La quinta sinfonía de un alcohólico

La quinta sinfonía de un alcohólico. De regreso de mis vacaciones tuve una experiencia con un alcohólico, claro que yo no sabía pero mientras ignoraba, las cosas seguían su cauce normal y como se suponía que debía ser. Resulta que subí a un bus de transporte y sin pena ni gloria, sin imaginar que atrás de mi asiento iba un señor de aproximadamente unos 60 años de edad.

Dicho señor iba hablando de ciertas circunstancias de su vida, que a cada palabra que decía lo sentía en el alma, ahora ¿Cómo me daba cuenta si yo estaba adelante y había mucha gente en el vehículo de transporte? Pues la verdad no tuve que hacer ningún esfuerzo porque la información  venía de primera mano, ¿De qué forma? Pues hablaba en tono bien alto como para que todos les escucharan.

La verdad, nunca imaginé que él estaba borracho, porque hablaba con tanta claridad y en especial que se esmeraba por pronunciar bien la «D» en especialidad o bondad y bueno algunas palabras más, el caso es que nadie le hacía problema al asunto, hasta que él empezó a emocionarse tanto que se puso a mover los brazos como político y eso sí que fue un show.La quinta sinfonía de un alcohólico

Cuando habla el bebedor

Con semejante espectáculo que se originó porque a medida que alzaba las manos, lanzaba licor de alambique  del que es más barato y él ni siquiera se daba cuenta de lo que hacía. Los afectados en los cuales me encontraba yo, empezaron a gritarle al señor que vivía  en su mundo personal y que nadie estaba invitado.

El caso es que en ningún momento se alteró por lo que pasaba, es más, alzaba más la voz que supuestamente le hablaba a una mujer que no le hacía caso. Todos se dieron cuenta que era imposible tratar con él, entonces lo que hicieron fue darse la vuelta y seguir como que no ha pasado nada, y en mi caso no dije nada porque con el poco de licor que me tiró ya me encontraba medio drogui.

La pregunta es ¿Cómo una persona de esa edad puede estar en ese estado y llegar hasta el punto de alucinar? Para que él esté en ese punto significa que no tiene a nadie que lo estime, lo ame o lo quiera como a un ser humano, Acaso ¿No tiene hijos, hermana-o, esposa, o parientes cercanos que por lo menos le den unas palabras de cariño, para que  sienta que si hay alguien que está presente a su lado? ¿Qué le pasa  a la humanidad que está perdiendo el don del aprecio? Una cosa es estar sentado en un sillón de su casa y otra estar presente en la quinta sinfonía de un alcohólico.

¿Por qué una persona cambia de personalidad cuando bebe?

El comportamiento humano es una de las áreas más fascinantes y complejas de estudio, y el efecto del alcohol en la personalidad es un tema que ha atraído la atención de psicólogos, sociólogos y otros expertos durante mucho tiempo.

Para comprender por qué algunas personas cambian drásticamente su comportamiento al consumir alcohol, mientras que otras parecen permanecer relativamente constantes, es esencial explorar varios factores: biológicos, psicológicos y sociales.

Desde una perspectiva biológica, el alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central. Cuando una persona consume alcohol, este se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y comienza a afectar diversas funciones cerebrales.

A niveles bajos, el alcohol puede inducir sensaciones de relajación y desinhibición. Sin embargo, a medida que la cantidad de alcohol aumenta, su efecto se intensifica, afectando el juicio, la coordinación y la regulación emocional.

Esto puede dar lugar a cambios en la personalidad que se manifiestan de diferentes maneras. Por ejemplo, algunas personas pueden volverse más sociables y extrovertidas, mientras que otras pueden volverse más agresivas o irritables.

El alcohol también afecta neurotransmisores en el cerebro, como la dopamina y el GABA. La dopamina está asociada con el sistema de recompensa y la sensación de placer. Cuando una persona bebe, la liberación de dopamina puede hacer que se sienta bien, lo que podría motivar un comportamiento más extrovertido.

Por otro lado, el GABA actúa como un inhibidor, lo que significa que puede disminuir la actividad neuronal y reducir la ansiedad. La combinación de estos efectos puede llevar a las personas a sentirse más cómodas y, en algunos casos, a soltar sus inhibiciones.

La personalidad de una persona con el alcohol

Sin embargo, no todas las personas reaccionan al alcohol de la misma manera. Aquí es donde entran en juego factores emocionales y sociales. La personalidad de un individuo, sus experiencias previas con el alcohol y el contexto en el que se encuentra al beber son aspectos cruciales que influyen en cómo se comportan.

Por ejemplo, una persona que es naturalmente introvertida puede sentirse más libre de expresarse socialmente bajo la influencia del alcohol, mientras que una persona que ya es extrovertida puede volverse aún más efusiva.

El contexto social también juega un papel fundamental. Las normas y expectativas sociales sobre el comportamiento al beber pueden variar significativamente de una cultura a otra y de un grupo a otro.

En algunas situaciones, el consumo de alcohol se asocia con la celebración, la diversión y la relajación, lo que puede llevar a las personas a actuar de manera más alegre y juguetona. Por otro lado, en ambientes más tensos o competitivos, el alcohol puede desencadenar comportamientos más agresivos o defensivos.

La presión del grupo y el deseo de encajar también pueden influir en cómo una persona elige comportarse cuando está ebria. Otro factor que merece atención es la historia personal de cada individuo con el alcohol.

Algunas personas pueden haber aprendido, a lo largo de los años, que el alcohol les permite liberar tensiones o afrontar situaciones difíciles. En estos casos, el cambio en la personalidad puede estar relacionado con la búsqueda de una forma de escapar de la realidad.

El alcohol puede convertirse en una herramienta para manejar el estrés, la ansiedad o el dolor emocional. Esto puede llevar a comportamientos que parecen drásticos para quienes observan desde fuera, pero que para el individuo que bebe pueden ser una forma de lidiar con su propia inseguridad o miedo.

La falta de atención el ego y el miedo

El miedo, el ego y la falta de atención son factores emocionales que también pueden influir en la forma en que una persona se comporta al beber. El miedo, especialmente el miedo al juicio o al rechazo, puede hacer que algunas personas se sientan ansiosas en situaciones sociales.

Cuando beben, pueden sentirse más valientes y desinhibidas, lo que puede resultar en un comportamiento que, en otras circunstancias, podría considerarse inadecuado o fuera de lugar. Este deseo de ser aceptado o visto de una manera particular puede llevar a que revelen secretos o comportamientos que normalmente no exhibirían.

El ego también juega un papel importante en cómo las personas reaccionan al alcohol. En algunas personas, el alcohol puede inflar su sentido de autoestima y hacer que se sientan invulnerables. Esta percepción distorsionada de sí mismos puede llevar a actitudes arrogantes o agresivas, haciendo que se comporten de maneras que no reflejan su verdadera personalidad.

Por otro lado, quienes tienen una baja autoestima pueden encontrar en el alcohol una forma de sentirse mejor consigo mismos, lo que podría resultar en comportamientos excesivos o inapropiados en un intento de ser aceptados o reconocidos.

La falta de atención es otro aspecto relevante que puede influir en el comportamiento bajo la influencia del alcohol. Algunas personas pueden usar el alcohol como una forma de escapar de la realidad o desconectarse de sus emociones y pensamientos.

En este estado, pueden actuar de manera impulsiva, sin considerar las consecuencias de sus acciones. Este comportamiento impulsivo puede llevar a situaciones incómodas o problemáticas, como revelar información privada o comportarse de manera ofensiva.

La máscara social y las consecuencias

Un aspecto importante a considerar es la idea de la «máscara social». Muchas personas, en su vida diaria, llevan una máscara que les ayuda a cumplir con las expectativas de los demás y a encajar en su entorno.

Al beber alcohol, esta máscara puede caer, permitiendo que surjan aspectos más genuinos de la personalidad. Sin embargo, en algunos casos, lo que sale a la superficie puede ser más oscuro o problemático.

Esto no significa que la verdadera personalidad de alguien sea necesariamente negativa, sino que el alcohol puede liberar emociones reprimidas o inseguridades que, de otro modo, permanecerían ocultas.

El efecto del alcohol en la personalidad también está relacionado con el concepto de desinhibición. Para algunas personas, el alcohol puede actuar como un catalizador que les permite soltar su inhibición y expresarse de manera más abierta.

Esto puede ser positivo en algunas situaciones, fomentando la conexión social y la diversión. Sin embargo, en otros casos, la desinhibición puede llevar a comportamientos irresponsables o peligrosos, como el consumo excesivo de alcohol, la agresión o el comportamiento sexual irresponsable.

La relación entre el alcohol y la personalidad también puede verse afectada por las expectativas culturales. En algunas sociedades, el consumo de alcohol está estrechamente relacionado con celebraciones y festividades, mientras que en otras puede ser visto como algo negativo o destructivo.

Estas expectativas pueden influir en cómo una persona se siente al beber y cómo se comporta en estas circunstancias. Aquellos que crecen en un entorno donde el consumo de alcohol es normalizado pueden estar más inclinados a experimentar cambios en su comportamiento al beber, ya que se les ha enseñado que esto es parte de la experiencia social.

El consumo del alcohol y la conciencia

Además, es importante considerar el papel de la memoria y la conciencia. El consumo de alcohol puede afectar la capacidad de una persona para recordar eventos y experiencias, lo que puede llevar a la creación de recuerdos distorsionados.

Esto puede resultar en un ciclo de comportamiento impulsivo y la incapacidad de aprender de experiencias pasadas. Si alguien no recuerda las consecuencias de sus acciones cuando está ebrio, puede ser más propenso a repetir comportamientos problemáticos en el futuro.

Finalmente, el efecto del alcohol en la personalidad también puede depender de la cantidad consumida. A niveles bajos, el alcohol puede fomentar la sociabilidad y la relajación, mientras que en niveles más altos puede llevar a una pérdida total de control.

Por lo tanto, es crucial reconocer que la cantidad de alcohol que una persona consume puede determinar en gran medida cómo se comporta y qué aspectos de su personalidad se manifiestan. El cambio en la personalidad de una persona al consumir alcohol es un fenómeno complejo que resulta de una interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales.

Desde la forma en que el alcohol actúa en el cerebro hasta las experiencias pasadas de una persona y las expectativas culturales, hay múltiples elementos que contribuyen a cómo se comporta una persona cuando está ebria.

Mientras que algunos pueden volverse más alegres y extrovertidos, otros pueden desarrollar comportamientos más agresivos o inapropiados. La clave para entender estos cambios radica en reconocer la diversidad de la experiencia humana y la forma en que las circunstancias individuales influyen en la respuesta de cada persona al alcohol.

La capacidad de permanecer fiel a uno mismo mientras se consume alcohol puede variar considerablemente, y la auto-reflexión y la conciencia son fundamentales para navegar estas experiencias de manera saludable.

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