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No se comprometa si no va a cumplir, es una regla básica para el desarrollo del buen éxito en los negocios. Prácticamente no sólo en los negocios se debe aplicar esta regla, existe una vida a la cual debemos respetar, empezando por nosotros mismos y si lo hacemos así todos terminan por respetarnos.
Es de ahí que viene la siguiente pregunta ¿Qué pasa cuando nos comprometemos? Pasa muchas cosas que podrían negativas o positivas, eso depende de qué tan responsable seamos con nuestros compromisos.
Si cumplimos, seremos ganadores de la confianza de nuestros vecinos, amigos, clientes y con mucha razón los cibernautas, que buscan una oportunidad para realizarse como emprendedores.
Pero ¿Qué pasa cuando no cumplimos? Simple, dejamos de ser acreedores de confianza y respeto, y todo porque nos comprometimos hacer, dar o quien sabe tal vez probar que algo funciona como nosotros decimos. Esto es muy grave, al menos si tenemos lo que se llama conciencia.
Con todo esto, ¿Cuántos de ustedes volverían a confiar en personajes como nosotros, sabiendo que no hemos cumplido? Dudo mucho que lo vuelvan hacer, pero existe algo que yo le llamo «El síndrome de la pantalla» y no es en blanco porque esta pantalla si tiene imagen por la cual es donde aparecemos con nuestra linda cara y ofrecemos lo que sea.
No se comprometa si no puede
Es aquí donde se puede escudar la persona que se ha comprometido y no ha cumplido, sin importarle el dinero que mucha gente ha gastado en su confianza, de que la adquisición ha sido la mejor. Por eso la persona que piensa en comprometerse o da su palabra de lo que ofrece, debe cuidar mucho lo que dice.
Muchas personas hablan como si estuvieran con ellos mismos o con sus amigos, no se dan cuenta que todos somos diferentes y podemos, entender diferente pero, si hace lo que dice y escribe exactamente eso, «Si hace lo que dice» nunca puede haber malos entendidos.
Ahora hay un remedio para esto que es el «Compromiso» y es no comprometerse, así de sencillo. Debe ser bien claro, porque si dice que poniendo «A» + «B» y le añade un poco de «C» va a tener «$» y no se llega ni siquiera a oler, algo está pasando.
Recuerde, una de las claves como para llegar al éxito es ser bien claro con lo que se compromete mediante lo que dice u ofrece. De no cumplir, perderá la credibilidad y confianza que son herramientas que tienen para seguir en los negocios, sean físicos o en línea.
Hay mucha gente ofreciendo lo que ellos muy posiblemente si les funciona pero se olvidan de algo tan elemental, siempre hay variantes que por lo general las tienen el que confía en la información y para ellos lamentablemente es otro dinero que tendrá que pagar. O mejor, no se comprometa.
El compromiso es hacer creer que sí se dará
El compromiso y la confianza son dos conceptos interrelacionados que juegan un papel fundamental en nuestras relaciones personales y profesionales. Mientras que el compromiso implica una promesa o intención de actuar en un futuro, la confianza se refiere a la creencia en la fiabilidad o la capacidad de alguien para cumplir con esa promesa.
Sin embargo, no siempre es fácil discernir si una promesa de compromiso es creíble o si la confianza que se nos ofrece es genuina. Este artículo explora la relación entre compromiso, confianza y credibilidad, y ofrece herramientas para evaluar la autenticidad de estas dinámicas en nuestras interacciones cotidianas.
El compromiso puede definirse como la decisión de mantener una promesa o seguir un curso de acción a pesar de las dificultades. En contextos personales, esto podría referirse a relaciones románticas, amistades o incluso la dedicación a un proyecto o causa.
En el ámbito profesional, el compromiso a menudo se traduce en la lealtad hacia un equipo, una empresa o un objetivo común. Cuando alguien expresa un compromiso, está haciendo una declaración de intención, pero esto no garantiza necesariamente que se cumpla.
La forma en que esa intención se manifiesta en acciones es crucial para evaluar la credibilidad de la promesa. Por lo tanto, es importante considerar no solo las palabras, sino también el comportamiento y la consistencia de la persona en el tiempo.
La fe y la confianza
La confianza es la fe que se tiene en la capacidad, integridad y carácter de alguien. En cambio, la credibilidad es la calidad de ser creíble, es decir, la capacidad de ser considerado digno de confianza. Aunque ambos conceptos están íntimamente relacionados, no son sinónimos.
La confianza: Se basa en experiencias previas y percepciones. La confianza se construye a lo largo del tiempo y a menudo se basa en la historia de interacciones pasadas. Si alguien ha demostrado ser fiable y consistente en sus acciones, es más probable que se le otorgue confianza.
La credibilidad: Es un atributo más objetivo que puede ser evaluado en función de ciertos criterios. Alguien puede ser considerado creíble si tiene experiencia, formación, logros o referencias que lo respalden. Sin embargo, esto no garantiza automáticamente que esa persona actuará de manera confiable en todas las circunstancias.
Para discernir si una promesa de compromiso es creíble, es esencial tener en cuenta varios factores. Aquí hay algunas preguntas y consideraciones que pueden ayudar a evaluar la situación.
Ahora, ¿Cuál es el historial de la persona? Examinar el historial de la persona puede ofrecer una visión clara sobre su credibilidad. ¿Ha cumplido con sus compromisos en el pasado?
Si ha demostrado ser consistente y fiable, hay razones para confiar en su capacidad de hacerlo nuevamente. Sin embargo, si hay patrones de incumplimiento, esto puede generar dudas sobre su compromiso actual.
¿Qué acciones respaldan las palabras?
La congruencia entre lo que se dice y lo que se hace es fundamental. Alguien puede hacer promesas convincentes, pero si sus acciones no respaldan esas promesas, la credibilidad se ve comprometida. Observar cómo actúa la persona en situaciones cotidianas puede proporcionar pistas sobre su capacidad para cumplir con su compromiso.
A veces, las personas pueden comprometerse a algo debido a la presión social o por agradar a los demás. Esto no siempre es un indicador de su deseo genuino de cumplir. Es importante considerar si la persona está actuando por su propia voluntad o si hay factores externos que influyen en su compromiso.
El contexto en el que se hace un compromiso también es relevante. Un compromiso hecho en un momento de entusiasmo puede no ser tan sólido como uno hecho en un contexto más reflexivo. La motivación detrás del compromiso, así como las circunstancias que lo rodean, son aspectos cruciales a considerar.
Observar cómo una persona maneja los desacuerdos o las dificultades puede proporcionar información valiosa sobre su carácter. Si alguien es capaz de discutir de manera abierta y honesta, en lugar de evitar o evadir problemas, esto sugiere una mayor madurez y, por ende, una mayor credibilidad en sus compromisos.
Una comunicación abierta y honesta es fundamental para evaluar la credibilidad y la confianza. Cuando alguien expresa un compromiso, es esencial que se sienta libre de comunicar sus dudas, miedos o limitaciones. Fomentar un ambiente de diálogo permite que ambas partes clarifiquen expectativas y trabajen juntas para mantener la confianza.
Si la persona está dispuesta a discutir sus compromisos y se muestra receptiva a la retroalimentación, esto puede fortalecer la confianza y la credibilidad. La transparencia en las relaciones fomenta un sentido de seguridad y permite abordar problemas antes de que se conviertan en conflictos.
La credibilidad es confianza pero no siempre viceversa
La credibilidad puede contribuir a la confianza, pero la confianza no se basa únicamente en la credibilidad. Puede haber personas que son creíbles en términos de experiencia y habilidades, pero que no son dignas de confianza debido a comportamientos poco éticos o inconsistentes.
Al mismo tiempo, alguien puede ganar la confianza de otra persona a través de la empatía, la comprensión y el apoyo emocional, incluso si no posee una credibilidad formal. Es importante reconocer que la confianza se construye y se mantiene a lo largo del tiempo.
La credibilidad puede abrir la puerta a la confianza, pero es la conexión personal y la historia compartida la que solidifica esa confianza. Para fomentar un entorno en el que el compromiso sea creíble, tanto individuos como organizaciones deben trabajar en construir y mantener la credibilidad y la confianza. Esto puede lograrse a través de:
Cumplir con los compromisos y ser consistentes en las acciones fortalece la credibilidad. Ser honesto sobre las capacidades, limitaciones y circunstancias actuales genera confianza.
Fomentar un diálogo honesto y constructivo promueve una relación basada en la confianza mutua. Mostrar comprensión y apoyo hacia las necesidades y preocupaciones de los demás también contribuye a construir confianza.
Conclusión
El compromiso es más que hacer una promesa; es una combinación de intención, acción y responsabilidad. La confianza y la credibilidad son pilares fundamentales que determinan si un compromiso es genuino y creíble.
Al evaluar la autenticidad de un compromiso, es esencial considerar el historial, las acciones, el contexto y la capacidad de la persona para comunicarse de manera efectiva. Si bien la credibilidad puede abrir la puerta a la confianza, la verdadera conexión se forma a través de experiencias compartidas y el respeto mutuo.
En última instancia, la relación entre compromiso, confianza y credibilidad es dinámica, y cada interacción nos brinda la oportunidad de fortalecer o debilitar estos lazos. Al ser conscientes de estos factores, podemos tomar decisiones más informadas sobre en quién confiar y cómo manejar nuestros propios compromisos en la vida.