Lo que hay que hacer para comprender

Lo que hay que hacer para comprender. Tomando en cuenta lo que hay que hacer para comprender, preste atención a lo siguiente. La comunicación es un arte, pero de nada sirve cuando la persona a la que se le está enviando el mensaje no está dispuesto a recibirlo, por lo tanto, la persona que envía las palabras comunicativas en algo está fallando.

Nadie en el mundo es tonto, bruto o sin inteligencia. Toda persona nace con capacidades sorprendentes, lo que impide que se desarrolle en la mente de cada uno es la falta de conocimientos, cuando usted lee su mente empieza a crear preguntas de muchas naturalezas pero las que más salen a flote es ¿Por qué? O ¿Para qué?

La clave de cómo se hace

Muchas persona que se dedican a enseñar a ser mejores cada día de la vida, se olvidan de algo muy primordial, es decir, se olvidan de decir cómo se hace porque lo que hacen es decir lo que se hace, en algunas ocasiones es necesario ponerlo en práctica como parte de uno mismo ante que sea más como ejemplo, pienso que es más efectivo.Lo que hay que hacer para comprender

A menos que el compruebe  lo que dice que funciona, funcione en el momento que se lo ponga en práctica. Hay que aclarar que hay momentos en los que la persona que recibe el mensaje no quiere en realidad aprender y no porque no pueda, lo que pasa es que lo que le están diciendo no está en su frecuencia.

Hay personas que aprenden viendo, otras escuchando pero también hay las que necesitan que los involucren en el ejemplo y más es porque esa es su forma de comprender las cosas que están alrededor suyo. En mi caso, si yo veo lo que hacen aprendo aún si me explican en el momento que lo hacen voy formando imágenes mentales de cómo es y lo hago después.

La capacidad de aprender

Nunca me ha gustado que me involucren en ejemplos porque mi frecuencia mental es diferente, al menos tengo facilidad de aprendizaje. Cuando estuve estudiando la Programación neuro-lingüística nunca me gustó participar en los ejercicios de ejemplos de cómo funciona y desde luego los resultados pero veía como lo hacían mis compañeros.

Por lo tanto aprendía más por lo que veía que por lo que hacía, ahora ¿Dónde entra la comprensión? Pues entra en el momento cuando veía los resultados en los que sí lo hacían cómo ejemplo, es decir, observaba la comunicación congruente de parte de la que se sometía a dicho ejercicio y de esa forma entendía lo que se podía hacer y lo que no.

Si usted está dedicado al negocio de la enseñanza de cómo ser mejores, tenga mucho cuidado con las personas que aprenden de memoria, por lo general son personas que esperan que las cosas sean como dicen que debe ser pero nunca se percatan que puede existir el ¿Y si…? que es muy frecuente.

La comprensión en el aprendizaje

El pensar en el ¿Y si…? No quiere decir que sea diferencial como una vez me dijo mi querido maestro en P.N.L. porque siempre hay la posibilidad de algo diferente, por lo tanto siempre hay que estar preparado para lo imprevisto y la única forma es comprendiendo la función de cada cosa que se aprende.

Usted puede aprender algo y quién sabe qué tantas cosas puede aprender pero, si lo hace de memoria sólo aprenderá una forma de hacer las cosas y usted, que está leyendo este artículo sabe muy bien que hay una y muchas formas de hacerla, sólo depende de cómo lo ve o de qué punto de vista lo aprecia.

Ahora, en el caso del que está escuchando o viendo y en realidad quiere aprender, hay una forma eficaz para que lo que le explican aunque sea complicado lo entenderá. En el momento en que se prepara para recibir los conocimientos de otros, usted más que tener debe relajarse totalmente y de esa forma eliminar todo tipo obstáculos mentales, que se los haya formado por cualquier pretexto incluso porque le cayó mal el que va a hablar. Después de todo no es nada complicado lo que hay que hacer para comprender.

¿El aprender es una mecánica o hay algo mas en eso?

Comprender y aprender son dos términos que se utilizan frecuentemente de forma indistinta, pero en realidad representan procesos diferentes en el desarrollo del conocimiento humano. Aunque ambos implican una adquisición de conocimientos, cada uno tiene una profundidad y una función distinta que vale la pena explorar para entender mejor cómo se relacionan y qué significan.

Aprender, en su sentido básico, se refiere a adquirir habilidades, conocimientos o información a través de la práctica, la observación o la instrucción. Este proceso puede ser mecánico en algunos casos, especialmente cuando se basa en la repetición.

Muchas veces, aprender se enfoca en la memorización y en la ejecución de habilidades concretas, como recordar una fórmula matemática, recitar una lista de palabras en un nuevo idioma o aprender los pasos de un proceso específico en un trabajo.

En estos casos, el aprendizaje ocurre mediante una serie de acciones que, con el tiempo, se vuelven automáticas. Así, el aprendizaje mecánico puede ser eficaz para tareas repetitivas que requieren precisión o exactitud, pero no necesariamente involucra una comprensión profunda del porqué o del contexto de lo aprendido.

Por otro lado, comprender implica un proceso cognitivo que va más allá de adquirir información. Comprender significa captar el significado detrás de lo que se ha aprendido, entender cómo se relacionan las ideas entre sí y poder conectar esos conocimientos con otros campos o situaciones.

Cuando alguien comprende un tema, no solo conoce los detalles o pasos, sino que también entiende las razones subyacentes, lo cual le permite aplicar ese conocimiento en contextos diferentes o resolver problemas nuevos.

El conocimiento y el aprendizaje mecánico

La comprensión involucra reflexión y análisis, y permite una flexibilidad en el uso del conocimiento que el aprendizaje mecánico, por sí solo, no puede ofrecer. Esto hace que la comprensión sea especialmente importante en tareas complejas o creativas, donde es necesario un enfoque más amplio y flexible.

En la vida cotidiana, es común ver ejemplos de personas que aprenden a hacer algo sin llegar a comprenderlo del todo. Un ejemplo sencillo es el uso de la tecnología. Muchas personas aprenden a usar aplicaciones y dispositivos electrónicos mediante la repetición, sin comprender del todo cómo funcionan o por qué ocurren ciertos errores.

Pueden recordar los pasos para acceder a sus funciones favoritas o solucionar problemas básicos, pero esta habilidad no les garantiza la comprensión de los sistemas que operan detrás de esa tecnología. En este caso, el aprendizaje es funcional y suficiente para sus necesidades diarias, aunque falte una comprensión técnica profunda.

Otro ejemplo donde se puede ver esta diferencia es en el aprendizaje de un idioma. Un niño que crece en un ambiente donde se habla español aprende a hablar de forma natural, sin estudiar reglas gramaticales o estructuras sintácticas complejas.

Aunque su aprendizaje es profundo en el sentido de que llega a hablar de manera fluida, no se le puede atribuir una comprensión formal de los elementos lingüísticos que está usando. Solo después, con la madurez y la enseñanza formal, llega a entender cómo funciona la gramática que ha utilizado de manera intuitiva desde pequeño.

En este caso, aprender y comprender son etapas que se suceden: primero el niño adquiere el lenguaje y luego, con el tiempo, puede llegar a comprender su estructura y sus reglas. Entonces, ¿Es el aprendizaje solo una mecánica? La respuesta es que en muchos casos, el aprendizaje comienza de forma mecánica.

La práctica y las conexiones neuronales

La práctica constante y la repetición ayudan a que una persona forme conexiones neuronales fuertes que le permiten realizar tareas de manera automática. Sin embargo, si bien el aprendizaje puede comenzar de manera mecánica, también tiene el potencial de evolucionar hacia un nivel de comprensión si la persona se interesa en el contexto y las razones detrás de lo que hace.

Este tipo de aprendizaje reflexivo, que implica cuestionarse y entender, es el que nos permite adaptar el conocimiento adquirido a situaciones nuevas y complejas. En el ámbito de la educación, se hace un esfuerzo considerable por ir más allá del aprendizaje mecánico.

Se busca que los estudiantes no solo memoricen datos o fórmulas, sino que comprendan los conceptos subyacentes y puedan aplicarlos de manera crítica. Sin embargo, la enseñanza tradicional a veces se enfoca en resultados tangibles y rápidos, que suelen lograrse mediante la repetición.

Esto puede llevar a que los estudiantes aprendan para aprobar exámenes sin llegar a comprender realmente lo que estudian. Por ello, en muchos contextos educativos, se ha comenzado a priorizar la comprensión, con métodos que invitan a los estudiantes a cuestionar, analizar y relacionar conocimientos en lugar de solo memorizarlos.

Hay otro aspecto que también influye en cómo aprendemos y comprendemos: la motivación. La motivación intrínseca, que surge del interés y la curiosidad por un tema, facilita la comprensión porque anima a la persona a explorar y analizar.

En cambio, cuando alguien aprende solo por obligación o por cumplir con una tarea, es más probable que se limite al aprendizaje mecánico, pues no siente la necesidad de profundizar. Por ejemplo, una persona que aprende a cocinar por pasión suele llegar a entender los ingredientes y las técnicas a un nivel que le permite experimentar y crear nuevas recetas.

En resumen

En cambio, alguien que aprende a cocinar solo para cumplir con una tarea probablemente solo memorice recetas y se sienta incómodo al intentar algo diferente. Aprender y comprender son dos procesos que, aunque relacionados, no son lo mismo.

Aprender puede darse a través de la repetición y puede ser suficiente en muchos casos, sobre todo cuando solo necesitamos realizar una tarea específica. Sin embargo, la comprensión lleva el conocimiento a otro nivel, permitiendo una aplicación más amplia y flexible del aprendizaje. Ambos procesos pueden coexistir y complementarse: uno ofrece la base de la habilidad y el otro proporciona la profundidad para adaptarla y aplicarla en nuevas situaciones.

Entender esta diferencia nos ayuda a reflexionar sobre cómo adquirimos el conocimiento y cómo podemos mejorar nuestras propias habilidades. Saber cuándo necesitamos solo aprender algo de forma funcional y cuándo necesitamos llegar a comprenderlo plenamente puede ser clave para aprovechar al máximo nuestras capacidades y conocimientos.

Datos

1 comentario en «Lo que hay que hacer para comprender»

  1. Hola Roberto,
    Comprendiendo.
    1.- voy formando imágenes mentales de cómo es y lo hago después
    2.- leyendo este artículo sabe muy bien que hay una y muchas formas de hacerla, sólo depende de cómo lo ve o de qué punto de vista lo aprecia.
    3.- En el momento en que se prepara para recibir los conocimientos de otros, usted más que tener debe relajarse totalmente y de esa forma eliminar todo tipo obstáculos mentales
    Gracias.

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