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Guarde sus demonios antes de hablar, son palabras muy sabias ya que el que habla no es usted en esos momentos. El culpable de todo es el gran ego el cual como un guerrero no puede permitir que nadie pase por encima de él, por lo tanto es capaz de cualquier cosa al menos de lo que tenga a la mano, para evitar que pase.
Por lo general sucede cuando el ego ha sido tocado ya sea por cualquier circunstancia de la vida, o por algo que vio y se pone él en los zapatos del otro ente atacado. Cuando una persona no está preparada emocionalmente es mejor tener prudencia, al menos todos sabemos lo que tenemos y con mucha más razón si es en conocimientos.
Tenga en cuenta que cuando alguien toma un tema en una conversación y usted quiere decir algo pero, se da cuenta de que no tiene el conocimiento adecuado cómo para decir algo importante, lo más sensato que usted hace es cerrar la boca y escuchar lo que otros dicen, en mayor parte lo hace para aprender y por otro lado por prudencia.
Al menos eso hace una persona que está centrada pero, ¿Qué hace una persona que no está centrada emocionalmente? Pues la acción de una persona así puede variar por las circunstancias, primeramente tiende abrir la boca cuando no lo debe hacer y lo hace porque se siente atacado, aunque no sea así.
Guarde sus demonios
Toda persona que tiene algo escondido ya sea por recuerdos, acciones personales o pretensiones de alguna acción va a sentir cómo que es a él que va dirigido las palabras o acciones de otras personas, sin siquiera tener dirección objetiva. Por esa razón es que lo que primero hace es decir lo que tiene guardado para defenderse sin ser la víctima.
Es preferible que guarde sus demonios antes de hablar y la única forma de hacerlo es tranquilizándose con respiraciones profundas, ¿Qué si resulta? Claro que sí pero eso es cuando la persona está consciente de que se está alterando. Hay personas que piensan que cuando se comunican por intermedio del chat.
Pueden escribir todo lo que tengan en mente sin dar a notar la rabia o la impotencia por la que están pasando en esos momentos, lo peor viene cuando se les hace notar que uno se dio cuenta, es como si le tocaron la parte más delicada y se alteran más diciendo que no están alterados, es fácil notar esto cuando se tiene costumbre de leer y cuando se escribe lo que se piensa.
A nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer, porque siempre se piensa que uno lo sabe todo pero no es así, se necesita tener madurez para darse cuenta que hay algo que no sabe y otro lo puede saber.
Al decir madurez no hablo de edad porque hace un mes tuve que hacer un negocio con una niña de 10 años… Que venía dirigiendo a sus hermanos mayores, fue gracioso ver cómo ella ordenaba y tomaba las decisiones, muy madura para su edad. Con todo esto, vayan pensando bien antes de abrir la boca o escribir porque si no está preparado, lo único que hace es darse a notar quien es. Guarde sus demonios antes de hablar.
¿Por qué pierde el control y habla lo que le dé la gana?
Cuando una persona pierde el control y habla sin filtros, diciendo lo que le venga en gana sin considerar las consecuencias, puede haber varias razones subyacentes que explican este comportamiento.
A menudo, este tipo de actitud puede estar relacionada con factores emocionales, de personalidad, o incluso con la situación en la que se encuentra la persona en ese momento. Entender las motivaciones detrás de este comportamiento nos puede ayudar a comprender mejor las dinámicas sociales y cómo interactuamos unos con otros.
Una de las principales razones por las cuales una persona puede perder el control al hablar es la falta de autocontrol emocional. Todos tenemos momentos en los que las emociones pueden nublar nuestro juicio, y esto es particularmente cierto cuando se experimenta enojo, frustración o estrés.
Cuando una persona se siente abrumada por estas emociones, su capacidad para pensar de manera racional se ve afectada. En lugar de procesar lo que está ocurriendo y responder de una forma calmada y lógica, puede reaccionar de manera impulsiva, diciendo cosas sin pensar en el impacto que sus palabras pueden tener en los demás.
Este tipo de reacción suele ser más común en situaciones de conflicto, donde la tensión emocional está en su punto más alto. Por otro lado, hay personas que, incluso sin estar bajo estrés, tienen una tendencia a hablar sin filtros porque creen que tienen derecho a decir lo que piensan sin importar las consecuencias.
Este tipo de comportamiento puede estar vinculado a un rasgo de personalidad conocido como baja consciencia social, donde la persona tiene dificultad para percibir o preocuparse por cómo sus palabras afectan a quienes la rodean. Esta falta de empatía puede llevar a un estilo de comunicación más agresivo o desconsiderado.
Hablar sin temor
Para ellos, hablar sin filtros puede ser una forma de reafirmar su posición o demostrar poder, sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Otra posible explicación para este comportamiento es la presencia de una autoestima inflada, donde la persona se siente tan segura de sí misma que cree que su opinión es la única válida.
Estas personas pueden pensar que saben más que los demás o que su perspectiva es la correcta, lo que puede llevarlas a hablar de manera autoritaria o condescendiente. En este caso, la actitud de “yo lo sé todo” puede hacer que la persona no sienta la necesidad de moderar sus palabras o de considerar las opiniones de los demás, ya que, en su mente, ya ha llegado a la única conclusión posible.
También existe el fenómeno del “desinhibido social”. En ciertas situaciones, como bajo los efectos del alcohol o en entornos en los que se siente muy cómodo, una persona puede perder sus inhibiciones y decir cosas que normalmente no diría.
El alcohol, por ejemplo, tiene un efecto desinhibidor en el cerebro, lo que significa que puede reducir la capacidad de una persona para controlar lo que dice y cómo lo dice. Del mismo modo, estar en un entorno en el que la persona se siente respaldada o no teme ser juzgada, como entre amigos cercanos, puede hacer que se sienta libre para expresar opiniones que normalmente mantendría para sí misma.
Otro aspecto importante a considerar es el hecho de que, en algunos casos, la persona puede estar utilizando esta forma de hablar como un mecanismo de defensa. Por ejemplo, si se siente atacada, amenazada o infravalorada, puede responder con agresividad verbal para protegerse.
La inseguridad profunda
En estos casos, las palabras hirientes pueden ser un reflejo de una inseguridad más profunda, donde la persona siente la necesidad de defender su territorio emocional a toda costa. El problema aquí es que, aunque puede sentirse momentáneamente aliviada al soltar todo lo que piensa, a largo plazo puede causar daños en sus relaciones personales y en su reputación.
Además, hay quienes simplemente no tienen habilidades desarrolladas de comunicación o carecen de inteligencia emocional. La inteligencia emocional implica la capacidad de entender y gestionar las propias emociones, así como de percibir y responder adecuadamente a las emociones de los demás.
Cuando una persona carece de estas habilidades, puede ser más propensa a hablar sin filtros, ya que no tiene la capacidad de detenerse y considerar cómo sus palabras pueden afectar a los demás. En estos casos, la persona puede no tener malas intenciones, pero su falta de sensibilidad puede llevar a malentendidos y conflictos.
Por otro lado, es posible que una persona que hable sin filtros lo haga porque cree firmemente que lo que tiene que decir es importante y que los demás necesitan escucharlo, independientemente de cómo lo reciban.
Esta actitud puede estar relacionada con un sentido de superioridad moral o intelectual, donde la persona se siente obligada a corregir o iluminar a los demás, aunque su forma de hacerlo sea ofensiva o arrogante. En su mente, puede estar actuando con buenas intenciones, pero no se da cuenta del daño que sus palabras pueden causar.
También es importante considerar el papel de la cultura y el entorno en este tipo de comportamiento. En algunos contextos, ser directo y hablar sin rodeos puede ser visto como una virtud, una señal de autenticidad y transparencia.
Sin embargo, en otros contextos, este tipo de comportamiento puede ser percibido como grosero o insensible. Las normas sociales y culturales influyen en cómo nos comunicamos, y una persona que ha crecido en un entorno donde se valora la franqueza puede no entender por qué su forma de hablar es ofensiva para los demás.
En última instancia, la motivación detrás de este tipo de comportamiento puede ser muy variada y compleja. Algunas personas hablan sin filtros porque creen que saben más que los demás, otras lo hacen porque no tienen autocontrol emocional, y otras simplemente no se dan cuenta del impacto de sus palabras.
En muchos casos, lo que parece ser un comportamiento arrogante o desconsiderado puede ser un reflejo de inseguridades más profundas o de una falta de habilidades interpersonales. Para aquellas personas que desean mejorar su capacidad de comunicación y evitar hablar de manera impulsiva, el primer paso es desarrollar la autoconciencia.
Esto significa estar atento a nuestras emociones y reacciones, y aprender a pausar antes de hablar. El simple acto de tomarse unos segundos para reflexionar sobre lo que vamos a decir y cómo puede ser recibido por los demás puede hacer una gran diferencia en la calidad de nuestras interacciones.
La empatía es otro componente clave para evitar este tipo de comportamientos. Al ponernos en el lugar de los demás, podemos comprender mejor cómo nuestras palabras pueden afectarles y, por lo tanto, moderar nuestra forma de hablar para ser más respetuosos y considerados.
La empatía no significa renunciar a nuestras opiniones o no decir lo que pensamos, sino encontrar una manera de expresarlo que sea constructiva y que fomente el diálogo en lugar del conflicto.
En resumen
Hablar sin filtros y perder el control verbal puede ser el resultado de una combinación de factores emocionales, de personalidad, y contextuales. Puede ser una señal de falta de autocontrol, de empatía o de una autoestima inflada.
En algunos casos, es un mecanismo de defensa, mientras que en otros es una falta de habilidades de comunicación. Entender estos factores nos ayuda a manejar mejor nuestras propias reacciones y a ser más comprensivos con los demás.
Aunque puede ser un desafío, trabajar en el desarrollo de la inteligencia emocional y la empatía puede mejorar significativamente nuestras relaciones y la forma en que interactuamos con el mundo.
Hola,
Buen día.
Ayer me levanté con el siguiente pensamiento:
Hablar a los demás cuando no se me ha pedido es perder mi tiempo, además se corre el riesgo de exponerse cuando uno no tiene el debido conocimiento.
Hablar a los demás tratando de enseñar sin que me lo han pedido es de igual forma perder mi tiempo, además de abrir una posibilidad de caer mal ante los demás como el Bart Simpson cuando se volvió sabio, además de exponerse sin razón.
Hablar a los demás cuando me lo piden debe ser en un tiempo y contenido justo.
Ahora recuerdo que alguna vez en un trabajo de ingeniería ( CODELCO), por alguna conversación sostenida, me dijeron un comentario, y yo en ese momento creo que no lo entendí muy bien que por cierto creo que por eso me causó una cierta impresión, un tipo dijo: Mire, todo puede ser usado en su contra, es más, va a ser usado en su contra.
Ahora mismo incluso, me entra una pequeña duda, será bueno que haya hecho este comentario ? Bueno, sigo mi sentir y me da una respuesta de que si ya que indica un aporte o un punto de vista propio ( soy experto ? No, solo dejo mi opinión), además no pongo fuertes críticas ni creo haber realizado algún comentario incorrecto o mal intencionado. Si es así, por favor borrar el comentario, si no, conservarlo. ( pero igual como que algo me dice que ya no sería necesario publicarlo ).
En lo único que difiero un poco en el artículo es que si existen personas que les gusta qué deben hacer, o por lo menos no es al 100% de que una persona no le guste que le digan lo que debe hacer, porque en mi caso creo que no soy de los que piensan que se las saben todas.
Gracias.
Hola buenos días, los pensamientos que has tenido es lo ideal ya que el ser diferentes ante los demás, es mucho riesgo en especial cuando no se tiene un soporte como el dinero, por el hecho que una persona que está en una posición que solo sería observada para críticas. Pero, acabas de hacer lo que dices que pierdes el tiempo, estás dando algo que no te han pedido ya que se supone que una parte de querer aprender es escuchar que en este caso es leer pero para entender, que no te guste no viene al caso, solo entender y aprender.
Roberto Sanahuano
Programador Neuro-Lingüista
Terapias cambios personales