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Miedo a lo desconocido es algo que llevamos en los genes. No voy a ir muy lejos pero, hace muchos miles de años, en la era de los cavernícolas, ya se utilizaba el sistema de defensa interno, que era lo que hacía que ellos estén preparados para todo. ¿Cómo se supone que desarrollaron ellos ese sistema interno que hacía estar alertas a todos?
En realidad no fue difícil que ellos activaran ese sistema de defensa. Cada vez que salían de cacería, su adrenalina funcionaba al 100% por lo tanto su corazón latía más a prisa, eso significaba que corría más sangre por todo su cuerpo, porque no sabían en qué momento iban a ser atacados por cualquier enemigo, sea hombre o animal.
Tome en cuenta que en esos tiempos sólo era cuestión de un pequeño error, y terminaba como almuerzo para otro depredador. En resumen, era razonable estar alertas porque de eso dependía la supervivencia de él y de todos los que formaban el clan, no afectaba para nada en la mente de ellos ni de los que los rodeaban.
Miedo a lo desconocido
Era actual, sin irnos muy lejos, posiblemente unos 30 o tal vez 40 años a alguien se le ocurrió poner de moda, la alteración sin razones aparente, más conocido como estrés claro que unos años después fue que la titularon así, pero ya se dieron sus primeros pininos. En este caso, activaron el sistema de defensa que ya se había usado miles de años atrás.
La diferencia entre el uno y el otro es que en el tiempo de antes, si funcionaba con una razón y funcionaba muy bien. Ahora, funciona tremendamente mal ¿Por qué? Simple, porque no estamos siendo cazados ni atacados por nadie, por lo tanto, ¿De qué nos sirve que alteremos nuestro sistema nervioso? De nada.
Nada viene por el gusto de molestarnos, sólo es nuestro qué me importismo y la falta de responsabilidad, sumado a la falta de conocimientos, por lo tanto, eso nos va a afectar en nuestro desenvolvimiento personal. De pronto estamos trabajando y «tenemos» que hacer muchas cosas pero, no la hicimos por dejados, de pronto se acerca nuestro jefe y viene a inspeccionar nuestro trabajo.
Desde ya, se altera nuestro sistema nervioso por la irresponsabilidad, ¿De qué forma? Fácil, pone a funcionar el sistema de defensa, sólo que en esta vez, es mejorado con tecnología de punta, nos pone alterados, hacemos que circule más sangre en nuestro cuerpo, el hígado trabaja más, el riñón ni que se diga, el páncreas, el estomago segrega más jugo gástrico sin tener alimentos en el mismo.
Todo estaría bien si tendríamos que salir corriendo a 100 por hora o defendernos porque nos atacan, pero no, estamos muchas de las veces sentados pensando en lo peor y eso es justamente lo que nos hace daño, que en la mayor parte nos enferma hasta producirse cáncer. Todo por tener miedo a lo desconocido, muchas de las veces ni siquiera sabemos por qué, pero sin embargo nos adelantamos a los hechos, sin siquiera preguntar.
¿Comentarían sobre este artículo? O tienen miedo a lo desconocido.
¿El miedo a no saber que viene o que pasará por qué se origina?
El miedo a no saber qué viene o qué pasará surge como una respuesta natural a la incertidumbre. Las personas tienden a buscar estabilidad y previsibilidad en sus vidas, ya que esto les da una sensación de control y seguridad. Cuando enfrentan situaciones donde el futuro es incierto, su mente entra en un estado de alerta, lo que genera miedo y ansiedad.
Este fenómeno tiene raíces tanto biológicas como psicológicas, y su impacto varía según las experiencias de vida, la personalidad y el contexto de cada individuo. Desde una perspectiva biológica, el miedo a lo desconocido está relacionado con los mecanismos de supervivencia.
El cerebro humano está diseñado para protegernos de amenazas potenciales. Cuando nos enfrentamos a una situación incierta, la amígdala, una parte del cerebro responsable de procesar emociones como el miedo, se activa. Esta activación envía señales al cuerpo para prepararlo ante un posible peligro, lo que genera síntomas físicos como aumento del ritmo cardíaco, sudoración o tensión muscular.
Aunque esta reacción es útil en situaciones de peligro real, puede resultar problemática cuando se activa ante escenarios donde el riesgo es mínimo o inexistente. Psicológicamente, el miedo a lo que pasará está estrechamente ligado a la necesidad de controlar el entorno.
Las personas suelen sentirse incómodas cuando no tienen suficiente información para predecir el futuro, lo que les lleva a anticipar problemas o dificultades. Esta anticipación puede desencadenar una espiral de pensamientos negativos, donde cada escenario imaginado parece peor que el anterior.
Este patrón de pensamiento no solo genera miedo, sino que también alimenta la ansiedad, creando un ciclo difícil de romper. La ansiedad juega un papel central en este tipo de miedo. A menudo, las personas con altos niveles de ansiedad tienen una mayor sensibilidad hacia la incertidumbre.
El miedo la adelanta en su sentir así no sea así
Su mente se enfoca en los posibles peligros y tiende a amplificarlos, incluso cuando no hay evidencia concreta de que algo malo sucederá. Por ejemplo, alguien que espera los resultados de un examen médico puede preocuparse excesivamente por el peor escenario posible, aunque las probabilidades de un resultado negativo sean bajas.
En estos casos, el miedo no surge de la situación en sí, sino de la interpretación personal de lo que podría suceder. Es importante distinguir entre el miedo y la ansiedad. Aunque están relacionados, no son lo mismo. El miedo es una respuesta directa a una amenaza identificable, mientras que la ansiedad es una preocupación generalizada que no siempre tiene una causa clara.
En el contexto del miedo a lo desconocido, la ansiedad puede amplificar la sensación de amenaza, haciendo que incluso las situaciones más comunes parezcan abrumadoras. Por ejemplo, alguien que enfrenta una entrevista de trabajo puede experimentar ansiedad porque no sabe cómo será el proceso o qué preguntas le harán.
Esta incertidumbre puede convertirse en un miedo paralizante si no se maneja adecuadamente. Otro factor que contribuye al miedo a no saber qué pasará es la falta de confianza en uno mismo. Las personas que dudan de sus capacidades o que temen no estar a la altura de las circunstancias son más propensas a experimentar este tipo de miedo.
La incertidumbre se percibe como una amenaza porque sienten que no están preparados para enfrentar lo que venga. Este sentimiento de insuficiencia puede estar relacionado con experiencias pasadas, como fracasos o críticas, que han dejado una marca emocional duradera. En algunos casos, este miedo también puede estar vinculado a estados emocionales más profundos, como la depresión.
La depresión y el miedo a lo que no conoce
Las personas que atraviesan una depresión a menudo tienen una visión pesimista del futuro. Esto puede hacer que anticipen eventos negativos, incluso cuando no hay evidencia de que algo malo sucederá. Por ejemplo, alguien en un estado depresivo puede temer que un cambio en su vida, como un nuevo trabajo o una mudanza, resulte en fracaso o insatisfacción, simplemente porque no pueden imaginar un resultado positivo.
La influencia de la sociedad y el entorno también juega un papel en la formación de este miedo. Vivimos en un mundo donde se valora la planificación y el control, y donde se nos enseña a evitar riesgos. Este mensaje puede llevar a las personas a temer la incertidumbre, ya que se asocia con la posibilidad de cometer errores o experimentar pérdidas.
Además, la exposición constante a noticias negativas, especialmente a través de los medios de comunicación, refuerza la idea de que el futuro es incierto y peligroso, lo que intensifica el miedo. Eliminar o reducir este miedo requiere un enfoque consciente.
Una estrategia efectiva es practicar la aceptación de la incertidumbre. En lugar de resistirse a lo desconocido, es útil aprender a convivir con ello. Esto implica reconocer que no siempre es posible controlar o prever lo que sucederá, pero que se puede confiar en la capacidad de adaptarse y superar los desafíos que puedan surgir.
La aceptación no significa resignación, sino un cambio en la perspectiva hacia la incertidumbre, viéndola como una oportunidad para aprender y crecer. Otra estrategia es centrarse en el presente. Muchas veces, el miedo a lo desconocido se alimenta de preocupaciones sobre el futuro que aún no ha ocurrido. Al practicar la atención plena y enfocarse en el aquí y el ahora, es posible reducir la ansiedad y romper el ciclo de pensamientos negativos.
El fortalecimiento de la autoconfianza
Esto puede lograrse a través de ejercicios de respiración, meditación o simplemente dedicando tiempo a actividades que traigan satisfacción y calma. El fortalecimiento de la autoconfianza también es clave para superar este miedo.
Al reconocer las propias capacidades y recordar éxitos pasados, es posible enfrentar la incertidumbre con más seguridad. Incluso si el futuro es incierto, confiar en que se tienen las habilidades necesarias para manejar cualquier situación ayuda a reducir el miedo.
Además, rodearse de un entorno de apoyo, como amigos, familiares o mentores, proporciona un respaldo emocional que facilita enfrentar lo desconocido. Finalmente, es importante abordar las emociones subyacentes que alimentan el miedo, como la ansiedad o la depresión.
En algunos casos, esto puede requerir apoyo profesional o el uso de técnicas como la meditación, la terapia cognitiva o el uso de herramientas como la programación neurolingüística. Al trabajar en la raíz del problema, es posible transformar la relación con la incertidumbre y enfrentarla de manera más constructiva.
El miedo a no saber qué viene o qué pasará no es inevitable ni permanente. Aunque tiene raíces profundas en nuestra biología y psicología, también es un fenómeno que puede manejarse y superarse con las estrategias adecuadas.
Al aprender a aceptar la incertidumbre, enfocarse en el presente y fortalecer la confianza en uno mismo, cualquier persona puede transformar este miedo en una oportunidad para crecer y descubrir nuevas posibilidades en la vida.
Hola,
Entiendo que en la antigüedad o ahora el miedo a lo desconocido funciona/funcionaba en forma natural cuando existe una reacción corporal que lleve a la acción ?
Me explico, para ver si entendí bien, entonces cuando uno llega a tener miedo a algo y no se produce una reacción física entonces eso nos enferma. Un ejemplo de miedo a lo desconocido BUENO, sería por ejemplo que en la oscuridad ves algo que te produce miedo y reaccionas con un susto gritando por ejemplo: UY !!! Un ejemplo de miedo a lo desconocido malo sería por ejemplo un simple golpe fuerte a tu casa y tu comienza a pensar y a imaginarte cosas sin moverte diciendo por ejemplo: Quién será ? Si es un … etc ? y si no te llegas a mover para averiguar realmente qué sucede esa reacción del cuerpo no la canalizas produciéndote estrés y por lo tanto enfermedad ?
O el simple hecho de no poder resolver algo desconocido te produce estrés ? sea cual sea la reacción ?
Y en el caso de que cualquier miedo a lo desconocido pone tenso el cuerpo cual sería la solución ? supongo que conocer las cosas ? entonces esa persona que por ejemplo a media noche le tocan la puerta si se dice: Ah !!! Alguien borracho debe ser y no le abre la puerta entonces a el no se le generaría miedo a lo desconocido y por lo tanto no estrés ni enfermedad. ?
Gracias.
El miedo a lo desconocido es cuando tu estás haciendo lo que haces en este momento, buscando la quinta pata al gato, algo que ya sabes, te he explicado mucha veces pero no terminas de entender. Miedo a lo desconocido es reaccionar por algo que no sabes lo que pasa y peor cuando ni siquiera está pasando ya que eso solo pasa en tu mente, por otro lado, el miedo que sientes cuando ves el patio de tu casa lleno de basura y no lo limpias, miedo a ver que pasará si lo haces, o ¿Cómo quedará de limpio si lo haces? En este caso como no sabes te asusta solo el pensar como se verá el patio limpio.