Ser madre a los 14 años de edad

Ser madre a los 14 años de edad. Pienso que no hay por qué asombrarse de que una niña, bueno aunque dejó de ser niña para ser mujer, pase a ser madre a los 14 años de edad. Es un caso por demás preocupante antes que de asombro, ya que la juventud de ahora está tan sugestionada por los medios de comunicación, que no piensan, simplemente actúan como si fueran robot.

Pienso que eso en gran parte tienen la culpa los padres al no controlar, lo que ven en la televisión que por lo general están llenas de telenovelas, dónde aprenden las actitudes por las cuales después se arrepienten, aunque he visto casos que tanto problemas tienen que le echan la culpa a todo menos así mismos.

¿Qué tiene de bueno la televisión?

No estoy en contra de la televisión pero sí digo que deberían poner programas educativos, dirigidos exclusivamente para adolescentes. Piensen no más que clase de novelas han dado últimamente, de mafia, crímenes y todo lo que tiene que ver con pandillas y drogas, ¿Creen que es un programa como para ver una familia? Peor si hay niños enfrente.Ser madre

Tienen que darse cuenta que no hay restricción porque simplemente lanzan el capítulo y ya, ayer casualmente estaba almorzando en la casa y por casualidad estaba un capítulo de una novela japonesa, aparte de ser ridícula por la forma cómo presentan la vida de los personajes,  sobre actúan pero, para nuestro medio basta con ser de otro lado ¡Oh que fantástico!

No lo voy a negar pero a ellos (japoneses) les queda muy bien películas de su historia que inclusive son excelentes. Recuerden que hace muchos años cuando fui un nene, estaba de moda las novelas mexicanas, después fueron de Venezuela para continuar de Chile que no pegó mucho incluso de Colombia y así continuó por años.

De pronto se viene la moda de las novelas lloronas de Italia y por dónde sea se escuchaba «Vene» tomen en cuenta que sólo estoy en lo más leve, ¿Dónde dejan la crónica roja que eso es lo que más vende por los medios? El caso es  lo que hace que un niño-a tome caminos equivocados, es en gran medida el descuido de los padres en lo que ven los hijos.

¿Cómo empezar?

Para evitarse estos casos y si piensan tener televisor en casa primero, deben empezar con la excelente educación desde que son unos bebés, poco a poco le van enseñando lo bueno de la comunicación y si hay algo de malo, expliquen en ese momento aunque no entiendan, con la frase «cuando tengas más edad te darás cuenta de por qué esto».

Los que piensan que el caso de la niña madre podría ser su culpa, pues están equivocados porque todo se aprende y es muy posible que ella aprendiera de las experiencias de su madre o entorno, claro que tiene mucho que ver lo que ven mientras los padres no están. Hay un dato muy importante en el cual los padres cometen errores.

Por lo general hay muchos niños que cuando ven algo, tienen curiosidad por saber si lo que entendieron es lo que se debería entender pero, lamentablemente muchos padres mal entienden una pregunta que hace su hijo-a, lo toman como  fuera de lugar y hasta como acto de imprudencia y no es así.

Ellos tienen curiosidad por lo que vieron y es muy posible que lo entendieran bien pero, al recibir la negativa de respuesta puede pensar que está mal y toman lo equivocado como bueno, ahí el problema. Todo el tiempo los padres piensan que hacen bien, después se sorprenden de ver a su hija ser madre a los 14 años de edad.

Cuando los medios de comunicación son el problema

Los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la sociedad moderna, influyendo en la forma en que las personas perciben el mundo. Sin embargo, este poder puede convertirse en un problema cuando se utiliza para manipular, desinformar o sugestionar a las audiencias, especialmente a las más vulnerables.

Explora el poder de los medios de comunicación para influir en los indefensos, la responsabilidad de estos en el proceso y el papel crucial que juegan la educación y la cultura de los individuos en la capacidad de defensa frente a estas influencias.

Los medios de comunicación tienen la capacidad de llegar a millones de personas en cuestión de segundos, lo que les otorga un poder inmenso. Desde las noticias hasta la publicidad, el contenido que consumimos moldea nuestra percepción de la realidad.

La forma en que se presenta la información puede crear o desmantelar narrativas, influyendo en opiniones, comportamientos y emociones. Los estudios han demostrado que las personas pueden ser altamente susceptibles a la influencia de los medios, sobre todo en situaciones donde la información se presenta de manera emotiva o sensacionalista.

La repetición de mensajes, imágenes impactantes y el uso de testimonios pueden crear una realidad distorsionada que es difícil de cuestionar, especialmente para aquellos que carecen de las herramientas críticas necesarias para analizar lo que consumen.

La indefensión de las víctimas

La vulnerabilidad de ciertos grupos ante la influencia de los medios de comunicación se manifiesta de diversas formas. Aquellos que carecen de educación formal, formación crítica o acceso a información diversificada son más propensos a aceptar pasivamente lo que se les presenta.

Esto no significa que sean menos inteligentes; simplemente pueden carecer de las habilidades necesarias para cuestionar la veracidad o la intencionalidad detrás de lo que se comunica.

Los niños y adolescentes, por ejemplo, son particularmente susceptibles. Su desarrollo cognitivo aún está en curso, y su capacidad para discernir entre la realidad y la ficción es limitada.

La exposición constante a mensajes mediáticos sin un contexto adecuado puede tener consecuencias graves, moldeando su autoimagen, creencias y comportamientos.  Además, los adultos mayores o aquellos que enfrentan condiciones de vulnerabilidad social, como la pobreza o el aislamiento, pueden encontrar en los medios de comunicación una fuente de información a la que recurrir, lo que aumenta su susceptibilidad a ser manipulados.

Estos grupos, a menudo, carecen de una red de apoyo que les permita discutir y analizar críticamente la información que reciben. La educación y la cultura juegan un papel crucial en la capacidad de una persona para resistir la manipulación mediática.

Aquellos que han recibido una educación que fomenta el pensamiento crítico y la capacidad de análisis son más propensos a cuestionar la información que consumen. Esto incluye no solo la educación formal, sino también la educación en el hogar y la comunidad.

Una educación que fomente la curiosidad intelectual y la reflexión puede armar a las personas con las herramientas necesarias para reconocer la manipulación. La habilidad de contrastar diferentes fuentes de información, verificar hechos y desarrollar opiniones propias es fundamental para evitar convertirse en víctimas de la sugestión mediática.

El rol de los medios en la creación de narrativas

La cultura también influye en la forma en que se perciben y procesan los mensajes de los medios. En algunas culturas, la obediencia y el respeto hacia la autoridad son altamente valorados, lo que puede dificultar la crítica a lo que se presenta en los medios.

En estos contextos, la aceptación pasiva de la información se convierte en un fenómeno más común, ya que cuestionar puede considerarse un acto de rebeldía o falta de respeto. Es importante señalar que los medios de comunicación no son un ente monolítico; están compuestos por diversas entidades con agendas distintas.

Esto significa que no todos los medios tienen intenciones manipuladoras, pero la forma en que la información se presenta puede ser problemática. Los medios pueden crear narrativas que simplifican realidades complejas, lo que puede resultar en la polarización de opiniones y la creación de estereotipos.

Por ejemplo, en la cobertura de crisis sociales o políticas, los medios pueden optar por enfocarse en ciertos aspectos mientras ignoran otros, moldeando así la percepción pública de un evento o grupo social.

La sensationalización de la noticia es otra táctica común. Los medios a menudo priorizan la atención sobre el contenido informativo, utilizando titulares impactantes y contenido emocional para captar la atención. Esto no solo desinforma, sino que también puede desensibilizar a la audiencia ante problemas serios, llevándola a aceptar la violencia o la injusticia como algo cotidiano.

La responsabilidad de los consumidores de medios

Dada la poderosa influencia de los medios, es crucial que los consumidores de información asuman un papel activo en su consumo mediático. Esto incluye desarrollar habilidades de alfabetización mediática, que permiten a las personas evaluar la credibilidad de las fuentes, discernir la intención detrás de un mensaje y entender el contexto en el que se presenta la información.

La alfabetización mediática debe ser fomentada desde una edad temprana, integrándose en los sistemas educativos. Esto no solo empodera a los individuos, sino que también crea una sociedad más informada y crítica, capaz de resistir la manipulación mediática.

Además, es vital que los consumidores busquen activamente fuentes de información diversificadas y contrasten diferentes puntos de vista. Esto ayuda a prevenir la creación de burbujas informativas, donde solo se consume información que refuerza creencias preexistentes.

La exposición a diversas perspectivas no solo enriquece el conocimiento, sino que también fortalece la capacidad de cuestionar y analizar la información de manera crítica. La responsabilidad de los medios de comunicación no puede ser subestimada.

Los periodistas y editores deben adherirse a principios éticos que prioricen la veracidad, la imparcialidad y la justicia en su trabajo. La ética periodística implica no solo informar, sino hacerlo de una manera que respete la dignidad de las personas y fomente un diálogo constructivo en lugar de la polarización.

La regulación de los medios, aunque controversial, puede jugar un papel en la protección de los consumidores. Las normativas que exigen transparencia en la propiedad de los medios, la publicidad y la difusión de información pueden ayudar a mitigar los riesgos de manipulación y desinformación. Sin embargo, esto debe hacerse con un delicado equilibrio, ya que la censura o la regulación excesiva pueden poner en peligro la libertad de prensa.

Conclusión

Los medios de comunicación tienen un poder inmenso para influir en la percepción y el comportamiento de las personas. Sin embargo, este poder puede convertirse en un problema cuando se utiliza para manipular a las audiencias, especialmente a las más vulnerables.

La educación y la cultura son factores determinantes en la capacidad de las personas para resistir la sugestión mediática. Fomentar la alfabetización mediática, desarrollar un pensamiento crítico y buscar diversas fuentes de información son pasos esenciales para empoderar a los individuos y protegerlos de la manipulación.

Asimismo, los medios deben asumir la responsabilidad ética de informar de manera justa y veraz, contribuyendo a la formación de una sociedad más crítica y menos susceptible a la manipulación. En un mundo donde la información es poder, cada individuo tiene la responsabilidad de convertirse en un consumidor consciente y crítico de los medios.

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