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Me quiero y me acepto a mí mismo. Es increíble la sensación que se siente cuando dices «Me quiero y me acepto a mí mismo» aunque admito que al comienzo se siente extraño incluso te llegas a preguntar, ¿Cómo que me quiero, no se siente raro? Hasta te puedes llegar a sentir algo tonto pero no es así. Uno de los males de una persona es que nunca se llegan a aceptar tal y cual son.
El grado de sufrimiento que llega a sentir una persona por cualquier detalle físico es tan alto que llegan a traumarse. Antes no me daba cuenta por qué la gente iba a un gimnasio, al menos yo iba por verme bien y en eso no hay nada de raro, pero en realidad las razones son mucho más poderosas por la que una persona va a un gimnasio.
El hecho es que internamente no se aceptan como son físicamente, en cambio es diferente cuando usted lo hace por sentirse bien físicamente, por tanto el deporte que escoge por tal razón no es ir y levantar cada vez más peso, queriendo hacer sentir a los demás que es bien hombre sino, el salir a correr o ciclismo que son deportes en el cual no se están mirando en un espejo.
Me quiero y me acepto
La actitud de estar mirándose a cada rato en un espejo es por la sencilla razón, de que están desesperados por ver crecer los músculos, ¿Qué es mentira? Si no cree es porque nunca has estado en un gimnasio y yo sí, si tú entras en un gimnasio desde ya estás en mundo diferente de adrenalina y es más fuerte cuando hay muchos pepudos.
Claro que en mi caso y en la de muchos y con mucha razón si tú no tienes un cuerpo para enseñar, te sientes atraído viendo cómo cada persona es más voluminosa que otras, con esperanza de que algún día vas a estar igual o mejor pero, después me enteré que la esperanza es el anhelo de los tontos, ¿Por qué?
Por la sencilla razón de que por más que construyas un cuerpo fuerte y hasta cierto punto hermoso para las mujeres, nunca dejarás de ser quien eres. Apuesto que los dueños de gimnasios no lo saben porque ellos infunden en la mente de los clientes que tienes que tener músculos grandes y fuertes para ganar autoestima.
Se acuerdan de Charles Atlas (1892-1972) pues el caso de él fue diferente porque él tenía un objetivo pero no tenía las herramientas necesarias con que hacerlo, hasta que encontró que era lo que necesitaba, es decir, el señor Charles Atlas estaba preparado emocionalmente y cuando descubrió que lo que el necesitaba era fuerza y peso simplemente se puso a trabajar en ello.
Lo que en la mayor parte de las personas funciona al revés, porque piensan que con el cuerpo van a lograr lo impensable pero, no se dan cuenta que primero tienen que limpiar y después cultivar su mente. Uno de los primeros pasos es aceptarse cómo es, estoy seguro que cuando se acepten es muy posible que desistan de la idea de tener un cuerpo voluminoso. Lo único que pueden hacer es decir «Me quiero y me acepto a mí mismo».
El aprecio es tu sentir
Cuando tú te aceptas se pierde toda clase de fallas o defectos físicos que creas que lo tienes, lo cual te hacen perder la autoestima y el aprecio que debes sentir. En todo caso si piensas que tú te aceptas tal y cual eres entonces ¿Por qué recurrir a los accesorios de belleza?
Sé que en parte es necesario por imagen empresarial pero, ¿En realidad lo haces por una necesidad comercial o necesidad emocional? En todo caso yo prefiero decir «Me quiero y me acepto a mí mismo», ¿Por qué se hace difícil aceptarse tal y cual es uno como persona?
La relación entre el inconsciente y el aspecto físico es un tema fascinante que explora cómo nuestros pensamientos, creencias y emociones afectan nuestra percepción de nosotros mismos y de nuestro cuerpo.
A menudo, encontramos que la mente puede engañarnos, distorsionando nuestra autoimagen y dificultando la aceptación de quienes somos en realidad. Este fenómeno se manifiesta en la lucha interna que muchos enfrentan al tratar de aceptarse tal como son, lo que a menudo se ve influenciado tanto por factores internos como externos.
El inconsciente juega un papel crucial en la formación de nuestra autoimagen. Está compuesto por una serie de pensamientos, recuerdos y creencias que no son accesibles de inmediato a la conciencia, pero que influyen en nuestras decisiones y comportamientos.
A menudo, estas creencias están profundamente arraigadas en experiencias pasadas, en la educación recibida, y en las interacciones con los demás. Por ejemplo, si una persona creció en un entorno donde se enfatizaba la delgadez como un ideal de belleza, es probable que desarrolle una percepción distorsionada de su propio cuerpo, viéndose a sí misma como «demasiado gorda» o «inadecuada», a pesar de la realidad física.
El ciclo de la autocritica
Este engaño de la mente puede llevar a una serie de problemas, incluida la baja autoestima y trastornos de la alimentación. Muchas veces, las personas se encuentran atrapadas en un ciclo de autocrítica y autodesprecio que se alimenta de estas creencias inconscientes.
A medida que estos pensamientos se vuelven más predominantes, pueden crear una imagen corporal negativa que es difícil de cambiar, lo que provoca un distanciamiento de la aceptación y el amor propio.
La mente, en este sentido, puede convertirse en un enemigo implacable, dificultando el proceso de aceptación personal. La dificultad para aceptarse tal como uno es también se ve influenciada por factores sociales y culturales.
La sociedad moderna está impregnada de estándares de belleza que son a menudo poco realistas y superficialmente definidos. Las imágenes que consumimos a través de los medios de comunicación, la publicidad y las redes sociales pueden establecer expectativas inalcanzables que afectan nuestra autoimagen.
Cuando la comparación con los demás se convierte en un hábito, es fácil caer en la trampa de la insatisfacción con uno mismo. Esta comparación constante con los ideales promovidos por la sociedad puede hacer que la aceptación personal se sienta como un objetivo imposible de alcanzar.
El entorno social y las interacciones que tenemos con los demás también pueden desempeñar un papel en la dificultad de aceptación personal. Las críticas, el bullying y los comentarios despectivos pueden tener un impacto profundo en la autoestima y en la percepción que una persona tiene de sí misma.
La aceptación personal
Las palabras de otros pueden convertirse en una especie de eco en la mente, reafirmando creencias negativas y creando una barrera para la aceptación personal. En este contexto, es esencial reconocer que no solo los mensajes internos influyen en nuestra autoimagen, sino también las experiencias externas que moldean nuestras creencias.
Sin embargo, la culpa no siempre recae únicamente en factores externos. La autocrítica y el juicio interno a menudo se entrelazan con experiencias pasadas y patrones de pensamiento negativos que hemos internalizado.
La mente puede convertirse en un juez severo que perpetúa la insatisfacción personal, incluso en ausencia de comentarios negativos de otros. Es fundamental entender que este diálogo interno puede ser modificado.
Al trabajar en la identificación y transformación de pensamientos autocríticos, es posible fomentar una relación más saludable con uno mismo. Es importante mencionar que la aceptación personal no implica conformarse con la mediocridad o renunciar a la mejora personal.
Aceptarse tal como uno es no significa que no podamos trabajar para crecer y cambiar. Se trata más bien de reconocer y valorar quiénes somos en el momento presente, con todas nuestras imperfecciones y singularidades.
La aceptación puede abrir la puerta a un enfoque más compasivo hacia nosotros mismos, permitiéndonos abordar áreas de crecimiento desde un lugar de amor en lugar de desprecio. Para lograr una mayor aceptación de uno mismo, es crucial cultivar la autoconciencia y la autoobservación.
Los patrones de pensamientos negativos
Esto implica observar nuestros pensamientos y creencias sin juzgarlos, permitiéndonos identificar patrones de pensamiento negativos que afectan nuestra autoimagen. La práctica de la atención plena puede ser útil en este proceso, ya que nos permite sintonizarnos con nuestras emociones y pensamientos en el momento presente, ayudándonos a desactivar el poder de los pensamientos autocríticos.
La terapia y el apoyo emocional también pueden desempeñar un papel vital en el proceso de aceptación personal. Hablar con un profesional puede proporcionar un espacio seguro para explorar las raíces de las creencias negativas y aprender a desafiarlas.
A través de este proceso, es posible desarrollar herramientas y estrategias que fomenten una relación más saludable con el cuerpo y la mente. Además, rodearse de personas que nos apoyen y nos valoren por quienes somos puede ayudar a contrarrestar las voces negativas que a veces dominan nuestra autoimagen.
En última instancia, la relación entre el inconsciente y el aspecto físico es compleja y multifacética. La mente tiene el poder de engañarnos y distorsionar nuestra percepción de nosotros mismos, lo que puede dificultar la aceptación personal.
Sin embargo, al reconocer la influencia de factores internos y externos en nuestra autoimagen, podemos comenzar a trabajar hacia una mayor aceptación y amor propio. Este viaje no siempre es fácil, pero es un paso esencial hacia la autenticidad y la plenitud.
La aceptación de uno mismo, con todas sus imperfecciones, puede ser una de las experiencias más liberadoras y transformadoras que una persona puede vivir. A medida que aprendemos a valorarnos tal como somos, podemos abrirnos a la posibilidad de una vida más plena y satisfactoria.