Cómo hablar claro a los demás

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Hablando claro a los demás. Es indiscutible que en las relaciones personales tanto de amistad como en los negocios es necesario ir hablando claro a los demás. Cuántas veces le ha tocado que en una reunión todos hablan  de un tema pero resulta, que a pocas personas les parece un poco complicado el entender lo que están hablando.

Generalmente eso pasa porque los supuestos entendidos en el tema, piensan que son superiores y que todos tienen que estar a su disposición en la escucha, el cual no es así ya que la comunicación es universal, por lo tanto no es selectiva.

Hablando claro a los demásEn el supuesto que su vocabulario sea muy extenso ya sea por su profesión y grado cultural o por autoeducación, eso no quiere decir que todos están al mismo nivel. Al contrario, si tienen mucha educación, la misma le va a dar la pauta como para entender que no pueden dirigir la palabra en términos selectivos, a personas que no tienen el mismo nivel educativo o cultural.

Entonces por el mismo nivel que ellos poseen, saben que también hay palabras sencillas o de a centavo que la pueden utilizar muy bien. Tanto en las amistades como en los negocios sucede algo muy peculiar, siempre o casi siempre hablan a medias.

Claro que no me refiero a negocios establecidos en las cuales todo se hace con documentos, el caso es que siempre hay malos entendidos. Las causas por lo general es porque el que habla lo hace por intermedio de modismos.

Los modismos son maneras de hablar de un pueblo el cual adquiere por su poca educación. El efecto en sí es acortar las oraciones y dar a entender algo que en si no tiene relación con lo que ha dicho, un ejemplo de ello es cuando alguien se acerca y que tiene algo de confianza: «Qué fue» lo que quiere decir «Hola, que tal»  o «Buenos días señor, ¿Cómo le va?»

Se ve raro ¿Verdad? Ahora, ¿Se dan cuenta que lo uno no tiene nada que ver con lo otro? Con esto ya pueden imaginarse cuando en el momento de un negocio se hable de una manera parecida, aunque muchos se adaptan pero en el momento de un problema pues ahí es que van a sacar a relucir ¡Pero tú me dijiste eso!

Como ya pueden imaginarse lo que el otro le va a contestar eludiendo su responsabilidad. Hubo un caso en el cual tuve la oportunidad de presenciar, resulta que una señora compró un vehículo nuevo y la pregunta que había hecho al señor que la atendió fue ¿Dígame señor, qué tan caro es el mantenimiento? Desde luego que la señora no tenía experiencia en compra de vehículos.

En vista que no sabía mayor cosa, la señora preguntaba y preguntaba pero lo único que le llamó la atención fue lo del ahorro, por lo tanto la respuesta del señor fue «Ufff señora, es tan barato que no consume aceite ni agua» en este caso la señora entendió al pie de la letra pero, como sabemos que los malos entendidos está por la forma que se adquiere para hablar.

El resultado de esa mala comunicación fue que en el segundo mes, la señora fundió la máquina ya que ella no tuvo la precaución de revisar si tenía agua el radiador. Ya pueden imaginarse las maldiciones que iban y venían. Es un mal hábito el hablar de esa forma y todo por la escasa educación, entonces para evitarse esos malos entendidos hay que ir hablando claro a los demás.

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