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No Quiero Abortar. Entre los errores de la adolescencia está el embarazo y cuando sucede, suele aparecer frases como «No quiero abortar«, solventadas por ofrecimientos de sus parejas las cuales, en el mayor número queda solo como un ofrecimiento.
De algo parecido nace lo que siempre le escuchaba a mi mamá, cuando le decía que una persona tenía que darme algo. Mi madre me decía «Yo te ofrezco y mira quién te dé», es algo que pasa entre las parejas muy jóvenes.
La formación de parejas entre adolescentes no está mal, lo que da malos resultados es los pasos que dan, desde luego que se da por la falta de conocimientos el cual da como punto de referencia, la experiencia que les toca pasar.
Ahora, la chica que está en este punto que influenciada por la falta de amor de hogar, cree que su pareja que es otra persona igual a ella, le va a dar lo que ella no tiene en su interior, amor, cariño, comprensión y más que todo seguridad.
NO quiero abortar
Esto sin darse cuenta que su pareja que a falta de amor y cariño, tiene un resentimiento hacia los demás tomando una actitud de irresponsabilidad. Esta actitud le da para ser como en la mayoría de los casos se da, lo que es dejar abandonada la unión.
Tomen en cuenta que hay un posible hijo-a que al sospechar, se van sin decir nada aunque en un tiempo no muy lejano, aparezcan con el remordimiento que genera el abandonar un hijo. En algunos casos se tardan casi toda una vida en dar cara.
Estas acciones dan para tomar medidas extremas aunque no sean de parte de la nueva madre, dado que al verse abandonada y no tener los medios para sobrevivir sola, tiene que enfrentarse a sus padres y decir, «Estoy embarazada y no quiero abortar».
Es de notar que ha tomado una decisión, algo que para los padres es una sorpresa para lo cual nunca se han preparado. Desde luego que la primera reacción de la madre será lanzar el grito al cielo, después será, «Es imposible porque tú no puedes quedar embarazada».
De aquí vendrá una serie de excusas de toda forma, color y razones por lo que su hija no puede tener ese bebé, desde luego que es de acuerdo a sus razones el cual siempre estarán dirigidas por su ego, el mismo es impulsado por todos lo miedos existentes.
En este caso nunca verá a su hija como parte de la decisión, simplemente porque ella es una inexperta en la vida y la que no hará pasar vergüenza a la familia. El punto en esto es que la principal involucrada no es tomada en cuenta, es mas, es maltratada.
¿Qué se hace en estos casos?
Lo más inteligente y razonable es preguntarle a la adolescente si en verdad quiere tener a su bebé, sabiendo que el padre no estará para cuando nazca. Una vez que dé el si o aceptación, es bueno preguntarle las razones o motivos.
Muchas veces, es raro que den una respuesta en ese momento y si lo dan, deben tomar mucha atención a lo que diga, ¿Por qué? Porque en ese momento ella dirá lo que no tiene y quiere para su bebé, algo que los padres deben tener muy en cuenta.
Ahora, ¿Por qué los padres deben tomar atención? Esto es por el simple hecho que al seguir con la misma actitud hacia ella, lo que hará es impulsar las mismas razones por lo que la impulsó a buscar alguien en la calle, que le cante lo que ella no tiene en casa, seduciéndola.
Por lo general cuando una adolescente queda embarazada, no lo hace con esa intención, no lo planeó pero cuando se entera que está, lo que hace es que su mente empieza a moverse a velocidad increíble, busca alternativas que desde luego lo hace junto a su pareja.
Si funciona como lo planeó, todo está bien pero cuando no se da es que empieza un camino de problemas, solo si los padres ven primero su «estatus social» antes que la calma emocional de su hija. Ninguna hija está pensando embarazarse solo por molestar.
Si una hija dice que no quiere abortar, es hora de empezar con un plan de cómo ayudarla ya que no hay nadie más recomendable, que sus mismos padres para esta labor. Es muy importante no tratar de convencerla de algo que ya lo ha pensado.
No quiero abortar toma de decisiones correctas
Por lo general, muchas adolescentes con algo de ayuda maduran y llegan a tener éxito en la vida, pero si no es así, es porque sus padres le han hecho la vida difícil, esto no quiere decir que solapen la situación y cada vez y cuando venga con nuevas sorpresas de embarazos.
La ayuda que debe recibir la hija es aparte de dinero, un apoyo moral, emocional y en especial una guía para que ella empiece a ver, que ya no está sola en la vida, tiene una responsabilidad que ella aceptó, por lo tanto debe tomar un giro en su acción para vivir.
El aborto es un tema complejo y multifacético, que puede ocurrir por una variedad de razones. Si la madre tiene una condición médica que pone en peligro su vida o su salud si continúa con el embarazo, como enfermedades cardíacas graves, hipertensión pulmonar, o cáncer, puede ser necesario un aborto por razones de salud.
Algunas complicaciones, como la preeclampsia grave, pueden poner en riesgo la vida de la madre, lo que podría llevar a la decisión de abortar. Si se detectan anomalías congénitas severas que son incompatibles con la vida fuera del útero, como la anencefalia o ciertos trastornos genéticos graves, los padres pueden optar por un aborto.
En algunos casos, las malformaciones fetales graves que podrían resultar en una vida de sufrimiento o en una incapacidad para sobrevivir fuera del útero pueden ser una razón para considerar el aborto.
La falta de recursos financieros para cuidar de un hijo puede ser una causa para considerar el aborto, especialmente en situaciones de pobreza extrema. La falta de apoyo social, como el estar en una relación abusiva o no tener una red de apoyo para ayudar en la crianza del niño, puede influir en la decisión de abortar.
En algunos casos, las mujeres muy jóvenes o mayores pueden optar por un aborto debido a la preocupación por su capacidad para manejar un embarazo y criar a un hijo en ese momento de sus vidas.
Incluso con el uso de anticonceptivos, puede ocurrir un embarazo no planeado, y algunas mujeres pueden optar por un aborto si no se sienten preparadas para tener un hijo. Los embarazos resultantes de violación o incesto son circunstancias extremadamente traumáticas y pueden llevar a la decisión de abortar debido al impacto emocional y psicológico.
Si una mujer siente que no está emocional o psicológicamente preparada para llevar a término un embarazo y criar a un hijo, esto puede ser un factor en su decisión. Algunas mujeres pueden considerar el impacto de un embarazo en su educación, carrera, o metas personales, y optar por un aborto si sienten que no están listas para esos cambios.
En algunos lugares, las restricciones legales sobre el aborto pueden influir en las razones por las cuales una mujer puede optar por abortar, ya que las leyes varían ampliamente en diferentes países y regiones. En situaciones de guerra, desplazamiento o desastres naturales, las condiciones de vida extremadamente difíciles pueden llevar a una mujer a considerar el aborto.
Jiddu Krishnamurti y el aborto
El influyente filósofo y pensador del siglo XX, no abordó el tema del aborto específicamente en sus enseñanzas. Sin embargo, su enfoque hacia la vida, la moralidad y la toma de decisiones puede ofrecer una perspectiva sobre cómo podría haber visto un tema tan complejo.
Krishnamurti enfatizaba la importancia del autoconocimiento y la autoindagación profunda en cualquier decisión moral. Según su filosofía, cualquier decisión, incluyendo una tan difícil como el aborto, debería surgir de una comprensión completa de uno mismo, libre de prejuicios, influencias externas o condicionamientos sociales. Para Krishnamurti, la clave es la claridad mental y la comprensión de las propias motivaciones y circunstancias.
Krishnamurti defendía la libertad de pensamiento y la autonomía individual. Creía que cada persona debía ser libre para tomar decisiones basadas en su propio entendimiento y conciencia, en lugar de seguir ciegamente las normas sociales, religiosas o culturales.
Aplicado al aborto, esto podría significar que la decisión debe ser tomada por la persona directamente involucrada, desde un lugar de total libertad y comprensión, sin estar atada a dogmas o presiones externas.
Krishnamurti también hablaba de la responsabilidad que cada ser humano tiene no solo hacia sí mismo, sino hacia la totalidad de la vida. En el contexto del aborto, esto podría interpretarse como la necesidad de considerar todas las implicaciones de la decisión, no solo en términos personales, sino también en cómo afecta a los demás y al conjunto de la sociedad. Sin embargo, esta responsabilidad no debería ser vista como una carga impuesta, sino como una expresión natural de una mente clara y consciente.
No juicio y compasión
Krishnamurti era crítico con el juicio moralista que muchas veces acompaña a decisiones personales. En lugar de juzgar, promovía una actitud de compasión y comprensión. En el caso del aborto, esto podría implicar que, en lugar de condenar o criticar, se debe buscar comprender profundamente las razones y circunstancias que llevan a una persona a considerar tal decisión, y acercarse a ella con empatía y apoyo, no con censura.
Krishnamurti sostenía que las creencias, ya sean religiosas, morales o culturales, a menudo dividen y distorsionan la percepción de la realidad. En cuestiones tan sensibles como el aborto, es probable que Krishnamurti hubiera aconsejado evitar que las creencias rígidas influyan en la decisión, sugiriendo en cambio un enfoque basado en la observación directa y el entendimiento sin prejuicios.
Finalmente, Krishnamurti enfatizaba vivir plenamente en el presente, sin ser arrastrado por el pasado o el futuro. En el contexto de una decisión sobre el aborto, esto podría interpretarse como la necesidad de enfrentar la situación actual con una mente abierta y consciente, tomando decisiones basadas en lo que es verdad y necesario en ese momento, sin miedo ni culpa por lo que ha pasado o lo que podría suceder.
En resumen, aunque Krishnamurti no abordó directamente el tema del aborto, su enfoque general hacia la vida sugiere que habría visto la decisión como un proceso profundamente personal, que debe ser tomado con claridad mental, libertad, responsabilidad y compasión, sin ser influenciado por dogmas, miedos o juicios externos.