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La moda de ser inculto y vulgar. Hace unas décadas la moda de ser culto y educado era parte de un estatus social y más porque era algo que tenía un precio, recuerden que la educación era solo para los que podían pagarla, porque el pueblo común tenía que conformarse con lo poco que aprendían, incluso en la educación católica la que ofrecían los salesianos era pagada.
Con el tiempo se ofrecía a los de pocos recursos económicos claro que esto no era gratis, puesto que ellos sabían que tenían nuevos fieles y ellos en cierta medida representaban dinero. Hubo un tiempo en el que trabajar era mejor que estudiar incluso en la época de mi padre, era normal que el padre de la educación de escuela y de ahí para adelante era a trabajar.
De un tiempo para acá las cosas cambiaron y se dieron cuenta que el estudio era mejor que trabajar con anticipación, claro que con la consigna de que a mejor educación mejor paga por lo tanto, se podía vivir en mejores situaciones. De pronto vino la tecnología y con ello los problemas, ¿De qué forma? Pues con las oportunidades de desarrollo.
Cuando se crea un problema
Ahora ustedes dirán ¿Cómo puede ser un problema las oportunidades de desarrollo? Es simple, esto se hizo problema en el momento en que no se creó para todos, si no para unos cuantos. El punto es que con la tecnología llámese televisión, revistas, periódicos, prensa hablada y ahora último lo quieren hacer con el Internet, se manipula a la gente.
Las manipulaciones vienen a raíz de que nos dicen lo que debemos hacer pero de una forma como si fuera una moda. La moda de ser inculto y vulgar se crea desde el punto que nos enseñan mensajes infiltrados estratégicamente en los programas de entretenimiento, novelas incluso en las supuestas noticias que al fin y al cabo de qué nos interesa lo que pase en otros lados a más de hacernos sentir mal.
Todos no tenemos el poder de cambiar las cosas por lo tanto, no tenemos porqué tener que sentir los agobios y tristezas de otros, que la única misión es que nosotros nos debilitemos emocionalmente, de esta forma ser vulnerables porque nuestro poder interno está débil por los sentimientos ajenos.
El estatus social se refiere a la posición que una persona ocupa dentro de una sociedad o grupo, basada en factores como prestigio, poder, riqueza, ocupación, educación o pertenencia a ciertas redes sociales.
Es una medida relativa que determina cómo es percibida y tratada por los demás. Este estatus puede ser dinámico y variar según el contexto; por ejemplo, alguien puede tener reconocimiento en un círculo profesional, pero no en otros ámbitos.
También se distingue entre estatus formal, como títulos académicos o laborales, e informal, basado en la popularidad o respeto social. Además, puede ser ascrito (heredado o adquirido sin elección, como el origen familiar) o adquirido (logrado mediante méritos personales, como logros académicos o laborales).
Los factores que influyen incluyen la riqueza, la educación, el poder y las redes sociales a las que se pertenece. Por ejemplo, una persona adinerada tiene mayor estatus en contextos económicos, mientras que alguien con un alto cargo en una empresa o gobierno gana prestigio por su autoridad. Asimismo, las conexiones con círculos exclusivos aportan influencia y reconocimiento social.
Los engaños programados
Es difícil que usted me diga que aprende algo con los programas que les dan por todos los medios de comunicación, porque desvían el camino el cual es aprender todo tipo de conocimientos, por lo tanto, entramos en un mundo de que mejor es divertirse en vez de aprender, haciendo que cada vez seamos más incultos y con eso pasamos a ser vulgares.
Lo increíble de esta estrategia es que se llega a pensar que se está en lo correcto, algo parecido a que usted le diga a un bohemio que su vida es una equivocación, desde luego que le va a negar rotundamente y por último le dirá «Es mi vida y qué…».
Todo este cambio empezó según mis cuentas a partir de la famosa película «Fiebre de sábado por la noche» que no voy a negar que hasta repagué para ver esta película. Desde ese día, ¿Quién no quería sentirse guapo como Tony Manero?
En esos tiempos era lo mejor que se pudo ver al menos en mi caso que tenía apenas 16 años pero, sin darse cuenta esa película trajo una enseñanza infiltrada, que no puedo decir que fue intencional pero con eso se aprendió a ser un poco vago y de paso se conoció lo que era una discoteca.
La moda de las pandillas
De ahí y que causó una tendencia apareció la película «Los guerreros» y con esto nos crearon la idea de las pandillas que en cierto momento, no tenía nada malo aunque solo en apariencia pero con el tiempo todo cambió.
Los jóvenes de ese tiempo pensaban que era «IN» estar en una pandilla, puesto que el mensaje de los norteamericanos era ese y todos creyeron que era así por lo tanto, el resultado fue otro y de ahí se creó la moda de ser inculto y vulgar.
Ahora, ¿Quién iba a perder su tiempo leyendo libros e instruyéndose si andar en la calle libando, fumando y divirtiéndose en una discoteca era y es lo que está de moda? Si alguno de los que me leen rondan mi edad, ¿Acaso no se sintieron de lo mejor haciendo diabluras?
El éxito de la moda de ser inculto y vulgar es que usted no está protegido, por lo tanto, es fácil presa de cualquier consejito subliminal y usted ni siquiera se ha dado cuenta. Todo el tiempo te bombardean con publicidad de lo que debes hacer que por lo general siempre es lo que «NO DEBES HACER» y como no estás preparado para poder discernir los mensajes caes como conejillo de indias.
El tipo de comunicación
Ayer uno de los llamados «Amigos de Facebook» me dio a entender que él se debía comunicar porque el mundo es así, en esto no discuto pero como se puede llamar comunicación si lo que sube a la página es una sarta de tonterías.
Hasta porque se tiró un pedo lo anuncia y los comentarios del mismo calibre no se hace esperar, más de 50 ¿Creen que los comentarios son de conocimientos en beneficios de cómo entender un pedo o por qué se origina? No, es de más tonterías una más audaz que la otra.
De este tipo de comunicación es que se refiere el dichoso amigo. En total muchos están creídos que la moda de ser incultos y vulgar es parte del mundo y por lo tanto hay que hacerlo así, yo no, o no se nota.
¿Por qué lo vulgar vende?
Lo vulgar atrae y vende porque apela a emociones primarias y necesidades inmediatas, como el entretenimiento, la curiosidad y la pertenencia. En un mundo saturado de información, lo vulgar destaca por ser provocativo, irreverente o disruptivo, lo que capta la atención rápidamente.
Este tipo de contenido apela al morbo y al deseo de experimentar algo fuera de lo común, lo que genera reacciones inmediatas y, a menudo, virales. Las plataformas digitales y las redes sociales amplifican este fenómeno al priorizar aquello que genera más interacción, ya sea por su contenido escandaloso, polémico o humorístico.
Además, lo vulgar responde a la necesidad de romper con normas sociales establecidas, especialmente en contextos donde las restricciones morales son rígidas. La transgresión se convierte en un acto liberador para muchas personas, generando una sensación de rebeldía y autenticidad.
Esto se observa en el éxito de géneros musicales con letras explícitas, programas de televisión que explotan conflictos interpersonales, o influencers que se expresan sin filtros. La sensación de ver o escuchar algo prohibido o tabú aumenta el atractivo del contenido vulgar, generando interés incluso en aquellos que lo critican.
Otro factor relevante es el contexto cultural. En tiempos de crisis o estrés, las personas buscan distracción y entretenimiento que no requiera mucho esfuerzo intelectual. Lo vulgar suele ser accesible, fácil de consumir y proporciona momentos de risa o desconexión.
Además, al ser popular entre ciertos segmentos de la población, quienes consumen este tipo de contenido sienten que forman parte de una comunidad que comparte los mismos gustos, lo que refuerza su identidad y pertenencia. Por otro lado, las marcas y creadores de contenido encuentran en lo vulgar una herramienta poderosa para destacar en mercados competitivos.
En resumen
La controversia o el uso de temas considerados inapropiados genera conversación y publicidad gratuita, lo que se traduce en ventas, audiencia y relevancia. Incluso la polémica negativa puede beneficiar a los productos o personas asociados con lo vulgar, ya que las críticas aumentan su visibilidad.
Lo vulgar vende porque apela al morbo, rompe con las normas, proporciona entretenimiento accesible y genera comunidad. En un entorno donde la atención es un recurso escaso, lo provocativo se convierte en un atajo efectivo para captar miradas, alimentar la conversación y mantenerse relevante.