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Llorar y reír. Leí en un artículo que llorar y reír es lo mismo, pues no exactamente como se lee. Resulta que unos científicos «Descubrieron» que el llorar y reír ayudaban en gran medida a los problemas emocionales, según ellos, el llorar y reír despejaban toda tensión nerviosa que ocasionaba que la persona se estresara, bueno eso es lo que entendí, en cierto modo estoy de acuerdo pero no es lo mismo.
Es verdad que los dos procesos ayudan pero hay que tomar en cuenta que cuando se pone a llorar, es por tristeza y en extremo. Las causas pueden variar ya sea por edad, sexo y el motivo que hayan sido los causantes del acto de llorar, hay una posibilidad de que con el tiempo la persona deje de llorar más por tiempo y costumbre, es decir, se acostumbró a la idea de la perdida.
¿Por qué llorar? La tristeza de la pérdida
Dicha idea de falta o perdida no quiere decir que la tristeza desapareció a menos claro que la persona entendió el por qué de lo que sucedió, que es muy distinto a querer olvidar. Cuando se quiere olvidar y por lo tanto dejar de llorar es cuando más se aferra a lo acontecido, esa es una de las razones por la cual una persona está tranquila y por cualquier motivo ingiere alcohol, automáticamente le vienen los recuerdos y a todo color.
El alcohol actúa en el cerebro liberando toda barrera que la persona ha impuesto en su mente, dando libertad total para que se desencadene toda emoción y sentimiento reprimido, que da como resultado la tristeza extrema y el consabido acto de llorar, ¿Libera esto a la persona de la tensión nerviosa por la pérdida? Pues claro que sí pero es momentáneo, después en la primera oportunidad que tenga volverá a lo mismo.
El acto de reír si es muy poderoso y no tiene idea hasta donde llega su poder. Cuando uno se ríe libera toda clase de tensiones llegando incluso a un relajamiento total de su cuerpo. Con el acto de reír usted bloquea cualquier malestar de cualquier persona que tenga mal espíritu, es como una barrera. No se confundan que también hay formas de dañar con el acto de reír.
La energía negativa
Pienso que muchos habrán escuchado o leído «Mal de ojo» pues por experiencia con mis hijos y conmigo mismo es que hablo del tema. Una persona que tenga energía negativa dentro de si fácilmente enferma a otra sólo riéndose de él o con él, claro que para eso la persona que hace el daño necesita mirarlo a los ojos. Muchos no saben que tienen ese poder, por lo tanto es inconsciente.
El tema es muy amplio por lo tanto seguiré en otros momentos, por el momento está claro que el llorar y reír no es lo mismo, ayudan pero siempre el reír será lo que en verdad te cambiará tu entorno.
Si ustedes se cortan en cualquier parte del cuerpo, sea por cualquier motivo y me refiero accidentalmente, si se asustan sangrarán sin pena ni gloria pero, si se ríen no, apenas unas gotas. Si dudan, hagan la prueba en el primer momento de oportunidad y se darán cuenta, la diferencia que hay entre llorar y reír.
¿Qué beneficios trae el llorar y reír?
Llorar y reír son dos expresiones emocionales fundamentales en la experiencia humana. Ambas actividades, aunque aparentemente opuestas, tienen efectos profundos y beneficiosos en nuestra salud mental y física.
Comprender estos beneficios puede ayudarnos a apreciar la importancia de las emociones en nuestras vidas y a integrarlas de manera más saludable en nuestra rutina diaria. Llorar es una respuesta emocional que muchas veces asociamos con tristeza, dolor o frustración. Sin embargo, también puede surgir de situaciones de alegría o alivio.
Cuando lloramos, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios fisiológicos que pueden tener efectos positivos. Uno de los principales beneficios del llanto es que actúa como un mecanismo de liberación emocional. Al permitirnos expresar nuestro dolor, tristeza o frustración, llorar puede aliviar la tensión emocional acumulada.
Esto es especialmente importante en momentos de estrés intenso o trauma, ya que el llanto puede ayudar a procesar esos sentimientos difíciles y facilitar la sanación emocional. Además, llorar puede tener efectos fisiológicos que benefician al cuerpo.
Durante el llanto, liberamos una serie de hormonas y neurotransmisores, incluyendo la oxitocina y las endorfinas, que ayudan a calmar el dolor y generar sensaciones de bienestar. Esto puede ser útil para reducir la ansiedad y la depresión, proporcionando un alivio temporal del sufrimiento emocional.
También se ha observado que llorar puede ayudar a liberar toxinas del cuerpo, contribuyendo a un proceso de limpieza emocional y físico. El llanto también tiene un componente social. Compartir momentos de llanto con otros puede fortalecer los vínculos emocionales y la empatía entre las personas.
La empatía en el dolor
Cuando vemos a alguien llorar, a menudo nos sentimos motivados a ofrecer consuelo y apoyo. Esto no solo ayuda al que llora, sino que también refuerza las relaciones interpersonales, creando un sentido de comunidad y comprensión mutua.
Llorar en compañía de amigos o seres queridos puede ser una experiencia liberadora y catártica que nos recuerda que no estamos solos en nuestras luchas. Por otro lado, reír es una respuesta emocional que está asociada con la alegría y el bienestar.
La risa tiene una serie de beneficios tanto psicológicos como físicos que son igualmente significativos. En primer lugar, reír tiene un efecto inmediato en nuestro estado de ánimo. Al reír, liberamos endorfinas, que son neurotransmisores responsables de la sensación de felicidad.
Esto puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad, promoviendo una sensación general de bienestar. La risa puede ser una forma eficaz de mejorar nuestro humor y cambiar nuestra perspectiva sobre las dificultades que enfrentamos.
Desde una perspectiva fisiológica, reír también tiene efectos beneficiosos en el cuerpo. La risa activa varios sistemas del cuerpo, incluyendo el sistema cardiovascular. Cuando reímos, aumentamos el flujo sanguíneo y mejoramos la circulación, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Además, la risa puede estimular la liberación de endorfinas, lo que no solo nos hace sentir bien, sino que también actúa como un analgésico natural, aliviando el dolor y la incomodidad. Además de sus beneficios emocionales y físicos, la risa también puede ser un poderoso instrumento social.
La risa y las relaciones emocionales
Reír con otras personas crea conexiones y fortalece las relaciones. Puede romper el hielo en situaciones incómodas y fomentar un ambiente de camaradería y amistad. La risa es contagiosa; cuando vemos a otros reír, es probable que nosotros también lo hagamos.
Este efecto positivo en las interacciones sociales no solo mejora nuestro bienestar emocional, sino que también crea un sentido de pertenencia y comunidad. Ambas actividades, llorar y reír, nos ofrecen formas valiosas de procesar y expresar nuestras emociones.
Sin embargo, muchas veces, las personas pueden sentir que necesitan reprimir sus lágrimas o no permiten que su risa fluya libremente. Esto puede ser especialmente cierto en sociedades donde existe un estigma asociado con la vulnerabilidad o donde se promueve la imagen de la fortaleza y la auto-contención.
Es importante recordar que tanto llorar como reír son respuestas naturales y saludables que forman parte de nuestra humanidad. La capacidad de llorar puede ser un signo de fortaleza emocional. Al permitirnos sentir y expresar nuestras emociones, estamos tomando un paso hacia la autocomprensión y el autocuidado.
De igual manera, permitirnos reír y disfrutar de momentos de alegría es esencial para nuestro bienestar general. Las risas pueden ofrecer una perspectiva fresca sobre la vida, ayudándonos a encontrar ligereza en medio de la seriedad.
Además, tanto el llanto como la risa pueden ser herramientas de afrontamiento efectivas. En tiempos de crisis o estrés, llorar puede ser una manera de liberar la presión acumulada y encontrar alivio emocional.
La risa escape y liberación emocional
Por otro lado, la risa puede ofrecer una válvula de escape a la tensión y permitirnos afrontar los desafíos con una mentalidad más positiva. En este sentido, llorar y reír son dos caras de la misma moneda, representando nuestra capacidad de experimentar la vida en toda su complejidad.
Es fundamental fomentar un entorno donde se permita la expresión emocional en todas sus formas. Esto incluye validar los sentimientos de los demás y reconocer que llorar no es un signo de debilidad, sino una parte normal y saludable de la vida.
Asimismo, alentar la risa y disfrutar de momentos de alegría puede contribuir a crear una atmósfera positiva en nuestras relaciones personales y comunitarias. Llorar y reír son dos expresiones emocionales fundamentales que ofrecen una amplia gama de beneficios.
Llorar nos permite liberar emociones acumuladas y facilita la sanación, mientras que reír mejora nuestro estado de ánimo y fortalece nuestras relaciones. Ambas prácticas son esenciales para nuestro bienestar físico y emocional y deben ser valoradas como componentes importantes de la experiencia humana.
Al permitirnos llorar y reír, no solo cuidamos de nuestra salud mental, sino que también fomentamos un sentido de conexión y comprensión en nuestras relaciones con los demás. En última instancia, reconocer y abrazar estas emociones nos ayuda a vivir vidas más plenas y auténticas.