Indice de contenido
Lo bueno de todo esto… es una frase que muy poca gente lo usa en estos días. Por el medio en que vivimos y no hablo de este lado del mundo si no de casi todo. Muchas personas se han acostumbrado a ver el lado oscuro de cada situación, para ellos todo está mal y sin embargo viven todos los días así como también comen, pero todo está mal.
Cierto día, estaba conversando con un señor de esos que para él, la vida no tiene sentido, pero como ya dije, viven igual. Me decía que la situación está Extremadamente mal y que cada vez nos vamos derechito al infierno, si no a la miseria.
Como no le hice mayor caso ya que no tengo costumbre de quejarme, busca a otra persona que en mala hora para mí y buena para el señor, encontró su alma gemela del dolor, ya que en todo se parecen hasta en la forma de pararse.
Los dos señores hablaron en voz alta como para que les escuchen todos, señalando que la única solución era que haya una guerra civil y, que maten a todos esos políticos corrompidos, que según él, son los causantes de su desgracia.
Cada vez que escucho a alguien quejándose de esa forma, siento como que me jalaran los pelos de todos lados. Entonces me incluí en la conversa sin que me hayan invitado. Hice una pregunta que automáticamente le caía a los dos quejosos ¿Cuál es el problema?
Lo bueno de todo esto es que algo se puede sacar
Los dos sorprendidos por lo que pregunté, ¿Cómo que cual es el problema, acaso no se ha dado cuenta que todo a subido? Me respondió con tono alto. Totalmente indignado por la actitud de ellos, simplemente me limité a seguirlos escuchando.
Este silencio alimentó su destructivo ego y ellos, siguieron lanzando y vociferando toda clase de insultos hacia la vida y como, ya no aguantaba más, tome una decisión. Me acerqué un poco a ellos y les plantee una solución salomónica.
Desde luego que no se esperaban, «Qué les parece si ustedes que ya están muy cansados de sufrir esta vida perra que llevan, mejor y con mucho corazón les digo, si ya no les resulta lo que hacen para vivir, entonces busquen otro trabajo».
Después que les dije esas palabras, me miraban como si fuera un bicho raro. Lo bueno de todo esto es que no volvieron a tocar más el tema. ¿Se dan cuenta lo fácil que es fijarse de las cosas buenas de los asuntos cotidianos de la vida?
Entonces para qué fijarse siempre de lo malo, si en todo existe la dualidad, en este caso si hay negro también hay blanco o, si hay norte es una ley que debe existir un sur. Si no sucede así, quiere decir que no hay equilibrio y por lo tanto cualquier cosa puede suceder.
Hablo así no por ser pesimista si no que existe esa ley y no se puede quebrantar. Entonces lo bueno de todo esto es… que siempre habrá algo mejor que hacer, al menos si algo le molesta, puede tener la opción de alejarse o dar solución. Sonría que la vida es bella.
¿Qué hace que una persona no pueda ver la parte buena de lo malo que le pasa?
Ver la parte buena de lo malo que le sucede a una persona es una habilidad que no todos logran desarrollar, ya que está profundamente influida por factores emocionales, mentales y circunstanciales. No se trata simplemente de una elección consciente, sino de un conjunto de procesos internos y externos que determinan cómo alguien percibe y enfrenta las dificultades.
Cuando una persona no logra identificar un camino positivo en medio de una situación adversa, no necesariamente significa que carezca de capacidad, sino que otros aspectos de su vida, experiencias y emociones están interfiriendo.
Las emociones juegan un papel fundamental en la forma en que se perciben los eventos negativos. Cuando alguien enfrenta una situación difícil, es común que las emociones intensas como el miedo, la tristeza o la frustración nublen su capacidad de análisis.
Estas emociones pueden ocupar tanto espacio mental que la persona no logra ver más allá del dolor inmediato. En lugar de reflexionar sobre lo que podría aprender o ganar de la experiencia, se queda atrapada en el impacto emocional del momento, lo que bloquea su perspectiva hacia un camino positivo.
El entorno también tiene una gran influencia. Si alguien crece o vive en un ambiente donde predominan las críticas, la negatividad o el pesimismo, es probable que desarrolle una visión similar del mundo. Este tipo de entorno no fomenta la capacidad de encontrar lo positivo en lo negativo, sino que refuerza una mentalidad enfocada en los problemas y las dificultades.
Incluso si esa persona desea cambiar su perspectiva, le será difícil hacerlo sin el apoyo o las herramientas adecuadas para cuestionar y modificar esas creencias arraigadas. Otro factor importante es la falta de habilidades emocionales.
Aprende a ver lo bueno de lo malo
Ver el lado positivo en medio de lo malo requiere resiliencia, una cualidad que no siempre viene de forma natural y que muchas veces debe ser cultivada. La resiliencia permite a las personas adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, pero quienes no la desarrollan pueden quedarse atrapados en un ciclo de negatividad.
La falta de resiliencia no indica una debilidad, sino una ausencia de entrenamiento emocional que puede trabajarse con el tiempo. Las experiencias pasadas también tienen un impacto significativo. Alguien que ha enfrentado una serie de eventos negativos sin haber encontrado salidas satisfactorias puede desarrollar una visión fatalista.
Esta persona podría percibir las situaciones adversas como algo insuperable porque su historia personal le ha enseñado que, en el pasado, no hubo resultados positivos. Estas experiencias acumuladas moldean la forma en que interpreta el presente y el futuro, dificultando que vea oportunidades o aprendizajes en los momentos difíciles.
La forma en que una persona procesa sus pensamientos también es clave. Algunas personas tienden a rumiaciones negativas, un patrón mental en el que se repiten constantemente los aspectos negativos de una situación. Este hábito mental puede convertirse en un obstáculo importante, ya que no permite espacio para considerar otras perspectivas.
En este caso, no es que la persona no tenga la capacidad de ver lo bueno, sino que su mente está atrapada en un ciclo que la dirige continuamente hacia lo negativo. Otro aspecto es el nivel de autoconocimiento y conciencia de uno mismo.
Para poder encontrar lo positivo en lo negativo, es necesario detenerse, reflexionar y analizar la situación desde un punto de vista más amplio. Aquellos que no están acostumbrados a este tipo de introspección pueden encontrar difícil o incluso imposible identificar el aprendizaje o el crecimiento potencial en una experiencia difícil.
Cambiar la forma de ver solo es práctica
Este proceso requiere tiempo y práctica, así como un deseo genuino de cambiar la forma en que se perciben las cosas. La sociedad también juega un papel en cómo las personas perciben sus circunstancias. Muchas culturas valoran la idea de éxito inmediato y la felicidad constante, lo que puede llevar a las personas a ver las dificultades como fracasos en lugar de como oportunidades.
Este tipo de presión cultural refuerza la creencia de que los momentos malos no tienen valor y deben ser evitados a toda costa. Sin embargo, al rechazar lo negativo, se pierde la oportunidad de encontrar lecciones valiosas en esas experiencias.
La educación emocional, o la falta de ella, es otro factor determinante. En muchos casos, las personas no reciben herramientas para manejar el estrés, las decepciones o las adversidades desde una edad temprana. Sin estas habilidades, enfrentarse a lo malo puede sentirse como una carga abrumadora que no deja espacio para reflexionar sobre los aspectos positivos.
Aprender a manejar las emociones de manera saludable puede marcar una gran diferencia en la forma en que alguien interpreta y responde a las dificultades. En algunas situaciones, la incapacidad de ver lo bueno puede estar relacionada con una cuestión de salud mental.
Condiciones como la depresión o la ansiedad pueden distorsionar la percepción de una persona, haciéndole difícil identificar cualquier cosa positiva en su vida. En estos casos, el problema no es la falta de voluntad o de conocimiento, sino una barrera interna que necesita ser atendida y tratada con cuidado y empatía.
Por último, la percepción de lo malo como algo completamente negativo puede estar arraigada en la idea de control. Las personas a menudo se sienten más cómodas cuando tienen control sobre sus vidas, y cuando algo malo sucede, esa sensación de control puede desaparecer.
En conclusión
En lugar de buscar lo positivo, pueden enfocarse en lo que salió mal y en lo que no pudieron evitar, lo que alimenta una perspectiva negativa. Aprender a aceptar que no todo está bajo su control puede ser un paso importante hacia una mentalidad más equilibrada y abierta al aprendizaje.
No ver lo bueno en lo malo no es necesariamente una falta de capacidad mental o emocional, sino una combinación de factores internos y externos que moldean la perspectiva de cada individuo. El aprendizaje, la práctica y el apoyo adecuado pueden ayudar a desarrollar una mayor resiliencia y una visión más positiva incluso en las circunstancias más difíciles. Nadie está exento de enfrentarse a momentos de oscuridad, pero la forma en que se elige interpretar y responder a esos momentos es lo que realmente define la capacidad de encontrar luz en medio de la adversidad.
Hola,
Saliendo del Club de …
Bueno, el primero es el de los quejumbrosos, y lo reconozco … cómo ?
A buena hora, y para la queja o cualquier otro MAL, creo que es estar bien atento … bueno, después de unos buenos procesos de P.N.L. … si … creo que si … les cuento …
Me pasó en un trabajo ahora último cuando llegaba una persona quejándose de todo, de las noticias, de los políticos,de lo que a él «le ocurría», etc, es más … cada vez que llegaba algo me decía … y este … a que hora sale con sus quejas o cosas negativas ? ahí viene… mejor ni escucharlo. Es como que «cae mal».
Las personas que viven una buena vida, se quejan ? Ahora reconozco que no. Por que han de quejarse, si la vida es maravillosa para ellos ?
Es mas, si ahora veo adonde puedo llegar … por que he de quejarme ? No me atrevería a hacerlo, es más, me daría vergüenza hacerlo. Al visualizarlo es como algo que sale de ti y no es tuyo ( Algo que se va).
Gracias.