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No acepto un no por respuesta. Es muy sabido que para muchas personas es difícil hablar en público pero, más difícil es conseguir algo de alguien que sólo depende de él que se pueda hacer, es decir, conseguir que diga «Sí» a algo que tiene tendencia de decir «No». Por lo general para los vendedores que están de aquí para allá y que se supone saben lo que tienen que hacer, se les hace difícil conseguir un «Sí» por respuesta.
La explicación es porque no hay estrategia en el mundo que haga que una persona que ha dicho «No» cambie de opinión y luego diga «Sí» a menos claro que no tenga personalidad y sea fácil de dominar, el caso es que cuando alguien dice no ha entrado en función su yo interno de poder, por lo tanto es lo más importante que ha dicho y eso, no lo va a cambiar por algo que lo va a sentir como que se ha bajado de un pedestal.
Según lo que me he dado cuenta, para lograr que alguien diga «Si» se pasa por algunos cursos y seminarios en los cuales, les llenan la cabeza de técnicas que a la final funcione con unos pero con otros no. Cuando se trata de la mente de un ser, nada está dicho porque todos pensamos, miramos, escuchamos o sentimos de diferentes formas.
Lo que hago no funciona
Por esa misma razón es que lo que se aprende sirve pero en cierta medida y si no acepto un no por respuesta, quiere decir que lo que estoy haciendo no está funcionando porque me ha dicho «No». En este caso para que no suceda en otra ocasión evite al máximo discutir con su interlocutor, porque de esa forma y aunque tenga la razón en los beneficios que le está ofreciendo.
Siempre encontrará la manera de decir no por el simple hecho de demostrarle que él o ella es la que manda, es simple capricho al menos en algunos casos porque puede ser que por alguna razón que no le parece, se vea obligado a decir que no. Hay formas simples pero que se necesita un poco de astucia y un buen conocimiento sobre la persona, a la cual se requiere que de un afirmativo.
Es totalmente necesario que usted sepa de la persona y con mucha más razón si está medio difícil para poder hacer negocios, ahora no sólo en los negocios se aplica esto, también en las relaciones sean de amigos o de familia, claro que siempre guardando la postura de ser justo y no se aproveche de esto con aquellos que no lo saben.
Sea observador
La forma más práctica es que en el momento que empiece las conversaciones, busque algo de la persona que le guste mucho como por ejemplo: Las mascotas, los cuadros, los viajes o cualquier cosa que sepa que le gusta, ahora ¿Qué hacer con eso? Pues inicie con algo que tenga que ver y deje que el otro se desplaye, todo el tiempo que quiera.
De esa manera el ha dicho lo que quería decir y usted le ha hecho sentir muy importante, como le ha dado esa oportunidad le va hacer una pregunta que usted sepa que va a decir si, claro que esto es con mucha astucia, luego le hará otra y después otra. Recuerde que en todas tiene que decir si.
Ahora de ahí para adelante haga la pregunta que tenga que ver con su objetivo pero, al mismo tiempo usted sabe que va a decir que si. En esto nunca se presiona sólo es estrategia porque en el primer momento en que la persona se de cuenta que usted lo único que quiere es algo de él, ahí se termina la comunicación. En total cuando ya se ha avanzado no tendrá problemas de tocar el tema por el cual usted espera un si por respuesta, al menos yo no acepto un no por respuesta.
¿Por qué es difícil escuchar «NO» cuando uno quiere algo?
Escuchar «no» puede ser una de las experiencias más difíciles en la vida de una persona, especialmente cuando se desea algo intensamente. Ya sea en el ámbito personal, profesional o en las relaciones, el rechazo puede desencadenar una variedad de emociones y respuestas que pueden llevar a la frustración, la tristeza o incluso la ira.
En este artículo, exploraremos las razones detrás de la dificultad de aceptar un «no» y cómo el ego puede influir en nuestra reacción ante el rechazo. Los seres humanos son criaturas de deseo.
Desde una edad temprana, desarrollamos anhelos y necesidades que nos impulsan a buscar satisfacción. Cuando deseamos algo, ya sea un objeto, una relación o una oportunidad, nuestra mente se enfoca en la posibilidad de obtenerlo.
Este impulso es natural, pero también puede volverse problemático cuando el deseo se convierte en una obsesión. El deseo a menudo está ligado a emociones profundas. Cuando queremos algo, puede ser porque creemos que nos proporcionará felicidad, seguridad o validación.
Cuando escuchamos «no», se percibe como un obstáculo para alcanzar esos objetivos emocionales. Este desencanto puede desencadenar una reacción intensa, ya que el «no» parece amenazar nuestro bienestar emocional.
El ego se refiere a la percepción que tenemos de nosotros mismos, nuestra identidad y nuestro valor. Es una parte esencial de nuestra psique que nos ayuda a navegar por el mundo y a establecer nuestra posición en él. Sin embargo, el ego también puede volverse frágil y sensible ante la posibilidad de rechazo.
Cuando alguien recibe un «no», especialmente de alguien que valora o respeta, el ego puede sentirse herido. Este dolor puede manifestarse como vergüenza, inseguridad o incluso ira. La incapacidad de aceptar un «no» puede ser una defensa del ego, que intenta proteger nuestra autoimagen y nuestra percepción de éxito.
El ego también se ve afectado por la comparación con los demás. En un mundo donde las redes sociales y la competencia son prominentes, es fácil sentirse inferior cuando se escucha un «no».
La necesidad de validación puede empujarnos a interpretar el rechazo como un reflejo de nuestro valor personal, lo que intensifica nuestra aversión a la negativa. Una respuesta común ante el «no» es la negación.
Al rechazar la realidad de la negativa, algunas personas intentan proteger su ego. Pueden convencer a sí mismas de que el «no» no es definitivo o que la otra parte no entiende completamente su deseo. Esta negación puede ser un mecanismo de defensa que impide enfrentar la realidad y adaptarse a ella.
Otro mecanismo de defensa es la racionalización. Las personas pueden tratar de justificar el rechazo, buscando razones que minimicen su impacto emocional. Pueden pensar que la otra persona se equivocó al decir «no» o que hay factores externos que influenciaron la decisión.
Aunque este enfoque puede proporcionar alivio temporal, no aborda la herida subyacente. La búsqueda de aprobación es una respuesta común al rechazo. Algunas personas intentan compensar el «no» buscando la validación de otras fuentes.
Esto puede llevar a una dependencia emocional, donde el individuo busca constantemente la afirmación de su valor a través de la aceptación de los demás. Esta dinámica puede volverse tóxica y perjudicial para la salud emocional.
Cómo aprender a aceptar el «no»
Una de las formas más efectivas de lidiar con el rechazo es practicar la autocompasión. Reconocer que el «no» no define nuestro valor personal es esencial para construir una autoestima saludable.
Al ser amables con nosotros mismos en momentos de decepción, podemos aprender a aceptar el rechazo sin permitir que dañe nuestra autoimagen. Cambiar nuestra perspectiva sobre el «no» puede ser liberador.
En lugar de verlo como un obstáculo, podemos considerarlo como una oportunidad para crecer y aprender. Cada rechazo puede proporcionar información valiosa sobre nosotros mismos y nuestras metas, ayudándonos a ajustarlas para el futuro.
La resiliencia emocional es la capacidad de recuperarse de las decepciones. Fortalecer esta habilidad puede ayudarnos a enfrentar el rechazo con más gracia. Practicar la reflexión, el autocuidado y el establecimiento de metas puede ayudar a construir una base sólida para enfrentar los desafíos emocionales.
Es fundamental establecer límites saludables en nuestras relaciones. Esto significa aprender a priorizar nuestras necesidades y deseos sin depender completamente de la aprobación de los demás. Al establecer límites, podemos proteger nuestro bienestar emocional y reducir la presión que sentimos ante la posibilidad de un «no».
Es importante reconocer que el rechazo es una parte natural de la vida. Todos enfrentamos «no» en algún momento, y esta experiencia compartida puede ayudar a normalizar el proceso. Aceptar que el «no» no es un reflejo de nuestro valor personal puede ser un paso crucial para crecer emocionalmente.
La aceptación del «no» puede abrir la puerta a nuevas oportunidades. En lugar de aferrarnos a lo que no se puede tener, podemos aprender a redirigir nuestra energía hacia nuevas metas y aspiraciones. Esta mentalidad de crecimiento puede transformar la experiencia del rechazo en una oportunidad para explorar nuevas posibilidades.
Conclusión
Escuchar «no» es una experiencia difícil que puede desencadenar una variedad de emociones, a menudo influenciadas por el ego. La herida del ego, los mecanismos de defensa y la búsqueda de aprobación son respuestas comunes ante el rechazo.
Sin embargo, aprender a aceptar el «no» es esencial para el crecimiento personal y la salud emocional. Practicar la autocompasión, reenfocar nuestra perspectiva y fomentar la resiliencia son pasos fundamentales para enfrentar el rechazo de manera más saludable. Al hacerlo, podemos reconocer que el «no» no define nuestro valor, sino que es simplemente parte del camino hacia la realización de nuestros deseos y objetivos.