Indice de contenido
Se solicita ayuda urgente es el clamor de mucha gente que no sabe dónde encontrarla. Muchas veces por desconocimientos de los procesos de búsqueda, como también que la búsqueda que la hacen se enfrascan en que sea gratis. En estos casos no me aparto de que si se puede ¿Por qué no?
La mayor parte de personas que realizan una búsqueda lo que hacen es poner el nombre de lo que quieren, ahora en teoría es así pero en la realidad en la red no funciona así, usted tiene que poner lo que busca, en este caso si usted busca «Pinturas» le va a salir todo lo que tiene que ver con ello pero, lo que busca es una en especial ahí si no le va a salir.
Entonces, ¿Qué es lo que pasa cuando usted busca un servicio en especial? Pues que le va salir toda clase de ayuda en ese servicio pero lo que va a encontrar es información, y lamentablemente lo que busca no es lo que le dan. Cuando alguien busca algún tipo de ayuda como decir «Quiero quitarme el miedo a volar en avión».
Encuentra lo que pide menos lo que quiere
Lo que usted ha marcado en el buscador le va a dar lo que pidió, entonces eso quiere decir que le va a dar la información de «Quiero quitarme el miedo a volar en avión» y eso incluye muchísimas versiones del tema como también que hacer, y en eso hay muchas especialidades y «Especialistas».
Ahora el truco en esto es que todos le dicen que hacer pero ninguno cómo hacer, En esto hay que ser bien claro ya que la mayoría la dan lo que tienen porque es lo único que tienen. Ahora, ¿Qué pasa cuando supuestamente tienen la fórmula secreta? Pues se la venden y en eso no me aparto porque el conocimiento vale su peso en oro.
Todo estaría bien si lo que le van a vender es lo que en realidad necesitan pero, en la mayor parte te venden con engaños y una supuesta garantía, que si la ejecutan es porque tienen tiempo para el reclamo y ¿El que no tiene tiempo? Hace un tiempo una visitante me pidió ayuda en un caso similar y eso para mí es pan comido.
Se la hubiera dado sin cobrarle ni un centavo si emplea las palabras apropiadas, en este caso me dijo «Hay una posibilidad de perder mi trabajo por tener miedo a volar» eso quiere decir que ella trabaja viajando y eso no es un simple empleo, por lo tanto gana bien. Como no le di la oportunidad del «Gratis» no regresó a comunicarse.
La ayuda especializada cuesta
Es de reírse ya que si usted necesita ayuda y sabe que hay una posibilidad de que alguien se la dé, ¿Por qué no reconocerle su labor al que le va a ayudar? Al menos la necesita y yo no soy de los que se esconden tras una web, al menos mis datos están en mi blog y hasta mi cara, al menos si es una intervención personal es mucho mejor el cual lo hago en mi oficina.
Las personas no terminan de entender que la red es para negociar y los elementos claves como es la información valedera cuesta, ahora con eso no digo que no haya una información excelente y gratis porque si la hay, el problema es buscarla y por lo general ese tipo de páginas se encuentran al fondo del baúl.
Ahora que si emplea las palabras precisas es posible que las encuentre. En todo caso si tiene el tiempo hágalo y estamos hablando de un buen tiempo, de los cuales uno termina cansado y con coraje, entonces si no lo tiene pues le toca pagar y por último, si no tiene tiempo o dinero le tocará seguir escribiendo en el buscador «Se solicita ayuda urgente».
La ayuda no es gratis y más si es por la red
La percepción de que internet es gratis es un fenómeno que ha persistido a lo largo de los años. Muchas personas aún creen que acceder a la red y a la información en ella no debería tener costo, especialmente porque el acceso inicial a internet era más asequible y la abundancia de contenido gratuito generó la idea de que todo debería seguir siendo así.
Sin embargo, es crucial entender que detrás de cada servicio, plataforma y contenido que consumimos en la red, hay costos asociados, tanto visibles como invisibles. En sus inicios, internet era una novedad.
Las primeras conexiones eran limitadas, y las plataformas disponibles estaban motivadas por el deseo de compartir información y conectar a las personas. Durante este período, el contenido gratuito se convirtió en la norma.
Las universidades, bibliotecas y organizaciones sin fines de lucro proporcionaron recursos accesibles para promover el conocimiento y la colaboración. Esta mentalidad de compartir abrió las puertas a la expansión de internet y permitió que muchas personas se beneficiaran de la información disponible sin costo alguno.
Sin embargo, a medida que internet se fue convirtiendo en una herramienta vital para la vida cotidiana, las dinámicas cambiaron. Las empresas comenzaron a ver el potencial de la red como un canal para ofrecer productos y servicios, y esto condujo a un crecimiento significativo en la creación de contenido comercial y plataformas de pago.
Desde entonces, hemos visto surgir un ecosistema digital en el que muchos servicios básicos, que alguna vez se ofrecieron gratuitamente, ahora requieren una inversión. Este cambio ha llevado a una nueva comprensión sobre el valor de la información y los servicios en línea.
Los gastos son elevados
Uno de los aspectos más importantes a considerar es que la creación y mantenimiento de contenido en línea requiere recursos. Las plataformas necesitan servidores para alojar datos, desarrolladores para mantener y actualizar el software, diseñadores para crear interfaces amigables y equipos de atención al cliente para resolver problemas.
Todos estos elementos implican costos que deben ser cubiertos, lo que inevitablemente lleva a las empresas a buscar ingresos, ya sea a través de suscripciones, publicidad o la venta de productos y servicios.
La publicidad, por ejemplo, se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos para muchas plataformas. Cuando accedemos a un sitio web o utilizamos una aplicación que es gratuita, es probable que estemos viendo anuncios.
Las empresas que publicitan sus productos pagan a la plataforma para llegar a sus consumidores, lo que significa que, aunque el acceso al contenido sea gratuito, hay un costo oculto: nuestra atención. De esta manera, aunque no estemos pagando directamente, estamos contribuyendo al modelo de negocio que sostiene el contenido que consumimos.
Además, la creciente preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos personales en línea también es un factor a considerar. Cuando utilizamos servicios gratuitos, a menudo nos enfrentamos al dilema de a qué costo lo hacemos.
Muchas plataformas recogen y utilizan nuestros datos para personalizar la experiencia del usuario y dirigir anuncios específicos. Este modelo de negocio puede parecer beneficioso, pero también plantea preguntas sobre el valor que se le da a nuestra información personal. En este contexto, se puede argumentar que el acceso gratuito a internet no está exento de precio; más bien, se paga con datos y privacidad.
La falta de conocimientos sobre el proceso
El hecho de que muchas personas aún perciban internet como un espacio gratuito también se relaciona con la falta de educación digital. A menudo, los usuarios no comprenden completamente cómo funciona el ecosistema en línea, lo que les lleva a asumir que la información y los servicios deberían ser accesibles sin costo.
Esta falta de conocimiento puede ser perjudicial, ya que impide que los usuarios valoren adecuadamente lo que consumen. La educación digital es clave para cambiar esta mentalidad, ayudando a las personas a entender el valor detrás de la información, los servicios y el contenido en línea.
Además, el concepto de que “todo debería ser gratuito” es problemático porque ignora el trabajo y el esfuerzo de los creadores de contenido. Los escritores, diseñadores, desarrolladores y otros profesionales dedican horas de trabajo y creatividad para producir información de calidad.
Si los consumidores no están dispuestos a pagar por ese trabajo, existe el riesgo de que se reduzca la cantidad y la calidad del contenido disponible en línea. Al valorar el contenido y los servicios que consumimos, podemos ayudar a sostener un ecosistema digital saludable.
Por otro lado, también es importante reconocer que no todo debe ser necesariamente pago. Existen muchas plataformas que ofrecen recursos gratuitos, pero con un enfoque diferente. Muchas organizaciones sin fines de lucro y comunidades están comprometidas a proporcionar información y apoyo sin costo, lo que permite que el conocimiento siga siendo accesible para todos.
Sin embargo, estos recursos también dependen de donaciones y apoyo externo para mantenerse en funcionamiento. Así, el hecho de que algo sea gratuito no significa que no haya costos asociados; simplemente puede estar financiado de manera diferente.
En resumen
La idea de que internet es gratis es un concepto arraigado en las experiencias iniciales de los usuarios, pero la realidad es mucho más compleja. Cada vez que accedemos a contenido o servicios en línea, hay costos involucrados, ya sea a través de publicidad, la recopilación de datos o el esfuerzo de los creadores de contenido.
La educación digital es fundamental para ayudar a los usuarios a comprender el valor detrás de lo que consumen, fomentando un respeto por el trabajo de quienes contribuyen a la red. Al reconocer que todo tiene un precio, aunque no siempre sea monetario, podemos comenzar a valorar mejor el ecosistema digital y apoyar su crecimiento sostenible.