Mira más allá hacia el horizonte

Mira más allá hacia el horizonte. Todo se aprende en la vida incluso a ser buena persona, por lo tanto, nada está establecido como natural y por tanto, no todo lo que vemos es así como se lo ve y más cuando se está ciego de visión de porvenir, por esto mira más allá hacia el horizonte que justamente es dónde está lo que por «Naturaleza» no lo puedes ver.

Así cómo se aprende a caminar, correr, leer, hablar y todo lo que tú haces así mismo se puede aprender y pienso que casi un 90% de las personas lo hacen, me refiero a que se hacen especialistas en ser fatalistas, ¿Las razones de este mal? Pues la verdad es que eso aprendieron del entorno en el que esas personas viven.

¿Qué razón hay para que ser fatalista?

Hay momento en que he pensado sobre esto y he llegado a la conclusión que cuando se consiente demasiado a un hijo, sin darle tiempo a que piense en que todo no puede venir con facilidad, el niño crece con la idea de que todo está cerca y que no hay nada más, por lo tanto, cuando llega a ser un adolescente viene el conflicto.Mira hacia el horizonte

Todo adolescente que le acostumbraron a tener todo cuando fue un niño quiere seguir manteniendo ese por decir estatus, de preferencia y no pasaría nada si es que los padres lo educan con inteligencia y no con rudeza pero, lamentablemente lo que hacen es dedicarle más tiempo en atención pero no de persona sino de dinero.

Aunque a veces es con apoyo por intermedio de terceros como pueden ser los tíos-as, primos incluso abuelos que por mal entender lo que es el verdadero amor hacía su familia, lo que hacen es enseñarle confirmándole lo que este joven ya tiene en su mente que es, que todo está donde supuestamente piensa que está es decir en sus manos fáciles de coger.

De esta forma la persona aprende que todo está a distancia de sus ojos, en este caso tú como persona que siempre está en busca de información, no te has dado cuenta que más allá hay algo que te está esperando, en esto no tienes que esperar a un proceso simplemente mira más allá hacia el horizonte, que hay muchas cosas que ni siquiera has pensado que son para ti.

No siempre es por cuestión de enseñanza

En eso estamos de acuerdo porque no siempre se trata de que alguien le enseñó a ser cómo es, porque hay puntos en los que sin intervenir personas el entorno se encarga de enseñar, ¿De qué forma lo hace? De la forma más simple y la que se ve en general en los barrios marginales que es a diario.

Los padres por tener pocos recursos para sobrevivir  sin querer le enseña a su hijo que no hay nada más allá, solo pobreza pero eso es porque en gran medida actúa la ignorancia por carecer de estudios o conocimientos. Cuando ese joven llega a la edad de que quiere formar su familia pues es lo que aprendió lo que le enseñará a su hijo.

En los dos casos esto tiene efectos en la vida de todos los que les acompañan, como aprenden a ser así pues así es que se comportarán dejando por sentado, que lo que hagan día a día será lo que llegará no solo a su gente sino a muchas personas, que incluso no conoce. Esto es como una especie de mensaje.

Que pasaría si mira más allá hacia el horizonte

Pues que siempre va estar más tranquilo al extremo que para él siempre hay algo que llega sin demora, tomando en cuenta que esto se origina porque tú no pusiste una barrera para que puedas ver que más allá y no en el futuro  (el futuro es incierto) sí no a una distancia en que tú si lo puedes visualizar, en cambio si fuera en el futuro ni siquiera tendrías idea de qué puede ser.

En este caso si sabes que esto es así cualquier movimiento que hagas con toda naturalidad, siempre hay algo que está a tu favor cómo cuando ayudas a alguien sin tener la más mínima idea de que vas a recibir algo a cambio, por lo tanto cada cosa que hagas será observado por gente que ni siquiera conoces pero, tú serás un ejemplo para ellos.

Con esto no digo que si tú trabajas y que por casualidad la ayuda que puedas ofrecer tenga que ver con tu trabajo, no quiere decir que no cobres por tus servicios pero lo que puedes hacer es que tus actos sean de lo mejor, incluso si te das cuenta que para que todo salga bien tengas que hacer algún adicional que no está en tu camino pero que si lo puedes hacer, ¿Cuál es el problema de ayudar un poco más de lo que podría ser?

El grupo de los mediocres

En este caso si tú no eres de los que se dejan llevar por la corriente humana de que todo es así porque así siempre ha funcionado, ¡Te felicito! Porque no eres parte del grupo selecto de mediocres y así, los que te rodean van a pensar dos veces antes de hacer un movimiento mezquino porque saben que tú no le secundas, es más, pienso que hasta les van a dar vergüenza el actuar con medida egoísta.

Por esto siempre es mejor pensar que alguien está necesitando lo que tú por casualidad lo tienes y que a ti te sobra como es el ser buena gente, teniendo como recurso la paciencia que es digna de sabios sin por eso pasar a ser el tonto del grupo. Cuando se mira con inteligencia que todos lo somos solo que algunos ignoran, siempre se mira más allá hacia el horizonte.

El mediocre

La mediocridad es un estado o actitud que se caracteriza por la falta de excelencia, originalidad o ambición. Las personas mediocres tienden a conformarse con lo mínimo y a evitar el esfuerzo necesario para alcanzar sus objetivos.

Este fenómeno se manifiesta en diferentes áreas de la vida, incluyendo el trabajo, las relaciones y el desarrollo personal. Las personas mediocres suelen aceptar su situación actual sin cuestionar si podrían lograr más.

Este conformismo a menudo se basa en el miedo al fracaso o la falta de autoconfianza. Carecen de la motivación para establecer metas desafiantes. Prefieren la zona de confort, lo que les impide crecer o avanzar en su vida personal y profesional.

Las personas mediocres pueden ser reacias a asumir riesgos o a adaptarse a nuevas circunstancias. Este miedo al cambio puede limitar su capacidad para aprender y evolucionar.

Suelen tener una perspectiva pesimista y critican a quienes intentan superarse, lo que puede ser una forma de justificar su propia falta de acción. Muestran poco entusiasmo por sus tareas o responsabilidades, lo que resulta en un rendimiento mediocre en el trabajo o en sus relaciones.

La mediocridad puede tener efectos perjudiciales en la vida de una persona. Puede llevar a la insatisfacción y al arrepentimiento, ya que las oportunidades perdidas pueden acumularse con el tiempo.

Además, el conformismo puede resultar en relaciones superficiales y una falta de conexiones significativas con los demás. Para evitar caer en la mediocridad, es fundamental cultivar una mentalidad de crecimiento.

Tener objetivos específicos puede ayudar a dirigir la energía y el esfuerzo hacia el crecimiento personal y profesional. Ver el fracaso como una oportunidad para aprender y mejorar puede ayudar a construir la resiliencia. Mantener una actitud de aprendizaje y buscar constantemente nuevas habilidades o conocimientos puede enriquecer la vida.

Conclusión

La mediocridad es una trampa que puede limitar el potencial de una persona. Reconocer las características de la mediocridad y trabajar activamente para superarlas es esencial para alcanzar una vida más plena y satisfactoria. En última instancia, elegir la excelencia sobre la mediocridad puede abrir puertas a oportunidades que transforman la vida.

¿El mediocre nace o se hace?

La pregunta de si el mediocre nace o se hace es un tema de debate que toca aspectos de lo emocional, la sociología y la educación. Algunos argumentan que ciertos rasgos de la mediocridad pueden estar ligados a factores innatos o biológicos.

Algunos estudios sugieren que ciertos rasgos de personalidad, como la ambición o la capacidad de resiliencia, pueden tener un componente genético. Las personas con una predisposición natural hacia la conformidad o el temor al fracaso podrían tener más probabilidades de adoptar actitudes mediocres.

Desde una edad temprana, los niños muestran diferencias en su temperamento. Aquellos que son más cautelosos o menos curiosos pueden ser más propensos a conformarse y evitar situaciones desafiantes.

Por otro lado, muchos creen que la mediocridad es una construcción social y emocional, y que las experiencias de vida juegan un papel importante en su desarrollo. El entorno familiar, social y educativo tiene un impacto significativo en la formación de actitudes y comportamientos.

Un ambiente que fomenta la mediocridad, a través de expectativas bajas o la falta de estímulo, puede contribuir a que una persona adopte esa mentalidad. Las experiencias negativas, como el fracaso o la crítica, pueden llevar a una persona a desarrollar miedo al riesgo y a la evaluación de su valía.

Esto puede resultar en una actitud conformista y en la aceptación de lo mínimo. La presión de grupo y las normas sociales también pueden contribuir a la mediocridad. Si una persona está rodeada de otros que no aspiran a más, puede sentirse impulsada a conformarse a ese estándar.

Conclusión

En última instancia, la mediocridad parece ser el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Mientras que algunas predisposiciones pueden ser innatas, las experiencias y el entorno juegan un papel fundamental en moldear la mentalidad de una persona.

La buena noticia es que, independientemente de su origen, la mediocridad no es una sentencia de por vida. Con autoconciencia, educación y esfuerzo, las personas pueden superar la mediocridad y desarrollar una mentalidad de crecimiento que les permita alcanzar su máximo potencial.

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