente porque la iglesia está metida en casi todos los negocios, que generan mucho dinero. En este caso si alguien se enriquece, la iglesia lo hace más. Entonces dejemos claro que de esta forma la codicia deja de ser un pecado.
Ahora, ¿Por que deja de ser un pecado? Pues porque el que dio es grado de maldad, ya no lo puede sancionar porque es inmensamente rico y cada día lo sigue haciendo. En buena hora que eso está a la luz de todos, ¿Y lo que no se ve? Por esto ahora la palabra codicia debería desaparecer del diccionario.
El querer tener mucho dinero no es malo ya que por algo se trabaja, ahora desde luego que en esta vida, hay dos tipos de personas, los que cargan el bulto y los que hacen cargar a otros, ¿Cuál de ellos eres? Los que estudian, su camino va para ser empleados.
Los que ven oportunidades sin dejar de lado lo básico, se enriquecen. Pienso que todo es bueno sin salir de lo ético, centrado ni abusar de los tontos, porque si lo haces entras en el grupo de aquellos que no les importa dañar, con tal de conseguir lo que quieren.
Los problemas del sin control
El querer sin tener control puedes causar problemas, aunque tú no salgas afectado pero de igual el daño sale dirigido para todos lados. Esto es que al no haber control el daño va sin tener un punto fijo de caída, recuerda que esa persona tiene familia que quieras o no ellos también salen afectados.
Si la codicia es un pecado, el mundo está lleno de pecadores porque el mismo momento en que quieres ser amado, cada vez quieres más, pasas a ser una persona que codicia el amor. De igual forma, todos trabajan por ganar más dinero y mientras ganen quieren ganar mas.
El pecado de la codicia perdió su poder desde que nació la economía, ya que sin ella no hubiera lo que hay ahora. Los cambios son demasiados notables que hasta un ciego se puede dar cuenta. La codicia es una creación de un interés creado a conveniencia, sin embargo la siguen utilizando.
Para evitarte cualquier inconveniente con la humanidad, que te señalen o te envidien que puede ser muy dañino, no cuentes a nadie lo que ganas, no delates tus fuentes ni borracho, nunca alces la voz en señal que tienes poder, se cauto y pensante ya que solo así podrás ir por el camino, disfrutando tus riquezas. Sonríe que el pecado de la codicia no existe.
El pecado de donde nace la codicia
La codicia, o el deseo excesivo de acumular bienes, riqueza o poder, puede tener varias raíces que se entrelazan con aspectos emocionales, sociales y culturales. Aquí te presento algunas de las principales fuentes de la codicia.
La codicia a menudo nace del temor a no tener lo suficiente. Este miedo puede ser real o percibido, y puede estar relacionado con experiencias pasadas de carencia o con un sentido general de inseguridad.
Las personas que sienten que no son suficientes por sí mismas pueden intentar compensar acumulando riqueza o poder, pensando que eso les dará valor o seguridad. En sociedades donde el éxito se mide por la cantidad de bienes materiales que se poseen, la codicia puede ser una respuesta a la presión de «mantenerse al día» con los demás.
La tendencia a compararse con los demás puede llevar a la codicia, especialmente si una persona siente que está en desventaja o que otros tienen más de lo que ellos tienen. Aunque la ambición en sí no es negativa, cuando se descontrola puede convertirse en codicia.
Esto ocurre cuando el deseo de mejorar o alcanzar metas se transforma en un impulso insaciable por obtener más, sin importar las consecuencias. Algunas personas codician el poder porque les da una sensación de control sobre su entorno y sobre los demás.
Este deseo de control puede surgir de inseguridades o del miedo a perder el control. La codicia a menudo es una forma de intentar llenar un vacío emocional. Si alguien siente un profundo vacío interno, puede intentar llenarlo con bienes materiales, aunque estos nunca logran satisfacer la necesidad emocional subyacente.
La acumulación de bienes puede ofrecer una gratificación inmediata, pero este placer es temporal. La insatisfacción persistente puede llevar a una búsqueda constante de más, alimentando la codicia.
Condicionamiento cultural
En culturas que valoran el materialismo y el consumo, la codicia puede ser vista como una virtud o como una meta deseable. Las personas pueden ser socializadas para creer que el éxito y la felicidad se logran a través de la acumulación de riquezas.
Los medios de comunicación a menudo glorifican a las personas ricas y poderosas, lo que puede fomentar la codicia al presentar estos estilos de vida como deseables.
Las personas que han experimentado pobreza o carencia en la infancia pueden desarrollar una codicia intensa como una forma de asegurarse de que nunca volverán a experimentar esa sensación de falta.
Aquellos que han sufrido grandes pérdidas, ya sean materiales o emocionales, pueden volverse codiciosos en un intento de protegerse de futuras pérdidas. En términos evolutivos, acumular recursos era vital para la supervivencia.
Este instinto básico puede haberse distorsionado en sociedades modernas, donde la acumulación de bienes va más allá de las necesidades básicas. La codicia también puede estar vinculada a cómo el cerebro procesa las recompensas.
La búsqueda de gratificación puede convertirse en un comportamiento compulsivo si el sistema de recompensa se desregula. Ahora, la codicia puede surgir cuando las personas están desconectadas de sus valores internos y de lo que realmente les importa.
En lugar de buscar satisfacción en relaciones significativas o en el crecimiento personal, pueden buscarla en la acumulación de bienes materiales. Entender de dónde proviene la codicia puede ser el primer paso para abordarla, tanto en uno mismo como en la sociedad. La introspección, la conciencia de las verdaderas necesidades y el desarrollo de un sentido de satisfacción interno pueden ayudar a mitigar los efectos de la codicia.
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