Indice de contenido
Ho’oponopono: Solución práctica para sanar basada en P.N.L. Ho’oponopono solo es un cambio de estado emocionales basados en una sola cosa, aplicarlo en el punto que define el problema. ejemplo: si alguien tiene problemas de celos, se aplica la frase original basado en los celos.
Ho’oponopono para sanar basada en P.N.L.
Esto se entiende de esta forma con una frase tradicional poderosa, que dice así: «Lo siento, perdóname por lo que está en mí, que hace que sienta celos de mi esposo y no sé porqué si me ama, te amo gracias» se repite 3 veces y debe olvidar que lo dijo.
Ahora al tiempo, si vuelve a sentir ese sentimiento de celos, vuelve a repetir la misma frase y olvidar, el secreto es que debe olvidar que lo dijo. Ahora, la diferencia entre lo que hizo Joe Vitale y lo que hago, es que Joe Vitale lo hizo por ganar ventas en sus libros y supuestamente le nació por canalización el hacerlo.
Ahora si se preguntan, ¿Cómo estoy seguro que lo mío funciona y lo otro no? Es simple la respuesta, lo experimente en mi mismo, muchas veces y me ha salvado la vida en 4 ocasiones, en cambio como lo dice la señora Mabel Katz, que se supone es la autoridad máxima, que solo deben repetir las 4 palabras gatillos creadas por Joe Vitale.
En esto debo darle un punto a favor de la señora Mabel Katz que lo admitió una vez que eso no era Ho’oponopono. Ahora, a mí de la forma que dicen que haga con esas benditas palabras gatillos, nunca me funcionó y las personas que dicen que funciona que no son muchas.
Claro que algunas alegan que el problema regresa con el mínimo pretexto y con eso, vuelve a repetir como loro las 4 palabras que inventó Joe Vitale, en cambio a mi forma, no regresa ni de broma, es igual que P.N.L. solo que demora un poco y P.N.L. es inmediato muy eficaz, por si acaso soy experto en Programación Neuro-Lingüística.
En todo caso, para que la persona pueda experimentar los cambios personales, deben tomar mucha atención en lo que hace, por qué lo hace y para que lo hace. Esto se da porque muchas personas no se dan cuenta de lo que sienten, pero si son muy buenos y hasta expertos en interpretar su estado emocional pero no la causa.
El rol de los estados emocionales
El rol de los estados emocionales es fundamental en la comprensión del comportamiento humano y su impacto en la salud física, mental y emocional. Hay muchas personas que no saben lo que les pasa ya que la gran mayoría lo que hacen es interpretar lo que sienten en vez de fijarse en su causa.
Los estados emocionales como la depresión, ansiedad, tristeza, celos, paranoia, esquizofrenia e incluso pensamientos suicidas son manifestaciones de desequilibrios internos que pueden tener raíces profundas en creencias limitantes, traumas o patrones de pensamiento negativos.
Estos estados no solo afectan el bienestar emocional, sino que también pueden manifestarse en enfermedades físicas, ya que el cuerpo y la mente están interconectados. La clave para abordar estos estados emocionales radica en identificar y eliminar su causa subyacente.
En muchos casos, el miedo es el detonante principal de estas emociones negativas. El miedo genera malas actitudes, bloqueos mentales y respuestas automáticas que perpetúan el sufrimiento. Con herramientas como la Programación Neurolingüística (P.N.L.) , es posible reprogramar estos patrones dañinos.
La P.N.L. permite detectar las creencias o experiencias que sostienen estos estados emocionales y transformarlos mediante técnicas como el reframing , los anclajes y la reestructuración cognitiva . Por otro lado, aunque el Ho’oponopono es una práctica poderosa para sanar emocionalmente, requiere que la persona que lo aplica asuma total responsabilidad por su estado interno.
Esto puede ser un desafío para quienes aún no reconocen su papel en la creación de sus problemas emocionales. Sin embargo, cuando se combina con la P.N.L., se obtienen resultados más efectivos, ya que ambas disciplinas buscan liberar al individuo de cargas emocionales y patrones limitantes.
Es importante destacar que toda persona con problemas emocionales presenta síntomas claros, como cambios de humor, aislamiento, irritabilidad o falta de motivación. Cuando alguien reconoce su problema y busca ayuda, el proceso de sanación puede comenzar. Con las herramientas adecuadas, como la P.N.L., es posible eliminar no solo los síntomas, sino también las causas profundas, permitiendo una vida más plena y equilibrada.
Ho’oponopono modificado basado en P.N.L.
En Psiquiatría existen más de 440 enfermedades mentales, en cambio para un Programador Neuro-Lingüista solo existe uno y eso, se llama una mala actitud, que así como se aprendió a ser depresivo, así mismo se puede desaprender y ese es el trabajo, romper ese aprendizaje y la persona regresa a su estado emocional normal.
En cambio, Ho’oponopono para que sea eficaz tuve que entender la causa de por qué a mí no me funcionaba, que al ser Programador Neuro-Lingüista que soluciono problemas ajenos y no los míos, me di cuenta que lo que faltaba era hacerle unos cambios a Ho’oponopono y con eso fue suficiente.
Ho’oponopono me ha sacado de muchos problemas incluso me ha salvado la vida en cuatro ocasiones, ¿Por qué? Tomen en cuenta que tengo el poder de solucionar problemas graves a otras personas, y no a mí? Pues fue ahí que entendí que no puedo autoprogramarme, pero si puedo aplicar Ho’oponopono en mí mismo.
Ahora cuando se trata de P.N.L. Las técnicas que se emplean depende del caso y como esté planteado, no se puede aplicar como aprendí en la escuela de programadores, porque hasta ahora, no me ha salido un solo caso como los que vi como ejemplos.
Pues resulta que todos me han salido muy complejos, pero como sé lo que debo hacer, que hasta creo un programa por cada caso para poder sacar a la persona del problema emocional que tiene. Esto es igual como cuando uno está en el colegio y te enseñan Algebra, el profe siempre hace los dos primeros ejercicios, nunca los intermedios ni los del último, ¿Por qué?
Pues porque no saben hacerlo y el estudiante es el que debe buscar la forma de hacerlo, en mi caso fue igual, cuando me salen pacientes raros y que para mi fortuna son pacientes de Psiquiatras, pues yo contento porque esos casos son más fáciles de solucionar.
El proceso práctico de Ho’oponopono
Cómo ya les expliqué, yo no uso frases repetidas como loro, porque no sirve ya que eso solo es autoconvencerse de algo que ni sabe como funciona. Lo que hago en mí, es entender lo que me pasa, en que momento me pasa, y si ya sé lo que es, aplico la frase tradicional como: «Lo siento, perdóname por lo que está en mí, que… Aquí va lo que uno siente y debe estar seguro de lo que es… luego dice te amo gracias», repito 3 veces y olvido.
El proceso práctico de Ho’oponopono no se trata simplemente de repetir frases como un mantra, sino de conectar profundamente con la esencia del problema emocional o mental que enfrentamos. Este enfoque requiere comprender qué está ocurriendo dentro de nosotros y asumir la responsabilidad total por ello. Aquí te explico cómo aplicarlo con ejemplos concretos:
Imagina que sientes ira hacia un colega porque no cumplió con una tarea importante. En lugar de culparlo o enfadarte, el primer paso es identificar qué desencadenó esa emoción. Quizás descubres que tu ira proviene de una creencia interna de que «no se puede confiar en los demás», algo que aprendiste en el pasado.
Una vez identificada la causa, aplicas las frases tradicionales de Ho’oponopono con intención consciente: «Lo siento, perdóname por lo que está en mí que me hace sentir ira cuando alguien no cumple con mis expectativas. Te amo, gracias». Repite esto tres veces, visualizando cómo esa emoción negativa se disuelve. Luego, olvida que lo dijiste, confiando en que has limpiado la carga emocional.
Otro ejemplo: Si experimentas ansiedad antes de una presentación, pregúntate: ¿Qué estoy pensando que genera esta ansiedad?* Tal vez encuentres que temes al juicio de los demás debido a inseguridades pasadas. Entonces, diriges las frases hacia esa causa específica: «Lo siento, perdóname por lo que está en mí que me hace temer el juicio de los demás. Te amo, gracias.» Al repetir esto tres veces, estás reconociendo que la ansiedad no es externa, sino un reflejo interno que puedes sanar.
Este proceso funciona porque no se trata de autoconvencerse superficialmente, sino de limpiar las memorias y programas inconscientes que generan emociones indeseadas. Por ejemplo, si tienes celos en una relación, podrías descubrir que esos celos nacen de una falta de autoestima. Aplicas Ho’oponopono para sanar esa carencia interna, liberando la raíz del problema.
Ho’oponopono no es repetir frases mecánicamente, sino usarlas como herramientas para sanar las causas internas de lo que sentimos. Esto permite transformar patrones emocionales desde la raíz, llevando paz y claridad a nuestra vida.
Resultados esperados
Los resultados esperados al aplicar Ho’oponopono dependen de la claridad, intención y consistencia con la que se utilice la técnica. Cuando el proceso se aplica correctamente, los cambios pueden ser inmediatos o demorar unos días, pero siempre deben monitorearse las emociones para evaluar su efectividad.
La clave está en escuchar lo que sientes: si el dolor emocional disminuye o desaparece, es señal de que la técnica está funcionando. Por ejemplo, si estás lidiando con ansiedad por un proyecto laboral y aplicas Ho’oponopono reconociendo que tu ansiedad proviene del miedo al fracaso, podrías sentir una calma inmediata después de limpiar esa emoción.
Sin embargo, si la ansiedad persiste, puede ser porque está conectada a otro factor, como la presión autoimpuesta o la necesidad de validación externa. En ese caso, profundizas más: pregúntate ¿Qué otra creencia o emoción está alimentando esta ansiedad? y repite el proceso.
Cuando el problema es más complejo, como la depresión, los resultados pueden variar. Si bien la frase tradicional puede ayudarte a reducir parte de la carga emocional, es posible que la depresión esté anclada a múltiples causas subyacentes, como la falta de propósito, relaciones conflictivas o incluso traumas pasados.
Por ejemplo, si sientes depresión pero notas que no mejora significativamente, podrías descubrir que está relacionada con un sentimiento de soledad o frustración por no comunicarte efectivamente con alguien cercano. Al identificar esos anclajes emocionales, aplicas Ho’oponopono específicamente a esos temas.
El éxito del proceso se mide por cómo te sientes: la intensidad del dolor emocional debe disminuir. Si no ocurre de inmediato, no significa que haya fallado; más bien, puede ser una invitación a explorar otras capas del problema. Este enfoque requiere paciencia y atención plena a tus emociones.
A medida que avanzas, notarás que situaciones que antes te desbordaban ahora te resultan más manejables, y poco a poco recuperas el equilibrio interno. Los resultados son acumulativos y profundos. Con práctica, Ho’oponopono no solo alivia síntomas superficiales, sino que también libera las raíces emocionales que sostienen problemas más complejos.
Contexto cultural y filosófico de Ho’oponopono
Ho’oponopono nació en Hawái como una práctica ancestral. Los que lo crearon no sabían cómo funcionaba, pero sabían que funcionaba. Ni siquiera Mabel Katz o el Dr. Len, un psicólogo retirado, pueden explicar su mecanismo, aunque lo enseñan como método efectivo.
A mí me pasó algo similar: intentaba aplicarlo, pero no me funcionaba. Repetía las frases como loro, sin entender por qué no veía resultados. Fue entonces cuando decidí analizarlo más a fondo. Descubrí que todo venía del miedo. Ese miedo que nos paraliza, nos bloquea y alimenta patrones negativos.
Lo conecté con algo que ya conocía: la PNL. No para mezclar ambas disciplinas directamente, sino para entender cómo los miedos nos afectan y cómo podemos sanarlos desde la raíz. Cambié la forma de aplicar Ho’oponopono… y ¡zas! Funcionó. Ahora explico este enfoque modificado en mi canal de YouTube, sin ocultar ni una coma.
Respeto lo tradicional porque es la base, pero también creo que si algo no funciona para ti, debes mejorarlo. Así que adapté Ho’oponopono a lo que realmente resuelve problemas, manteniendo su esencia pero haciéndolo más práctico y efectivo. Al final, lo importante no es cómo lo llames, sino que funcione.