La parte mala del asunto es cuando no se ve el camino. El desconocimiento de las cosas ocasiona que muchos mal entiendan que de algo tan sencillo se convierta en la parte mala del asunto, por lo general la mayoría aprendió del modismo y eso es casi en un 90% que sea comprobado, si alguien pregunta ¿Cómo está la situación económica en el país? Es seguro que la gran mayoría dirá que estamos muy mal.
Esa respuesta siempre ha sido manipulada por el modismo y eso por ponerle cómo ejemplo porque son muchos los casos, ahora si usted que ha recibido la respuesta vuelve hacer otra como, ¿En qué forma está mal la situación? Le aseguro que recibirá algunas formas de por qué está mal la situación pero.
También le aseguro que ninguno podrá comprobar lo que en verdad está pasando pero sí encontrará la más diversa manera de sentirse mal. Lamentablemente las personas que no tienen mucho conocimiento de cómo suceden las cosas en la vida, tienen por costumbre repetir lo que otros dicen, el resultado de esa acción es que en verdad le llega a pasar de todo.
Sencillamente porque el universo le da todo lo que usted pide y se lo complace porque usted lo pide con sentimiento y emoción, algo que nunca quieren hacer con las cosas buenas que les podría pasar. Se ha dado cuenta que cuando alguien se queja de cualquier cosa, los presentes llegan a sentirse casi de igual forma como se siente el que lo dice.
La parte mala del asunto
Eso pasa porque se conectan inconscientemente pero lo que hace esa conexión es lo que usted tiene almacenado en su memoria, es igual a un soporte de un programa que sin él no funcionaría. Como ejemplo les expongo algo, estamos cuatro personas conversando de algo que aunque no sea importante nos agrada y más porque nos reímos de todo lo que hablamos.
De pronto llega al grupo una persona que por demás le encanta sufrir por los problemas del mundo, sin pena ni gloria empieza con la interrupción pero de una forma como que tenemos que salvar al mundo. Aquí puede pasar dos cosas, claro que depende mucho de lo que tengamos almacenado en la memoria.
En primer lugar cuando este señor llega con todo su pesar aun sabiendo que nos estamos riendo, que en este caso sería si tenemos cosas negativas en nuestra memoria, vamos a cambiar en fracciones de segundos nuestro estado de ánimo, para darle cabida a los pesares para pasar a formar parte del sentimiento negativo del visitante.
El resultado es que nos vamos a sentir mal pero como ya estamos adaptados al medio no le damos importancia. Ahora si nuestra frecuencia es contraria a sentirnos mal, desde el primer momento que el visitante nos diga una mala noticia, nosotros vamos a recibir una pequeña descarga de emoción negativa.
El cual, nos va hacer sentir un rechazo hacia la persona que nos vino con la intención de que le acompañemos en su pesar absurdo, ahora por lógica, nos vamos a sentir mal y dependiendo del grado de nuestra educación, vamos a tomar medidas repelentes contra él claro que sin llegar a la violencia, sólo con palabras se puede solucionar porque si no es así pasaríamos a ser la parte mala del asunto.
¿Qué hace que una persona se ciegue emocionalmente y no pueda ver el camino?
La ceguera emocional es una condición que afecta profundamente la forma en que las personas enfrentan los desafíos de la vida, tanto personales como profesionales. Cuando alguien está emocionalmente cegado, su percepción se ve limitada y no logra ver alternativas o caminos claros, incluso cuando otros se los señalan.
Esto no solo afecta su capacidad para tomar decisiones, sino también su bienestar y sus relaciones. A menudo, esta ceguera emocional está relacionada con el miedo al fracaso, pero existen otros factores que contribuyen a este fenómeno, como las experiencias traumáticas, el ego, las creencias limitantes y la falta de autoconocimiento.
Comprender estos factores puede ayudarnos a reconocer la ceguera emocional y trabajar para superarla. El miedo al fracaso es uno de los mayores obstáculos emocionales que enfrenta una persona.
Este miedo puede surgir de experiencias pasadas en las que un intento terminó en fracaso, lo que genera una respuesta de protección para evitar el dolor de revivir esos momentos. Esta aversión al riesgo, aunque puede parecer racional, se convierte en una barrera que impide a las personas ver el camino que tienen delante.
Temen tanto repetir los errores o experimentar la decepción que evitan cualquier acción que pueda llevarlos a una situación similar. Este miedo al fracaso también se ve amplificado por las expectativas sociales y personales.
En un mundo donde el éxito y la perfección parecen ser la norma, el temor a no cumplir con los estándares de los demás puede generar una parálisis emocional. A medida que una persona se aferra a esta necesidad de evitar el fracaso, se ciega a oportunidades que pueden ser beneficiosas y a caminos alternativos que, aunque inciertos, podrían llevarla al crecimiento.
El dolor del pasado que nubla el presente
Las experiencias traumáticas, como fracasos importantes, pérdidas, traiciones o abusos, también contribuyen a la ceguera emocional. El trauma afecta la forma en que percibimos la realidad y puede hacer que una persona vea el mundo a través de una lente de dolor, lo cual limita su capacidad para ver el futuro con esperanza o claridad.
Este fenómeno está relacionado con el mecanismo de defensa que el cerebro crea para protegernos del sufrimiento. Las personas que han pasado por eventos traumáticos suelen desarrollar un sistema de defensa que les impide ver más allá de su miedo.
Esto no solo las bloquea emocionalmente, sino que también puede crear una visión sesgada de sus propias habilidades, al convencerse de que no son lo suficientemente fuertes o capaces para enfrentar nuevos retos.
Además, el trauma puede hacer que una persona viva en un estado de hipervigilancia, interpretando cualquier situación como potencialmente amenazante. Esto hace que rechacen o ignoren opciones que podrían ser positivas, porque las perciben como un riesgo para su bienestar.
Superar esta ceguera emocional requiere tiempo y, en muchos casos, ayuda profesional para procesar el trauma y liberar la mente del peso del pasado. El ego también juega un papel fundamental en la ceguera emocional.
Muchas personas desarrollan una visión rígida de sí mismas y de sus capacidades, y cuando se enfrentan a una situación desafiante, su ego puede evitar que reconozcan sus propias limitaciones o vulnerabilidades. La ilusión de control es común en personas con un ego fuerte, ya que creen que tienen el poder para controlar todas las variables de su vida.
Creencias limitantes: barreras invisibles
El problema con esta ilusión de control es que se convierte en una barrera para el aprendizaje y el crecimiento personal. Las personas cegadas por su ego suelen creer que no necesitan ayuda o que sus decisiones son siempre correctas.
Esto limita su capacidad para aceptar consejos o para considerar nuevas ideas, ya que cualquier cambio que desafíe su percepción de control es interpretado como una amenaza. Al no reconocer sus limitaciones, estas personas se aíslan y se privan de ver caminos alternativos que podrían ayudarlas a superar sus problemas.
Las creencias limitantes son otro factor que contribuye a la ceguera emocional. Estas son ideas profundamente arraigadas sobre uno mismo, los demás y el mundo, que suelen actuar como verdades absolutas.
Por ejemplo, una persona puede creer que no es lo suficientemente inteligente para alcanzar cierto objetivo, o que las cosas buenas solo les pasan a los demás. Estas creencias moldean su visión del mundo y limitan su capacidad para ver el potencial que tiene frente a ella.
Cuando una persona cree firmemente en estas limitaciones, su percepción de lo que es posible se reduce. Incluso si tiene la capacidad o los recursos para alcanzar sus objetivos, no podrá verlos debido a las barreras que se ha impuesto.
En esencia, estas creencias limitantes crean una visión de túnel que solo le permite ver los obstáculos, mientras que los caminos y las soluciones quedan ocultos de su vista. Superar las creencias limitantes requiere autoconciencia y la disposición de cuestionar estas «verdades» que se han asumido como absolutas. Es un proceso en el que la persona debe desafiar sus pensamientos y permitirse abrir la mente a la posibilidad de que existen opciones que quizás no había considerado.
Falta de autoconocimiento y desconexión con uno mismo
La falta de autoconocimiento es otro aspecto que contribuye a la ceguera emocional. Las personas que no han explorado sus propias emociones, motivaciones y deseos tienen dificultades para comprender lo que realmente quieren o necesitan en la vida.
Sin un sentido claro de identidad o propósito, es fácil perderse en la confusión y en la indecisión. El autoconocimiento implica una exploración honesta y profunda de uno mismo, y este proceso puede ser incómodo.
A menudo, las personas evitan confrontar aspectos de sí mismas que les resultan dolorosos o difíciles de aceptar. Sin embargo, al evitar esta introspección, se privan de la oportunidad de crecer y de entender sus propios deseos y miedos.
Esta desconexión consigo mismas les impide ver con claridad los caminos que podrían llevarlas hacia una vida más plena y satisfactoria. La ceguera emocional también puede llevar a un ciclo de inseguridad y parálisis.
Cuando una persona se siente atrapada por sus miedos y limitaciones, es común que experimente una gran inseguridad, lo que refuerza aún más su incapacidad para actuar. Esta inseguridad se convierte en un obstáculo adicional, ya que reduce su confianza para tomar decisiones y la lleva a evitar cualquier situación que implique una posible confrontación con sus miedos.
En este estado, incluso los logros o los avances pequeños pueden pasar desapercibidos. La persona puede interpretar cualquier logro como insuficiente o irrelevante, mientras que los errores o fracasos se magnifican. Este ciclo de inseguridad y autocrítica aumenta la ceguera emocional, ya que refuerza la percepción de que el camino está lleno de obstáculos insuperables.
Cómo superar la ceguera emocional
Superar la ceguera emocional es posible, aunque requiere tiempo, autocompasión y voluntad de cambio. El primer paso es reconocer que existe una ceguera emocional. Esto implica ser honesto consigo mismo y aceptar que los miedos, el ego o las creencias limitantes están interfiriendo en la capacidad para tomar decisiones.
Es fundamental tomarse el tiempo para explorar las emociones que están detrás de la ceguera. Esto incluye reconocer el miedo al fracaso, el dolor del pasado y las inseguridades actuales. La autoexploración y la expresión emocional, ya sea a través de la escritura, la meditación o la terapia, pueden ayudar a liberar los bloqueos internos.
Cuestionar las creencias limitantes es esencial para ampliar la percepción. Preguntarse si estas creencias realmente reflejan la realidad o si son ideas autoimpuestas puede ser revelador.
La autocompasión permite a las personas ser amables consigo mismas, aceptar sus errores y aprender de ellos. Al tratarnos con compasión, reducimos la presión de ser perfectos y nos damos permiso para crecer.
A veces, es necesario buscar el apoyo de otros para superar la ceguera emocional. Las personas de confianza pueden ofrecer una perspectiva externa y objetiva, que ayude a ver opciones y caminos que antes no eran evidentes.
La ceguera emocional es una condición superable, y trabajar en los factores que la provocan puede abrir nuevas oportunidades y un camino hacia una vida más plena.
Hola,
Ayer me pasó eso, por ignorancia y descuido, y falta de atención ?, de algo que era sencillo de solucionar, agravé la cosa.
Era un repuesto de mi auto, por teléfono me encargué de que sea el repuesto correcto, y le pregunté si el repuesto venía con un conector, el vendedor me derivó a otra persona … ( y creo que en ese momento algo sucedió que me descuidé) y la otra persona comenzó a preguntarme cual repuesto quería, porque habían 2. Llegamos al acuerdo de que ese era el repuesto … y fui a comprarlo.
Cuando llegué a lugar, pregunté de nuevo, me dijeron que no venía con el conector… y fué allí donde pasé a ser la parte mala del asunto, porque me ofusqué y le dije varias cosas, alzando la voz incluso … cómo se les ocurre venderme eso ? que le pregunté si tenía o no el conector, sin conector ? Allí fue donde se metió el otro y me dijo que yo no había preguntado si venía o no con el conector … ( tratando de defender o encubrir a su compañero ) yo insistí que si, y que mas encima me habían hecho venir …
El error sucedió al parecer primero por ignorancia, descuido y falta de atención mio, en conjunto con el vendedor inicial, que quizo hacer su venta o por descuido, no corroboró la información.
Qué es eso ? Porque en algún momento la mente como que queda en blanco y no reacciona, se distrae, a veces me pasa eso cuando ando con algo en la mano, y se me cae ese algo, por ejemplo, un lapiz.
Es como si uno fuera a la esquina, a comprar el pan, y de pronto, ve el diario, y le impresiona algo, y luego lo compra, y se viene de vuelta a la casa. Pero no compró el pan. Supongo que es una simple distracción mental.
En todos estos casos, no pasó a violencia mayor, peo es increíble de cómo el mundo actual funciona, por este proceso de «la parte mala del asunto».
Solo para empezar, cuando se refiere a un auto (cualquier maquina) al menos si es compra de un repuesto, siempre se lleva la muestra, tu lo debe saber si tienes vehículo, si no lo llevas, ERES VAGO, TONTO Y DE PASO HASTA GROSERO, porque tu mismo lo dices, que ellos como vendedores lo que hacen es vender pero el que compra es el que decide si lo lleva y paga. Si te descuidas o pierdes una meta, la culpa es tuya y no de los demás. Sabes muy bien que ese es uno de los problemas que tienes, te distraes en lo que no es importante.
Gracias por el comentario
Roberto Sanahuano
Programador Neuro-Lungüista
Terapias cambios personales