Clarí capítulo 15 «La vira vuerta»

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La vira vuerta

―Bueno señor está claro, ninguna de las dos está aquí, eso quiere decir que tenemos que ir al siguiente pueblo ―manifestó Peke.

―Tienes razón… ¡Laipo! ¿Cuál es el siguiente pueblo? (Naranja  agria señor) ya escuchaste Peke, prepara todo y nos largamos para allá ―ordenó Jansí.

―Señor, nos vamos y qué hacemos con el muchacho, ¿Lo mato?

―No sé… déjame ver… ¡Oye Bonito! ¿Tienes hijos? ―La pregunta peligrosa de Jansí.

―No señor, pero tengo una linda madre ―contestó con temor.

―Ah, ¿La quieres mucho? ―Preguntó Jansí.

―Señor, mi madre está viva porque yo cuido de ella además, está muy enferma y no puede trabajar desde hace un tiempo.

―Está bien muchacho, te felicito ―dijo Jansí―. Peke dale $ 1000 para que se ayude en algo por su buena labor con su madre, y déjalo tranquilo.

―Buena elección señor Jansí ―dijo Peke―. Toma muchacho,  hoy volviste a nacer, bendiciones.

―Vámonos rápido ―ordenó Jansí.

Novela de ficción
Clarí capítulo 15 «La vira vuerta»

Otra vez empieza una nueva aventura de persecución sin saber lo que les depara el destino. Mientras tanto, el Pullman de Nisoilá ha llegado a Poste partido y como siempre Raquel se alista para ir de visita al burdel de la Vira vuerta. Prepara los obsequios que llevan para ella, ya todo listo parte en una misión de negocios, la Vira vuerta es la única empresaria que cobra un porcentaje por cada punto que haga una chica, el año pasado cobró el 3% que no es nada pero en la cantidad de veces que eran utilizadas ellas, multiplicado por la cantidad de chicas, multiplicada por la cantidad de días, el resultado es una cuantiosa cantidad de dinero, Nisoilá espera que este año por lo mínimo se mantenga el mismo porcentaje.

 La misión de Raquel es negociar de ser posible que baje ese porcentaje. Raquel parte en su misión, mientras se dirigía hacia el Burdel iba pensando en el bienestar de sus compañeras, claro que también en el de Nisoilá: “¿Quién me mandó a ser la negociante de Nisoilá? Si supieran que tan mal me cae ese maricón, es tan adefesioso y ridículo que se cree la muy bella, sólo se la pasa criticando la ropa de otros, pero bueno, ojalá hoy esté de buen humor porque sí no se pone bien fastidiosa y eso me cae mal, el año pasado nos fue muy bien pero a la Vira vuerta le fue mucho mejor claro que a costilla nuestra, y de ser posible eso tengo que remediar, como ella nos cobra un porcentaje, nosotras, tenemos que trabajar el doble, nosotros quedamos inflamadas y cansadas, en cambio ella pasa sentada esperando que le den el dinero”, Raquel ha llegado a la puerta del burdel y es invitada por la Vira vuerta.

― ¡Bienvenida querida! ―saludo afectuoso de parte de la Vira vuerta.

―Hola, y muchas gracias ―decía Raquel.

―Ay yo no sé qué hago, pero por mucho que intento no logró ponerme en forma, pero que linda que estas querida, como quisiera ser un machote para cogerte en este momento ―hablaba con ironía.

―Usted no se queda atrás, ¡Miren lo bonita que está!

―Bueno dejémonos de alegrarnos tanto y hablemos de negocios, y otra cosa, te voy a pedir un favor, cuando estemos fuera del trabajo o negociando por favor llámame Ringo, porque ese es mi nombre, ¿Si? ―Hablaba con nostalgia.

―Está bien, como tú digas.

―Bueno ya todo claro, ahora sí vamos a los negocios, mira mi amor, como las cosas se han puesto caras este año  les voy a subir al 5% y mira que es barato.

― ¡Qué! Estás loca, como tú no eres la que te asas nos subes dos puntos, sin pena ni  gloria, por favor querida sea más consciente.

―Pero mi amor, ustedes saben que aquí son bienvenidas, además aquí tengo gente que las cuidan sin miedo.

―Pon atención Ringo, en lo personal yo no acepto ese porcentaje y peor mi madrina, toma en cuenta que atender a un borracho no es lo mismo que atender a uno que este sobrio, además la ganancia que obtuviste el año pasado fue muy excelente, ahora nos quieres aumentar con pretextos tontos.

―Tranquila linda, controla esas hormonas me da la impresión que no te ha cogido un macho hace mucho tiempo.

―No me hables así que tú nos necesitas más que nosotras a ti, nosotras sin ningún problema podemos irnos a las afueras del pueblo, y utilizamos nuestro dormitorio como burdel y ganamos más dinero, y tú sabes que la mayoría de los hombres del pueblo nos van a buscar, ¿Y quién pierde ahí?

―No es para tanto chiquita, ya… está bien me has convencido, entonces quedamos en el 4%.

―Lo siento mucho Ringo, dejemos en dos por ciento ―en actitud firme se mantiene como una buena representante de su madrina.

―No seas abusiva querida, eso es exagerado, además en mi local hay luces y buena música ―insiste porque sabe que son necesarias hasta para él.

―Nosotros también tenemos luces y buen sonido, además a todos los clientes que suban al vehículo le podemos llevar a  dar una vuelta por el campo mientras se divierten, aparte de hacerle un buen show de bienvenida.

―Por Dios está bien, dime una cosa, ¿Cuántas chicas son?

―Somos cinco chicas que somos de tropa, aparte  esta mi madrina que tú sabes que también trabaja en exclusiva y tenemos a una nueva que es muy joven, es una experta y mucho más bonita que nosotras y cobra muy caro, sólo para hacendados que pueden pagar.

―No creo tanta maravilla de esa chica, pero bueno, ella y tú madrina quedan afuera de la cuenta, sólo voy hacer la cuenta de las cinco, 30 x 5 por ocho por 2,5 por ciento, me queda una utilidad aproximado de $ 600, que podría ser de 1200, con tú madrina y con lo que haga la otra chica, fácil me llevo los 900, ya no hay problema, entonces queda el 2,5 por ciento, pero con una condición― dijo Ringo.

― ¿Cuál condición?

―Aquí las quiero ver todos los años y si antes de esa fecha surge alguna fiesta, yo las llamo y ustedes vienen en seguida.

―No hay problema, entonces ¿Está todo arreglado?

―Si mi amor, queda pactado 2,5% y vienen cuando yo les llame.

―Entonces nos vemos en la noche, chao guapa.

―Nos vemos querida.

Raquel resultó ser una atrevida negociante, ella iba por tratar de mantener el porcentaje del año pasado y regresa con una ganancia extra, más que una se va a poner feliz y con mucha mayor razón su madrina, ahora lo único que queda es ponerse la más sensual ropa interior que tengan y sus mejores trajes, sin olvidarse de los mejores perfumes. Raquel ha llegado al bus y es recibida por todas y todas  les preguntan la última novedad del negocio.

―Ya estoy de vuelta madrina y la vengo aporreando a esa mofletuda horrible, creyéndose bella la tonta esa, y saben la última, me pidió que le llame por su nombre verdadero, me late como que le está cambiando el gusto de nuevo, pero bueno la cuestión es que se ganó algo.

―Te felicito Raquel, yo siempre dije que tú vales para negociante y no me equivoqué, además que eres muy bonita ―le dijo con mucho cariño Nisoilá.

―Me podrían decir como es la Vira vuerta como para que Raquel se refiera a ella en esos epítetos horribles ―preguntaba Clarí.

―Según me doy cuenta tú no la conoces, entonces te voy a explicar cómo es, imagínate que estoy parada ahí frente a ti y empiezo a engordar unas cinco veces mi tamaño, piel más oscura que la que tengo, las cejas es demasiado tupidas de las que tengo, que para darle forma tengo que depilarme todos los días, aparte de eso tengo exceso de bigote y barba por la cual también me obliga a rasurarme todos los días, todo eso adornado con un montón de maquillaje de colores chillones y para envolver toda esa cantidad de carne y grasa utilizó ropa bien apretada, ¿Si tienes la imagen en tu mente Clarí? ―decía Malva.

― ¡Qué horrible, qué asco! Sólo de imaginarme me dio escalofrío ―sorprendida Clarí.

―Pero no seas tan drástica, en el fondo es una muy buena persona pero en lo más hondo de su ser, en la parte más oscura donde no le llega la luz del sol ―dijo Celestina

―Bueno chicas, hay que prepararse ―dijo Nisoilá.

―No se olviden que tenemos que estar allá antes de las siete de la noche y nos retiramos a la una de la mañana, de ser posible descansar un rato para luego ponerse bien guapas ―les decía Raquel.

―Sabes una cosa Raquel, siento como que si me voy a enfrentar a mi destino, pero sabes, no me siento mal como hace unas horas, siento como que sí voy a ver algo que he estado esperando, a la final no sé a qué mismo es, ¡Qué mierda! Lo que venga al igual que hay que hacerle frente ―dijo  Clarí.

―Tranquila que aquí estamos para apoyarte ―le dijo Raquel―. Yo de ti mejor descanso para estar regia, con esos clientes hacendados que tanto te gusta.

―Disculpa mi chiquita, no es que me guste el tipo lo que me gusta es su dinero, aún que te confieso, que no lo necesito.

―“Que no necesitas” ni que tuvieras tanto dinero.

―Bueno no hablemos más que me voy a descansar un ratito para estar al 100% lista para trabajar bien.

Así que todas en el bus de Nisoilá se dispusieron a descansar, hasta que llegó las siete de la noche y ya todas estaban en todo su apogeo. Todas en un solo grupo se dirigen hacia el bar la Vira vuerta, el bar estaba repleto puesto que se había regado al rumor, de que habían llegado unas chicas muy hermosas y elegantes, nadie en el pueblo ni en los alrededores quería perderse la oportunidad de poseer a una chica de esas características. Para los amantes de la diversión la noche es virgen aun, en cambio para otros es momento de descanso, como sucede con Jansí, Peke, y toda la comitiva de la muerte, las horas pasan y todos duermen a excepción de Laipo y Peke.

 A pesar de que Peke tiene experiencias en estos tipos de trabajo, pero nunca se había topado con un loco como patrón y su brazo derecho Jansí, que también parece medio loco, aunque a Jansí se lo puede manejar pero a Juan es difícil por tener una actitud variable, uno nunca sabe lo que está pensando y Peke lo sabe muy bien, por otro lado Laipo corre un cierto riesgo, es claro que él no maneja armas y peor que haya matado a alguien puesto que su mundo es la informática, el riesgo que corre es porque es testigo de una muerte aunque no haya visto pero lo escuchó, en pocas palabras es cómplice de un crimen y también de un secuestro, aunque tuvo un final feliz pero igual es un delito, y eso es algo que a cualquiera le pone a pensar.  Laipo piensa y piensa y cómo no puede conciliar el sueño, se levanta y sale a caminar un rato y para sorpresa suya, Peke también lo había hecho y como él necesitaba hablar con alguien se encuentran los dos y conversan.

―Señor Peke que sorpresa― dijo Laipo.

―Qué tal, ¿Tampoco no podía dormir? ―Preguntó―. A propósito, nunca se me acerque así por la espalda que lo puedo confundir y termino matándolo.

―Está bien, discúlpeme, Ah y si, no podía dormir.

― ¿Qué es lo que le tiene intranquilo? ―Preguntaba el hombre de confianza.

―La verdad, no sé.

―Tal vez sea lo mismo que a mí.

― ¿Y qué es lo que le pasa a usted? Si se puede saber.

―La verdad, estoy preocupado.

― ¿De qué?

―Mire, usted parece un buen hombre y lo mejor que pueda hacer es irse de aquí ―le aconsejó Peke.

―No entiendo ―dijo desconcertado.

―Es que no se ha dado cuenta ¿Verdad?

―Ni idea.

―Sólo para que se dé cuenta, usted es un testigo de todo lo que está pasando y eso lo convierte en un blanco, por otro lado, el que paga todo tiene más de 30 hombres a su cargo, fuera del que hay aquí, y como me doy cuenta es loco y medio y muy peligroso, si mi jefe le tiene miedo por algo a de ser. Nosotros tenemos una misión de encontrar a la señora Clarí, también a la empleada de la casa que se llama Patricia, según tengo entendido es sólo para encontrarla avisar y luego esperar, pero no entiendo, ¿Para qué tanto matón? Que hasta yo me incluyo, ese tipo Juan está loco o es que le tiene tanto odio que la quiere matar el mismo, y de paso ponernos a nosotros como testigo de su maldad, creo yo para sentirse temido y de esa forma  ganar fuerza, así como todo cobarde. El sabe, que todos los que manejamos armas siempre tenemos alguno que otro secreto por ahí, y por lo tanto no vamos a delatarlo ni él a nosotros pero, en cambio le pregunto a usted ¿A cuántos ha matado hasta ahora?

―Que Dios me libre de eso señor Peke ―dijo asustado.

― ¿Se dio cuenta? Usted no mata nada, por eso es que usted es un blanco y lo mejor que pueda hacer es irse sin que nadie se dé cuenta.

― ¿Pero dónde? Si me metí a aquí fue por la paga, aunque nadie me dijo que iba a haber muertos.

Peke se pone en actitud  pensadora y después de pensarlo un rato, mete la mano en su gabán y saca billetes de 100 los envuelve y le dice.

―Miré, tengo aquí $ 1000, son suyos pero váyase lo más lejos que pueda, mejor dicho a mí mismo no me diga nada a dónde se va, solo váyase ―insistía.

―Está bien, de antemano yo le agradezco su preocupación y no me voy a olvidar de este gesto suyo.

Sin más que decir el hombre de confianza de Jansí se dio media vuelta y entró a la habitación del motel donde estaban hospedados, cerró la puerta y apagó la luz y no supo más de él a más del reclamo de Jansí que no sabía nada, pero igual, las horas pasaron y llegó el nuevo día y después del desayuno vino la primera orden.

―Quiero que todos estén listos en 15 minutos ―ordenó Jansí.

―Sr. Jansí faltan dos hombres ―dijo Peke.

― ¿Cómo que faltan nombres? Estás loco o estás mal dormido.

―No señor ya verifiqué.

― ¿Quién falta? ―Preguntó con incredulidad Jansí.

―Falta Laipo y el negro señor ―certificó Peke―. Por lo demás todo está bien Sr. Jansí.

― ¿Cómo puede estar bien? ¿Y ahora quién maneja esos equipos de informática? ―Jansí preguntaba muy preocupado.

―No se preocupe señor, uno de mis hombres sabe manejar al dedillo esas máquinas ―hablaba un poco alterado Peke.

― ¿De verdad? ―Pregunto Jansí―. Porque si es así que se ubique en el otro vehículo y en seguida empiece a buscar las frecuencias.

―Muy bien señor, ¡Adam! (si señor) ¡Ven acá que te tengo una misión especial! ―Notificó a su segundo al mando.

― ¡Si señor!  Aquí para lo que pueda servir ―dijo Adam.

―Escúchame muy bien, vas a subir al otro vehículo y te vas a hacer cargo de esas computadoras ―le decía Peke contento.

―Pero señor, yo no sé ni jota de computación ―le dijo con tristeza.

―La cagada, bueno no importa al menos mientras Jansí no se dé cuenta ni el chofer que va contigo.

― ¿Pero qué hago? ―Decía asustado.

―Sólo da la apariencia de que sabes, al menos cuando veas al Sr. Jansí que se acerca enseguida has cuenta de que estás en una máquina de escribir, y escribe en el teclado lo que mierda se te ocurra y si te pregunta algo por la señal sólo di que no sale nada todavía, cuidado te vayas a olvidar,  no me falles, porque a mí es el primero que va a querer matar y después a ti.

―Pero señor, ¿Y si me quiere hacer algo al descuido? ―Preguntaba preocupado.

―No te preocupes que yo te puedo cuidar la espalda, sólo preocúpate de hacer bien tu papel y nada más.

Pasado los 15 minutos Jansí reclamaba la asistencia de todo su personal y todos a excepción de los ausentes se acercaron. Tomando un poco de aire para ver si le llega algo de oxígeno al cerebro empieza otra nueva orden.

―Bueno señores empieza un nuevo día, espero que no se vayan a rajar como los que se fueron sin antes decirles que el próximo que se vaya, significa que me obligan a tomar una nueva misión y para esa me obligo o tendré que tomar la prioridad, D.D.T. (¡Que!) que es de máxima seguridad,  estoy convencido que con la experiencia que ustedes tienen ya saben lo que significa eso, así que por favor no despierten al monstruo que llevo dentro, por otro lado ya saben que estamos a minutos de entrar en el pueblo que se llama Naranja agria, vamos a usar la misma estrategia que usamos en el pueblo anterior y no necesito decirles lo que es porque ya saben, como entiendo que ya todo esta claro suban a los vehículos y vámonos rápido.

 ―Señor Peke, ¿Puedo decirle algo? ―Preguntó Adam.

―Adelante.

―Sr. me da pena decirle, pero los hombres y yo estamos confundidos.

― ¿Por qué?

―Los hombres quieren saber qué es prioridad D.D.T. ―intrigado preguntaba.

―Y yo que mierda sé, no tengo ni idea y me da la impresión de que Jansí es un comando frustrado, aunque ya sabemos que la D. significa detectar, ahora averigüe Dios y perdone que significa el resto.

― ¿Qué está pasando aquí que no se mueven? ―Jansí preguntaba  con energía.

―Señor no pasa nada, pero lo que sí pasa es que me preguntaban si al salir, van a formar la misma pareja o diferente, ésa es la única inquietud.

― ¿Y qué tiene de importante eso para qué pregunten?

―Tiene mucha importancia señor, puesto que usted tiene muchos conocimientos más adelantados que el nuestro, y si da una orden, significa que Usted tiene una estrategia por eso es que los hombres me preguntan.

―Tienes razón, el conocimiento que tengo yo no se compara con el de ninguno de ustedes ―con el ego tan hinchado como su pecho habló.

Peke con la mirada fija hacia su jefe, se da cuenta que uno de sus subalternos le hace señas indicándole que ya está todo listo.

―Discúlpeme señor por cortarle su inspiración pero ya está todo listo para irnos ―decía Peke.

―Muy bien vámonos ―dio la orden Jansí.

Todos partieron en orden hacia Naranja agria, en cuestión de 10 minutos  estuvieron ahí y de igual forma como lo hicieron la vez pasada, como buenos misioneros de dos en dos y se pusieron a recorrer por todos lado, así pasaron horas y horas sin ningún resultado favorable, de igual forma el hombre de las computadoras no encontraba nada que se le parezca a una señal, y ni así aparezca el no sabría darse cuenta puesto que no sabe ni jota de computación, pero igual hacía el intento.

 Mientras el personal de Jansí buscaba y buscaba, en un lugar a una distancia bien prudencial el personal para la diversión nocturna de los pueblerinos, aún estaban en el quinto sueño recuperándose de la buena noche que tuvieron, cada una roncaba más que otra, de pronto, alguien golpea la puerta de ingreso al vehículo y Clarí sale de la cama de un brinco alertando a todas, y como un efecto contagio todas se alteraron al mismo tiempo, sin prepararse alguien da el grito de “nos atacan”, todas las seis mujeres sacaron a relucir sus potentes pistolas y rastrillándolas al mismo tiempo, se dividieron mejor que un grupo de comandos entrenados, dos en las ventanas posteriores, una a cada lado en las ventanas laterales, una en los parabrisas de en frente y una en la puerta, todas en posición de defensa y ataque, Clarí quedó estupefacta y no hizo más que tirarse al piso, dos segundos después al grito de “Libre” todas repitieron lo mismo menos la que estaba en la puerta, ella es Nisoilá que con una serenidad que envidiaría cualquier comando, dijo en tono airado.

― ¡Quieto ahí mal nacido! ―gritó Nisoilá.

― ¿Quién es madrina? ―Le preguntaba Raquel.

―No sé, pero siento que hay alguien que está parado atrás de la puerta.

― ¡Malva! Esconde a Clarí en el escondite secreto ¡Ya! ―Ordenaba Raquel.

―Enseguida voy, ¡Ven Clarí rápido! ―dijo Malva.

Quién creería, ese transporte tenía de todo hasta un escondite secreto en el cual Malva esconde a Clarí, para luego ser tapada la entrada con una alfombra y encima una mesa pequeña, luego y lo más rápido que puede, Malva vuelve a su puesto con pistola en mano.

―Ya está Raquel ―dijo Malva.

―Muy bien chicas se han lucido ―dijo con orgullo Nisoilá Astu.

― ¿Qué hacemos madrina? ―dijo Ninfa.

―Si ese desgraciado no dice nada en cinco minutos, abrimos fuego ―sentenció Nisoilá.

―Madrina y si es el marido de Clarí que vino a buscarla ―dijo Enriqueta.

―Sí es él, estamos jodidas  porque él nunca anda solo y mínimo anda con 10 matones ―dijo Nisoilá.

En el momento que Nisoilá terminaba de hablar golpearon de nuevo la puerta, todas estaban asustadas por la sencilla razón de que el bus estaba estacionado en las afueras del pueblo, y era fácil de que las maten a todas y nadie se daría cuenta, aparte de eso había una leve sospecha de que era a Clarí a la que buscaban, y todas saben que la consigna es “si se meten con una se meten con todas” y todas estaban dispuestas hacer lo que sea para cuidar la integridad de su amiga, a una de las chicas se le ocurrió una brillante idea, y eso fue irse al otro extremo del bus a abrir una ventana con mucho cuidado, lo suficiente para sacar un espejo y ver por ahí quien está parado en la puerta, con esa novedad va donde su madrina.

―Madrina sólo está un muchacho afuera y tiene un paquete en las manos, yo creo que debemos abrir la puerta ―dijo Celestina.

― ¿Y cómo sabes tú? ―Le preguntó Raquel.

―Porque yo vi por la ventana detrás.

Tanta preparación, tanto nervios y ellas todavía no sabían qué pasaba, aunque estaban asustadas tuvieron el coraje y la valentía impulsadas por la adrenalina que fluía por la venas de sus cuerpos, de abrir la puerta  con decisión y armas Nisoilá y Raquel se abalanzaron sobre el tipo ahí parado, seguidas por Malva y Celestina, que se ubicaron una a cada lado en posición de defensa  vigilando a su alrededores por si alguien se acerca. Nisoilá y Raquel sometieron con facilidad al tipo misterioso, no sin antes darle unos cuantos golpes, y de ahí empieza la investigación.

―Tienes razón Celestina, tenemos que arriesgarnos, Enriqueta (si madrina) cuando te dé la señal abre la puerta (está bien) prepárate, ¡Ahora! ―Dirigía Nisoilá.

― ¡Quieto no te muevas pendejo! ―Orden tajante de Nisoilá.

― ¡Oiga espere! ―Desesperado buscaba explicación.

― ¡Nada, quédate quieto! ―Orden tajante de Raquel.

―Haber muchachito, ahora vas a hablar como un loro, sin preguntar nada sólo habla ―decía Nisoilá.

― ¡Espere tranquila! ¿Qué le pasa? ―decía el misterioso personaje.

― ¡Tranquilo tú pendejo! dime, ¿Qué hacías ahí parado como un bobo? ―Preguntó Raquel.

― ¡No estaba haciendo nada! ¡Sólo estaba golpeando la puerta! ―Contestó el muchacho.

― ¿Para qué golpeabas la puerta? ―Preguntó Nisoilá.

― ¿Para qué se imaginan que golpeaba la puerta? (carajo) ―preguntó el muchacho siendo interrumpido por Nisoilá.

―Nosotros somos las únicas que hacemos las preguntas, ¿Entendiste? ―dijo Nisoilá.

―Sí, sí entendí ―dijo el muchacho.

―Entonces contesta ―replicó Raquel.

―Sólo vine a dejar un paquete, y nada más.

― ¿Cuál paquete? ―Preguntó Malva.

―El paquete que no sé donde cayó cuando un par de Locas me tiró al suelo, ahora falta que se haya roto lo que está dentro.

― ¿Que contiene el paquete? ―Preguntó Nisoilá.

­― ¡Yo qué voy a saber! Acaso yo lo mandé ―dijo con actitud grosera el muchacho.

― ¿Quién manda ese paquete? ―Preguntó Raquel.

―Déjeme ver, lo tengo apuntado en mi libreta de registro, a ver aquí dice que manda la señora Amantita.

― ¡Amantita! ¿Y para quién es? ―Pregunto Nisoilá.

―Para una señorita de nombre Clarí.

―Clarí, Clarí, ¿Dónde está Clarí? ―Preguntó Nisoilá.

―Está en el escondite madrina ―contestó Malva.

―Por favor Malva, trae a Clarí para que reciba el paquete ―ordenó Nisoilá.

―Muy bien.

Malva se dirige donde está escondida Clarí, quita la mesa y levantada la alfombra abre la puerta y Clarí asustada pregunta.

― ¿Qué pasó? ―Preguntó Clarí.

―Nada que valga la pena amiga, sólo un poco de emociones y nada más, cierto mi madrina te llama.

―Aquí está madrina ―dijo Malva.

―Clarí, ven que es una sorpresa para ti ―le comunicó su tía.

― ¡Para mí! No me digan que es de parte de Juan ―dijo Clarí.

―No te preocupes querida, solo firma y recíbelo ―le dijo Raquel.

―Está bien, si tú lo dices, ¿Dónde firmo?

―Aquí señorita, abajo de su nombre ―dijo el muchacho.

―Bien ya está, ¿Cuál es mi paquete?

―Este señorita, usted ha sido la única amable en medio de este poco de locas.

―Muchas gracias muy amable, ¿Te puedo hacer una pregunta?

―Si claro.

― ¿Qué tiempo tienes trabajando en esto?

―Recién hoy es el primer día y si así empieza, mejor regreso a las construcciones que ahí estoy a salvo ―dijo indignado.

― ¿Cómo te llamas?

―Pepe señorita, y muchas gracias que me voy.

―Está bien Pepe, pero no se vaya resentido.

Bueno, parece que el cerco se está cerrando, Clarí  acaba de conocer a un fantasma de su futuro pasado, quien iba a creer que él sea el encargado de llevarle el encargo de su madrina Amantita, de igual forma el tiempo tenía  que seguir su marcha y por lo tanto los acontecimientos también.

―Me parece raro que mi madrina me haya mandado un paquete ―dijo Clarí.

―Para mí no ―dijo Nisoilá.

―Para ti no, ¿Por qué? ―Preguntó Clarí.

―Porque Amantita sabe el trabajo que nosotras hacemos y también sabe que es peligroso, aparte de eso, ella es la que nos consigue todo el armamento, conociendo el grado de aprecio que te tiene como hija, ya me estoy imaginando el tipo de pistola  que te está mandando.

 ―Bien si tú lo dices.

Procediendo abrir la caja delante de todos los presentes y lo primero que encuentra en la tapa es un pequeño mensaje de parte de su madrina: “querida este es tu ángel guardián, antes que le invoques, presiona el botoncito que está en la parte de arriba, y en el momento que mandes el mensaje observa bien, bendiciones ni niña”.

―Qué raro este mensaje de parte de mi madrina ―comentó Clarí―. Bueno hay que ver lo que hay adentro.

Abriendo la caja se topa con una sorpresa inmensa…Continuará capítulo 16

©Clarí una historia cuántica Todos los derechos reservados Roberto Sanahuano    Escrita en el 2006 y registrada en el 2008 I E P I   030100