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El vendedor aprendiz. Tal vez se estén haciendo la pregunta, ¿Por qué el vendedor aprendiz y no el aprendiz de vendedor? La verdad es que cuando uno cree que es sin saber lo que es, es cuando cae en el error fatal de entrar en terrenos que no le compete.
El vendedor aprendiz es el que cree que vender es fácil o sea, que piensa que es cuestión de pararse frente a alguien y este le compra. He pasado por esa experiencia y no es agradable en especial cuando te hacen regresar como perinola,.
Claro que en los tiempos que traté de vender sin saber que el mundo de las ventas es sólo para los vendedores, era una época en la que era raro ver una computadora y todo se movilizaba con cartas de presentación escritas a máquina.
En mi caso tenía una máquina de escribir electrónica por lo tanto la presentación fue muy buena, más que todo por la calidad de impresión. Imaginen como era aquellos vendedores que empleaban máquinas de escribir de esas manuales, ahora claro que tenían secretaria era otra cosa.
El vendedor aprendiz
Cuando una persona que nunca ha vendido y sale a vender le pasan una serie de aventuras y desventuras. Empezando de las caminatas que tenía que hacer de empresa a empresa aunque tenga vehículo porque el auto sólo le sirve para la calle ¿Y el resto? y peor si era de ir por la carretera.
Luego de dar caminatas por ahí y por allá, le tocaba enfrentarse con la persona indicada y daba el caso en que después de esperar y esperar, resultaba que la persona con la que tenía que hablar, ya se había ido.
Ese malestar sólo era el comienzo porque cuando ya estaba listo para que la entrevista se efectúe, empezaba el sistema defensivo interno como si fuera a ser víctima de un ataque personal, con el resultado de que se ponía nervioso y había momentos en los que hasta se olvida de lo que va a decir, por lo general eso pasa con las personas que tienen miedo de hablar en público.
El caso es que cuando se llega a exponer el ofrecimiento resulta que ya han comprado la mercadería o no es lo que ellos buscan, aunque lo más leve es que le digan «¿Puede regresar en otro momento?» o lo más directo «Regrese en otro momento» en todo caso el resultado es el mismo o sea, cruelmente desalentador de la forma de no volver más a las calles en busca de un comprador.
Todo esto es porque la persona no sabe vender o bien el producto o él no es vendedor, una cosa es que crea que es vendedor sin siquiera estar convencido internamente, ahora el vendedor ya no es cómo en mi época que con poco y nada se podía lanzar a las calles. Los vendedores de ahora son con tecnología de punta.
Los cambios con el Internet
En este caso el Internet hizo que todo se mueva a la velocidad del rayo, incluso las técnicas de venta han cambiado muchísimo, al menos ahora se emplea la publicidad por medio de las empresas que tienen el servicio de afiliados, por la cual otros son los que se encargan de llevar el nombre de la empresa por todos lados a bajo costo.
Al menos me atrevo a decir a precio de huevo podrido, ya que en la televisión la publicidad es pagada vean o no la misma y ni qué decir del clic, en cambio, en el sistema de los afiliados para que la persona que es un webmaster pueda cobrar, tiene que haber un clik en la publicidad si no, hay no hay dinero.
Esto aunque la dicha publicidad la haya visto mil personas. ¿No creen que es un precio de huevo podrido el que pagan dichas empresas? En todo caso creo que es más efectiva que el vendedor aprendiz.
¿Qué tan difícil es vender?
Vender es una habilidad que, para muchos, parece innata. Algunos individuos parecen tener un talento natural para conectar con las personas, entender sus necesidades y cerrar ventas con facilidad.
A menudo, estos «vendedores naturales» son carismáticos, persuasivos y tienen una confianza que los distingue. Sin embargo, la realidad es que vender no es una habilidad reservada solo para unos pocos privilegiados.
Es un arte que se puede aprender y perfeccionar con práctica, experiencia y un enfoque constante en el desarrollo de habilidades. La idea de que alguien «nace vendedor» se debe a ciertos rasgos de personalidad que pueden facilitar la venta.
Por ejemplo, la extroversión, la empatía, la capacidad de escuchar y una inclinación natural para la comunicación son características que sin duda pueden ser ventajosas. Estos rasgos permiten a las personas relacionarse fácilmente con otros, generar confianza y crear un ambiente en el que el cliente se siente valorado y entendido.
Pero no significa que aquellos que no poseen estas cualidades innatas estén destinados a fracasar en el mundo de las ventas. En realidad, las ventas son una disciplina que, como muchas otras, se puede aprender a través de la práctica, el estudio y la reflexión.
Uno de los aspectos más importantes al vender es la capacidad de entender a las personas. Esto implica no solo conocer el producto que se está ofreciendo, sino también ser capaz de identificar lo que el cliente realmente necesita.
El éxito en las ventas
Los vendedores exitosos son aquellos que pueden hacer preguntas precisas, escuchar atentamente y captar señales que a menudo no son evidentes a simple vista. Este enfoque no se basa en una habilidad innata, sino en la capacidad de desarrollar una comprensión más profunda de la psicología humana y de cómo las personas toman decisiones.
Esto se puede aprender a través de la observación, la experiencia y el estudio continuo del comportamiento del cliente. El proceso de vender es, en muchos sentidos, un arte que requiere práctica constante.
La habilidad para vender no se desarrolla de la noche a la mañana; se perfecciona con el tiempo. Aquellos que se dedican a la venta pueden comenzar con un talento natural o sin él, pero lo que realmente los lleva al éxito es su disposición para aprender de cada interacción con los clientes, analizar lo que funciona y lo que no, y ajustar sus estrategias en consecuencia.
A menudo, los vendedores más exitosos son aquellos que han enfrentado fracasos en el pasado, ya que estas experiencias les han proporcionado valiosas lecciones sobre cómo abordar mejor a los clientes y manejar objeciones.
Vender también implica tener una mentalidad de crecimiento. Aquellos que creen que pueden mejorar con el tiempo son los que están dispuestos a aprender nuevas técnicas, aceptar críticas y buscar maneras de perfeccionar sus habilidades.
No se trata simplemente de tener un don natural, sino de desarrollar una actitud de aprendizaje constante. Esto es particularmente importante en un mundo que cambia rápidamente, donde las técnicas de venta que funcionaron en el pasado pueden no ser efectivas hoy en día.
El aprendizaje sobre la marcha en ventas
Los vendedores deben estar dispuestos a adaptarse, probar nuevas estrategias y mantenerse actualizados con las tendencias del mercado y las expectativas de los clientes. La idea de «aprender sobre la marcha» es especialmente relevante en el contexto de las ventas.
Muchas personas entran en el mundo de las ventas sin una formación formal en el tema. Puede que tengan conocimientos básicos sobre el producto que están vendiendo, pero carecen de habilidades específicas de venta.
En estos casos, el aprendizaje práctico se convierte en su mejor maestro. Cada conversación con un cliente es una oportunidad para mejorar, entender mejor las necesidades del cliente y descubrir qué tácticas son más efectivas.
Este enfoque de aprendizaje continuo puede ser tan efectivo, si no más, que cualquier curso formal de ventas. Una de las claves para vender con éxito es desarrollar la resiliencia. Las ventas pueden ser un campo lleno de rechazos y decepciones.
Incluso los vendedores más experimentados escuchan la palabra «no» con más frecuencia de lo que les gustaría. La diferencia entre un vendedor promedio y uno excelente a menudo radica en la capacidad de recuperarse rápidamente de un rechazo y seguir adelante sin perder la motivación.
Esta capacidad de recuperación no es necesariamente algo con lo que se nace; es una habilidad que se puede desarrollar con el tiempo. Aprender a ver el rechazo como una parte natural del proceso y no como un reflejo personal puede hacer toda la diferencia en la carrera de un vendedor.
La confianza en si mismo
Otro aspecto fundamental para vender es la confianza en uno mismo. Esto no significa necesariamente ser extrovertido o elocuente, sino tener la certeza de que uno está ofreciendo algo de valor al cliente.
La confianza se transmite en la forma en que uno habla, en el lenguaje corporal y en la manera en que responde a las preguntas y objeciones. Aunque algunos pueden parecer naturalmente seguros de sí mismos, la confianza también se puede construir a través de la preparación y la experiencia.
Saber que uno conoce el producto a fondo, que entiende las necesidades del cliente y que está preparado para cualquier objeción puede ser un poderoso motor de confianza. Las habilidades de venta también pueden ser mejoradas a través de la formación y la educación continua.
Hoy en día, existen numerosos recursos, desde libros hasta cursos en línea, que pueden enseñar técnicas avanzadas de venta. Aprender sobre estrategias de persuasión, negociación, cierre de ventas y la construcción de relaciones con los clientes son aspectos esenciales que pueden ser adquiridos.
Incluso los vendedores experimentados pueden beneficiarse de un aprendizaje continuo, ya que siempre hay nuevas tácticas y enfoques que pueden mejorar su desempeño. Además, vender no se trata solo de cerrar una transacción.
Es un proceso que implica la construcción de relaciones y la creación de valor para el cliente. Los mejores vendedores no solo buscan hacer una venta única, sino establecer una relación a largo plazo con el cliente.
Esto requiere un enfoque en el servicio al cliente, la honestidad y la integridad. Aquellos que se esfuerzan por entender verdaderamente a sus clientes y proporcionar soluciones que realmente satisfagan sus necesidades están en una posición mucho mejor para tener éxito a largo plazo.
En conclusión
Finalmente, es importante entender que la venta es un proceso tanto emocional como racional. Las decisiones de compra no se basan únicamente en la lógica; a menudo están influenciadas por factores emocionales como la confianza, la simpatía y el deseo de pertenencia.
Un vendedor que puede conectar emocionalmente con su cliente tiene una ventaja significativa. Esto no es algo que se enseñe fácilmente en un curso, sino que se desarrolla a través de la empatía y la experiencia. Saber cuándo ser persuasivo y cuándo dar un paso atrás es un equilibrio delicado que solo se puede dominar con la práctica.
Vender puede parecer una tarea desalentadora, especialmente para aquellos que sienten que no tienen un «talento natural» para ello. Sin embargo, la buena noticia es que las habilidades de venta no están reservadas solo para unos pocos afortunados.
Cualquiera puede aprender a vender si está dispuesto a poner el esfuerzo necesario para desarrollar sus habilidades, aprender de sus experiencias y mantener una actitud abierta al crecimiento y la mejora continua.
Se trata tanto de la disposición para adaptarse y aprender como de cualquier talento con el que uno pueda haber nacido. Por lo tanto, ya sea que te consideres un vendedor nato o no, el éxito en las ventas está al alcance de cualquiera que esté dispuesto a trabajar para conseguirlo.
Me interesan tus servicios,, Graccias
Saludos Jorge, No hay problemas y cuando quieras solo que debes decirme, en qué manera te puedo ayudar ya que mis servicios son en varias ramas.
Roberto Sanahuano
Máster en P.N.L.