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Los secretos personales son secretos. Todos los seres humanos tenemos algo escondido y con mayor razón si es personal, en este caso los secretos personales son secretos. Hay casos en los que alguien inicia su vida sentimental pero dentro de si lleva un diario de su vida, diario en la cual apunta todo lo que ha hecho y sus consecuencias, sean estás malas o buenas.
Generalmente son cosas malas aunque no los vea así pero para los ojos de otra persona pueden ser desastrosas, claro que no siempre funciona así pero igual causa alguna que otra sorpresa. El punto es que cuando alguien que quiere empezar de nuevo en su vida, por lo normal busca alguien con quien hacerlo, ya que es muy difícil hacerlo solo.
Desde luego que me refiero a una pareja llámese como sea igual es una persona que va a ser la compañía del otro, en este caso será alguien que muy posiblemente sea que ya ha tenido su pasado casi igual como su posible compañero, por lo tanto el uno como el otro hacen empatía en su sentir, algo que es muy recomendado.
Los secretos personales
La vida de los dos empieza como cualquier pareja incluso lo pueden hacer como si fueran primerizos y vivir una pequeña historia de amor. Hasta ahí no hay ningún problema pero como todos sabemos que cada historia de amor tiene su comienzo y final, pues es ahí que se empieza recién a vivir la vida de pareja como socios de la misma.
Cuando se despierta a la realidad, los socios de la nueva vida que llaman pareja, esposos o como sea que lo llamen, recién se dan cuenta de con quién se han metido y no me refiero a que sea malo sino, a que se empiezan a dar cuenta de los peros de cada uno.
Lamentablemente eso pasa en cualquier pareja salvo que sea de otro planeta porque ahí si no sé cómo será. El tiempo ha pasado y uno de los dos hace un movimiento no autorizado claro que en apariencia por lo tanto, la persona que ha sido testigo de ese movimiento le dice ¿Tú nunca me dijiste que hacías eso, por qué?
Por lógica usted sale en su defensa y le aclara que no sabía que tenía que decirle, además son cosas privadas de cada quien. Con esa respuesta que usted le ha dado, hace que su pareja empiece su campaña de seguridad reclamándole «Escúchame, tú sabes muy bien que entre los dos no hay secretos, así que tienes que contarme todo lo que has hecho, AHORA» recuerde que esta actitud no es exclusiva de las mujeres porque los hombres también lo hacen.
El secreto y la consciencia
Ahora, ¿Cuál es el sentido de que se tenga que decir sus secretos si eso es entre usted y su consciencia? Ahora es muy diferente que usted por sus secretos actúe de una forma digamos «Anormal» con su pareja, porque ahí sí usted tendrá que hablar para saber cómo se remedia el asunto, por lo tanto no debería hacerlo.
Si su actitud es excelentemente bien con su pareja tenga el secreto que tenga no le veo el sentido de por qué hacerlo. Ahora, la razón de por qué si debe hacerlo claro que eso es por conveniencia de la persona interesada, es porque la información que usted le dé es un arma y muy poderosa en su contra.
A cada paso que usted quiera dar, la pareja da dos y eso es porque sabe cómo usted actuaría por lo tanto ha quedado en desventaja. Con esto no quiero crear un antagonismo entre las dos personas, lo único que quiero es que cada quien tiene sus secretos y mientras no dañe al otro no debe decirlo.
Además si va a empezar una nueva vida después de haber terminado algo que le fue muy doloroso, al menos si buscó la ayuda de un Neuro-lingüista no creo que tenga secretos que contar, y si los tiene serán muy banales. Por otro lado si no ha buscado ayuda y tiene muchos secretos guardados, recuerde que los secretos personales son secretos.
¿Qué se necesita para que exista un secreto?
Un secreto es algo que se guarda en privado, una información o experiencia que no se desea compartir con otros. Para que exista un secreto, se necesita al menos una persona que conozca la información y decida no revelarla.
Este acto de reserva puede estar motivado por diversos factores, como el temor a las consecuencias, el deseo de proteger a alguien, o la necesidad de mantener cierta independencia o intimidad. Los secretos pueden abarcar desde asuntos muy personales hasta temas familiares o sociales.
La clave es la decisión consciente de no divulgar cierta información, lo que convierte al secreto en algo exclusivo y protegido. El inconsciente, por su parte, juega un papel crucial en la manera en que los secretos afectan a una persona.
Los secretos suelen quedar guardados en el inconsciente, especialmente si están ligados a emociones intensas como la culpa, el miedo o la vergüenza. Aunque el consciente pueda intentar ignorar o racionalizar el secreto, el inconsciente sigue registrando su existencia, lo que puede influir en la salud emocional y mental de una persona.
En ocasiones, los secretos se almacenan tan profundamente que la persona misma olvida su existencia en un nivel consciente, pero el inconsciente sigue sosteniendo esos recuerdos y emociones no resueltas.
Para que un secreto exista, no solo debe haber una información a ocultar, sino también una barrera entre la persona y quienes podrían conocer esa información. Esta barrera puede construirse por miedo al juicio, la necesidad de proteger la imagen propia o de otros, o el deseo de evitar conflictos.
El secreto y el miedo
La relación entre el secreto y el inconsciente se da porque, muchas veces, la razón de mantenerlo oculto está arraigada en experiencias y emociones profundas que quizás la persona ni siquiera ha identificado claramente.
Por ejemplo, alguien puede guardar un secreto por temor a ser rechazado, una emoción posiblemente originada en experiencias de rechazo del pasado, aunque no se tenga plena consciencia de ello.
Un secreto no es inherentemente negativo. Existen secretos que se guardan con buenas intenciones, como cuando alguien mantiene en privado una sorpresa para evitar arruinar un momento especial. En este caso, el secreto tiene un propósito positivo y, una vez revelado, genera una reacción de felicidad.
Los secretos también pueden servir para proteger la privacidad de la persona; algunos pensamientos y emociones son íntimos y no necesitan compartirse. De hecho, la capacidad de reservar ciertas cosas para uno mismo es parte de una vida emocional saludable, pues permite mantener un espacio personal y una independencia emocional.
Sin embargo, los secretos pueden volverse negativos cuando involucran información dolorosa, ilegal o inmoral, o cuando la presión de mantener el secreto comienza a afectar la salud emocional. Los secretos que generan culpa o miedo tienden a tener efectos más perjudiciales, ya que mantienen a la persona en un estado constante de alerta o incomodidad.
El estrés y el secreto
La presión de ocultar algo relevante puede aumentar el estrés, afectar la concentración y deteriorar la salud mental con el tiempo. En estos casos, el secreto funciona como un peso emocional que puede llevar a la persona a desarrollar comportamientos evasivos o incluso a proyectar sus propias inseguridades en otros.
En muchos casos, los secretos negativos crean una disonancia interna, ya que la persona siente una contradicción entre lo que vive en secreto y la vida que muestra a los demás. Esta tensión entre el interior y el exterior puede manifestarse en actitudes defensivas, ansiedad, culpa, o incluso agresividad.
Las personas que guardan secretos negativos suelen experimentar un desgaste emocional importante, ya que el esfuerzo constante por ocultar la verdad consume mucha energía mental y emocional.
Este tipo de secreto puede incluso llevar a una crisis de identidad, pues la persona se siente atrapada entre la necesidad de ocultar y el deseo de ser honesta consigo misma y con los demás. Por otro lado, los secretos también tienen un aspecto complejo cuando se comparten.
Al contar un secreto a alguien más, se establece un lazo de confianza, pero también se genera una especie de complicidad que puede ser tanto positiva como negativa. Si el secreto compartido es positivo o neutro, esta complicidad puede fortalecer el vínculo entre ambas personas.
Sin embargo, si el secreto es negativo o perjudicial, puede generar tensión y culpa en la persona que lo recibe, pues ahora ella también tiene que cargar con la responsabilidad de mantenerlo en privado.
El efecto negativo del secreto
El inconsciente juega un papel en cómo el secreto afecta tanto a quien lo guarda como a quien lo escucha. Si el secreto está vinculado a emociones intensas y reprimidas, puede influir en la manera en que la persona actúa y se relaciona con los demás sin que sea plenamente consciente de ello.
Por ejemplo, una persona que guarda un secreto doloroso puede proyectar esa incomodidad en otros ámbitos de su vida, como en el trabajo o en las relaciones, reaccionando de manera defensiva o reservada.
Es importante recordar que no todos los secretos deben mantenerse indefinidamente. Algunos pueden aliviarse con el tiempo, o pueden ser liberados en contextos seguros donde la persona se sienta comprendida y no juzgada.
Hablar de un secreto doloroso en una terapia, con un amigo de confianza o mediante un diario puede ayudar a procesar las emociones atadas a ese secreto. Este proceso de liberación puede traer alivio emocional, pues la carga de mantener algo en secreto durante mucho tiempo se va disipando. La liberación de un secreto también ayuda a cerrar capítulos dolorosos y a abrirse a nuevas experiencias sin el peso de una “doble vida”.
En conclusión
Los secretos y el inconsciente están interrelacionados. La existencia de un secreto depende de la decisión de ocultar cierta información, y los motivos pueden variar desde la protección hasta el miedo o la vergüenza.
No todos los secretos son negativos; algunos se guardan con buena intención o por respeto a la privacidad. Sin embargo, los secretos que involucran emociones intensas y reprimidas pueden afectar la salud emocional de quien los guarda.
Entender los motivos detrás de un secreto y ser conscientes de cómo nos afecta puede ayudar a transformar su influencia en nuestra vida, permitiéndonos liberar las emociones negativas y crear una relación más saludable con nuestro propio pasado.
Estuve surfeando en tu pagina y la que me gusto mas es esta que has titulado «Los secretos personales son secretos» .
Felicidades.
A pesar de que soy un experto en estos temas emocionales ya que soy Programador Neuro-Lingüista no quiere decir que escapo a las garras de la soledad, te escribo esto por el artículo que tienes, por lo demás está bien aunque veo que no has hecho nada más, se original.
Roberto Sanahuano
Máster en P.N.L.