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Lo que te identifica. En la actualidad muy pocos toman en cuenta de lo que te identifica, incluso no me había dado cuenta que no necesitas decir quién eres, porque tus actos y conocimientos es lo que dirán de ti quién eres. Mi amigo Alfonso me lo hizo notar sin ninguna intención al decirme que había leído mi perfil, aunque no me dijo dónde, el caso es que leyó lo que no pensé que era importante.
Hace 25 años empecé una cruzada de información por una tragedia que me pasó. Mi curiosidad era de saber que tan cierto era la existencia de Dios, pero el tema es muy extenso como para explicarlo aquí pero lo que sí digo, es que debido a eso es que encontré mi pasión por la lectura.
La pasión de leer
Al menos desde que empecé no he parado ya que todo el tiempo lo hago, por lo tanto tengo libros en todas partes hasta en el cuarto de los placeres. Esté donde esté siempre habrá un libro para abrirlo y leer algo inclusive cuando viajo que es muy de repente, siempre llevo algunos libros para leer en el viaje.
El único momento que no lo hago es cuando estoy ocupado en la computadora o trabajando, con esto no digo que estoy ciego a las cosas que pasan a mí alrededor. El punto es que sin darme cuenta he creado una forma de presentación, sólo por el género de lectura que hago el cual es observado por otros.
Posiblemente soy detestado cómo también admirado pero sea lo que sea igual se dan cuenta que uno aprende todo lo que lee, ya que de ahí es que sale las palabras para escribir ¿Acaso no se han dado cuenta que la lectura le da la escritura?
La lectura identifica a la persona
Caballo de Troya se llama el libro, que digo, los libros y son 9 por lo que me identifica ante mi amigo, el cual sabe que son libros que son leídos por personas que les gusta la buena lectura y más que todo, la investigación y sobre ese tema son cómo 60 y creo que más, al menos de los que tengo en mi poder. Algunos son un poco fuertes y otros no tanto.
Es totalmente erróneo que una persona que esté apegada fanáticamente a alguna religión pueda leer estas clases de libros, se asustarían. El caso es que me he dado cuenta que uno se puede identificar por la clase de lectura que efectúa, ¿Qué podría pasar con la persona que no lee?
Y no me refiero a que no sepa leer, me refiero a que lo único que lee es los titulares del periódico local y una que otra cosa y según mi punto de vista y por la experiencia, es una forma práctica de no saber que es lo que te identifica.
¿Qué tan cierto es que la lectura puede formar a la persona?
La lectura ha sido considerada durante mucho tiempo una de las herramientas más poderosas para el desarrollo personal y la formación integral de un individuo. Desde tiempos inmemoriales, la capacidad de leer y comprender textos ha abierto puertas al conocimiento, la cultura y la crítica reflexiva.
Pero, ¿Qué tan cierto es que la lectura puede realmente formar a la persona? Y, además, ¿ser culto es sinónimo de educación? Estas preguntas nos llevan a explorar la relación entre la lectura, la formación del individuo y el concepto de cultura y educación.
La lectura no solo proporciona información; también transforma la forma en que pensamos y percibimos el mundo. Al leer, entramos en contacto con diversas perspectivas, ideas y experiencias que pueden expandir nuestro entendimiento y fomentar la empatía.
Los libros nos permiten viajar a lugares lejanos, experimentar vidas ajenas y reflexionar sobre dilemas morales y éticos. Esta capacidad de adoptar diferentes puntos de vista es esencial para la formación del individuo, ya que promueve la tolerancia y el respeto hacia los demás.
La lectura, entonces, se convierte en un ejercicio de apertura mental y enriquecimiento personal. Además, la lectura estimula el pensamiento crítico, una habilidad fundamental en un mundo inundado de información.
A medida que leemos, evaluamos la validez de las ideas presentadas, analizamos argumentos y formamos nuestras propias opiniones. Este proceso de reflexión nos permite discernir entre la información objetiva y la subjetiva, desarrollando un enfoque más analítico hacia la vida.
La lectura y la capacidad
En este sentido, la lectura no solo forma a la persona en términos de conocimiento, sino que también nutre su capacidad para pensar de manera independiente y crítica. Sin embargo, la relación entre lectura y formación personal no es automática.
No todos los tipos de lectura generan el mismo impacto en el individuo. Leer literatura clásica puede ofrecer una profundidad de conocimiento y una comprensión de la condición humana que los textos más superficiales pueden no proporcionar.
Por otro lado, la lectura de material técnico o especializado puede ser crucial para el desarrollo profesional, pero puede no tener el mismo efecto en términos de formación emocional o ética. Por lo tanto, es esencial considerar qué tipo de lectura se elige y cómo esa elección influye en el proceso formativo del individuo.
Ahora bien, la pregunta de si ser culto es sinónimo de educación nos lleva a explorar los conceptos de cultura y educación de manera más profunda. La educación se refiere a un proceso formal de aprendizaje que suele tener lugar en instituciones educativas, donde se adquieren conocimientos y habilidades específicas.
En cambio, la cultura abarca un conjunto más amplio de prácticas, creencias y valores que una sociedad o un grupo comparten. Ser culto implica tener un conocimiento amplio de las artes, las ciencias, la literatura y otros aspectos del saber humano, lo que podría estar relacionado con la educación formal, pero no necesariamente es lo mismo.
Un individuo puede estar muy educado en términos académicos, haber obtenido múltiples títulos y haber pasado años en instituciones educativas, y aun así carecer de una cultura general que lo haga “culto”.
La cultura y la lectura
Por otro lado, hay personas que, aunque no han tenido acceso a la educación formal, han desarrollado una rica cultura a través de la lectura, la experiencia de vida y la curiosidad intelectual. La cultura puede surgir de un interés genuino por aprender sobre el mundo que nos rodea, independientemente de la educación formal recibida.
Es importante señalar que la educación y la cultura no son mutuamente excluyentes. En la mejor de las circunstancias, deberían complementarse. Una educación bien impartida puede incluir el desarrollo de la cultura a través de la lectura, la exposición a las artes y la enseñanza de la historia y la filosofía.
Sin embargo, hay que reconocer que no todos los sistemas educativos logran integrar estos elementos de manera efectiva. Por ello, una persona puede graduarse con honores en un campo académico y, sin embargo, carecer de una apreciación por la literatura, el arte o la historia, elementos que son fundamentales para una formación cultural completa.
La lectura, entonces, juega un papel crucial en el desarrollo de la cultura individual, independientemente de la educación formal que uno haya recibido. Las personas que leen habitualmente tienden a estar más informadas sobre una variedad de temas, desde la historia hasta la ciencia, lo que enriquece su entendimiento del mundo y les permite participar en conversaciones significativas.
La lectura puede ser vista como un vehículo para la adquisición de cultura, y aquellos que hacen de la lectura un hábito suelen ser más capaces de conectar diferentes ideas y conceptos, lo que es una habilidad invaluable en cualquier contexto social.
En la actualidad, el acceso a la lectura ha cambiado drásticamente gracias a la tecnología. Con la llegada de Internet y los dispositivos electrónicos, la información está más disponible que nunca. Sin embargo, este acceso también presenta desafíos.
La comprensión completa
La sobreabundancia de información puede dificultar la identificación de fuentes confiables y la profundidad necesaria para una comprensión completa de un tema. Por esta razón, se hace aún más importante cultivar el hábito de leer y reflexionar críticamente sobre lo que se lee.
Los libros siguen siendo una fuente insustituible de conocimiento y cultura. La lectura de obras literarias, ensayos y biografías puede proporcionar un contexto histórico y emocional que otros formatos, como los videos o los artículos breves, a menudo no logran captar.
Las obras literarias, en particular, tienen el poder de transportar al lector a épocas y lugares diferentes, permitiendo una inmersión que va más allá de la simple acumulación de información. Por lo tanto, es válido afirmar que la lectura tiene el potencial de formar y cultivar al individuo en un sentido amplio y profundo.
En resumen, la lectura es una herramienta poderosa para la formación de la persona, ya que no solo enriquece el conocimiento, sino que también fomenta el pensamiento crítico y la empatía. Si bien la educación formal proporciona una base importante de conocimiento, no debe confundirse con la cultura, que es un concepto más amplio y abarcador.
Ser culto implica una apreciación y comprensión más allá de lo académico, y la lectura es un medio fundamental para lograrlo. En un mundo en constante cambio y saturado de información, cultivar el hábito de la lectura se vuelve crucial para desarrollar una visión crítica y culturalmente rica del mundo que nos rodea. La lectura no solo forma a la persona, sino que también la conecta con la historia, el arte y la diversidad de pensamientos y experiencias que conforman la humanidad.