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El peligro de la imagen personal empieza cuando una persona desconoce que no tiene una personalidad definida, es decir, que necesita de algo para sentirse muy bien. Esto es igual cuando una persona de baja estatura recurre a los zapatos con taco o plataforma, antes era evidente darse cuenta pero ahora hay zapatos que tienen plataformas disimuladas.
Uno de los que dio cuenta de su baja estima fue el rey de Francia Luis XIV con zapatos de 2 a 5 pulgadas de alto, en cambio el que dio clara muestra de superioridad personal fue el emperador Napoleón que al caer la monarquía eliminó los tacones y este señor tenía estatura promedio de la época, no era alto.
El peligro de la imagen personal radica en que al necesitar de ayuda externa no toma en cuenta que esa ayuda puede ser perjudicial. Muchos buscan al menos el que todavía no se ha dado cuenta, que posiblemente sea cuestión de la vestimenta el que no lo hace interesante para los demás, llegando al extremo de que no tiene para comer pero si tiene zapatos de más de 100 dólares incluida una sonrisa.
El peligro de la falsa imagen
Aquel que tiene algo de posibilidad económica puede centrarse en algo de mayor valor como son las joyas o los vehículos que de igual forma, hacen tremenda inversión pensando que con eso ya van a ser bienvenidos, aunque en algo tienen razón ya que no es usual que una persona se compre un vehículo solo para lucirlo, a menos que tenga el suficiente dinero para mantenerlo porque es caro, en vista que no es de trabajo.
En este caso, el peligro de la imagen personal es porque piensan que todos le van a rendir pleitesía pero esto resulta con personas que tienen el mismo problema, que en este caso necesitan de algo para levantar el auto estima y como no lo tienen se arriman a alguien que creen que están mejor que ellos, aunque a veces no tengan para la gasolina y peor algún arreglo.
Este caso lo vi con un señor que tiene ínfulas de abogado sin serlo, el caso es que cómo no daba talla ya que al abogado se lo conoce hasta en la caminada y, con mucha razón en el hablar pero este señor no tiene ni lo uno peor lo otro porque hasta es vulgar para comunicarse, en vista de eso él pensó que con un vehículo solucionaba su imagen, ¡Fatal error!
¿Cómo entender lo que pasa?
El caso es que se compró el dichoso juguete pero con la diferencia que no fue nuevo si no uno usado que en apariencia si se lo veía bien. El «Abogado» andaba de aquí para allá enseñando su vehículo sin siquiera, preparar su imagen personal interna que es la que de verdad vale. Cierto día se había ido de viaje y en el camino otro señor lo encontró tirado en la carretera, ¿Las razones? Pues se le había dañado una llanta y no tenía herramientas para el cambio.
Con esto se dieron cuenta de que hasta dónde puede llegar la falta de autoestima que hace un gasto sin poderlo hacer. Otro día se le dañó la caja de cambio y lo hizo desarmar en plena calle puesto que no tiene para un verdadero mecánico, después de unas horas se llevó tremenda sorpresa de saber cuánto le iba a costar y por lo tanto pasó ese vehículo tirado como tres meses.
El caso no termina así con el peligro de la imagen personal, cómo no tenía el vehículo para ir con su imagen, empezó a vestir de traje y se paseaba de aquí para allá con carpetas en la mano pero sin dinero. Este tipo de problemas no es tan malo que se diga, porque se convierte en un verdadero problema cuando la autoestima depende mucho del físico.
Los esteroides es como las drogas
Resulta que aquel que se considera poca cosa por su físico y en esto no depende de que seas bajo como yo (1.60) porque aun tengas estatura alta (1.80) te puede funcionar igualmente mal en tu interior, atribuyendo que es por el cuerpo que no eres bien visto y por tal algunos llegan a ingresar a un gimnasio.
En cierto modo no le veo problema siempre y cuando lo hagan por mantenerse fuertes y que por lógica los músculos se le desarrollen. El peligro de la imagen personal coge su curso cuando usted quiere ser algo más allá de lo que para todos es normal, sin darse cuenta que esto ya es cuestión de genética por lo tanto, recurren a artilugios basados en la química.
Algunos disfrazados de alimento proteico que algunos deportistas lo atribuyen como natural pero, otros como no están conforme con lo que hacen recurren a los esteroides anabólicos, sin saber que entran en un circulo vicioso y muy peligroso.
La inestabilidad emocional
En pocas palabras su inestabilidad emocional le hacen que tome decisiones equivocadas aun en riesgos de su vida, pero antes de que llegue a ese extremo primero pasan por algunas enfermedades incluso del corazón.
Los abusos se llegan a extremos insospechados incluso hasta la burla, todo por querer ganar aprecio y respeto cuando la forma adecuada es preparar su interior mediante conocimientos.
Cuando entienda esto se dará cuenta que un cuerpo voluminosos y aspecto atemorizante, joyas, vestimenta de lujo incluso la estatura ya no es importante porque lo que importa es quién eres sin tener que llegar a el peligro de la imagen personal.
Un ejemplo de tener una buena autoestima fue Charles Atlas que a pesar de que tuvo mucho dinero él nunca dejó de ser quien era, incluido su cuerpo aunque llegó a 80 años lo seguía teniendo igual.
La superioridad personal
La superioridad personal es un concepto que se refiere a la percepción que una persona tiene de ser mejor o más valiosa que los demás en algún aspecto, ya sea por sus habilidades, logros, conocimiento o cualidades.
Esta actitud, si bien puede estar fundamentada en éxitos o características reales, suele ser contraproducente cuando se convierte en una postura arrogante o despectiva hacia los demás.
En su forma más extrema, la superioridad personal puede llevar al aislamiento social y a la falta de empatía, al tiempo que genera conflictos y barreras en las relaciones interpersonales.
Es importante diferenciar entre la confianza en uno mismo y la superioridad personal. La confianza en uno mismo es un rasgo saludable que permite a las personas afrontar desafíos con seguridad y valorarse adecuadamente.
Sin embargo, la superioridad personal va un paso más allá, ya que implica compararse constantemente con los demás y asumir una posición de dominio o ventaja sobre ellos. Las personas que experimentan esta sensación suelen subestimar a los demás y pueden tener dificultades para aceptar críticas o aprender de otros.
Las raíces de la superioridad personal a menudo se encuentran en la inseguridad o en la necesidad de validación externa. Aquellos que buscan sentirse superiores a los demás suelen hacerlo como una manera de compensar sentimientos internos de insuficiencia o falta de valor.
Este mecanismo de defensa puede ofrecer una gratificación temporal, pero a largo plazo puede ser perjudicial para el bienestar emocional y las relaciones sociales. Sin embargo, es posible canalizar el deseo de superación personal de manera positiva. En lugar de enfocarse en compararse con los demás, las personas pueden centrarse en su propio crecimiento y desarrollo.
En conclusión
La verdadera superioridad personal, si se entiende como el esfuerzo constante por mejorar, debería ser una búsqueda interna, en la que el objetivo no sea ser «mejor que los demás,» sino ser una mejor versión de uno mismo.
La superioridad personal puede surgir de una necesidad de validación y puede generar barreras en las relaciones humanas. Es esencial adoptar una perspectiva más humilde y abierta al crecimiento personal, enfocándose en la automejora en lugar de la comparación constante con los demás. Al hacerlo, las personas pueden lograr un desarrollo más auténtico y satisfactorio sin caer en las trampas de la arrogancia.
El bienestar emocional de una imagen
de una persona puede verse influido por las imágenes que percibe, ya que estas tienen un impacto directo en sus emociones y estado mental. Una imagen puede evocar recuerdos, generar sentimientos de paz o, por el contrario, despertar ansiedad o tristeza.
Las imágenes que reflejan armonía, naturaleza o momentos felices tienden a promover un bienestar emocional positivo, ya que conectan al individuo con sensaciones agradables y relajantes.
Por otro lado, las imágenes caóticas o perturbadoras pueden provocar estrés o malestar, afectando negativamente el estado de ánimo. Este vínculo entre lo visual y lo emocional es poderoso, porque el cerebro interpreta las imágenes de manera rápida y profunda, activando respuestas emocionales inmediatas.
Por ello, rodearse de imágenes positivas y tranquilizadoras puede ser una herramienta eficaz para fomentar la estabilidad emocional y reducir el estrés. Además, las imágenes que reflejan logros personales, seres queridos o metas alcanzadas pueden generar sentimientos de orgullo y satisfacción, mejorando la autoestima.
En resumen, las imágenes tienen un rol crucial en la percepción del bienestar emocional, ayudando a las personas a mantener un equilibrio mental más sano y positivo a lo largo del tiempo.
Es excelente el video de Discovery,
Es lo mejor que puede representar a una persona que no tiene personalidad, por lo tanto necesita de algo para poder existir. Gracias por la visita.