Falsas creencias te crean una vida errónea

Falsas creencias. Todos estamos llenos de creencias pero, ¿Falsas creencias? Quién sabe, el caso es que todos estamos confiados que en lo que creemos es lo acertado y nadie nos puede decir lo contrario, so pena, de estar con sus propias falsas creencias que es algo que a nosotros no nos interesa.

Esto porque que estamos en lo cierto de lo que hacemos. Bueno eso es lo que pensamos en nuestros adentros. Nadie nace con sus propias creencias porque nacemos con un cerebro en blanco ¿Creen eso?

Pues cuando empezamos a crecer, todo lo que nos rodea, incluyendo nuestros parientes más cercanos,  son los que se van a encargar de llenar nuestra mente de todas las creencias que según ellos creyeron que debe ser así ¿Creen eso? En todo caso, las creencias que llegamos a tener no son nuestras.Qué es falsas creencias

Pienso que si las creencias que tenemos no son nuestras entonces, se puede creer que son falsas creencias. Por lo tanto si no es así, ¿Desde cuándo se transforma una creencia real en una falsa creencia? Hay que tomar en cuenta, antes de responder a esa pregunta, que para nosotros lo que creemos es siempre lo propio, aunque alguien por ahí nos diga lo contrario.

Falsas creencias

Creo y estoy convencido que la falsa creencia toma su forma desde que alguien cree que no es así ¿Creen eso? Por otro lado, pienso que la falsa creencia es cuando a nosotros nos da resultados erróneos, aunque pensemos que nos resultará algo bueno de lo que hacemos, claro que basado en la creencia que tomamos como real, en todo caso debemos racionalizar el asunto.

Cuando alguien por ahí dice «Con el conocimiento que tengo voy hacer un buen trabajo» eso es una creencia verdadera, aunque el porcentaje de éxito varíe de acuerdo con la cantidad de conocimiento que tenga.

Ahora, si alguien por ahí dice «Voy hacer un buen trabajo basado en mi experiencia» pero no tiene idea de lo que va hacer ya que la experiencia no necesariamente es conocimiento, a eso le llamo una falsa creencia, porque cree que lo va hacer aunque no tenga el conocimiento. No se olviden que la experiencia son errores que se cometen.

Hay casos peores, pero en todo caso si alguien le pregunta ¿Crees en eso? Su respuesta debe ser basada en el convencimiento seguro de que lo suyo está basado en algo más que todo en lo que sabe.

Dije anteriormente que cuando nacemos, lo hacemos con el cerebro y la mente en blanco, porque se supone que todo lo aprendemos con el pasar de los días pero, ¿Alguien me puede decir, por qué los bebes sonríen cuando están durmiendo? Y hablo de semanas de nacido, lo digo porque mi nieta hasta se ríe, ¿Acaso tienen algo en su mente?

¿Qué es una creencia?

Una creencia es, en esencia, un pensamiento que consideramos cierto, una convicción interna que guía nuestra percepción del mundo. Las creencias no necesariamente requieren una base tangible o comprobable; a menudo, son fruto de experiencias personales, enseñanzas familiares, influencias culturales o incluso suposiciones que hemos aceptado como verdades.

Sin embargo, no todas las creencias son iguales ni tienen el mismo impacto en nuestras vidas. Pueden ser una fuerza poderosa que nos impulsa hacia nuestros objetivos, pero también pueden ser limitantes, autodestructivas o simplemente erróneas.

El origen de una creencia suele estar ligado a la necesidad humana de dar sentido a lo que ocurre a nuestro alrededor. Desde niños, buscamos patrones, explicaciones y razones para lo que experimentamos.

Cuando no tenemos una explicación clara, nuestra mente llena los vacíos con suposiciones basadas en la información que tenemos disponible en ese momento. Esta información puede venir de fuentes confiables o no, y aún así, si algo parece plausible o encaja con nuestra visión del mundo, se convierte en una creencia.

Una vez que una creencia se establece, se convierte en un filtro a través del cual interpretamos nuestras experiencias. Este filtro puede ser tan poderoso que a veces vemos lo que queremos ver, o escuchamos lo que queremos escuchar, para confirmar lo que ya creemos.

Esta es la razón por la cual las creencias pueden ser tanto una bendición como una maldición; son como los lentes a través de los cuales vemos la vida, y esos lentes pueden estar distorsionados sin que nos demos cuenta.

¿Qué hace el cambio a una falsa creencia?

Ahora bien, ¿Qué convierte a una creencia en una falsa creencia o en un autoengaño? La distinción no siempre es clara, pero una falsa creencia puede definirse como aquella que no tiene una base en la realidad objetiva o en hechos verificables.

Por ejemplo, creer que caminar bajo una escalera trae mala suerte es una creencia que, aunque compartida por muchos, carece de evidencia científica. A pesar de esto, las personas que sostienen esta creencia podrían actuar en consecuencia, evitando pasar por debajo de una escalera para evitar la supuesta mala suerte.

En este caso, la creencia tiene un poder real sobre sus comportamientos, incluso si el fundamento es falso. El autoengaño es un concepto un poco más complejo, pues implica que una persona se engaña a sí misma de forma consciente o inconsciente.

En estos casos, el ego juega un papel fundamental. El ego, en este contexto, se refiere a la imagen que tenemos de nosotros mismos y que queremos proteger a toda costa. Cuando una creencia amenaza esa imagen o nos enfrenta con una realidad incómoda, es más fácil crear un autoengaño que confrontar esa verdad.

Por ejemplo, una persona que fracasa repetidamente en sus relaciones amorosas puede desarrollar la creencia de que «todas las personas son egoístas y no valen la pena». Este es un autoengaño que protege su ego al desviar la culpa hacia los demás en lugar de reflexionar sobre sus propios patrones de comportamiento.

El autoengaño, entonces, actúa como un mecanismo de defensa que nos permite mantener la coherencia interna. Si enfrentamos una realidad que contradice nuestras creencias fundamentales, puede resultar doloroso o amenazante para nuestra identidad.

¿Por qué es muy difícil cambiar una creencia?

Así que, en lugar de cuestionar nuestras creencias, tendemos a buscar información que las confirme, ignorando o descartando cualquier prueba en contra. Esta es una de las razones por las cuales cambiar una creencia arraigada puede ser tan difícil.

No solo estamos cuestionando un pensamiento, sino que estamos desafiando la estructura que nos ha ayudado a entender el mundo y a nosotros mismos. Pero, ¿Cómo saber si estamos atrapados en una falsa creencia o en un autoengaño?

Una manera de detectarlo es observar si la creencia en cuestión nos limita en lugar de empoderarnos. Las creencias que nos llevan al miedo, a la frustración, a la ira constante o al resentimiento suelen ser aquellas que nos mantienen atrapados en patrones negativos.

Estas creencias no solo nos limitan a nivel personal, sino que también pueden afectar nuestras relaciones, nuestro trabajo y nuestro bienestar general. Por otro lado, las creencias que promueven el crecimiento, la paz, la comprensión y el amor tienden a ser más constructivas, aunque esto no significa que siempre sean verdaderas en un sentido objetivo.

La diferencia crucial entre una creencia empoderadora y una limitante a menudo se basa en el impacto que tiene en nuestras vidas y en nuestro entorno. Es aquí donde entra en juego el concepto de discernimiento.

El discernimiento es la capacidad de evaluar nuestras creencias y cuestionarlas de forma honesta. Es un proceso que requiere valentía, ya que implica estar dispuesto a enfrentar la posibilidad de que aquello en lo que hemos creído durante mucho tiempo puede no ser cierto. Esto no significa que debamos desechar todas nuestras creencias de inmediato, sino que es importante examinarlas con una mente abierta.

El ego y la validación

El papel del ego en la formación y sostenimiento de nuestras creencias es fundamental. El ego busca la validación constante y la seguridad, por lo que tiende a aferrarse a creencias que refuercen nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.

Cuando se cuestiona una creencia que ha sido un pilar para el ego, este puede reaccionar con resistencia, rabia, o incluso negación. Esto se debe a que el ego percibe este cuestionamiento como una amenaza a su supervivencia.

Por lo tanto, las creencias que son defendidas con más vehemencia suelen ser aquellas que están más profundamente ligadas a nuestra identidad. Podemos ver ejemplos de esto en todos los aspectos de la vida.

Las creencias políticas, religiosas, sociales e incluso personales a menudo se defienden con una pasión que no parece proporcional al hecho en sí. Esto ocurre porque estas creencias no solo son ideas abstractas, sino que son parte integral de quienes creemos que somos.

Cuestionarlas es, en cierto modo, cuestionar nuestra propia existencia. Entonces, ¿Cómo podemos trascender nuestras falsas creencias o autoengaños? El primer paso es la autoobservación. Es vital ser honestos con nosotros mismos sobre por qué creemos lo que creemos.

Preguntas como «¿De dónde viene esta creencia?», «¿Qué evidencia tengo de que sea cierta?», y «¿Cómo me afecta esta creencia en mi vida diaria?» pueden ser útiles para comenzar a desmantelar aquellas creencias que nos limitan.

La humildad intelectual

Es importante estar abiertos a nuevas experiencias y puntos de vista que desafíen nuestras creencias actuales. Esto no significa que debamos cambiar de opinión con cada nueva información que recibimos, sino que deberíamos estar dispuestos a considerar la posibilidad de que podemos estar equivocados.

La humildad intelectual es una herramienta poderosa en este proceso. Reconocer que no tenemos todas las respuestas, que nuestras creencias son solo una interpretación de la realidad y que siempre hay algo nuevo que aprender, puede abrirnos a un mundo de posibilidades que antes estaban bloqueadas por nuestras convicciones erróneas.

En última instancia, las creencias, sean verdaderas o falsas, son una parte inevitable de la experiencia humana. Son los mapas con los que navegamos el mundo. Pero es importante recordar que el mapa no es el territorio; nuestras creencias son solo representaciones de la realidad, no la realidad misma.

Al estar dispuestos a cuestionarlas y, si es necesario, reemplazarlas, podemos avanzar hacia una vida más auténtica y libre de los límites autoimpuestos por nuestras falsas creencias y autoengaños. Este proceso no es sencillo ni inmediato, pero la recompensa es una mayor claridad, libertad y autenticidad en nuestra vida diaria. Al final, lo que importa no es tanto si una creencia es verdadera o falsa en un sentido absoluto, sino si nos sirve para crecer, conectar con los demás y vivir una vida más plena y significativa.

Datos

4 comentarios en «Falsas creencias te crean una vida errónea»

  1. Respuestas: Si Creo, en todas. Ok.
    Lo que si me despertó una duda cuando dices… que cuando alguien dice …»Con el conocimiento que tengo voy hacer un buen trabajo» y que eso es una creencia verdadera… porque la persona puede ser que crea que tiene conocimiento pero aún así al decirlo puede ser que esté equivocado, porque «el cree que sabe» pero no sabe…. y por lo tanto … su resultado puede ser que no sea lo que el quiere o piensa obtener. Por que ? , porque tenía una falsa creencia sobre sus propios conocimientos, o de lo que involucraba hacer la tarea ( me refiero a saber dimensionarla).
    Gracias.

    1. El pretender saber no es lo mismo que saber y eso tú lo sabes Augusto, el hecho que diga que sabe algo, no solo depende de que lo diga, ¿Lo sabe? Por esto es que las creencias limitantes son las que hacen daño, porque entran en el momento en que menos se necesitan. Una vez sin ser mecánico industrial, logré arreglar una máquina de coser industrial, algo que ya no tenía solución por vieja, pero eso fue lo que me dijeron todos esos seudos mecánicos, hasta que la necesidad me hizo pensar, que yo la podía arreglar, eso fue lo que dije pero me convencí, que no es lo mimo que aun sabiendo, terminas por hacer mal, en mi caso me convencí de que sí lo podía hacer y lo hice, sin saber nada de mecánica, capici?

      Gracias por el comentario
      Roberto Sanahuano
      Programador Neuro-Lingüista
      Terapias Cambios personales

  2. Hola,
    Una falsa creencia sería Creer que uno podría hacer una operación al corazón sin tener conocimiento de cómo hacerlo. Es similar al caso de la mecánica que tu dices, sin embargo en el caso de la mecánica el conocimiento está disponible, y lo puedes aprender, no digo que pueda ser tan fácil pero sí se puede. En cambio para hacer la operación de corazón se necesitan Si o Si muchos años … aunque ahora justo se me pone en la duda … porque para hacer las cosas comercialmente RENTABLES si que son expertos…
    Yo no tengo una moto porque no creo en las motos, y está basado en que no me sirve para lo que necesito. Qué puede hacer una moto por mí ? Lo veo como algo dudoso y riesgoso. Pero en el momento que llegue a creer que sí me sirve la cosa cambia y llegaría a comprarla y usarla, y eso porque me quito la duda encima porque le vería utilidad, rapidéz, economía y hasta me saco el verlo riesgoso porque lo reemplazo por «andar con mucho cuidado» y/o «despacio». Qué sucede si tendría un accidente en el cual casi pierda la vida ? Bueno, allí mismo dejo de creer en la moto y hasta me afecta a mi autoestima o valía personal. Somos los creadores de nuestros éxitos y fracasos.
    A qué voy con todo esto ?
    Que en cierta manera yo he estado con tu misma creencia, en el aspecto de poder aplicar la PNL a mi mismo, como a muchos se lo han metido en la cabeza en artículos y seminarios, y además de haber pasado por varios terapeutas y hasta chamanes que «sin pena ni gloria» COBRARON aunque no daban resultados, pero ese ha sido el «camino largo» así que ya reconozco esa «FALSA CREENCIA» por lo tanto le bajo la fuerza que tiene y obtengo buenos resultados.
    En el caso de la PNL, han sido muy buenos los resultados que hemos tenido ( con Roberto Sanahuano), pero frente a esa falsa creencia la cosa ha sido dificultosa para avanzar.
    Entiendo y comprendo que han habido muchos cambios para mejor, y ahora vamos más rápido.
    Lo creen ?
    Pues créanlo rápido, y así liberarán sus vidas. No hay mejor forma de aprender que de los errores ( o experiencias ) de otros.
    Gracias.

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