Nadie puede darme órdenes

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Nadie puede darme órdenes. La esclavitud desapareció hace mucho tiempo, al menos eso es lo que se sabe y por esto «nadie puede darme órdenes». Bueno eso es lo que se piensa pero hay datos, reglas y posiciones en la que no puedes aplicar esta frase.

Si lo ponemos en el plan de un hogar, en el que manda es por lo general el marido, bueno eso es lo que se piensa y se dice, por lo tanto, se supone que hay gente que compone la familia, que acatan la orden del cabeza de familia incluida la mujer.

Hay que notar que esta frase puede tener tintes de resentimiento, posiblemente maltrato justamente por personas que obligan, con lo que se llega a pensar, que son personas que han hecho lo que otros exigen sin recibir nada a cambio, de ahí el problema.nadie puede darme órdenes

Las órdenes que vienen de alguien que está por encima de ti, es de suponer que es de alguien que te está pagando por lo que haces, entonces la orden es bienvenida, pero ¿Qué pasa cuando esa orden viene de alguien que no es tu jefe? Hay choque.

Nadie puede darme órdenes

El que mas protesta, es el estado emocional empujada por el ego, pero se da porque esa persona está invadiendo puestos que no le corresponde, o no es aceptado por el que recibe la orden. Esto puede pasar en el hogar ya que hay hermanos que no quieren hacer lo que el mayor le dice.

Eso me pasaba a mí cuando fui un joven activo, mi hermano mayor que yo, tenía la mala costumbre de imponerse a la fuerza, algo que no aceptaba porque siempre fui y sigo siendo, de los que creen que las cosas hay que saberlas hacer.

Esto es que si no sabes mejor no te metas o pregunta, al menos debe haber alguien que esté más arriba en conocimientos que tú. Por esto es que al darme cuenta que mi hermano, no era una persona que tenía mayor cuidado en lo que hacía, ¿Cómo podía darme órdenes?

Ahora, toda persona puede dar órdenes? No, categóricamente que no porque mas que dar órdenes, es saber si es el adecuado para hacerlo, porque eso cualquiera lo puede hacer, pero ¿Eso garantiza que sean obedecidas? Desde luego que no. Antes de dar órdenes primero se debe ganar respeto.

Sin respeto no hay líder ni orden que pueda ser obedecida, por voluntad propia de los que reciben dicha orden. Lamentablemente este es un verdadero problema, que nace desde el hogar, ¿Por qué? Porque el que se impone sin respeto siempre es el padre.

Esto sucede mas porque la madre no da el apoyo a su marido, representándolo como alguien que se debe obedecer mas por lo que representa, que por lo que es. Muchos no pueden tener lo digno de padre ya sea por ignorancia, o por traumas de su niñez pero eso no dice que no deban ser respetados.

Nadie puede darme órdenes y los conflictos emocionales

Esto es simple, si no hay orden es un cáos y eso representa conflictos emocionales para todos. En el caso que no funcione así sea en la casa o lugar en que se trabaja, se debe fomentar su propio respeto para que de esa forma la gente que lo rodea, sepa que usted no es el mismo que era.

Trabaje en eso, aprenda a ver a las personas con méritos porque algo tienen de valor, aunque no parezca. Solo cuando se dé cuenta que usted no es el único, entenderá que los demás tienen lo que usted tiene y por eso se los debe respetar.

Ahora, ¿Saben por qué se lo debe hacer? Por el simple hecho que si lo hace, usted se está respetando y eso ven y sienten los que están cerca de usted. Con esto nunca más dirán «Nadie puede darme órdenes».

Qué es órdenes y esclavitud?

En muchos contextos, especialmente en organizaciones y sociedades, las «órdenes» se refieren a las directrices o comandos que se dan dentro de una estructura jerárquica. Por ejemplo, en un entorno laboral, los superiores pueden dar órdenes a los subordinados.

La estructura jerárquica en la que se basa el sistema de órdenes puede implicar una diferencia de poder entre las personas que dan y las que reciben órdenes. Este tipo de estructura es común en organizaciones, instituciones y en el ámbito militar.

La esclavitud es una forma extrema de coerción en la que una persona es forzada a trabajar sin libertad ni compensación justa. Históricamente, la esclavitud ha implicado la propiedad y el control total sobre un individuo, negándole derechos y libertades fundamentales.

La coerción es una forma de control que puede no llegar al extremo de la esclavitud, pero aún así implica presionar a alguien para que actúe en contra de su voluntad. Esto puede ocurrir a través de amenazas, manipulación emocional o presiones sociales.

En algunas religiones, existen órdenes o comunidades que viven bajo reglas estrictas y una estructura jerárquica, como en el caso de los monjes en el cristianismo o los líderes en el budismo. Aunque hay una estructura de autoridad, estas comunidades no están basadas en la esclavitud.

En el ámbito militar o corporativo, las órdenes son parte del funcionamiento normal de la organización. Aunque hay una estructura de mando, no se trata de esclavitud, sino de un sistema organizado para cumplir objetivos.

Aspectos emocionales y sociales

Desde una perspectiva psicológica, la obediencia a las órdenes puede verse como una forma de conformidad social. Los experimentos de psicología social, como el de Milgram, han demostrado que las personas pueden seguir órdenes incluso si van en contra de sus principios, especialmente en contextos de autoridad.

La tensión entre seguir órdenes y mantener la autonomía personal es una cuestión importante. En sistemas jerárquicos, encontrar un equilibrio entre seguir directrices y mantener la independencia personal puede ser un desafío. Es importante distinguir entre una estructura organizativa legítima y sistemas coercitivos que implican abuso de poder o explotación.

En cualquier sistema de órdenes, es crucial que se respeten los derechos y la dignidad de las personas. La esclavitud es inaceptable y una violación grave de los derechos humanos, mientras que la obediencia en un contexto estructurado debe equilibrarse con el respeto a la autonomía individual.

Qué hace que una persona no quiera recibir órdenes?

Hay varias razones por las cuales una persona puede no querer seguir una orden, ya sea en casa o en el trabajo. Aquí detallo algunas posibles causas y factores. Si una persona no está motivada o no ve el valor en la tarea, puede ser menos propensa a seguir órdenes.

La motivación interna juega un papel crucial en la disposición a cumplir con las directrices. Algunas personas valoran su independencia y pueden resistirse a las órdenes porque prefieren tomar sus propias decisiones y tener control sobre su propio trabajo.

Si las órdenes se perciben como injustas o desproporcionadas, la persona puede resistirse. Sentirse tratado de manera desigual o sin consideración puede generar resistencia. La forma en que se dan las órdenes también puede influir.

Las órdenes impartidas de manera autoritaria o despectiva pueden provocar rechazo y resistencia. Si las órdenes no están bien comunicadas o explicadas, puede haber confusión o desinterés.

La claridad y el contexto ayudan a que las personas entiendan mejor por qué deben seguir una orden. La relación entre la persona y quien da las órdenes también es importante. Si hay una falta de confianza o respeto hacia la autoridad, es más probable que haya resistencia.

Las experiencias pasadas pueden influir en la actitud hacia las órdenes. Si alguien ha tenido malas experiencias con autoridad en el pasado, puede ser más resistente a seguir órdenes en el presente. Algunas personas tienen una personalidad más rebelde o cuestionadora y pueden resistirse a seguir órdenes por un fuerte sentido de autonomía o independencia.

Cultura organizacional y familiar

En algunos entornos de trabajo, la cultura promueve una estructura más horizontal y participativa, donde las órdenes no son tan prevalentes. En tales entornos, la resistencia puede ser mayor si las expectativas son demasiado autoritarias.

Ahora, en el hogar, las dinámicas familiares también juegan un papel. Las expectativas y normas familiares pueden influir en cómo se reciben las órdenes. Asegúrate de que la persona entienda el propósito y la importancia de la tarea.

La comprensión puede aumentar la disposición a seguir la orden. Involucrar a la persona en el proceso de toma de decisiones puede ayudar a aumentar su compromiso. Dar las órdenes de manera respetuosa y clara puede reducir la resistencia. La empatía y el respeto son clave.

He conocido personas que en apariencia son dignas de respeto, por eso las personas que han trabajado bajo su mando, obedecían al pie de la letra lo que él ordenaba, pero, una vez que se lo conoce cómo es la persona, toda esa autoridad se pierde.

Reconocer el esfuerzo y brindar retroalimentación positiva puede motivar a las personas a seguir órdenes y cumplir con las expectativas. Resumidamente, la resistencia a seguir órdenes puede deberse a una variedad de factores relacionados con la motivación, percepción de justicia, comunicación, y la relación con la autoridad. Entender estos factores puede ayudar a abordar la resistencia de manera efectiva.


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