Elimina el problema que has creado Ho’oponopono te ayuda. Toda persona actúa de acuerdo a lo que está en su inconsciente. Todo problema que esté en su vida, solo será el resultado de su actitud.
El desafío no radica en Ho’oponopono, sino en la percepción y la forma de ser de cada individuo. Resulta evidente que el aprendizaje persiste, como se puede observar en los comentarios donde algunos aún no dominan la correcta práctica de Ho’oponopono, especialmente en cuanto a su efectividad.
Algunas personas han dedicado meses a esta práctica sin notar cambios significativos. En este punto, es justo reconocer que la dificultad radica en alcanzar la práctica adecuada. El dilema se presenta cuando algunos consideran a Ho’oponopono simplemente como un producto de marketing.
Elimina el problema que has creado
Este es un comentario que he escuchado en un video, expresando sorpresa ante la idea de que aquellos que comparten esta técnica lo hacen por motivos económicos. Es intrigante escuchar esto, especialmente proveniente de personas acomodadas.
La creación de contenido informativo no debería ser malinterpretada como una simple diversión, sino como un trabajo legítimo. El Ho’oponopono, con sus cuatro palabras clave: «Lo siento, perdóname, te amo, gracias» ha sido presentado por Joe Vitale como una inspiración para la humanidad.
Claro que está la frase original y poderosa que personalmente, he experimentado esta inspiración y me siento motivado a compartir esta perspectiva de vida con otros con los cambios que hice en su práctica.
Cuando los resultados de la práctica de Ho’oponopono no son satisfactorios, el problema no yace en la técnica misma, sino en la falta de atención de quienes la practican. Al inicio, es crucial reflexionar sobre la motivación detrás de la elección de practicar Ho’oponopono.
La práctica correcta de Ho’oponopono implica reconocer que los problemas no llegan a ti por azar o mala suerte. Debes comprender que son creaciones tuyas, manifestaciones de tu propio ser, ya que lo que ocurre en el exterior es simplemente un reflejo de tu interior.
Antes de recitar las palabras o frases, es esencial pensar en la responsabilidad personal en la creación de esos problemas. En resumen, el primer paso para despejar las complicaciones en tu entorno es eliminar el pesar interno. ¿Cómo lograrlo?
El punto de partida para Ho’oponopono
Al dar amor a tus semejantes. No se trata de emprender una cruzada de amor al estilo de los políticos que abrazan a todos; más bien, implica sentir en tu interior un amor genuino hacia los demás.
Reconocer que algo en tu interior está obstaculizando este sentimiento es el punto de partida para practicar Ho’oponopono. Es crucial seguir limpiando, recordando siempre la razón por la cual emprendes este proceso.
Solo así podrás observar los resultados esperados. A modo de anécdota, estoy experimentando los frutos de una bendición que actualmente estoy practicando. Durante casi dos años, enfrenté problemas con la comida; mi estómago siempre protestaba cuando alguien me servía.
Como he mencionado en algunos vídeos, al principio no comprendía completamente el proceso de Ho’oponopono. Ahora, al entender cómo funciona, reflexioné sobre el motivo de mis problemas estomacales al ser servido por una persona en particular.
Pensé que podría tener problemas personales y, por ende, siempre estaba de mal humor al servirme. Esta energía se transmitía a la comida, causándome malestar. Entonces, al recibir el plato, comencé a dar una bendición de agradecimiento a la comida.
Elimina el problema que Ho’oponopono te ayuda
No se trata simplemente de palabras, sino de sentir alegría al coger el plato, y esto ha funcionado de manera sorprendente. Este ejemplo de vida destaca que Ho’oponopono no es simplemente repetir palabras como un loro, como algunos lo describen.
Puedes recitar las palabras gatillo o frases cuando sea necesario, pero no es una práctica estática. Cuando sientas que ya no es necesario, puedes expresar bendiciones de gratitud. Es lógico suponer que aquellos que buscan algo es porque lo desean.
Si han descubierto Ho’oponopono, la práctica debe llevarse a cabo con una razón específica y clara. Contrariamente a la creencia de que se puede recitar en cualquier momento y de cualquier manera, al menos en mi opinión, esto no es correcto.
Se dice que solo hay que pronunciar las palabras o la frase precisa: «Lo siento, perdóname por lo que está en mí, que ha creado esto». Sin embargo, en mi experiencia, no es tan simple.
Tengo razones fundadas para afirmar que al principio, la práctica debe estar alineada exactamente con el propósito que se busca. Por ejemplo, si he tenido un problema con alguien o he escuchado que esa persona tiene un problema conmigo.
Práctica correcta de Ho’oponopono
Practico Ho’oponopono de la manera correcta: repito tres veces y luego dejo ir. Con el tiempo, notaré que la persona en cuestión ha recuperado la tranquilidad. ¿Cómo me doy cuenta de esto?
De la manera más sencilla: observo un cambio en su actitud hacia mí, una transformación que he comprobado en diversas ocasiones. Si se percibe que el proceso no es tan efectivo, entonces se puede repetir o recordar la práctica cada vez que surja el recuerdo.
Es esencial comprender que cuando hay un problema con alguien, esa persona emite ondas de pensamiento hacia uno, que son captadas por el subconsciente. Sin embargo, al liberarse del miedo acumulado, uno puede sentir claramente que el problema está disipándose hasta desaparecer por completo.
Recuerda que el miedo es el generador de los problemas en la vida. La paz interior es la clave para que los problemas se disuelvan. Esto no implica ser ingenuo o fácil de manejar, sino reconocer que la paz, la armonía y el amor hacia los demás deben surgir internamente.
Aquellos que practican Ho’oponopono solo por nerviosismo ante situaciones problemáticas admiten que su miedo es más fuerte que su deseo de amor hacia los demás. Pero así como aparece, se puede desaparecer si hace bien su vida.
Desde otro punto sobre el miedo y los problemas
El miedo puede magnificar un problema simple y convertirlo en algo mucho más grande por varias razones. El miedo puede distorsionar nuestra percepción de la realidad, haciendo que veamos el problema como más grande o amenazante de lo que realmente es.
Esta percepción distorsionada puede llevarnos a anticipar consecuencias catastróficas o a exagerar la importancia del problema. Cuando experimentamos miedo, tendemos a buscar formas de evitar la situación que lo provoca.
Esto puede llevarnos a evitar abordar el problema de manera directa y efectiva, lo que a su vez puede hacer que el problema parezca más grande y abrumador con el tiempo. El miedo puede generar un ciclo de retroalimentación negativa en el que nuestras preocupaciones y temores alimentan aún más nuestra ansiedad.
Cuanto más nos preocupamos por el problema, más grande parece, lo que a su vez aumenta nuestro miedo y ansiedad. Cuando estamos dominados por el miedo, es más difícil para nosotros utilizar nuestros recursos emocionales de manera efectiva para manejar el problema.
Nos sentimos abrumados, lo que dificulta encontrar soluciones o tomar decisiones claras y racionales. El miedo puede hacer que percibamos el problema como algo que está fuera de nuestro control, lo que aumenta nuestra sensación de impotencia y desamparo.
Esta percepción de falta de control puede hacer que el problema parezca aún más grande y abrumador. El miedo puede amplificar un problema simple y convertirlo en algo mucho más grande debido a la distorsión de la percepción.
Elimina el problema que crea la tendencia
La tendencia a evitar la situación, el ciclo de retroalimentación negativa, la falta de recursos emocionales y la percepción de falta de control. Reconocer cómo el miedo influye en nuestra percepción del problema puede ser el primer paso para abordarlo de manera efectiva.
El miedo puede tener diferentes orígenes, y las experiencias vividas, incluidos los traumas, son una de las causas comunes del miedo en las personas. Aquí hay algunas formas en que las experiencias vividas, incluidos los traumas, pueden contribuir al desarrollo del miedo.
Las personas pueden desarrollar miedo como resultado de experiencias directas traumáticas, como un accidente, un evento violento o una situación peligrosa. Estas experiencias pueden dejar una marca duradera en la mente de la persona, generando un miedo persistente relacionado con situaciones similares en el futuro.
El miedo también puede ser aprendido a través de la observación de las experiencias de los demás. Por ejemplo, si una persona presencia un evento traumático o escucha historias de experiencias traumáticas de otras personas, puede desarrollar miedo a situaciones similares, incluso si no ha experimentado el trauma directamente.
Las experiencias traumáticas
El miedo puede ser resultado de un condicionamiento clásico, en el que una experiencia traumática se asocia con ciertos estímulos o situaciones. Por ejemplo, si una persona experimenta un trauma relacionado con los perros, es posible que desarrolle miedo a los perros en general, incluso si la mayoría de los perros son inofensivos.
Las experiencias traumáticas pueden quedar grabadas en la memoria de la persona y generar recuerdos vívidos y emocionalmente cargados. Estos recuerdos pueden activarse fácilmente en situaciones que recuerdan el evento traumático original, desencadenando una respuesta de miedo incluso años después de que ocurriera el trauma.
Es importante tener en cuenta que no todas las experiencias vividas generan miedo de la misma manera en todas las personas. Algunas personas pueden experimentar eventos traumáticos y desarrollar miedo persistente, mientras que otras pueden superar el trauma con el tiempo o con la ayuda de intervenciones terapéuticas.
La forma en que una persona procesa y responde al trauma puede depender de una variedad de factores, incluidos los recursos emocionales, el apoyo social y las estrategias de afrontamiento.