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Hooponopono crea milagros en casa con poco y nada y se feliz. Durante mi tiempo practicando Ho’oponopono, he sido testigo de la creación de lo que comúnmente se llama milagros. Uno de los impulsores notables de esto es Yoe Vitale. Quien es conocido por popularizar las poderosas palabras gatillo de Ho’oponopono entre las celebridades.
Esto no implica que esté en desacuerdo con él ni que cuestione su trabajo. De hecho, lo felicito porque lo que dice es, en su esencia, una verdad. Los milagros en sí mismos no existen, pero sí pueden ser creados. He sido capaz de lograrlo en algunas situaciones con personas que necesitaban ayuda de manera urgente.
Sin embargo, no lo hice con el propósito de fundar un movimiento o una religión. Habría sido fácil hacerlo con las pruebas que poseía. En mi interior, no hay lugar para la manipulación.
Hooponopono crea milagros
Los milagros pueden ser generados siempre y cuando uno esté preparado para ello. No basta solo con tener el conocimiento teórico, es necesario tener la disposición para que esto se materialice.
Es importante señalar que un milagro, especialmente uno de carácter personal, solo ocurrirá si la persona está genuinamente abierta a ello. Esto implica que la persona debe tener una convicción al cien por ciento en lo que dice para sí misma.
Esto es crucial para que el milagro que anhela pueda ser realizado. Normalmente, el milagro siempre es para alguien más, y a través de este, o de las palabras que usted pronuncia, se puede lograr.
Sin embargo, para que esto ocurra, la persona receptora debe estar preparada para aceptar lo que el emisor ofrece. En algunos casos, es posible que Ho’oponopono sea necesario para facilitar este proceso.
Ahora ¿Qué sentido tiene pensar que si alguien tiene miedo, accederá a lo que le dicen? Además, la persona debe solicitar la ayuda, ya que no se puede imponer ni siquiera sugerir.
Hooponopono crea milagros cuando se da
En mi experiencia, las veces que he recurrido a Ho’oponopono ha sido porque la persona me ha buscado. Específicamente para pedir ayuda, y al ver que confía plenamente en mí, he brindado mi apoyo.
Nunca lo hago si hay dudas. Ho’oponopono es simplemente una herramienta, como un martillo, que puede ser utilizada para construir o simplemente terminar como un objeto decorativo.
Si uno no comprende cómo utilizarlo, entonces Ho’oponopono se convierte en algo más en la lista de herramientas que he utilizado en el pasado. Hace poco, conocí a alguien que afirmaba haber practicado Ho’oponopono, pero no había experimentado ningún beneficio tangible.
Aunque había seguido las instrucciones porque le dijeron que era muy efectivo. Esto sugiere que no había abordado la práctica con la mentalidad correcta, no porque en realidad no fuera eficaz, sino porque no entendía por qué lo estaba haciendo.
En este caso, es crucial que la persona no solo sepa qué debe hacer, sino también por qué debe hacerlo. Debe comprender que esta práctica realmente le servirá y no es lo mismo hacerlo porque alguien lo sugirió sin entender completamente lo que puede suceder.
Recientemente, una mujer me consultó sobre un problema médico. Tenía cáncer en el rostro, una especie de infección que afectaba su piel. Nunca llegué a presenciarlo realmente.
Los milagros como medio placebo
Sin embargo, una señora que me conocía desde hace tiempo, me describía la situación con tanto detalle, que sentía como si estuviera allí. La presión era palpable, ya que su familia solo aguardaba lo que parecía inevitable.
Esta mujer sostenía una idea que en ese momento parecía bastante irracional: creía que yo poseía la clave para resolver la situación de su sobrina. Aunque sabía lo que hacía, eso no implicaba que tuviera poderes milagrosos.
Le dejé claro que no era mi cometido, sino simplemente alguien que se dedicaba a leer mucho y a practicar para determinar si lo aprendido era efectivo o no. Sin embargo, un día accedí a su petición y puse en práctica lo que sabía.
Le sugerí que hablara con su sobrina, mencionando que conocía a alguien que tenía una pastilla que supuestamente curaba diversos problemas de la piel. En realidad, solo se trataba de una bolita de azúcar.
Pero tanto la sobrina como la señora que me consultaba creían ciegamente en lo que les decían. Ambas mujeres hicieron algo con su mente enfocado en un propósito específico, y así, siguiendo las recomendaciones, encontraron la solución.
¿Fue esto un milagro?
En mi opinión, no lo fue. Porque aquí entra en juego la intención de la persona que lleva a cabo el acto, convencida de que funcionará. Entonces, si nos preguntamos: ¿Qué tiene esto que ver con Ho’oponopono? La respuesta es que se trata del mismo principio.
En lugar de la pastilla de azúcar, se utiliza la poderosa frase, y el resultado es el mismo. Es un verdadero milagro cuando alguien logra lo que desea, incluso cuando le han dicho que no es posible.
Aunque esto puede parecer contradictorio con lo que a menudo se predica, que solo se debe limpiar y listo. El complemento es la confianza, sin expectativas. Pero, ¿Qué ocurre cuando la persona no tiene la predisposición de aceptar lo que se le dice, cuando internamente existe el miedo y la duda acerca de lo que sucederá?
Esto puede crear una situación difícil. Es decir, si comete un error sin entender lo que está haciendo, ¿Qué tan mal puede ser su situación? Cuando se trata de Ho’oponopono, es esencial limpiar según lo que esté ocurriendo.
Si tengo problemas con mis hijos, reconozco que es un asunto entre ellos y yo. Si sucede algo, habrá una consecuencia, y entiendo que es algo relacionado con lo que hago. Por lo tanto, al limpiar, digo: ‘Lo siento, perdóname por lo que hay en mí que contribuye a que mis hijos reaccionen mal hacia mí. Te amo, gracias’.
Los sin sabores de no saber que
Hasta aquí todo va bien, pero si no tengo conocimiento de que alguien en casa ha cambiado su actitud, si de repente mis hijos se comportan de manera diferente hacia mí o hacia los demás, y he hecho todo lo que está en mis manos, pero el cambio es para peor, como también puede suceder en una relación de pareja, es más probable que haya algo que está ocurriendo sin que yo tenga participación en ello.
Pero está sucediendo, ya sea que se distancie, que me ignore por cuestiones triviales o que esté de mal humor. Esto sin mencionar que alguien en mi entorno puede estar influyendo en sus decisiones.
En estos casos, si practico Ho’oponopono, lo hago de manera específica para lo que necesito. Porque si confío en la divinidad, tomará mucho tiempo antes de que llegue a lo que me está dañando.
Esto es especialmente cierto si se aborda desde la perspectiva de una creencia religiosa con matices espirituales. La divinidad es la manifestación del inconsciente, encargado de traer a la superficie o sepultar las memorias del pasado.
Es un hecho conocido que a muchos no les da resultado, pero esto se debe a que no comprenden su propósito real o no lo aplican de manera adecuada. Por ejemplo, si deseamos limpiar las memorias que convierten nuestro hogar en un caos, nos enfocamos únicamente en eso.
Hooponopono y los detalles del problema
Para obtener resultados óptimos, nos centramos en lo que tenemos delante de nosotros y comenzamos así. A menudo, en el hogar se acumula desorden y desatención, lo que lleva a que se diga ‘me da pereza mantener la casa limpia’.
Por lo tanto, limpio en mí lo que contribuye a este desorden. En mi interior repito: ‘Lo siento, perdóname por lo que hay en mí que propicia que encuentre excusas para dejar la casa desordenada. Te amo, gracias’.
Es importante recordar que esta frase puede variar, ya que no todos comparten mi perspectiva. Si mis hijos discuten entre sí por cualquier motivo, a menudo por cuestiones triviales, limpio en mí lo que genera discordia en casa.
Entonces, repito interiormente: ‘Lo siento, perdóname por lo que hay en mí, que hace que mis hijos vean en mí un motivo de disputa, sin justificación. Te amo, gracias’. Es crucial usar el sentido común.
En el caso de conflictos de pareja, como cuando mi pareja se distancia de mí sin razón aparente, limpio en mí. La frase adecuada sería: ‘Lo siento, perdóname por lo que está en mí que causa que mi pareja sienta algún desagrado hacia mí. Te amo, gracias’.
El sentido común es importante
Las razones pueden variar en el caso de problemas de pareja, por lo que es importante aplicar el sentido común. Si siento que estoy perdiendo el amor y la atracción hacia mi pareja, puedo decir: ‘Lo siento, perdóname por lo que está en mí que provoca que pierda el deseo y la conexión con mi pareja. Te amo, gracias’.
Cuando los conflictos surgen por chismes, cuentos o comentarios que afectan la armonía del hogar, limpio en mí. La frase sería: ‘Lo siento, perdóname por lo que está en mí, que atrae estas memorias de temor y hace que personas dañinas lleguen a mi hogar. Te amo, gracias’.
Si el dinero parece evaporarse en casa, identifico y limpio en mí lo que lleva a gastos innecesarios. Puedo decir: ‘Lo siento, perdóname por lo que está en mí que me hace gastar en cosas que no debo o que hace que el dinero se esfume fácilmente. Te amo, gracias’.
Es esencial definir la causa con precisión, ya que la energía financiera puede disiparse más rápidamente. Esto se hace con el propósito de aligerar el ambiente en tu hogar y facilitar la convivencia para ti y tus seres queridos.
No obstante, recuerda que las repeticiones de ‘Lo siento, perdóname, Te amo, gracias’ solo se utilizan cuando la situación lo requiere y cuando se siente genuinamente. No deben convertirse en una repetición automática sin sentido.
Continúa con estas frases mientras tengas una razón válida para hacerlo, hasta que la situación se haya aliviado. Recuerda repetirlas tres veces y luego olvidarlas.