Nada es casual sino causal

Nada es casual sino causal. En cierto modo tiene algo de realidad el decir que nada es casual sino causal. Desde tiempos atrás siempre se le ha atribuido a la suerte los acontecimientos que le  llegan en la vida, algo que siempre he discutido sobre este tema ya que si fuera así, nosotros estamos en este planeta por el simple azar del destino lo cual no comparto.

He visitado blogs que como tema principal es el destino basado en la suerte por lo tanto, usted depende mucho de la suerte para todo. La cantidad de visitas que tienen esos blogs es sorprendente, incluso los comentarios de personas que tienen sus pequeñas historias llenas de lamentaciones por lo mal que les va, le atribuyen a la mala suerte, en este caso nada es casual.

Mucha gente no se ha dado cuenta que la vida nos da señales que nos indican que debemos tomar atención en ciertos movimientos que queremos hacer, lamentablemente casi siempre no le hacemos caso. Pienso que es imposible que una acción causal nos de el indicativo como para que nosotros hagamos todo al antojo del mismo, si fuera tan fácil no hubiera vida para nadie porque todo estaría hecho con premeditación.

Nada es casual sino causal
Todo es causal

No hay casualidad

Es común de muchas personas el atribuir si es que no  a la suerte dicen que es una casualidad que haya sucedido, como el caso de un muchacho muy joven que caminando por una vía, de pronto se le ocurre sentarse en uno de los bancos de dicha vía. En esos momentos a escasos 30 metros estaba en construcción un edificio de un banco que en la actualidad ya no existe.

El caso es que en uno de los pisos altos estaban trabajando unas personas y en un momento que nadie entiende por qué, uno de los trabajadores lanzó un martillo tipo combo que en mala hora (según los de la suerte) su compañero que debía cogerlo no pudo por lo tanto, el martillo salió hacia el aire fuera del edificio cayendo justo encima de la cabeza del joven, que en esos momentos se había sentado.

La pregunta es, ¿Es una casualidad el que se haya caído el martillo justo en la cabeza del joven? En realidad es difícil responder porque no se sabe lo que sucedió después, ya sea en la familia del joven, en la familia del que lanzó el martillo incluso no podemos saber qué pasó antes de eso. En total no creo que haya casualidad pero es más probable que sea causal la acción y los resultados.

Un buen ejemplo de esto es que hace un par de años le salió una oferta a un señor que en apariencia era muy buena, esto incluía el vivir en otra ciudad teniendo la oportunidad de poner el mismo negocio que tiene aquí.

Todo está en su punto

Todo iba muy bien ya que el que se lo ofrecía es pariente de él, cuando ya estaba a punto de concretarse todo, este señor me conversa el asunto y yo detecte algo que no estaba en su punto. Cuando se lo comuniqué, él me dijo «Yo no me he dado cuenta pero como que no me gusta el asunto» y lo dijo a pesar de que si estaba entusiasmado.

Pasaron algunos días y las cosas  cambiaron de rumbo porque todo se puso en contra del viaje. Todo terminó en que no pasó nada a pesar de que todo estaba listo, ¿Acaso fue una casualidad que no se concrete nada?

En apariencia todo quedó en nada ya que nunca más se habló sobre el tema pero, el tiempo siempre cobra su espacio por tal ha pasado más de un año y ahora, resulta que alguien conocido y que lo aprecia mucho le ofrece y de paso le pide de favor que se vaya a vivir a su casa, una casa de tres pisos y con espacio de sobra, claro que sólo para que ocupe un piso.

En esto había una duda, ¿Acaso quiere un empleado para que cobre los arriendos ya que en esa casa hay 6 inquilinos, de paso que se encargue de limpieza y guardianía? Al menos cuando me contó pensé en lo mismo el cual no lo vi mal porque el vivir ahí no le va a costar un solo centavo, entonces una con otra.

Las causas se dan por una razón

Para mi sorpresa, este señor tiene un empleado que se encarga de todos esos menesteres y más de yapa un garaje propio para su vehículo sin costo, ¿Entonces dónde estaba el truco o la trampa? Pues en ningún lado porque los dueños ni siquiera viven en el país y de paso están en estado de pedir pista al más allá, Ya son ancianos los dos.

El único truco que yo le encuentro y es el que se lo expliqué a este señor afortunado, es que si no salió nada en tiempo anterior cuando le ofrecieron una casa fuera de la ciudad, no fue por casualidad sino por una causa de que debía ser así, porque si el se iba en cualquier momento se lo pedían por lo tanto, tenía que regresar a su tierra y quien sabe si tal vez sin nada.

En pocas palabras, todo los desaires que ha pasado por una vivienda porque incluso él aplico por una casa y no le sale por nada, ha sido para que él vaya a vivir a la casa que ya la terminan de arreglar porque hasta eso le dan, todo nuevo y con parqueo privado en la calle pagado por el dueño de la casa, ¡Qué más! Mi veredicto fue ¡Vaya, no lo piense más y no mire atrás! Por qué nada es casual sino causal.

¿Qué se entiende por el destino?

El destino es un concepto que ha intrigado a la humanidad durante siglos, cruzando las fronteras de la filosofía, la religión y la cultura popular. La noción de destino sugiere que ciertos eventos o situaciones en la vida están predeterminados, es decir, que ocurren inevitablemente sin importar nuestras acciones.

Sin embargo, el papel que juega la suerte en relación con el destino sigue siendo un tema debatido. Este artículo explora qué se entiende por destino y cómo la suerte podría influir en él.

El destino se refiere a la creencia de que algunas cosas en la vida están previamente decididas o trazadas por una fuerza superior o un orden cósmico. En algunas tradiciones espirituales, el destino se asocia con el concepto de «camino de vida» o propósito, donde cada ser humano tiene un rol que cumplir.

Desde esta perspectiva, cada persona estaría destinada a experimentar ciertos eventos importantes en su vida, como el amor, la pérdida, o el éxito, independientemente de las elecciones personales que tome.

Según esta interpretación, los acontecimientos de la vida están fuera del control humano y siguen un guión ya escrito. Por otro lado, algunas corrientes sugieren que el destino es un marco general, pero nuestras elecciones y esfuerzos pueden alterar el curso de los acontecimientos, dando espacio al libre albedrío.

La suerte es un concepto diferente que se refiere a la ocurrencia de eventos favorables o desfavorables de manera aleatoria o inesperada. Mientras que el destino sugiere un plan predeterminado, la suerte parece ser más azarosa, sin un patrón claro o lógica aparente.

A menudo, las personas interpretan los golpes de suerte, tanto buenos como malos, como señales del destino. Por ejemplo, ganar la lotería o encontrarse con una persona especial por casualidad se perciben como intervenciones «del destino», aunque esos eventos pueden ser como probabilidades.

¿El destino es fijo o puede cambiarse?

En este sentido, la suerte y el destino parecen entrelazarse, pero desde diferentes perspectivas. Algunas personas creen que los momentos afortunados son señales de que están en el camino correcto hacia su destino.

Otras consideran que la suerte es pasajera, pero que el destino se cumplirá sin importar los golpes de fortuna o las dificultades inesperadas. La posibilidad de cambiar el destino ha sido objeto de debate.

En algunas tradiciones, como la mitología griega, se pensaba que incluso los dioses no podían alterar el destino. Sin embargo, otras corrientes espirituales, como el hinduismo y el budismo, proponen que el destino puede moldearse a través del karma, es decir, por las acciones y decisiones que tomamos en la vida.

Desde una perspectiva más moderna, algunos psicólogos y filósofos sugieren que el «destino» es una construcción mental. Según esta idea, los seres humanos tienden a dar significado a los eventos aleatorios para encontrar un sentido de propósito y dirección.

De este modo, aunque ciertos eventos puedan parecer inevitables, nuestras elecciones y actitudes hacia ellos juegan un papel fundamental en cómo se desarrollan nuestras vidas. Algunas personas se dejan llevar por la idea de que todo está en manos del destino o la suerte, lo que puede llevar a una actitud pasiva frente a la vida.

Sin embargo, otras prefieren tomar un enfoque más proactivo, creyendo que, aunque el destino tenga un papel en sus vidas, sus elecciones y esfuerzo diario son los verdaderos responsables de su éxito o fracaso.

La clave parece estar en encontrar un equilibrio entre ambas perspectivas. Aceptar que algunas cosas escapan a nuestro control puede ser liberador, pero también es fundamental asumir la responsabilidad sobre aquello que sí podemos cambiar. La vida está formada por momentos de suerte, decisiones conscientes y tal vez, un toque de destino.

Conclusión:

El destino y la suerte son conceptos que reflejan la tensión entre lo que controlamos y lo que parece escapar a nuestro alcance. Mientras que el destino sugiere un camino trazado, la suerte introduce un elemento de imprevisibilidad en nuestra existencia.

Si bien no podemos elegir cuándo tendremos suerte o qué situaciones parecen estar destinadas, sí podemos decidir cómo reaccionar ante los eventos de la vida. En última instancia, tanto el destino como la suerte forman parte de una narrativa más amplia: la historia que elegimos contar sobre nuestra vida.

No importa si creemos que todo está escrito o si pensamos que la vida es un juego de azar, lo importante es vivir con propósito, aprendiendo a aceptar lo inesperado y tomando decisiones que nos acerquen a nuestros sueños.

3 comentarios en «Nada es casual sino causal»

  1. Hola,
    Es increíble como algo por simple que sea y no lo tomamos en cuenta, eso puede marcar el rumbo de hasta la vida misma … como cuando enunciaste «pero como que no me gusta el asunto, y lo dijo a pesar de que si estaba entusiasmado. Pasaron algunos días y las cosas cambiaron de rumbo porque todo se puso en contra del viaje. Todo terminó en que no pasó nada a pesar de que todo estaba listo, ¿Acaso fue una casualidad que no se concrete nada?»,
    al parecer no detectamos cosas importantes como esas, a mi me pasó cuando un jardinero «accidentalente» ( no fue casual ) me cortó las flores, con un profesor cuando me predestinaba al fracaso … por un tonto comentario QUE YO NO SUPE ACLARAR EN EL MOMENTO…
    Mas simple aún, cuando queremos ir a comprar pan al supermercado, vamos y lo hacemos, esa demostración en todas las acciones diarias me convence de que todo es causal, y punto.
    Gracias.

    1. Hola, aunque para algunos no sea así pero con el tiempo y se proponen se darán cuenta que todo tiene una razón, por esto es causal. Es necesario pensar antes de hacer algo en especial si se tiene duda.

      Gracias por el comentario
      Roberto Sanahuano
      Programador Neuro-Lungüista
      Terapias cambios personales

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