¿Puedo Ser Como Son Otras Personas?

Puedo ser como son otras personas. Ayer terminé de atender a una persona que tenía el problema de no poder ser, como el quería ser. La inquietud que tenía estaba basado en una simple pregunta, ¿Puedo ser como son otras personas?

Desde luego que para él era un tremendo conflicto ya que su padre, le dijo mil veces que él nunca podría ser como alguien de éxito, tomen en cuenta que para cada persona siempre hay un héroe incluso el mismo padre.

Esta repetición de un mensaje aunque la intención del padre era para que este hombre, sea alguien de provecho y un buen ciudadano, dio como resultado algo muy negativo al extremo que tuvo que salir de su casa.

Puedo ser como otros?

Este señor estaba empeñado en querer ser como alguien famoso, algo que sí estaba muy consciente que no lo podría hacer, para empezar, carecía de todo incluso de dinero, talla y carisma.

Al darse cuenta que no podría llegar muy lejos, optó por querer ser como un amigo al que lo consideraba lo mejor del mundo, el problema que le cayó como una tonelada fue cuando por más que hacía y propinaba, no daba resultados.

Esto era fácil de darse cuenta, ya que al venir a mi consulta desde que lo vi parado ya empezó a caerme mal, con la diferencia que al ser un profesional, preferí investigar por qué su actitud tan pesada, esto no hace nadie.

Lamentablemente uno como ser en muchas veces nos olvidamos que no vivimos solos, ya que mi actitud aunque a mí me guste, sea copiada o no, puede molestar a las personas que me rodean.

Por esto es que actuamos como nos da la gana y es ahí,que se empieza con la pesadez emocional hacia los demás. Desde luego que no vivimos por la gente pero si compartimos el hábitat.

Ahora la actitud de alguien por querer ser como son otras personas, cae por su propio peso porque nadie toma en cuenta, que al ser como se es, es porque se es en realidad. En otras palabras son originales sin copiar a nadie.

¿Qué impide a ser original?

Si en tu vida has tenido atención de tus padres, desde luego que a su medida que se entiende a que nunca llegaron a ser maleducados o malcriados, ya que esto nace a raíz de la mala actitud de los padres.

De esta forma nada te impide que seas alguien original ya que no necesitas, que la gente te apruebe. La no aprobación impide que alguien quiera ser y hacer lo que según sus conocimientos le dicte, tiene miedo.

Lo peor es que nunca pueden llegar a ser felices porque a fulano o sultana, no le parece bien lo que haces. Toda persona que hace con su vida algo correcto, no tiene prejuicios o complejos aunque puede tener algo de temor, pero lo vence al entender por qué es.

En el caso de aquellos que no pueden llegar a la originalidad, siempre se asocia con falta de atención porque necesitan ser escuchados, vistos incluso tocados para poder sentir que ellos están presentes.

Esto es fácil de darse cuenta en el momento en que alguien sin necesidad que lo conozcas, llega a un lugar, lo primero que hace es hablar con tono alto, señal de «escúchenme que he llegado» luego su postura y movimientos sin motivo justificado.

Lo hace para que todos lo vean igual como hace un niño, cuando le compran zapatos, ropa nueva o un juguete, lo exhibirá y hará lo que sea para que los demás vean que él lo tiene.

Ahora cuando ya lo conoces y él sabe que ya no te llama la atención su presencia, buscará la manera que tú le tomes atención, en alguna forma buscará algo dentro de ti, si se da cuenta que su presencia te inquieta, por ahí va.

Puedo ser como otra persona sin que se note?

Esto es que empezará por molestar aunque para esta persona no sea así, tratará de ser gracioso molestando a los más débiles con tal que tú te fijes que él está ahí para agradarte. Esto se torna un verdadero problema cuando al no tener nada de personalidad, trata de ser como alguien que él sabe que es bien recibido, copia todo hasta la forma de hablar, por esto es que se delata porque la imagen que da no va con su actitud.

Todos podemos ser como otras personas pero solo en la forma en que se desarrollan, que si alguien estudió para llegar muy alto, eso podemos copiar, pero no podemos ser como es esa persona, ella es como es porque así aprendió a ser y más cuando se conoce así mismo.

El deseo de ser como otra persona puede surgir por varias razones, y a menudo es un proceso complejo influenciado por factores internos y externos. Cuando alguien admira profundamente a otra persona, ya sea por sus habilidades, logros, personalidad o valores, puede desear ser como esa persona para emular esos aspectos que considera positivos.

Si una persona siente inseguridad sobre quién es o no se siente satisfecha con su vida, puede mirar a alguien más exitoso, carismático o seguro de sí mismo y desear ser como esa persona para compensar sus propias carencias percibidas.

La sociedad y los medios de comunicación a menudo presentan modelos a seguir que encarnan ciertos ideales, como la belleza, el éxito o la popularidad. Esto puede llevar a las personas a desear ser como esas figuras públicas o personajes que parecen tener «todo».

Deseo de pertenencia

En algunos casos, el deseo de ser como otra persona puede estar motivado por un deseo de pertenecer a un grupo o comunidad. Adoptar las características, gustos o comportamientos de alguien más puede ser una forma de integrarse o ser aceptado por un grupo.

En ciertos momentos de la vida, especialmente durante la adolescencia, las personas pueden estar en un proceso de búsqueda de su identidad. Durante este proceso, pueden experimentar con diferentes roles y modelos a seguir, buscando definirse a sí mismas a través de la imitación de aquellos a quienes admiran.

A veces, el deseo de ser como otra persona proviene de la influencia de figuras importantes en la vida, como padres, maestros o mentores, que transmiten ciertos valores, expectativas o comportamientos que la persona internaliza.

Las personas pueden idealizar a otras, viéndolas como perfectas o libres de defectos, y desear ser como ellas para alcanzar esa «perfección» percibida. Algunas personas pueden desear ser como otra persona para ganar la aprobación o el afecto de terceros, especialmente si perciben que esa persona es más valorada o apreciada.

Este deseo puede llevar a un crecimiento personal si se trata de aprender y mejorar aspectos positivos, pero también puede ser problemático si se convierte en una obsesión o si la persona pierde su propia identidad en el proceso.

El deseo de ser otra persona desde la filosofía

En la filosofía se ha explorado ampliamente el fenómeno del deseo de ser como otra persona, abordándolo desde diversas perspectivas, como la identidad, la autenticidad, la comparación social y la influencia cultural.

Comparación Social (Jean-Jacques Rousseau y otros): Rousseau, en su obra «Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres», plantea la idea de que las comparaciones sociales son una fuente de alienación y desigualdad.

Según él, en el estado natural, los seres humanos no se comparaban entre sí, pero la civilización introdujo la competencia y la comparación, lo que llevó al deseo de ser como otros o incluso superar a otros para obtener reconocimiento y estatus social.

Imitación y Mímesis (Platón y Aristóteles): Platón y Aristóteles abordaron la idea de mímesis o imitación. En «La República», Platón se muestra crítico con la imitación, especialmente en las artes, argumentando que puede alejarnos de la verdad y la realidad.

Sin embargo, Aristóteles en su «Poética», reconoce que la imitación es una forma natural de aprendizaje y desarrollo humano, sugiriendo que, aunque puede ser una herramienta poderosa, también debe ser manejada con sabiduría para no perder la autenticidad personal.

Alienación (Karl Marx): Marx, en su teoría de la alienación, discute cómo las condiciones socioeconómicas pueden llevar a las personas a sentirse separadas de su verdadera esencia y de los productos de su trabajo.

Aunque Marx se enfoca más en el contexto económico, la alienación puede aplicarse a la idea de querer ser como otra persona debido a una desconexión con uno mismo, donde las personas buscan en otros lo que sienten que les falta.

Autenticidad (Jean-Paul Sartre y el Existencialismo)

Sartre, un filósofo existencialista, explora la idea de la autenticidad en su obra «El ser y la nada». Según Sartre, los seres humanos están constantemente tentados a vivir de manera inauténtica, es decir, a asumir roles y comportamientos que no reflejan su verdadera naturaleza, a menudo como resultado de las expectativas y presiones sociales. El deseo de ser como otra persona puede verse como un intento de evitar la angustia de la libertad radical que, según Sartre, define la existencia humana.

Envidia y Resentimiento (Friedrich Nietzsche): Nietzsche, en sus escritos, explora conceptos como la envidia y el resentimiento, que pueden estar en la base del deseo de ser como otra persona.

Según Nietzsche, el resentimiento surge cuando una persona, en lugar de aceptar y superar sus propias limitaciones, proyecta sus frustraciones hacia los demás, deseando tener lo que ellos tienen. Este sentimiento puede llevar a una forma destructiva de querer ser como otra persona, no para crecer, sino para compensar sentimientos de inferioridad.

El «Otro» y la Mirada (Simone de Beauvoir y Sartre): Simone de Beauvoir y Sartre también investigaron la idea del «Otro» en el contexto de la construcción de la identidad.

Sartre, en su concepto de la mirada («la mirada del otro»), describe cómo la presencia de otras personas puede hacer que nos veamos a nosotros mismos desde su perspectiva, lo que puede llevar a la objetivación y a un deseo de conformarse con esa visión externa.

Beauvoir, en «El segundo sexo», explora cómo las mujeres a menudo internalizan los roles y expectativas impuestas por la sociedad, lo que puede llevar a un deseo de ser como figuras idealizadas.