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La confianza en los empleados en sí es un arma de doble filo. Primero hay que diferenciar entre la confianza en su labor como buen empleado, ya sea por su experiencia o sabiduría pero, otra cosa es que el empresario le dé la confianza personal, al menos es muy peligroso tomando en cuenta que ese empleado se llegaría a enterar de cosas que no debería saber.
Ese error por lo general se cometen en empresas pequeñas o en grandes cuando hay un empleado que por un error del empresario le confió uno que otro problema personal y como, no pasó nada sigue cruzando así el límite que debe haber entre el uno y el otro. Lo peor de todo es que cuando el empresario se da cuenta que está jugando con fuego ya es demasiado tarde.
El empleado llega a pensar que es su amigo y por lo tanto empieza a tomarse atribuciones, que al comienzo son pequeñas pero con el tiempo se hacen grandes y si usted, cómo empresario le reclama él se reciente y ahí es que viene el verdadero problema, ¿Por qué? Pues porque él sabe algo de usted que no conviene que los otros como empleados no deben saber.
Muy rara vez he visto que llegue a los chantajes pero lo más usual es que el empleado resentido empiece a divulgar todos sus secretos pero con tecnología 2.0 que es lo máximo, eso significa que dependiendo de que tanto pensara que era su «amigo» le hará el daño. Ahora, ¿Por qué escribo con certeza? Pues porque tuve empleados que pensé que eran confiables.
Ese fue uno de mis grandes errores y una de las causas de mis problemas laborales. Claro que esto se soluciona con el despido de dicho empleado pero, tiene sus efectos colaterales y eso significa, que usted a soltado a un escorpión a la calle y cada vez que tenga la oportunidad, lanzará su aguijonazo en frente del que tenga la oportunidad de hacerlo quedar mal.
Por esa y algunas más de las razones es mejor tener bien marcado la línea divisora, entre el empleado y el empresario. Cómo dije anteriormente una cosa es que se le de méritos por sus conocimientos y por las cuales, usted confía en su labor como empleado pero nada más. Recuerde que usted contrató a un empleado y no a un amigo confidente.
Hubo un caso con un profesional del sector, contrató a un conocido como para que lo ayude y a la vez le servía como guardaespaldas por su talla, ya que su labor no tenía horario establecido (muy malo) el caso es que él le ayudaba en todo y soy testigo, pero el profesional no contaba que el ayudante también tenía un cerebro que le funcionaba muy bien.
Nunca pensó que su ayuda era muy buena al extremo que el otro aprendía muy rápido. El tiempo pasó y con ayuda de ciertos consejos «Buenos» el empleado se reveló, ¿Saben por qué? Pues porque él sabía todo de todo lo que hacía su jefe y no sólo eso, también lo que hacía el resto.
El caso es que él pensó que podía hacer todo sin salir afectado pero igual perdió. Ahora el que un día fue su mejor amigo es su «colega» pero sin título y le hace la competencia, la cuál sería más fuerte si él estudiara pero no lo hace, ahora ya saben lo que es dar la confianza a los empleados.
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