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Miedo desesperado en Facebook. No sabía que se podía tener ciertos miedos desesperados en Facebook hasta que me topé con un usuario, que por su miedo desesperado no se ha dado cuenta que todos sin excepción somos simplemente usuarios y no dueños de Facebook. La verdad vale la pena escribir sobre este caso ya que a cualquiera le puede pasar.
Pienso que este señor al cual no vale la pena enaltecerlo poniendo su nombre, aunque sería bueno para que sepan quién y de que clase de hipócrita es, pero mejor lo dejo simplemente como un ejemplo de usuario. Todos sabemos que en Facebook se puede hacer casi de todo y me refiero a utilizar su plataforma ya que se presta para eso.
Al menos de lo que sé y pienso que es poco pero creo que es lo necesario, como para poder navegar en dicha plataforma como es Facebook. Según tengo entendido que uno puede publicar lo que uno quiera siempre y cuando no atente a la moral, ni se trate a una persona con insultos o malos tratos, claro que no voy a dejar de lado sobre el sexo.
Nada que tenga que ver con sexo sea infantil o de adultos, en pocas palabras ser una persona por demás cortés y muy educado. Sobre lo educado, bueno en eso se puede perdonar un poco ya que no todos tienen la oportunidad de tener una muy buena educación, aunque si se proponen todo se puede.
Miedo desesperado
Dicho esto ya está por sentado que hay que ser una buena persona y no por tener o deber ya que eso es una obligación, pienso que lo más simple es hay que ser una buena persona. El caso es que por simple amistad se puede publicar en el muro de los llamados «Amigos» sin que esto pase a ser una invasión con el irrespeto que puede conllevar.
Al menos he preguntado si se puede hacer esto y todos me han dicho que se puede y no hay problema, ya que el muro está para publicar cualquier dato que pueda servir a los demás siempre y cuando no agreda al usuario cuyo espacio se ocupa. Pienso que hasta ahí está bien al menos para poder seguir con el artículo.
Estoy consciente que no siempre se está de buen humor o por lo menos como para poder pasar algo que para nosotros está mal pero, antes de actuar primero hay que respirar muy profundamente y pensar si lo que está pasando amerita que mi genio o personalidad, se vaya al carajo por tomar una actitud por demás grosera hacia otra persona que ni siquiera sabe de mis problemas o frustraciones.
Resulta que publiqué una publicidad de un producto en el muro de este señor al cual le estoy tomando la atención, algo por demás inocente ya que nunca pensé que este señor se moleste tanto, al extremo de mandarme como doce publicaciones en forma de imagen que desde luego lo hizo en mi muro, con una leyenda por demás ofensiva y grosera la cual la última palabra decía «Mierdaville».
Miedo desesperado sin saber por qué
La verdad no tengo idea a que se refería pero si sabía que era en protesta por la publicación que puse, ahora ya pueden imaginarse la impresión de que pensé que me equivoqué y mandé algo mal, lo cual verifiqué y no estaba equivocado si mandé o publiqué lo que quise, ahora ¿Dónde estaba el problema?
Ya que le contesté que no era para tanto y con una vez que me diga lo sacaba y terminado el asunto. Pero este hombrecito típico de un macho, me mandó otro mensaje en forma de texto de igual calibre y yo digno de mi educación y tranquilidad, le contesté que no era una postura como para una persona como dice que es o quiere aparentar.
Con la curiosidad que tenía de saber a quién había ofendido con mi publicación, entré en su perfil y me encuentro que es un lector de buenos libros. Cuyos libros en los cuales está la biblia, y unos cuantos más que de igual importancia son para alguien que quiere ser una buena persona, sin dejar de lado que es buen cristiano y de paso le teme mucho a Dios, ¿Creen que una persona que actúa de la forma que lo hace, puede llamarse una buena persona? Yo no lo creo, es más es una persona que le tiene miedo al éxito.
En este caso y de mi parte he perdonado su actitud ya que no sé que problemas tendrá, ya que puede ser que los negocios que quiere hacer en Facebook ofreciendo productos o servicios que nadie le hace caso, por lo tanto al ver mi humilde publicación se sintió amenazado por lo poco que le podría tocar, en este caso el tiene miedo.
¿Por qué una persona reacciona con violencia por un simple comentario?
Por último, este señor no sabe que Facebook es público por lo tanto nadie es dueño de su espacio porque el rato que a los dueños de verdad de la plataforma le da la gana lo botan y ya y no puede hacer nada así se ponga a llorar.
Pienso que debe gobernar la prudencia en acción antes que dar un paso en falso y actuar cavernícolamente, dejándose llevar por el miedo desesperado en Facebook. La reacción violenta de una persona ante un simple comentario puede ser un fenómeno complejo que involucra diversos factores psicológicos, emocionales y sociales.
Estas reacciones no siempre son una respuesta directa al comentario en sí, sino que a menudo están enraizadas en experiencias pasadas, traumas no resueltos, y una falta de habilidades para manejar la frustración o la decepción.
Una de las principales razones por las que alguien puede reaccionar con violencia es la presencia de heridas emocionales. Muchas personas llevan consigo cargas del pasado que pueden ser activadas por situaciones que, a primera vista, parecen triviales.
Un comentario que se percibe como despectivo o insultante puede tocar una fibra sensible relacionada con experiencias pasadas de rechazo, humillación o abuso. En este contexto, la violencia puede ser una forma de defensa, una respuesta instintiva que busca proteger a la persona del dolor emocional que resurge.
Es como si el individuo sintiera que su valía está en juego, y una reacción violenta se convierte en un mecanismo para recuperar el control. Además, la falta de habilidades para manejar las emociones juega un papel crucial. Muchas personas no han aprendido a gestionar su ira o su frustración de manera constructiva.
Los comentarios mal sanos
Cuando un comentario provoca una reacción emocional intensa, algunas personas pueden no tener las herramientas necesarias para canalizar esa energía de manera positiva. La violencia, entonces, se convierte en una respuesta inmediata y visceral que parece más fácil que enfrentar y procesar las emociones subyacentes.
Esta falta de habilidades de afrontamiento puede deberse a la educación, a un entorno familiar que normaliza la violencia como medio de resolución de conflictos, o a la falta de oportunidades para aprender a gestionar las emociones de forma saludable.
El miedo también es un factor significativo. En muchas ocasiones, la reacción violenta puede ser impulsada por un miedo profundo, que puede estar relacionado con la percepción de debilidad o vulnerabilidad.
Una crítica, incluso la más leve, puede hacer que la persona se sienta expuesta y amenazada. Este miedo puede ser tanto al juicio de los demás como a la posibilidad de ser percibido como inadecuado o incapaz.
La violencia, entonces, puede ser una manera de afirmar una falsa sensación de poder o control en una situación que se siente abrumadora. Es un intento de proyectar fuerza cuando, en realidad, la persona puede estar experimentando una inseguridad interna.
Las dinámicas sociales también influyen en las reacciones violentas. En muchos contextos culturales, la agresión puede ser vista como una forma aceptable de defensa o respuesta. Las normas sociales que glorifican la violencia pueden normalizarla, creando un ciclo donde la violencia se convierte en una respuesta habitual a la confrontación o el desacuerdo.
Loa ambientes de violencias
Las personas que crecen en ambientes donde la violencia es una respuesta común pueden internalizar esta forma de reaccionar y replicarla en su vida cotidiana. Así, un simple comentario puede desencadenar una reacción desproporcionada, ya que se ha aprendido que la violencia es un medio efectivo para resolver conflictos o para restablecer el honor.
La autoimagen también juega un papel crucial en estas reacciones. Las personas con una baja autoestima son más propensas a reaccionar de forma violenta ante comentarios que perciben como críticas.
En lugar de ver la crítica como una oportunidad de crecimiento o una simple opinión, pueden interpretarla como un ataque personal a su identidad. En este caso, la violencia no solo es una defensa ante el ataque, sino una forma de reafirmar su valor personal, aunque de manera destructiva.
Esta respuesta puede ser un intento de protegerse de la sensación de insuficiencia que la crítica provoca, aunque resulte contraproducente. Finalmente, es importante considerar la salud mental de la persona que reacciona violentamente.
En algunos casos, problemas de salud mental no diagnosticados, como trastornos de ansiedad, depresión, o trastornos de la personalidad, pueden contribuir a la tendencia hacia la violencia. Estas condiciones pueden afectar la percepción de las interacciones sociales y distorsionar la forma en que una persona interpreta los comentarios de los demás.
Alguien que vive con un estado de ánimo elevado o que tiene dificultades para manejar su ansiedad puede ser más propenso a percibir los comentarios de manera negativa y reaccionar de forma desproporcionada.
En resumen
La reacción violenta de una persona ante un simple comentario puede deberse a una combinación de factores que incluyen heridas emocionales no resueltas, falta de habilidades para manejar la frustración, miedo a la vulnerabilidad, influencias sociales y problemas de salud mental.
Comprender estas dinámicas es fundamental para abordar el comportamiento violento y buscar maneras de fomentar respuestas más constructivas y saludables ante el conflicto. La violencia raramente es una respuesta aislada; a menudo, es el resultado de un patrón más profundo que merece atención y comprensión.
La educación emocional y el desarrollo de habilidades para el manejo de conflictos son pasos clave para ayudar a las personas a responder de manera más adecuada y menos destructiva a los desafíos y las críticas en sus vidas.