Miedo a tener Pareja dispareja

Miedo a tener Pareja dispareja. Posiblemente estén pensando en edad, estatura, color de piel, credo o tal vez en diferencia económica pero no, no es lo que piensan. El miedo a tener pareja dispareja se centra más en quién es como persona y que tanto hacen empatía, es claro que si no se conectan emocionalmente junto a los sentimientos no puede haber una relación de pareja.

Ahora eso es como una base para empezar una nueva vida. Tome en cuenta que nadie puede vivir en medio de conflictos por lo tanto, es totalmente necesario que estén estables internamente. Ahora esta estabilidad se puede romper si es que una de la pareja no está de acuerdo en algo que la otra quiera.

Claro que esto no es automático porque se necesita de un tiempo en que se la pasen en desacuerdo, cómo para qué empiecen a ver lo que antes nadie veía, ¿Qué podría ser? Pues nada más y nada menos que los supuestos defectos. Muchas personas piensan que porque se juraron amor eterno eso implica que su poder de razonamiento se atrofia y no es así.

Miedo a tener Pareja dispareja
La pareja dispareja

Lo que no se ve a simple vista

Conozco personas que están seguras que sus parejas están bien seguras, porque no se dan cuenta de lo que es evidente para otros pero, para ellos no y sucede así por el poco conocimiento que tienen y por tal, no tienen en su cerebro guardado palabras que serían un medio para utilizar en su comprensión de lo que está pasando a su alrededor.

Esto no quiere decir que todos funcionan así, ya que se necesita que tenga algo como para poder racionalizar lo que para unos que necesitan de muchas palabras para poder formar una imagen mental, para otros, es rápido y aún estén muy enamorados van a pensar que algo no está bien, con esto reaccionan de la forma de querer una explicación.

Esto se entiende que si usted como pareja actúa de una forma que aunque esté bien, para su pareja está mal y con tendencia a pensar que hay algo escondido, ¿Piensa que de esa manera usted puede ser parte de una pareja feliz? Hay casos en que las parejas se forman por conveniencia, también puede ser porque alguien los presentó y sólo era cuestión de una noche y nada más.

Ahora también hay casos en que algunas personas se meten en medio de otra pareja aun siendo su hermano-a los que forman dicha pareja, por el momento y por la aventura de lo prohibido puede ser muy incitador, que incluso llegan a confundir una relación de pareja con un atrevimiento carnal y llegan hasta el matrimonio.

Las parejas estables

Una pareja que crea que su relación es estable porque entró a romper otra relación y peor de algún familiar, aunque se juren amor, estarían pecando de ingenuos. Esto es simple, ¿Quién quita que en algún momento de pelea uno de los dos pueda llegar a pensar que usted es capaz de cualquier cosa? Sólo tiene que recordar cómo entró en su vida.

En esto no necesariamente tiene que ser un hombre porque se ve más en las mujeres. En todo caso esa relación no puede llamarse una pareja estable. He conversado con conocidos que aun teniendo hijos se arrepienten de haberse metido con la mujer que tienen, ¿Las razones? Pues porque son una pareja dispareja tanto en el genio como en actitudes.

Esto no es que alguien está pensando todo el tiempo en que su pareja le cae mal o no es lo que se merece, lo que pasa es que como que se adaptan al medio y por lo tanto viven una vida de carga, como se acostumbran al peso lo soportan por mucho tiempo pero, sólo si no aparece por ahí alguien que siente que no pesa nada.

Es decir, lo que encaja perfecto en el espacio que él o ella tienen en su sentimiento, actitud  incluso en el entorno al extremo que la vida se le hace fácil aun teniendo algún problema. Muchas personas siempre se hacen la pregunta, ¿Por qué fui traicionado-a? Siempre se preguntan pero nunca dicen «Posiblemente sea yo él o la causante de todo» nunca lo dicen ni así se lo digan los demás. Antes de meterse piense si tiene miedo a tener Pareja dispareja.

¿Por qué las personas no asumen la responsabilidad?

Las relaciones de pareja son complejas por naturaleza, y cuando surgen problemas, no siempre es fácil asumir la responsabilidad. En muchas ocasiones, las personas tienden a culpar al otro, a las circunstancias o simplemente a evitar enfrentar los conflictos.

Este comportamiento puede ser resultado de diversos factores, como el miedo a sentirse vulnerables, la falta de habilidades emocionales para comunicarse efectivamente, o incluso la dificultad para aceptar las propias fallas.

Algunas personas no asumen la responsabilidad en los problemas de pareja y si es viable o beneficioso aceptar estar en una relación con una pareja dispareja, donde la convivencia es difícil y las diferencias parecen irreconciliables.

Uno de los principales motivos por los que las personas no asumen la responsabilidad en los problemas de pareja es el miedo a la vulnerabilidad. Reconocer que uno ha cometido un error o ha contribuido a la creación de un conflicto implica exponer aspectos de uno mismo que, quizás, preferiría mantener ocultos. Esta exposición emocional puede generar sentimientos de inseguridad, miedo al rechazo o a perder el control en la relación.

En muchas ocasiones, las personas evitan asumir la responsabilidad porque esto implicaría abrirse a la posibilidad de ser juzgados o criticados por su pareja. Prefieren mantener una fachada de perfección o superioridad antes que reconocer sus propias limitaciones y errores, lo que dificulta el proceso de resolución de conflictos.

Falta de habilidades emocionales

La comunicación emocional es fundamental para el bienestar de una pareja, y no todas las personas cuentan con las habilidades necesarias para expresarse de manera adecuada cuando surgen problemas.

En lugar de asumir su responsabilidad, algunas personas optan por actuar a la defensiva, culpar a su pareja o evitar la confrontación. Este tipo de conductas a menudo se debe a la falta de herramientas emocionales para manejar conflictos de manera madura.

Por ejemplo, algunas personas pueden haber crecido en entornos donde los conflictos no se resolvían de manera constructiva, lo que los lleva a repetir patrones de comportamiento en su vida adulta.

Cuando no se tiene una referencia clara de cómo gestionar los desacuerdos, es más fácil evadir la responsabilidad y perpetuar el ciclo de culpas. El ego también juega un papel clave en la falta de responsabilidad en las relaciones.

A veces, las personas se aferran a la idea de que deben tener la razón en todo momento, lo que las lleva a justificar sus acciones o decisiones, incluso cuando claramente han cometido un error. Este deseo de mantener una imagen de «rectitud» puede hacer que sea muy difícil admitir la propia responsabilidad en los problemas.

La autojustificación es una estrategia que permite evitar el dolor de la autocrítica. En lugar de aceptar que podrían haber actuado mal, las personas construyen narrativas que les permiten justificar su comportamiento. En una relación de pareja, este tipo de mentalidad es particularmente dañina, ya que impide la apertura a la autocrítica y la posibilidad de mejorar.

El miedo al cambio

Asumir la responsabilidad en una relación no solo implica reconocer errores, sino también estar dispuesto a cambiar. Sin embargo, muchas personas temen el cambio, ya que este implica salir de la zona de confort y enfrentar lo desconocido. En las relaciones de pareja, esto puede traducirse en el miedo a alterar la dinámica existente, aunque esta sea disfuncional.

El miedo al cambio puede hacer que algunas personas prefieran mantener el status quo, incluso cuando no están satisfechas con la relación. Este temor a lo incierto puede llevar a la inacción y, en lugar de trabajar para mejorar la relación, las personas eligen no asumir su parte de la responsabilidad, perpetuando los problemas.

En muchas relaciones, las personas se encuentran con que son «disparejas», es decir, no parecen encajar o llevarse bien en muchos aspectos fundamentales. La pregunta de si es posible aceptar una relación dispareja depende de diversos factores, incluyendo las expectativas personales, el nivel de compromiso y la capacidad de ambas partes para encontrar puntos en común.

Es importante destacar que ninguna relación es completamente perfecta, y las diferencias entre las personas son normales. Sin embargo, en algunas relaciones, estas diferencias son tan profundas que generan una convivencia difícil.

En estos casos, aceptar una relación dispareja puede ser una decisión complicada, ya que depende de la capacidad de las personas involucradas para manejar sus discrepancias de manera constructiva.

El impacto de las diferencias irreconciliables

Cuando las parejas tienen diferencias fundamentales en aspectos como valores, expectativas de vida, o formas de resolver conflictos, estas diferencias pueden convertirse en una fuente constante de tensión.

Aceptar una relación dispareja en este contexto implica vivir en un estado de frustración, resentimiento o insatisfacción. Si bien es cierto que todas las parejas enfrentan dificultades, algunas diferencias son irreconciliables.

Por ejemplo, si una persona busca una relación basada en la comunicación y el afecto constante, mientras que la otra prefiere la independencia y el distanciamiento emocional, la relación estará en una tensión constante.

En estos casos, es importante reflexionar sobre si realmente vale la pena mantener una relación donde ambas partes no se sienten plenas ni satisfechas. Aceptar una relación dispareja depende, en gran medida, del nivel de compromiso de ambas partes.

Si ambos están dispuestos a trabajar en sus diferencias, a negociar y a buscar soluciones que beneficien a ambos, es posible que una relación dispareja funcione. Esto requiere una gran dosis de paciencia, empatía y, sobre todo, voluntad para adaptarse.

Sin embargo, si una de las partes no está dispuesta a hacer concesiones o no muestra interés en mejorar la relación, aceptar una pareja dispareja puede llevar a una relación insatisfactoria a largo plazo. En este caso, la falta de responsabilidad y la incapacidad de asumir los problemas de la relación pueden hacer que la disparejidad se convierta en un problema insalvable.

Conclusión

En resumen, las personas no asumen la responsabilidad en los problemas de pareja por diversas razones, incluyendo el miedo a la vulnerabilidad, la falta de habilidades emocionales, el ego y el miedo al cambio. Estas barreras impiden que las parejas puedan resolver conflictos de manera efectiva y seguir creciendo juntas.

En cuanto a aceptar una pareja dispareja, la respuesta depende de la capacidad de las personas involucradas para lidiar con sus diferencias y comprometerse a trabajar en la relación.

Si bien es posible aceptar ciertas disparejidades, es fundamental que ambas partes asuman su responsabilidad en la relación y estén dispuestas a mejorar. Si las diferencias son irreconciliables y ninguna de las partes está dispuesta a cambiar, mantener una relación dispareja puede llevar a una vida llena de frustraciones y resentimientos.

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