¿Por qué actúo Mal Ante Los Demás?

Por qué actúo Mal Ante Los Demás. No existe leyenda o cuento que no tenga una base real de lo que en verdad sucedió, Si se pone a investigar, encontrará que hasta los cuentos llamados infantiles tienen algo de real, lo que se entiende que para crearlo alguien tuvo algún tipo de experiencia con lo que se cuenta.

Desde luego que el disfraz cambia todo pero por eso no deja de ser algo que pasó. Lo mismo sucede con las personas, en vista que muchos se preguntan, ¿Por qué actúo mal ante los demás? Dejando claro que su vida no es agradable que se diga.

Toda persona tiene en su cerebro una especie de atracción, en especial con aquellos sucesos negativos que hacen, que la mente aprenda de lo que la persona vivió. A cada vivencia, lo que hace su mente es ponerle una etiqueta, como recordatorio de algo importante.

Lamentablemente lo importante siempre es negativo, ¿Por qué funciona así? Esto es así por las emociones que se sienten, por lo tanto, la mente registra el nivel de impresión mental, pero solo es con aquellas personas que aprendieron a tomarle importancia a sucesos de esa naturaleza.

Como su vida no ha sido nada agradable, aprende que todo lo que está en su rededor tiene cierto grado de negatividad, por esto siempre está alerta. Ahora, como cree que todo tiene su riesgo, usted pasa todo el tiempo pensando, recordando algo malo.

¿Por qué actúo mal?

No es que lo haga premeditado porque es automático, su mente se encarga de asociar todo lo que vea con algo que le pasó, desde luego que si ve a un niño abrazando a su padre, esto no le va a llamar la atención porque para usted no es emocionante.

Este acto de un abrazo tierno de un hijo hacia su padre, si sería emocionante para alguien que si lo vive con frecuencia. Al contrario de alguien que solo ve lo malo porque para él sería emocionante, ver que alguien camina sospechosamente.

Esta persona que ve esa acción es capaz de seguir con su mirada, aun sepa que es malo el meterse en donde nadie lo llama, pero es emocionante y lo hace aunque sea al disimulo. Es innegable que todas las personas somos lo que pensamos.

Desde luego que si aunque casi todas las personas, piensan que alguien actúa porque simplemente sabe lo que hace, en la realidad si pero esto solo es cuando alguien, tiene lo necesario para saber lo que hace, que decir que son muchos es una burla.

La gran mayoría lo que hace es dejarse llevar por los pensamientos primarios, esto es que hace lo primero que se le viene a la cabeza como orden primordial, sin tomar en cuenta que los pensamientos gobiernan el cerebro.

El cerebro lo que hace es obedecer a los impulsos emocionales de la mente, por esto es que se debe leer mucho, ya que si leo sobre lo bien que es aprender, es eso lo que tendré en mi cabeza como punto principal y no habrá cabida para algo contrario.

La emoción de aprender

Esto es así porque se aprende que el aprender es emocionante, en cambio cuando no se sabe nada, se siente que hay neutralidad, limbo, la nada y eso aunque no sea malo o negativo, es un vacío que al menos a mí no me agrada, por eso leo todo el tiempo.

En cambio, si estuviera en medio de problemas o que crecí junto a un padre maltratador, hermanos abusivos, es de suponer que mi actitud no será de amistad para los demás, siempre reinará lo que aprendí, lo que conocí y eso es lo que siempre pensaré de los demás.

Esto es simple, no va a encontrar a una persona que teniendo pensamientos nobles, se comporte de una forma negativa ante los demás. Toda persona aprende de sus emociones no de lo que se le presenta por delante, si es que no le llamó la atención emocionalmente.

Si ha llegado hacerse la pregunta, ¿Por qué actúo mal ante los demás? Para que se responda debe pensar, ¿Qué ve en esas personas que ve mal? Esto es porque nadie puede actuar mal, sin tener un detonante que le da la pauta de hacerlo, según lo que se responda sabrá lo que tiene de malo en usted.

Si quiere ver que la vida le sea favorable, aprenda de los demás en especial de aquellos que sonríen con facilidad, de aquellos que son delicados en el trato, de aquellos que al preguntarle algo, responden sin temor, porque ahí está la base de todo conocimiento el reconocer que no se sabe.

¿Por qué actúo mal o tengo mala actitud?

Actuar mal o tener una mala actitud es un comportamiento complejo que puede surgir por una variedad de razones, tanto internas como externas. La frustración por no alcanzar metas o por enfrentar obstáculos puede llevar a una actitud negativa.

El estrés crónico también puede hacer que las personas reaccionen mal, ya que están bajo presión constante. Cuando una persona tiene una baja opinión de sí misma, puede proyectar sus inseguridades en los demás, actuando de manera defensiva, hostil o negativa.

Trastornos emocionales como la ansiedad o la depresión pueden distorsionar la percepción de la realidad y hacer que una persona actúe de manera que parezca irracional o negativa.

Si una persona ha crecido en un entorno donde la negatividad, la agresión o la desconfianza son comunes, puede adoptar esas actitudes como mecanismos de defensa o formas de relacionarse con el mundo.

Algunas culturas o subculturas pueden valorizar la competitividad extrema, la desconfianza o la hostilidad, lo que puede llevar a malas actitudes o comportamientos agresivos. A veces, una mala actitud es un mecanismo de defensa para protegerse de lo que se percibe como amenazas, ya sean físicas, emocionales o psicológicas.

Una persona que ha sido herida o traicionada en el pasado puede desarrollar una actitud defensiva o cínica para evitar ser lastimada de nuevo. Algunas personas no son conscientes de sus propias emociones o no han aprendido a manejarlas de manera saludable, lo que puede llevarlas a actuar de manera negativa sin darse cuenta.

En algunos casos, las personas pueden no ser conscientes del impacto de su comportamiento en los demás. Esta falta de empatía o comprensión puede llevar a acciones dañinas o actitudes negativas.

Factores relacionados con el poder y el control

Algunas personas tienen una necesidad excesiva de controlar su entorno y a los demás. Si sienten que están perdiendo el control, pueden reaccionar con ira o actitudes negativas.
A veces, las personas adoptan malas actitudes como una forma de imponer su poder o autoridad sobre los demás, utilizando el miedo o la intimidación como herramientas.

El resentimiento acumulado por situaciones pasadas no resueltas puede manifestarse como una actitud negativa hacia la vida en general o hacia personas específicas. Una persona que siempre se siente insatisfecha o que no encuentra un sentido de propósito puede desarrollar una actitud negativa como una forma de expresar su descontento con la vida.

Cuando alguien no encuentra un propósito o significado en su vida, puede desarrollar actitudes nihilistas o destructivas. La falta de objetivos claros o de motivación para alcanzar metas puede llevar a una actitud apática o negativa.

El abuso de sustancias puede alterar el comportamiento y llevar a actitudes y acciones negativas, tanto por sus efectos inmediatos como por su impacto a largo plazo en la salud mental y emocional.

Las personas que viven en constante conflicto con sus valores, deseos o creencias pueden desarrollar actitudes negativas, ya que luchan con la tensión interna. Cuando alguien reprime aspectos de su personalidad o emociones importantes, estas pueden salir a la superficie de manera destructiva. En algunos casos, las personas pueden ser influenciadas o manipuladas para adoptar actitudes negativas, ya sea por individuos específicos o por grupos.

Por qué actúo mal según Krishnamurti

En la visión de Jiddu Krishnamurti, por ejemplo, una mala actitud o acción negativa a menudo nace de la ignorancia y la falta de autoconocimiento. Krishnamurti argumentaba que cuando una persona no se entiende a sí misma ni comprende la naturaleza de sus pensamientos y emociones, está más propensa a actuar de manera errónea.

Para él, la comprensión profunda de uno mismo y la observación sin juicio de nuestros pensamientos y emociones eran claves para transformar la negatividad. Krishnamurti sostenía que la comprensión profunda de uno mismo es esencial para la transformación personal y el cambio auténtico.

Según él, muchos de los problemas y conflictos internos surgen de una falta de autoconocimiento y de una comprensión superficial de nuestros propios pensamientos y emociones.

Krishnamurti enfatizaba la importancia de observar nuestros pensamientos y emociones sin juicio. Para él, muchas veces las personas actúan mal o tienen malas actitudes debido a la falta de una observación clara y objetiva de lo que ocurre dentro de ellas.

La autoobservación sin juzgar es crucial porque, al observar nuestros pensamientos y emociones sin etiquetas o juicios, podemos verlos tal como son, sin distorsiones. Si juzgamos nuestras emociones o pensamientos como “buenos” o “malos”, es probable que reprimamos aquellos que consideramos negativos, lo que puede llevar a una acumulación de conflictos internos.

Krishnamurti creía que el verdadero conocimiento de uno mismo lleva a la libertad. Esta libertad no es simplemente la capacidad de hacer lo que se quiera, sino una liberación de las ataduras del pensamiento condicionado.

Reconocer los condicionamientos

Identificar las influencias culturales, sociales y personales que moldean nuestro pensamiento y comportamiento. Al comprender cómo funcionamos, podemos empezar a romper los patrones automáticos de reacción que surgen de nuestro condicionamiento.

Para Krishnamurti, la autoobservación es una práctica clave para la auto comprensión. Este proceso implica, prestar atención a lo que ocurre en el momento presente sin distracciones.

Explorar las causas subyacentes de nuestras emociones en lugar de reaccionar impulsivamente a ellas. Krishnamurti argumentaba que nuestros pensamientos y emociones no son entidades separadas, sino que están interrelacionados.

La comprensión de uno mismo implica, comprender cómo los pensamientos influyen en nuestras emociones y viceversa. Muchas veces, nos identificamos con nuestros pensamientos y emociones, pensando que son la esencia de quiénes somos. Krishnamurti proponía una separación entre el “yo” y el flujo de pensamientos y emociones.

El Problema del Pensamiento Condicionado

Krishnamurti señalaba que mucho del sufrimiento humano proviene del pensamiento condicionado. Este pensamiento condicionado es las normas y creencias sociales a menudo limitan nuestra capacidad de ver las cosas de manera clara y objetiva.

El pensamiento condicionado tiende a perpetuar la confusión y el conflicto interno, porque no permite una visión libre y abierta. Krishnamurti veía la comprensión de uno mismo como un proceso de despertar a una realidad más profunda y verdadera.

Este despertar, no se trata de alcanzar un estado especial, sino de liberarse de las ilusiones y condicionamientos que nublan nuestra percepción. La auto comprensión es un proceso continuo de exploración y descubrimiento, no un estado final.

En resumen, según Krishnamurti, la falta de entendimiento de uno mismo y de la naturaleza de los pensamientos y emociones contribuye a los problemas internos y las malas actitudes. La clave para superar estos problemas es una auto observación clara y una comprensión profunda de cómo operan nuestros pensamientos y emociones, liberándonos así de condicionamientos y patrones destructivos.