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El secreto empresarial Japonés es una táctica que dicho pueblo lo ejecutó por iniciativa propia, aunque también decían que fue una orden del Emperador Hirohito, eso está en duda, pero el punto es, ¿Cómo el pueblo después de perder la guerra y pasar a ser dominado por los norteamericanos, pasó a ser un imperio económico en la actualidad?
Es simple la respuesta, ellos emplearon la humildad, con esa arma lograron estar en todas partes y al mismo tiempo en ninguna, Ahora ¿De qué estoy hablando? Pues es lo mismo que en Facebook, para que tú puedas vender algo, tienes que ser parte del medio pero sin que nadie se dé cuenta. O sea, es el arte de estar sin estar.
Los Japoneses se dejaron humillar en todo sentido y eso, está en la historia, claro que no tenían con que frenar ese abuso, pero igual con su humildad entraron en el mundo de los norteamericanos, entraron en su tecnología que para el tiempo era muy avanzada.
El secreto empresarial Japonés
Fabricaban casi todo lo que hacían en EE.UU. Pero nunca se imaginaron que ellos, los humildes peones iban a aprender ¡Y de qué forma! Es muy sabida la capacidad Japonesa en lo que fabrican. Y todo eso se lo deben a los invasores.
Se han dado cuenta que cuando un obrero o trabajador entra a trabajar en una empresa, termina como empezó o sea, si entró como operador de máquina termina como entró o cuando mucho sube un nivel.
He preguntado a gente que trabajan en empresa ¿Por qué no hace lo posible por mejorar su trabajo en la empresa que lo contrató? La respuesta es bien tonta «Acaso soy un tonto para darle mis pulmones a los dueños?
Ya pueden imaginarse el nivel de razonamiento de esa gente que piensa de esa forma, totalmente tercermundista. Si todos empleáramos el secreto empresarial japonés, formaríamos parte del grupo de países muy desarrollados, con un estándar de vida elevado, como ocurre en Japón.
Ellos trabajan muy bien y siempre buscan ser mejores. Por lo tanto, si ellos trabajan bien, la empresa genera mucho dinero y, en consecuencia, también ofrecen una excelente paga. Debemos ser humildes; cuando trabajemos para otro, debemos esforzarnos por aprender lo más posible. Así, podremos aportar más a la empresa y, si el empresario no se da cuenta, podremos reclamar el reconocimiento que merecemos.
Ser humildes no significa ser tontos o ingenuos. Si no reconocen nuestros méritos, debemos buscar otro lugar donde trabajar y, de esa manera, obtener el reconocimiento que nos corresponde, ya que estamos aplicando el secreto empresarial japonés.
El secreto empresarial japonés ¿En que se basa?
El concepto del «secreto empresarial japonés» se basa en una serie de prácticas y filosofías que han sido fundamentales para el éxito económico de Japón, especialmente durante su período de crecimiento acelerado en la segunda mitad del siglo XX.
Estas prácticas no se refieren a un secreto literal, sino a un conjunto de principios y enfoques únicos que han permitido a las empresas japonesas sobresalir en un entorno global altamente competitivo.
Uno de los elementos clave es la filosofía del trabajo en equipo. En las empresas japonesas, hay un fuerte énfasis en la colaboración y la cohesión entre los empleados. A diferencia de muchas culturas empresariales occidentales, donde el individualismo y el reconocimiento personal son más prominentes, en Japón se valora más el éxito del grupo.
Los trabajadores japoneses tienden a identificarse fuertemente con sus empresas, lo que fomenta un sentido de pertenencia y lealtad. Esta dedicación se traduce en un mayor compromiso, donde los empleados están dispuestos a hacer sacrificios personales por el bien de la empresa, como trabajar horas extra o permanecer en sus puestos durante largos períodos.
Este compromiso a menudo se conoce como «kaisha no tame ni», que significa «por el bien de la empresa». Otro aspecto fundamental es el enfoque en la mejora continua, conocido como *kaizen*. Esta filosofía implica un esfuerzo constante por mejorar todos los aspectos de una organización, desde los procesos de producción hasta la gestión administrativa.
En lugar de centrarse en grandes innovaciones disruptivas, el «kaizen» promueve pequeños cambios incrementales que, con el tiempo, pueden llevar a mejoras significativas. Este enfoque no solo se aplica a los altos directivos, sino que también involucra a todos los niveles de la organización.
Todos por la empresa
La idea es que todos los empleados, independientemente de su posición, tienen la capacidad y la responsabilidad de buscar formas de mejorar su trabajo. Esto fomenta un entorno donde la innovación es una parte natural del día a día.
El concepto de «monozukuri» también juega un papel crucial en la cultura empresarial japonesa. «Monozukuri» se traduce literalmente como «hacer cosas», pero en el contexto empresarial, se refiere a la artesanía y el orgullo en la fabricación de productos.
No se trata solo de producir en masa, sino de crear con calidad y dedicación. Este enfoque ha permitido a las empresas japonesas destacarse en sectores como la automoción y la electrónica, donde la calidad y la precisión son fundamentales.
La atención al detalle y la búsqueda de la perfección en los productos han llevado a las empresas japonesas a establecer altos estándares en la industria global. Otro componente esencial es el sistema de empleo vitalicio, que ha sido una característica tradicional del mercado laboral japonés, especialmente en grandes corporaciones.
Aunque en las últimas décadas este sistema ha comenzado a erosionarse, todavía sigue siendo influyente. Bajo este modelo, los empleados son contratados para toda la vida, lo que significa que tienen una estabilidad laboral asegurada mientras la empresa siga operando.
A cambio, se espera que los empleados sean leales y comprometidos con la empresa. Este sistema fomenta una relación de confianza mutua entre empleador y empleado, reduciendo la rotación de personal y fortaleciendo la cohesión interna.
La antigüedad en la empresa importa
La jerarquía y el respeto por la antigüedad también son aspectos importantes en la cultura empresarial japonesa. En lugar de basar las promociones exclusivamente en el mérito o el desempeño reciente, se otorga un gran valor a la antigüedad y la lealtad a la empresa.
Esto puede parecer contrario a las prácticas de gestión basadas en el rendimiento que se encuentran en Occidente, pero en Japón, esta estructura jerárquica ayuda a mantener el orden y la estabilidad dentro de la organización.
Los empleados respetan a sus superiores no solo por sus habilidades, sino también por su experiencia y tiempo dedicado a la empresa. Este enfoque fomenta una cultura de respeto y cooperación, en la que los empleados más jóvenes aprenden de sus mayores.
El sistema de círculos de calidad es otra herramienta que ha contribuido al éxito empresarial japonés. Estos círculos son grupos de trabajo compuestos por empleados que se reúnen regularmente para identificar y resolver problemas relacionados con sus áreas de trabajo.
La idea es aprovechar el conocimiento y la experiencia de los trabajadores en el proceso de mejora continua. Esto no solo empodera a los empleados, sino que también fomenta un sentido de responsabilidad compartida por la calidad del producto y la eficiencia operativa.
Los círculos de calidad son una extensión del «kaizen» y reflejan la creencia en el poder de la colaboración para resolver problemas. Además, la filosofía de «omotenashi», que se traduce como hospitalidad, también se aplica en el contexto empresarial.
La importancia de las expectativas
En Japón, hay un fuerte énfasis en la atención al cliente y en superar las expectativas de los clientes. No se trata solo de satisfacer al cliente, sino de anticipar sus necesidades y proporcionar un nivel de servicio que crea una experiencia memorable.
Este enfoque en el servicio al cliente ha ayudado a las empresas japonesas a construir relaciones a largo plazo con sus clientes, lo que se traduce en una mayor lealtad y repetición de negocios. Las empresas japonesas creen que al tratar a los clientes con el máximo respeto y cuidado, pueden diferenciarse de sus competidores y construir una reputación sólida en el mercado.
El respeto por la naturaleza y la sostenibilidad es otra característica distintiva del enfoque empresarial japonés. Muchas empresas japonesas integran la sostenibilidad en su estrategia empresarial, ya sea a través del uso responsable de los recursos naturales o mediante el desarrollo de tecnologías verdes.
Esto refleja una filosofía más amplia de respeto por el entorno y la comunidad, lo que se traduce en prácticas empresariales que buscan un equilibrio entre el crecimiento económico y la responsabilidad social.
Este enfoque a menudo se alinea con la idea de «mottainai», que se refiere al concepto de evitar el desperdicio y aprovechar al máximo los recursos disponibles. La toma de decisiones en las empresas japonesas también tiene un enfoque distintivo conocido como «nemawashi».
Este término se refiere al proceso informal de consulta y consenso antes de tomar una decisión formal. En lugar de tomar decisiones de manera rápida o unilateral, los gerentes japoneses prefieren discutir las propuestas con todos los interesados, recopilando opiniones y construyendo consenso antes de avanzar.
El compromiso de la decisión final
Esto puede parecer un proceso lento desde una perspectiva occidental, pero en Japón, «nemawashi» asegura que todas las partes estén alineadas y comprometidas con la decisión final. De esta manera, cuando se implementa una decisión, hay menos resistencia y un mayor apoyo, lo que facilita la ejecución efectiva.
La filosofía empresarial japonesa también valora la frugalidad y la eficiencia. Las empresas buscan constantemente formas de reducir costos sin comprometer la calidad. Esto se refleja en prácticas como la producción ajustada, también conocida como «lean manufacturing», que fue popularizada por Toyota.
Este enfoque minimiza el desperdicio y maximiza la eficiencia, lo que ha permitido a las empresas japonesas ser competitivas en términos de costos sin sacrificar la calidad del producto. El enfoque en la eficiencia no solo se aplica a la producción, sino también a la gestión de recursos humanos y la optimización de procesos administrativos.
Finalmente, la educación y el desarrollo continuo de los empleados son aspectos fundamentales de la cultura empresarial japonesa. Las empresas invierten en la capacitación y el desarrollo de sus trabajadores, no solo en habilidades técnicas, sino también en aspectos relacionados con la ética laboral y la filosofía de la empresa.
Este compromiso con el aprendizaje continuo asegura que los empleados estén siempre mejorando y que la empresa pueda adaptarse a los cambios en el mercado. En conjunto, estos principios y filosofías han permitido a las empresas japonesas construir una base sólida para el éxito a largo plazo.
En resumen
Aunque el entorno económico global ha cambiado significativamente desde los días de la rápida industrialización de Japón, muchas de estas prácticas siguen siendo relevantes y continúan influyendo en la forma en que las empresas japonesas operan hoy en día.
A medida que el mundo enfrenta desafíos como la globalización, la digitalización y la sostenibilidad, las lecciones del «secreto empresarial japonés» pueden ofrecer valiosas ideas sobre cómo las organizaciones pueden adaptarse y prosperar en un entorno cambiante.
La capacidad de las empresas japonesas para combinar la tradición con la innovación, el respeto con la eficiencia, y el compromiso con la flexibilidad, sigue siendo un modelo que muchas otras organizaciones en todo el mundo aspiran a emular.