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Haga que su trabajo sea una aventura. Lo divertido de la vida es que siempre la veamos como algo diferente, entonces para hacerla mejor haga que su trabajo sea una aventura. ¿Se ha dado cuenta cuando alguien llega de su trabajo a su casa, siempre está como que acaba de llegar de un campo de batalla? Eso es síntoma de que su trabajo es una obligación.
Como ya he dicho en otras ocasiones, el tener no es lo mismo que el querer, por lo tanto si alguien llega cansado, ofuscado y peor mal humorados es señal de que está haciendo un esfuerzo.
Ahora, si lo que hace es mucho, quiere decir que su trabajo es rutinario y posiblemente aburrido, clara señal de que debe tomar una decisión. En esta decisión, debe pensar mucho en las razones de por qué le aburre mucho su trabajo al extremo de cansarle.
Es claro que se cansa por lo que hace, si después no se ha dado cuenta, es mejor que vaya pensando en cambiar de trabajo o, empieza a ver lo mejor y divertido que podría ser al seguir trabajando ahí, en este caso lo más idóneo sería verle como una aventura.
Haga que su trabajo sea un éxito
En mi caso he trabajado en muchas cosas y nunca me he cansado de seguir haciéndolo, con mayor razón si lo que hago es remunerado, aunque tengo algunas excepciones en cierto trabajo, que no lo digo en qué porque si no me empezarían a salir los clientes gratis por todos lados, ya que en ese trabajo lo veo como una auténtica aventura y a veces no cobro por lo que representa.
Siempre me han preguntado si yo no me canso, pues claro que me canso ya que soy un mortal igual que todos pero, si la ocasión se presenta de estar horas de horas en alguna función, lo hago sin ningún problema, porque siempre lo veo como una aventura.
Nunca reniego por lo barato o demorón que sea, si lo hago, empiezo a verle todos los peros y ahí si me voy a cansar de verdad. Todos los días cuando voy hacia uno u otro trabajo siempre voy con la pregunta ¿Qué haré hoy? ¿Acaso saldrá algo más interesante hoy?
Dígame usted, ¿Cree que con ese pensar voy a ir aburrido o de mal humor a trabajar? Con mucha más razón cuando abro el Internet, no sé qué voy a encontrar. Aquellas personas que están ya pensando en cambiarse de trabajo, primero vean que tan aventurera puede ser su vida laboral.
Encuentre algo que le llame la atención. Si trabaja en oficina y tiene los dichosos papeles de siempre, pues ahora véalo como que no sabe que sorpresas va a encontrar, ¿Será el mismo cliente de siempre? O tal vez sea alguien a quién no conoce. En todo caso si quiere llegar a su casa con buen humor, haga que su trabajo sea una aventura.
¿Por qué la aventura curiosidad llama la atención de las personas?
La aventura y la curiosidad son fuerzas poderosas que han impulsado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Desde los primeros exploradores que se aventuraron en territorios desconocidos, hasta los científicos que dedican su vida a descubrir los misterios del universo, el deseo de explorar, descubrir y aprender ha sido un motor constante en la historia de nuestra especie.
Pero, ¿Qué es lo que hace que estas cualidades llamen tanto la atención de las personas? ¿Por qué la aventura y la curiosidad nos atraen tanto? Y más importante aún, ¿Es posible convertir el trabajo, que a menudo se percibe como una simple necesidad, en una aventura diaria que resulte tan placentera que llegue a gustarnos verdaderamente?
Para entender por qué la aventura y la curiosidad tienen un atractivo tan poderoso, debemos considerar que estas características están profundamente arraigadas en nuestra naturaleza humana. Evolutivamente, la curiosidad ha sido esencial para nuestra supervivencia.
Los primeros seres humanos necesitaban explorar su entorno para encontrar alimentos, recursos y refugio. Aquellos que eran curiosos y aventureros tenían una mayor probabilidad de descubrir nuevas fuentes de sustento y, por lo tanto, de sobrevivir.
Esta necesidad de explorar y descubrir quedó grabada en nuestro ADN, y hoy en día, aunque no necesitemos explorar físicamente para sobrevivir, ese impulso sigue presente. La aventura, por su parte, nos ofrece la oportunidad de salir de la rutina, de romper con la monotonía de la vida diaria y experimentar algo nuevo y emocionante.
La vida cotidiana, con sus responsabilidades y compromisos, a menudo se siente predecible y rutinaria. La aventura nos da un respiro, nos permite sentirnos vivos, nos llena de adrenalina y emoción. Nos desafía, nos pone a prueba y, al hacerlo, nos permite crecer y aprender.
El placer no es obligación
Es por eso que muchas personas se sienten atraídas por actividades como viajar, practicar deportes extremos o emprender nuevos proyectos; estas experiencias les proporcionan la emoción y la satisfacción que muchas veces no encuentran en su vida diaria.
Ahora bien, cuando se trata del trabajo, la mayoría de las personas lo ven como una obligación más que como una fuente de satisfacción o placer. En general, el trabajo se percibe como algo que hacemos por necesidad, para pagar cuentas, mantener a la familia o simplemente sobrevivir.
Esto lleva a que muchas personas vean su trabajo como una carga, algo que soportan más que disfrutan. Pero, ¿tiene que ser así? ¿Es posible ver el trabajo como una aventura diaria, algo que pueda apasionarnos y llenarnos de satisfacción?
La respuesta a esta pregunta es que sí, es posible, pero para lograrlo se necesita un cambio de perspectiva. Convertir el trabajo en una aventura requiere un enfoque diferente hacia lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Para empezar, es importante que el trabajo esté alineado con nuestros intereses y pasiones. Cuando hacemos algo que realmente nos gusta, es más fácil verlo como una actividad placentera y no como una carga.
Por ejemplo, un chef que ama la cocina no ve su trabajo como una obligación, sino como una oportunidad diaria para experimentar, crear y deleitar a otros con sus platos. Del mismo modo, un maestro apasionado por la enseñanza ve su labor como una oportunidad para inspirar a sus alumnos y aprender junto a ellos.
El trabajo es no es aventuras para muchas personas
Sin embargo, no todos tienen el privilegio de trabajar en algo que realmente les apasiona. En muchos casos, el trabajo es simplemente una forma de sustento y no necesariamente algo que nos apasione.
Pero incluso en estos casos, es posible encontrar formas de hacer que el trabajo sea más agradable. Una estrategia es intentar ver cada día como una oportunidad para aprender algo nuevo. La curiosidad no solo tiene que ver con explorar territorios lejanos o resolver misterios científicos; también puede aplicarse a nuestra vida cotidiana.
Podemos ser curiosos acerca de nuestras propias tareas, buscando formas de mejorar, optimizar procesos, o simplemente entendiendo mejor el propósito de lo que hacemos. Este enfoque de mejora continua puede transformar incluso las tareas más rutinarias en un desafío que nos motive.
Otra forma de convertir el trabajo en una aventura es establecer metas personales que nos desafíen. A menudo, lo que hace que una actividad sea emocionante es el hecho de que nos desafía, que nos saca de nuestra zona de confort y nos obliga a esforzarnos y superarnos.
En el contexto laboral, esto puede significar asumir nuevos proyectos, aprender habilidades adicionales, o incluso buscar maneras de contribuir más allá de nuestras responsabilidades habituales. Al fijarnos metas y trabajar para alcanzarlas, podemos hacer que nuestro trabajo sea más interesante y satisfactorio.
Además, es fundamental encontrar un propósito en lo que hacemos. Sentir que nuestro trabajo tiene un impacto, que está ayudando a otros o que está contribuyendo a un objetivo mayor, puede ser una fuente significativa de satisfacción.
No se trata solo de cumplir con nuestras tareas, sino de entender cómo nuestro trabajo encaja en el panorama general. Cuando vemos nuestro trabajo como una contribución a algo más grande, es más fácil encontrarle un sentido y disfrutarlo.
Lo ideal de trabajar en ambiente positivo
El entorno de trabajo también juega un papel crucial en nuestra percepción de lo que hacemos. Trabajar en un ambiente positivo, rodeado de personas que nos inspiran y nos apoyan, puede hacer que incluso las tareas más mundanas se sientan más llevaderas.
La camaradería, el sentido de pertenencia y el reconocimiento pueden transformar nuestra experiencia laboral. Si sentimos que somos parte de un equipo, que nuestras aportaciones son valoradas y que hay un espacio para la colaboración y la creatividad, es más probable que disfrutemos de nuestro trabajo.
Además, adoptar una mentalidad de juego puede ser una excelente manera de transformar el trabajo en una aventura. Esta mentalidad implica ver los desafíos laborales como si fueran niveles en un videojuego, donde cada obstáculo es una oportunidad para mejorar nuestras habilidades y avanzar al siguiente nivel.
Al gamificar nuestro enfoque hacia el trabajo, podemos encontrar placer en el proceso de superar retos, aprender nuevas habilidades y alcanzar metas. Este enfoque no solo aumenta nuestra motivación, sino que también puede mejorar nuestra productividad y satisfacción en el trabajo.
Finalmente, es importante recordar que la actitud que tengamos hacia nuestro trabajo puede influir en cómo lo percibimos. Si nos acercamos al trabajo con una mentalidad negativa, viéndolo como una carga o una fuente de estrés, es probable que nos sintamos desmotivados e insatisfechos.
En cambio, si adoptamos una actitud positiva, buscando las partes que nos resultan agradables o desafiantes, es más probable que encontremos satisfacción en lo que hacemos. Esto no significa ignorar los aspectos negativos, sino aprender a enfocarnos en lo que podemos disfrutar y mejorar.
En resumen
La aventura y la curiosidad son características que nos impulsan a buscar lo nuevo, lo desafiante y lo emocionante. Estas cualidades no tienen por qué estar reservadas solo para los viajes o los hobbies; pueden integrarse en nuestra vida laboral si cambiamos nuestra perspectiva y adoptamos un enfoque más positivo y proactivo.
Convertir el trabajo en una aventura implica encontrar maneras de hacerlo interesante, desafiante y significativo. Al alinear nuestras tareas con nuestras pasiones, establecer metas personales, encontrar un propósito en lo que hacemos, y mantener una actitud positiva, podemos transformar el trabajo en algo que no solo hacemos por necesidad, sino que realmente disfrutamos.
Así, la clave está en redescubrir esa chispa de curiosidad que todos tenemos y llevarla al ámbito laboral, convirtiendo cada día en una nueva oportunidad para aprender, crecer y disfrutar de lo que hacemos.