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La comunicación interna. Todos tenemos la comunicación interna, en unos es más fuerte y en otros a veces no se dan cuenta que la tienen. ¿Cuántos de ustedes han escuchado en su cabeza un «No» cuando han querido hacer o tomar una decisión?
Eso que escucharon es su comunicación interna, aunque es más notable en personas auditivas. Tiene varios nombres y entre ellos está «La conciencia, el yo interno más conocido como ego, o la intuición» de igual manera funciona para lo mismo.
Según mi punto de vista, la comunicación interna funciona más cuando depende del conocimiento, que usted tenga almacenado en su banco de memoria del cerebro, ¿Por qué funciona así? Pues es así porque cuando usted quiera tomar una decisión, o alguien le esté diciendo algo que no sabe en el momento qué hacer, pero usted ya ha tenido en otras ocasiones la oportunidad de pasar por lo mismo, al menos como experiencia, entonces es ahí cuando su comunicación interna entra en acción.
La comunicación interna
Lo que hace es sacar un razonamiento propio de lo que su mente ve o escucha y si algo no le es convincente, entonces se dispara una alarma que todos tenemos y le dice «No» o lo que sea, eso depende de cómo es su comunicación verbal.
Aquí sabe pasar algo raro, porque cuando usted es o está siendo estafado, no salta la alarma y eso es porque en sus memorias no hay datos suficientes como para sacar, una conclusión de lo que está sucediendo.
El tema es muy complejo como para exponerlo en un sólo artículo, pero se hace lo que se puede. Hace algunos años, cuatro personas intentaron secuestrarme en pleno centro de la ciudad, delante de mucha gente.
Con mucha habilidad quisieron sorprenderme y casi lo logran, sólo por un pequeño detalle no pudieron cumplir con su cometido, y eso es por la comunicación interna que en esos momentos me funcionó al 1000% de su capacidad.
Cuando se activó mi alarma interna, empecé a ver las cosas con mucha claridad y la voz interna, me decía que decir y al mismo tiempo detectaba cada movimiento que los tipos hacían, de esa forma me ponía en alerta.
Esta experiencia duró 44 minutos que se hicieron horas, que con habilidad de Programador pude manejar la situación a mis antojos ¿Qué no estaba asustado? Y quién no se va asustar con semejante experiencia, pero el control me mantuvo quieto. Con esto ya saben cómo funciona su comunicación interna. Ahora aprendan, cojan el conocimiento y hagan de él una experiencia, que les va a servir de mucho y en todo momento de su vida.
¿La comunicación interna nace?
La comunicación interna es un proceso que ocurre dentro de la mente de cada persona, una especie de diálogo que tiene lugar en nuestro interior, donde evaluamos nuestras decisiones, reflexionamos sobre nuestras emociones y nos guiamos hacia ciertas acciones.
Esta voz interna es algo que todos experimentamos, aunque su intensidad y su naturaleza pueden variar de una persona a otra. A veces, esa voz es clara, como una directriz o consejo; otras veces, se presenta como una sensación difusa o confusa.
La pregunta central que surge es si esta comunicación interna nace en la persona o si es algo que se aprende, y cómo distinguir si esa voz interna es real o simplemente nuestra imaginación. En primer lugar, la comunicación interna tiene una base biológica y psicológica.
Desde una perspectiva biológica, el cerebro humano está diseñado para procesar información constantemente, y una gran parte de este procesamiento ocurre de manera subconsciente. Las experiencias de vida, las creencias y los aprendizajes se almacenan en nuestro cerebro, formando una base de datos emocional y cognitiva que influye en nuestra forma de pensar y actuar.
Esta comunicación interna no es algo que se imponga desde fuera, sino que se construye a partir de nuestra historia personal. A medida que avanzamos en la vida, la voz interna se va moldeando y desarrollando, influenciada por nuestras experiencias, nuestras interacciones con el entorno y las enseñanzas que recibimos desde una edad temprana.
Cuando nacemos, nuestra mente es prácticamente un lienzo en blanco. No nacemos con una voz interna, pero desde que somos bebés, comenzamos a recibir estímulos que nos guían en la formación de nuestras creencias y actitudes.
La enseñanza es la base
Los padres, la cultura, la escuela y la sociedad juegan un papel fundamental en la construcción de esa comunicación interna. Por ejemplo, si a un niño se le enseña constantemente a tener miedo a ciertas situaciones o a determinadas personas, esa voz interna probablemente se asociará con un sentido de alerta o desconfianza hacia esos estímulos.
A medida que crecemos y pasamos por experiencias de vida, la voz interna se adapta, se refina y se ajusta a nuestras creencias, preocupaciones, deseos y miedos. La educación y la socialización son también fundamentales en este proceso.
La forma en que somos educados influye en cómo nos relacionamos con nuestra propia voz interna. Si, por ejemplo, se nos enseña a ser siempre cautelosos, a dudar de nuestras decisiones o a depender de la opinión de los demás, es probable que nuestra voz interna se convierta en una voz crítica, insegura y llena de dudas.
Por otro lado, si se nos educa para confiar en nuestras habilidades y tomar decisiones con confianza, nuestra comunicación interna será más positiva y afirmativa. La comunicación interna también tiene un componente psicológico que se nutre de nuestras emociones y nuestra autoestima.
Las experiencias emocionales dejan huellas profundas en nuestro interior, y estas huellas se convierten en patrones de pensamiento que guían nuestras decisiones. Si una persona ha vivido experiencias de fracaso o rechazo, su voz interna puede volverse negativa y autocrítica.
Este tipo de comunicación interna puede llevar a la persona a dudar constantemente de sí misma y de sus decisiones. Por otro lado, una persona con una autoestima sólida, que ha tenido experiencias positivas de éxito y apoyo, probablemente experimentará una voz interna más equilibrada y constructiva.
¿La voz interna es real?
La cuestión de si la voz interna es real o si solo es producto de nuestra imaginación es más compleja y subjetiva. Desde un punto de vista emocional, la voz interna puede ser vista como una manifestación de nuestros pensamientos, emociones y creencias.
Aunque estos pensamientos pueden sentirse muy reales, no siempre son una representación precisa de la realidad. La mente humana es muy compleja y, a veces, los pensamientos que tenemos no corresponden a hechos objetivos, sino que son interpretaciones de la realidad basadas en nuestras percepciones, miedos y deseos.
La clave para diferenciar si la voz interna es real o solo nuestra imaginación radica en la capacidad de reflexión y autoconciencia. Si la voz interna está basada en creencias positivas y realistas sobre uno mismo y el entorno, es más probable que esté alineada con la realidad.
Sin embargo, si esa voz se basa en creencias distorsionadas, miedos infundados o inseguridades, es posible que sea solo una manifestación de nuestra imaginación o de pensamientos automáticos negativos.
La forma en que evaluamos y verificamos la información que nos da nuestra voz interna es esencial. Si nos encontramos constantemente dudando de nuestras decisiones o experimentando ansiedad al escuchar esa voz, es posible que sea necesario cuestionar la validez de esas percepciones y explorar su origen.
Es importante también hacer una distinción entre la voz interna que se origina de nuestros pensamientos racionales y la que se origina de emociones o deseos inconscientes. A veces, la voz interna puede estar influenciada por patrones emocionales no resueltos, como traumas pasados o creencias limitantes, que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad. En estos casos, la voz interna puede ser más reactiva que reflexiva, guiada por emociones intensas en lugar de un razonamiento claro.
La práctica de la autocomprensión
A medida que aprendemos a observar nuestras emociones y pensamientos de manera más consciente, podemos comenzar a discernir si esa voz interna está basada en la realidad o si está siendo influenciada por factores emocionales distorsionados.
La práctica de la autocomprensión y el desarrollo personal es fundamental para aprender a escuchar nuestra comunicación interna de manera más clara y efectiva. Técnicas como la meditación, la escritura reflexiva y el diálogo interno positivo pueden ayudarnos a desarrollar una voz interna que sea más alineada con nuestros valores y objetivos, en lugar de ser una voz negativa o irracional que nos limita.
Cuanto más nos conocemos a nosotros mismos, más fácil se hace distinguir cuándo la voz interna es una guía confiable y cuándo es solo una manifestación de nuestras inseguridades o miedos. La comunicación interna no es algo con lo que nacemos, sino que se desarrolla a lo largo de nuestra vida, influenciada por nuestras experiencias, creencias y emociones.
Aunque puede ser difícil diferenciar entre lo que es real y lo que es producto de nuestra imaginación, la clave radica en la autoconciencia, la reflexión y la capacidad de cuestionar nuestros pensamientos y emociones.
La voz interna puede ser una herramienta poderosa si la entendemos y la usamos de manera constructiva, pero también puede ser fuente de confusión si no aprendemos a discernir cuándo está basada en la realidad y cuándo está siendo influenciada por percepciones distorsionadas.